sábado, 10 de diciembre de 2011

Hasta parece que fue ayer

Algo que ciertamente será inolvidable en la Historia de México es la feroz y viciosa guerra sucia mediática emprendida en contra del candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador a través de los medios de comunicación, cerrándole los espacios a este político calificándolo como todo un peligro para México. Eso fue hace más de cinco años, cuando ningún mexicano tenía la menor idea de que Felipe Calderón para obtener con acciones espectaculares la legitimación que no pudo obtener en las urnas ante los ojos de millones de mexicanos dió inicio a su guerra de legitimación en contra de la delincuencia organizada sacando para ello al Ejército mexicano de los cuarteles sin pedirle parecer ni al Congreso de la Unión ni a nadie y metiendo a los soldados a labores de policías para las que no estaban preparados creándole a México la peor crisis de inseguridad en un siglo. El objetivo mediático de la manipulación de la opinión pública fue logrado, y a diferencia de Brasil en donde otro izquierdista moderado Luiz Inacio Lula da Silva pudo llegar a la Presidencia y pudo levantar a su país a niveles nunca soñados de prosperidad con las mismas políticas de izquierda que tenía en mente López Obrador, en México los resultados de las calamitosas intervenciones de la derecha y la ultraderecha desde las altas esferas del poder federal están a la vista.

Parte del costo que ha tenido que pagar México por la virtual imposición de Felipe Calderón en la Presidencia con un alud de propaganda Goebbeliana ha sido el empobrecimiento de su población. En la recta final del nefasto sexenio calderonista, mientras caía la pobreza en América Latina, en México repuntaba. Sólo en México y en Honduras creció la pobreza en América Latina. Dejemos una cosa perfectamente en claro: en México, el salario mínimo oficial ya no sirve para nada. Después de más de una década de desgobierno panista-Yunquista, el salario mínimo es tan ridículamente bajo que es posible que cualquier pordiosero que viva de la caridad pública pueda recolectar en las calles de cualquier ciudad mucho más dinero que cualquier mexicano pueda ganar con un trabajo honesto y duro laborando ocho horas diarias para recibir como sueldo el salario mínimo que le corresponda según su zona geográfica. Y esto no es algo que esté diciendo Spectator o que esté saliendo de la izquierda del PRD o de las bocas de enemigos personales del PAN-Gobierno (los cuales ya suman millones). Lo reconoció el mismo Secretario del Trabajo Javier Lozano ante los integrantes de la Comisión Nacional del Salario Mínimo el 28 de noviembre del 2011.

Los precios a pagar, pues, por la virtual imposición mediática de Felipe Calderón como Presidente de México en el 2006 han sido excesivos, y podría decirse, estratosféricos, aunque nada de esto les importa a los criminales que se encargaron de que sucediera lo que sucedió en el 2006 y hasta la fecha.

Los principales medios audiovisuales que esperando obtener dividendos políticos y económicos se prestaron a impedir por todos los medios posibles que un izquierdista moderado pudiera llegar a la Presidencia de México son, desde luego, TELEVISA y TV AZTECA. De eso no hay duda alguna y no sólo está perfectamente documentado sino que millones de mexicanos fueron testigos de ello.

Pero TELEVISA y TV AZTECA no fueron los únicos medios de comunicación masiva que se prestaron a la campaña mediática en contra de López Obrador para impedirle llegar a la Presidencia. También en la radio nacional, los espacios fueron abusados por aliados incondicionales de los intereses más obscuros de México con la intención de asustar a la población para que no votara por López Obrador. Uno de tales medios de comunicación lo conforman las transmisoras que reproducen en todo México las señales de Radio Fórmula. Y uno de los más leales e incondicionales aliados de los negros intereses que se están apoderando de México lo ha sido sin duda alguna Oscar Mario Beteta (al cual le gusta salir retratado en fondos de color azul reminiscentes del color que utiliza el Partido Acción Nacional):





que es algo así como el equivalente de Joaquín López-Dóriga, pero a través de la radio en lugar de a través de la televisión. Las tácticas manipuladoras y selectivas que lleva a cabo en sus entrevistas Oscar Mario Beteta son de sobra conocidas y más que evidentes para cualquiera que se quiera tomar algo de tiempo para escuchar sus programas radiofónicos que, más que informar, tienen el deliberado propósito de servir como medio de propaganda encubierta llevando a cabo una distorsión de la realidad a favor del grupo gobernante:





A más de cinco años de distancia, cuando el PAN-Gobierno se está tambaleando habiendo recibido el repudio electoral del pueblo en varios Estados como Yucatán, e inclusive en el mismo estado natal de Felipe Calderón en donde el pueblo prefirió al candidato del PRI Fausto Vallejo sobre la misma hermana de Felipe Calderón para la gubernatura de Michoacán, los terribles poderes fácticos se han empezado a movilizar nuevamente para evitar a toda costa una estrepitosa caída que les puede terminar costando bien caro a todos aquellos que han sido parte del pulpo. Volviendo a hacer lo mismo que lo que hicieron en el 2006, han empezado a abusar nuevamente de los espacios radiales para emprender su golpeteo cuando falta todavía más de medio año para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales en el 2012.

Un ejemplo reciente (entre muchos otros) del intenso golpeteo que ya está emprendiendo Oscar Mario Beteta, incondicional absoluto del PAN-Gobierno y de la Organización Nacional del Yunque, lo es la transmisión radiofónica a cadena nacional de unas “entrevistas” llevadas a cabo en la mañana del 30 de noviembre del 2011, en donde abrió sus espacios a los paleros de siempre para en esta ocasión irse en contra del movimiento MORENA (Movimiento de Renovación Nacional) creado por Andrés Manuel López Obrador, para pintarlo como una burda copia de ideas idénticas que ya han propuesto en otros países políticos demagogos. Naturalmente, sin concederle ni a López Obrador ni a nadie derecho de réplica, porque en estos casos Radio Fórmula tiene ya una línea editorial prefijada de antemano con los dados cargados en contra de quien le dé la gana, la cual incluye no mencionar para nada la conspiración fraguada por la Organización Nacional del Yunque (con prominentes panistas como César Nava, Emilio González Márquez y Luis Felipe Bravo Mena juramentados dentro de la conspiración) para el establecimiento de un gobierno paralelo secreto en México. Y esto es apenas el principio. Se puede esperar que en el 2012, faltando unos cuantos meses para las elecciones presidenciales, Oscar Mario Beteta aumente su golpeteo abusando de un espacio que no debería tener y que ciertamente no tendría en algún otro país como Inglaterra o Canadá.

En un país como Estados Unidos, simple y sencillamente no tienen ni en la radio ni en la televisión a conductor o locutor alguno que pueda cargar los dados en contra de algún candidato a cualquier puesto sin concederle derecho de réplica en tiempos iguales porque son sociedades verdaderamente democráticas que no permiten tales cosas (al hablar de derecho de réplica en tiempos iguales, esto quiere decir que si una transmisora le concede tres horas a cierto candidato X para despotricar duramente en contra de otro candidato Y, entonces la transmisora está obligada por ley a concederle tres horas, ni un minuto más ni un minuto menos, al candidato Y, so pena de recibir fuertes sanciones en caso de no hacerlo). En un país como Estados Unidos, Oscar Mario Beteta simple y sencillamente no podría hacer lo que hace en México porque la Federal Communications Commission no se lo permitiría ni a él ni a sus empleadores. De este modo, cualquiera que se sienta ofendido por algún comentarista ultraconservador como Rush Limbaugh o Bill OReilly lo puede llevar a los tribunales norteamericanos en donde el conductor del programa puede ser obligado legalmente a abrirle su espacio dándoles una cantidad igual de tiempo a aquellos a los cuales ofendió. En México, en los hechos, no hay tal recurso de defensa, lo cual está siendo utilizado ventajosamente por los poderes fácticos que están detrás de Felipe Calderón co-gobernando a México para mantener su poderío y sus privilegios pisoteando de paso a toda una nación con la transmisión ininterrumpida de su propaganda. En los Estados Unidos, a una empresa como TELEVISA o Radio Fórmula se le obligaría a darle tiempos iguales a los políticos perjudicados por su programa (en este caso, Andrés Manuel López Obrador) o bien, a ser castigada con fuertes sanciones económicas. Y en caso de reincidencias, el castigo mayor sería quitarle a la empresa su licencia para operar. Lo cual significa que en Estados Unidos el grupo Radio Fórmula (así como TELEVISA y TV AZTECA) habrían dejado de existir, para beneplático de los radioescuchas y televidentes norteamericanos a quienes repugnan esas tácticas antidemocráticas practicadas por quienes irónicamente (e hipócritamente) se proclaman paladines y defensores acérrimos de la democracia. En un país como Estados Unidos, Oscar Mario Beteta estaría desempleado o trabajando en algún changarro sirviendo hamburguesas, pero ciertamente no como un locutor de radio en un país en donde para la cuestión política se espera de un alto grado de profesionalismo, neutralidad y madurez, cosas de las cuales carece Oscar Mario Beteta y cuya contribución al mejoramiento de las comunicaciones masivas en México ha sido prácticamente nula. Pero México no es Estados Unidos. Y el hecho de que manipuladores burdos de la opinión pública como Oscar Mario Beteta y TELEVISA puedan seguir operando impunemente pese a las supuestas leyes electorales que dizque deberían castigar tales comportamientos es un testimonio a la garra en la cual la extrema derecha encubierta tiene a México a través del PAN-Gobierno.

Oscar Mario Beteta pese a ser un cartucho quemado no es lo único que está siendo reactivado por los poderes fácticos que desgobiernan a México como preludio a las elecciones presidenciales del 2012.

Ya se ha documentado aquí ampliamente la naturaleza antisemita de la conjura que impulsada desde la ciudad de Guadalajara está tratando de extender el poderío de la ultraderecha por todo México con la ayuda de cómplicer incondicionales como TELEVISA, TV AZTECA y Radio Fórmula. El odio en contra de los judíos y en contra de todas las tradiciones y costumbres judías que se les inculca a los adherentes a las sociedades secretas que forman parte de la gigantesca maquinaria de la ultraderecha mexicana es un odio feroz, y si pudieran matar hoy mismo a todos los judíos de México gustosamente lo harían. Sin embargo, ello no ha sido obstáculo para que hayan reclutado dentro de su causa a uno que otro judío que sin tener la más remota idea de la traición a la que se está prestando en contra de los suyos propios está colaborando a abrir la caja de Pandora con posibles consecuencias tan fatales como las que tuvieron los sucesos ocurridos en Alemania en los años veinte del siglo pasado. Uno de tales judíos es Enrique Krauze (a quien en varios capítulos de la Organización Nacional del Yunque lo llaman judío útil, un término no alabatorio sino despectivo con el cual reflejan su disposición para manipular a cualquier judío que se preste a ponerse al servicio de una organización de ideología antisemita neo-Nazi que se esconde bajo una fachada falsa):





cuya lealtad a las derechas del país está fuera de toda duda y es asunto que no se discute:

Krauze y el caballo de Troya
José Steinsleger
LA JORNADA
30 de noviembre del 2011

arrada en incontables lenguas, modalidades y versiones, la historia del caballo de Troya nos recuerda los ardides y engaños que los ideólogos de la guerra usan para lograr sus objetivos. Algo distinta de la homérica, mi versión dice así:

Luego de muchos años de infundios, chismes y calumnias (y de una cuestionable sentencia de la Corte Suprema en su favor), los krauzianos simularon el retorno a sus naves, levaron anclas y, a las puertas de La Jornada, cuando los polis dormitaban, dejaron de obsequio un inmenso y hermoso caballo de madera.

De la panza de la bestia pendía un papelito: "Deseamos pasar la página, y reiteramos nuestra franca y abierta disposición para el debate de ideas". Firmado: Enrique Krauze. El cabildeo siguió a la intriga. Los unos: ¡Aguas! ¡Los liberales siempre encuentran una vía de escape! Los otros: no hay debate cuando hay denostación.

El regalito y la viscosidad del mensaje fueron rechazados. Mas desconociendo que en la panza de la bestia aguardaban los krauzianos para entrar en combate, le echaron fuego. Fue terrible. Todos murieron incinerados. Y al día siguiente, Krauze propuso desterrar “el odio del periodismo de La Jornada”.

Sun Tzu, filósofo guerrero que vivió hace dos mil años, apuntó: cuando un emisario del enemigo pronuncia palabras humildes mientras que éste incrementa sus preparativos de guerra, quiere decir que va a avanzar. Pero cuando pronuncia palabras altisonantes y avanza ostentosamente, es señal de que se va a retirar.

Bueno… todavía no sé cómo terminar la historia. Porque en días pasados, después de leer el último revire de Armando Bartra contra don Kique (“Nadie se abre ni se raja”, Proceso, No. 1830), advertí que nuestro personaje volvía a refrendar los cargos de "terrorismo" hechos por su revista contra esta casa editorial (“Pasar la página”, Reforma, 27/11/11).

Engallado en el apolillado sillón que a fuerza de mentiras se ganó como ideólogo ultramontano, los términos del artículo respiran insidia y muestran a su autor totalmente azotado por los incurables rencores que suele endosar a los demás.

Ni una idea original, ni un criterio propio. La una mano extendida y la otra a espaldas, aferrada al puñal de la “tolerancia” con doble filo. Por sobre todo, el victimismo del sionista vergonzante: “Me atacan por judío”.

Ay, Kique… Tu complicidad con las derechas y los fascistas de América Latina y el mundo, tampoco equivalen a trocar “…la reprobación en las doctrinas por ‘odio’ a las personas”, como dices que dijo Melchor Ocampo. Mira… mejor deja ya de expulgar a los liberales mexicanos. Pero recuerda a tu querido Francisco Zarco: “No escribas como periodista lo que no puedas sostener como hombre”.

Cuando son pertinentes, es bueno tomar citas para ayudar a un público siempre apurado. A mí, por ejemplo, me gusta un aforismo de Ignacio Manuel Altamirano: “…creer uno que sabe historia porque la conoce en los compendios, es querer formarse idea de la grandeza del mar, al comer una ostra”. Otra: “Para algunos hombres que hacen gala de ser demócratas, la democracia es una camisa de fuerza”.

Tus “ideas”, Kique, llevan 30 años refritando mal la de los muertos: “Octavio Paz me dijo”, “Cossío Villegas me dijo”. Y repitiendo la de vivos vivísimos, como el juez Baltasar Garzón, el "filósofo" Fernando Savater y el fascista José María Aznar.

Bien sabes que ese cajón de sastre al que llamas “historia” (tu historia), ha sido más destrozada en lo que ahora llamas “amplia franja de la izquierda intelectual de hoy –dispersa en otros periódicos–…”, que en La Jornada. O en libros como Las grandes mentiras de Enrique Krauze:





de Manuel López Gallo, fundador de la librería El Sótano.

Dices que en lugar de recurrir a la justicia, lo idóneo era seguir la recomendación de Zarco: “La prensa se combate con la prensa”. Quizá. Sin embargo, recuerda que en 1992, por órdenes de Octavio Paz, Gabriel Zaid demandó al periódico El Nacional por reproducir, sin permiso, un artículo del ABC de España en el que Zaid atacaba al Coloquio de Invierno, organizado por el Conaculta, que dirigía Víctor Flores Olea.

Kique: bájate del caballo. La “inclinación radical” de La Jornada (son tus palabras), responde a lo escrito en junio de 1972 por Víctor Rico Galán (1928-74), en la revista Siempre!:

“Habrá que recordar, aunque sea obvio, que en México hay intelectuales pero no todos los mexicanos son intelectuales. Hay millones de campesinos y obreros; hay empleados de diversos sectores; hay estudiantes; hay, en fin, toda una gama aplastantemente mayoritaria que no pertenece a eso que suele llamarse la intelectualidad o, con un término más pedante, la ‘intelligentsia’ ”.

A ellos, sólo a ellos, nos debemos. Es lógico que te preocupe.

¿Qué tan idiota es el judío mexicano Enrique Krauze? Pongámoslo de esta manera: si triunfan los ultraderechistas de México en sus planes mundiales a largo plazo, lo que sigue es la eliminación de judíos como Enrique Krauze junto con toda su familia, en esto los ultraderechistas mexicanos no se tentarán el corazón, porque una vez que estos individuos como Enrique Krauze han servido el propósito para el cual se les usó, estos tipos se vuelven desechables, al igual que las mafias del narcotráfico reclutan niños y jóvenes haciéndoles creer que van a velar por su bienestar cuando en realidad están sentenciados a muerte por sus propios empleadores a los pocos años de servicio. Y si en algún lado hay gente ingrata es precisamente en las sociedades secretas de la ultraderecha mexicana. No se ha puesto a pensar BIEN Enrique Krauze que al aportarle su “grano de arena” a los dementes que están siendo denunciados y expuestos (y documentados) por Spectator, al hacerles el juego, está aumentando las posibilidades de una reedición de la tragedia que ocurrió en los campos de concentración de Auschwitz, pero en otros tiempos y bajo otras circunstancias. Y ya sabemos lo que sucedió en esos campos de concentración, en donde terminaron incluso aquellos judíos que pese a todo le dieron algún apoyo a los Nazis en la creencia estúpida de que tales concesiones les servirían de algo al ser empacados en trenes de ferrocarril hacia Polonia. ¿Creerá Enrique Krauze que es imposible que se vuelva a repetir tal cosa? También en 1920 muchos alemanes hubieran creído imposible que en su país pudiera instalarse una dictadura de ultraderecha como resultó ser el Nazismo, y el despertar les ha resultado bastante duro. Ante la pregunta hipotética de qué pueda creer Enrique Krauze que habría hecho si le hubiera tocado vivir en Alemania en los tiempos de ascenso del Nazismo, la pregunta deja de ser hipotética al ver lo que está haciendo hoy ante la terrible amenaza del Yunque y sus creadores.

Como es de suponerse, las posturas de Enrique Krauze no le han acarreado muchas simpatías entre quienes no comulgan con las derechas ultraconservadoras del país y mucho menos con quienes están preocupados por el avance de la ultraderecha encubierta que se está enquistando en las redes del poder federal, lo cual le ha acarreado cartones como el siguiente cartón de Hernández publicado en la revista PROCESO en su edición del 27 de enero del 2008 en la sección “Mono Sapiens”:





Este cartón tiene un historial interesante que Spectator reproducirá sin edición alguna. A raíz de la caricatura, Krauze se ofendió tomándolo como algo personal, respondiendo con una carta suya en la cual asentó lo siguiente:

Señor director:

En el Excélsior ilegítimo de Díaz Redondo se publicaban caricaturas infamantes contra mí, por ser un defensor sin cortapisas de Julio Scherer y Proceso. Ahora es Proceso quien publica caricaturas infamantes en mi contra, pero los motivos son menos claros. En su caricatura del 27 de enero de 2008, Hernández me pinta como productor de infomerciales, defensor de los cristeros y enemigo de la expropiación petrolera de 1938. Quizá haya que recordarle que el movimiento estudiantil de 68 y la matanza de Tlatelolco aparecieron por primera vez en televisión en un documental de México Siglo XX. Quizá deba recordarle el programa sobre periodismo en el que resaltamos el papel de Proceso en la transición democrática. Quizá convenga recordarle que Salvador Abascal escribió un libro entero contra mi versión liberal de la historia. Y quizá convenga sugerirle la lectura de mis encomios al régimen y la figura de Lázaro Cárdenas en Biografía del poder y en otros ensayos.

Pero, pensándolo bien, no vale la pena recordarle nada. Hernández se ha especializado en refutar a las personas, no por sus ideas o sus obras, sino por su corta estatura física. Y ésa –convendrá usted, señor director– no es una crítica válida.

Atentamente

Enrique Krauze

El lloriqueo lamentoso de Enrique Krauze tuvo la siguiente respuesta expedita:

Señor director:

Salta a la vista que a Enrique Krauze le molesta muchísimo que los caricaturistas de la sección Mono Sapiens ejerzamos nuestro trabajo, es decir, que caricaturicemos a personajes públicos con base en su actuación o comportamiento públicos. Pero pretende reducirlo todo a la exageración física –propia del género de la caricatura– y deja de lado lo fundamental: la crítica hacia sus planteamientos políticos recientes. Krauze hace justamente lo que reprueba: al no estar de acuerdo, descalifica. Y, más aún, algunas de sus descalificaciones tienen trascendencia política. Por ejemplo, el autor de Por una democracia sin adjetivos (1986), hace unos dos años escribió un artículo donde utilizó varios adjetivos discriminatorios –empezando por el título, “El Mesías Tropical” que fueron de suma utilidad para la campaña de odio de la derecha –heredera de Salvador Abascal–, que contaminó irremediablemente la elección de 2006.

Por lo que se refiere al hecho de que él señaló la responsabilidad de Díaz Ordaz en la matanza de Tlatelolco y resaltó la labor de Proceso en la “transición democrática”, consideramos que para un historiador hubiera sido el colmo hacer lo contrario o ignorar tales realidades. Y en cuanto al encomio que, en Biografía del poder, hace del presidente mexicano que expropió el petróleo, no es para nada congruente con la postura de reducir a “xenofobia” los cuestionamientos a la designación de Juan Camilo Mouriño como secretario de Gobernación. No sólo por soslayar tramposamente la dudosa legalidad de ese nombramiento, sino también por el conflicto de intereses que representa la circunstancia de que el miembro de una familia dedicada a los negocios con hidrocarburos ocupe dicho cargo y sea el principal promotor de la privatización del sector.

Las caricaturas no son infamantes. Lo que quita la fama y la honra son las acciones y palabras de cada quien. Por ejemplo, hace unos meses Krauze escribió:

En cuanto a los representantes del F.A.P. que coreaban el servil estribillo “Es un honor estar con Obrador”, mi opinión franca es ésta: han vuelto a ser “la medida de la miseria humana”.

No deja de llamar la atención que, quien ahora se llama infamado, registre, con adjetivos, tal muestra de desprecio hacia la gente que no comparte sus posiciones.

Atentamente

Helguera y Hernández

Y en un seguimiento a lo mismo, los respondientes agregaron otras observaciones a lo ya señalado en torno a Krauze:

El hecho de que, en su carta, Krauze sólo se haya dirigido a mí, a pesar de que claramente la sección la firmamos dos caricaturistas, revela que lo que le molestó fue verse representado en una caricatura grotesca y exagerada, como son, por definición, las caricaturas. Qué pena con él.

Y, así como mañosamente desvía la atención de lo fundamental en el nombramiento de Mouriño con el argumento de la xenofobia, ahora desvía el debate de sus posiciones políticas con la superficialidad de unos rasgos caricaturizados, y descalifica mi trabajo, asegurando que lo único que retrato son los rasgos físicos y no los morales.

¿Qué pretende Krauze al reclamarle a Proceso? ¿Que yo deje de hacer mi trabajo? ¿Que no vuelva a hacer caricaturas de ninguna figura pública? ¿O que sólo deje de hacer caricaturas de él? ¿Que me corran de Proceso? ¿Cree que no puede ser criticado ni con el pétalo de una plumilla?

Hasta dónde puede llegar alguien con su soberbia y su desprecio hacia la gente, que le sea tan difícil mirarse en el espejo de una caricatura.

Lo que sí no es ninguna caricatura son las imágenes de centenares de millares de seres humanos que fueron encaminados hacia los hornos crematorios de la Alemania Nazi por gente fanática y despiadada enloquecida con la misma ideología que la que ahora está siendo transmitida en las reuniones clandestinas llevadas a cabo en las sociedades secretas de la extrema derecha de México como la Organización Nacional del Yunque y sus creadores los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara a quienes les está cayendo de perlas que sea un judío el que los esté ayudando a apuntalar a una maquinaria que se está empezando a desmoronar al verse puesta al descubierto a la luz del sol.

El caso es que, la misma maquinaria, la misma parafernalia que vimos en acción en el proceso electoral llevado a cabo en México en el 2006, con los mismos actores y los mismos “villanos”, ya está siendo puesta en marcha para hacer que el 2012 sea una repetición de lo que se vivió en el 2006. No están dispuestos a soltar el poder ni hoy ni nunca, “haiga sido como haiga sido”, aunque tengan que matar para ello.

¡Hasta parece que fue ayer!