martes, 19 de julio de 2011

Los hijos de Hitler

Hasta donde se sabe, el megalomaniaco Adolfo Hitler:





no dejó descendencia. No se conoce de nadie que presuma ser hijo suyo (y de cualquier manera, presuntamente incinerados los restos de Hitler en su totalidad, no hay rastros de ADN contra los cuales se pueda llevar a cabo una verificación de la paternidad). Hasta donde se sabe, jamás tuvo hijo alguno con su amante Eva Braun. Hay autores que sostienen la hipótesis de que la verdadera razón por la cual Hitler no tuvo un solo hijo con Eva Braun que pudiese mostrar con orgullo al pueblo alemán como descendencia suya (irónico, tratándose de un hombre que insistía en que los alemanes aspirasen a dejar la mayor descendencia posible con el máximo número posible de hijos que pudieran tener) era porque Eva Braun no era más que un frente para ocultar una homosexualidad duramente reprimida en Hitler que lo llevó a condenar a los campos de concentración a todo aquél que fuese identificado por la Gestapo como homosexual, y ciertamente es un hecho histórico que el fundador de las tropas de asalto de Hitler Ernst Röhm era un homosexual que a cambio de sus servicios a la causa Hitleriana fue asesinado (posiblemente por el mismo Hitler) en la Noche de los Cuchillos Largos, lo cual ciertamente serviría para borrar para siempre cualquier testimonio de las relaciones homosexuales que Hitler pudiera haber sostenido como Röhm.

Pero si bien Hitler no dejó hijo biológico alguno, sin propornérselo dejó algo igualmente nefasto: una oleada de ultraderechistas admiradores suyos esperando la ocasión propicia para revivir la pesadilla que Hitler materializó en Alemania en el siglo XX, reviviendo dicha pesadilla precisamente en Alemania en una erupción de neo-Nazismo que en realidad no tiene nada de nuevo al ser un facsímil ideológico de todo aquello que pregonaba el dictador alemán. La siguiente nota dá cuenta de ello:

Jamel, el pueblo alemán dominado por neonazis
Associated Press/Excélsior
17 de julio del 2011





Este poblado está dominado por neonazis.

Los letreros de madera en la calle principal apuntan hacia Viena, París, y hacia Braunau am Inn, el poblado natal de Adolfo Hitler.:





Un dirigente ultraderechista administra su empresa desde su casa, y el estandarte de la compañía es una maza aplastando una Estrella de David.

Cada tantos meses, el pueblo organiza un festín al aire libre donde cantan “Hitler es mi Fuehrer” y alzan los brazos gritando “¡Heil!”.

Jamel es el ejemplo extremo de un fenómeno escalofriante en lo que era la Alemania oriental comunista: el surgimiento del neonazismo. Se ha hecho evidente especialmente en algunas zonas, como en Mecklenburg-Pomerania Occidental, donde el ultraderechista Partido Nacional Democrático ocupa escaños en el parlamento.

Se sospecha que la extrema derecha es la autora de unos 40 ataques en el estado en el año pasado, entre ellos pedradas contra las ventanas de sedes políticas y la colocación de bombas en el buzón postal de un fiscal. El año pasado en Jamel, un neonazi agredió a un turista y le declaró a gritos su apoyo a Adolfo Hitler, dicen testigos.

Es el estado de Alemania con la mayor tasa de desempleo exceptuando Berlín y tiene pocas industrias, lo que ha alimentado la xenofobia que nutre al neonazismo. Sólo el 2% de la población es extranjera, pero es precisamente por la falta de contacto con extraños que florece el racismo, dicen autoridades locales.

“A nivel federal, el extremismo islámico es la principal amenaza; para nosotros es la extrema derecha”, dice Reinhard Mueller, quien dirige la oficina local de la agencia de seguridad alemana.

En Jamel, seis de las 10 viviendas son propiedad de extremistas de derecha, y las autoridades consideran que 10 de los 28 adultos del pueblo son radicales. El líder local es Sven Krueger, de 36 años y dirigente del PND, quien se crió en el pueblo.

Fuentes policiales dicen que Krueger estuvo involucrado en pequeños delitos en el pasado, pero que ha mantenido una presencia más discreta en años recientes al dedicarse a la política. Recientemente, sin embargo, Krueger fue arrestado y acusado de recibir propiedad robada y de tenencia ilegal de armas.

Al registrar su vivienda, los agentes confiscaron herramientas que parecen haber sido robadas y una ametralladora con municiones.

Pocos días antes de ese arresto, dos perros guardianes merodeaban por el jardín delantero de la vivienda de Krueger, y de un recipiente de basura industrial, lleno con los desechos de su compañía de demoliciones, colgaba un afiche del PND con las palabras “cumplimos nuestras promesas”. Una mujer que fumaba un cigarrillo en los predios dijo que no sabía dónde estaba Krueger.

En otra vivienda al final del camino, un hombre con los brazos cubiertos de tatuajes, de pelo corto y camisa verde, le gritó a un fotógrafo “¡Véte de aquí, plaga asquerosa!”. En otras casas nadie contestaba a la puerta, y Krueger no respondió llamadas ni a su teléfono de oficina ni al celular.

El edificio principal de su empresa de demoliciones está a unos 10 kilómetros (seis millas) de distancia, y es también la sede local del PND.

Alrededor del inmueble corre una cerca de dos metros (seis pies) de alto coronada por alambre de púas. De una torre de vigilancia cercana penden enormes faroles brillantes, y se escucha el ladrido amenazador de los perros guardianes.

De un poste ondea la bandera alemana de la época del káiser, frecuentemente usada por los neonazis en lugar de la bandera nazi tradicional, que está prohibida por ley. A través de una reja se puede ver el estandarte de la empresa con la Estrella de David siendo aplastada por el martillo.

Legalmente, hay muy poco que se pueda hacer para expulsar a los neonazis de allí, pues se cuidan de no violar las leyes abiertamente, como la que prohibe exhibir la esvástica u otros símbolos nazis, y los himnos nazis que cantan en la noche no se le pueden achacar a una persona en particular.

Aun así, es evidente cuáles son la simpatías de la población, dicen los locales. Horst y Birgit Lohmeyer, quienes viven en Jamel desde hace siete años, sostienen que la actividad de los ultraderechistas atrae a veintenas de neonazis cada año para festivales, inclusive varios centenares que asistieron a la boda de Krueger el año pasado.

“Se la pasan sentados junto a la fogata cantando canciones nazis y gritando '¡heil!'”, dijo Birgit Lohmeyer.

Como protesta, los Lohmeyer organizan su propio festín: un festival anual de música en su propiedad, de unas 0,8 hectáreas (dos acres).

“Organizamos este festival para celebrar la democracia y la tolerancia, para demostrar que no todo el mundo aquí es derechista, que hay gente aquí que no cree en esa ideología”, expresó Birgit Lohmeyer.

El alcalde local expresa esperanzas de que la atención recibida ayudará a destapar al PND como un grupo pronazi. El partido ganó el 7,3% de los votos en el estado de Mecklenburg-Pomerania Occidental en las elecciones del 2006, lo que los dejó con seis de 71 escaños.

“El PND no es nada menos que el sucesor del partido nazi y tiene sus mismos objetivos”, dijo el alcalde, Uwe Wandel, en una entrevista.

“Quizás hoy no hablan de los judíos sino de los extranjeros en general, pero la ideología es la misma”, añade.

Los extranjeros no son bienvenidos en el “paraíso” pro-Hitleriano de Jamel, y esto incluye desde luego a los morenazis malinchistas, aunque sean militantes juramentados dentro de la Organización Nacional del Yunque o aunque sean neo-fascistas juramentados dentro de la organización criminal clandestina de ultraderecha Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, a quienes los “auténticos” Nazis de Jamel ven como verdaderos payasos mestizos que se creen estúpidamente que al igual que “la mona que se vistió de seda quedándose mona” se aferran a creer con ingenuidad (por no llamarle imbecilismo) que aprendiéndose de memoria los libros neo-fascistas del prolífico autor revisionista Salvador Borrego y emulando en todo lo que puedan a los “auténticos Nazis” así como poniéndose brazaletes rojos y camisas cafés saludándose entre sí al estilo fascista de la Falange Española serán aceptados de buena gana por dementes “arios” como los que habitan en el poblado de Jamel.

Si los “rubios arios nórdicos” de Jamel se consideran a sí mismos como los hijos putativos de Hitler, entonces podemos considerar a los admiradores de Hitler dentro del Yunque y los Tecos de la UAG como sus bastardos, hijos al fin del fundador de la dinastía pero sin poder quitarse de encima lo bastardo al no poder presumir sangre nórdica aria de la más alta calidad (al estilo de las vacas suizas). Pueden ser útiles y de hecho lo están siendo para tratar de revivir la causa y los ideales del Nacional-Socialismo Hitleriano, pero a fin de cuentas no son estos prietos y mestizos los seres privilegiados en quienes Hitler habría confiado la construcción de su “paraíso”. Logrados los objetivos de poner al planeta entero bajo el Cuarto Reich, los bastardos deben esperar saber ocupar el lugar que les corresponde, deben aceptar humildemente su destino de ser segundones al servicio de los verdaderos arios, deben a estar dispuestos a servir con lealtad y obediencia a los “auténticos” arios como lo que creen ser los neo-Nazis de Jamel.

No sólo en la cuna del Nazismo está floreciendo nuevamente la locura que devastó al planeta en el siglo XX. Algunos autores como Jim Marrs en su libro The Rise of the Fourth Reich: The Secret Societies That Threaten to Take Over America:





advierten que pese a que Estados Unidos contribuyó a derrotar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, fracasaron en derrotar a los Nazis, señalando que al finalizar la Segunda Guerra Mundial Nazis prominentes, junto con sus protegidos jóvenes y fanáticos, usaron los botines de guerra obtenidos en los saqueos Nazis de Europa para crear empresas corporativas en muchos países, incluyendo a los Estados Unidos de Norteamérica. Marrs argumenta que, utilizando sus riquezas robadas, hombres con antepasado y mentalidad Nazi se fueron incrustando poco a poco dentro de la Norteamérica corporativa, además de que muchos otros Nazis lograron su ingreso a los Estados Unidos mediante programas clasificados tales como la Operación Paperclip, trayendo consigo armamento sofisticado que le ayudó a los Estados Unidos ganar la carrera espacial, pero trayendo también consigo su insidiosa filosofía Nazi dentro de las fronteras limítrofes de los Estados Unidos, basándose en la premisa autoritaria y maquiavélica de que el fin justifica los medios, logrando hundir subrepticiamente una garra de hierro dentro de la mayor democracia del continente americano. En el libro de Marrs se afirma que, por vez primera, se ha logrado reunir suficiente evidencia sobre la existencia de un esfuerzo encubierto en marcha desde hace 60 años para llevar a Norteamérica hacia una forma de Nacional Socialismo, creando en esencia un imperio moderno que puede ser llamado el Cuarto Reich. Y como el autor lo deja muy en claro en el sub-titulo de su libro, una parte importante de esta labor se fundamenta en el uso de sociedades secretas, sociedades secretas como la organización de extrema derecha Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara. Lo cual trae a colación un dato curioso e importante: uno de los principales fundadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Carlos Cuesta Gallardo, precisamente a quien muchos señalan como el verdadero escritor revisionista Traian Romanescu, poco tiempo después de la fundación de la UAG se trasladó personalmente hasta la Alemania Nazi para recibir entrenamiento y establecer contactos de alto nivel con la finalidad de usar la recién creada universidad para contribuír al expansionismo del fascismo en el continente americano. Y precisamente en la UAG se fundó lo que hoy debe ser considerada como la más peligrosa y más añeja sociedad secreta de ultraderecha del continente americano, los Tecos. ¿Fue desde un principio la fundación de sociedades secretas en el continente americano uno de los objetivos ocultos en los planes de Hitler para preparar el terreno para su conquista del continente americano? ¿Hay mucho más en común entre todas estas sociedades secretas que lo que muchos analistas suponen? ¿Hay un plan oculto en marcha, del cual solo unos cuantos tienen hoy pleno conocimiento, para resucitar en toda su terrible fuerza al movimiento Nacional-Socialista? ¿Es la amenaza que ya tiene anclada su garra terrible en el Estado de Jalisco apenas una de las manifestaciones de una hidra de muchas cabezas, la punta de una conspiración de alcance mundial? Al menos en lo que respecta a los Estados Unidos, el autor Jim Marrs ya está convencido de ello y de la existencia de tales sociedades secretas. Y al menos en lo que respecta a México, el Yunque y los Tecos son una dura realidad como lo es el hecho de que con el triunfo de Vicente Fox en el año 2000 también la ultraderecha llegó al poder.

La lección más valiosa que los moradores Nazis del poblado alemán de Jamel le están dando a sus propios coterráneos alemanes y al resto del mundo es que fue más fácil deshacerse de Hitler que deshacerse de su legado, y los herederos de la pesadilla, los hijos de Hitler sólo están esperando una oportunidad tal como una crisis económica mundial con altos niveles de desempleo con la esperanza de poder resucitar la locura que han estado esperado pacientemente resucitar por varias décadas, seguramente con varios aspirantes a Führer que nunca pueden faltar en este tipo de insanias ya que son precisamente los que más promueven la propaganda y las doctrinas de la extrema derecha con la esperanza de que nunca faltarán tontos que caigan, al fin y al cabo stultorum infinitus est numerus (el número de los tontos es infinito)..


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POST SCRIPTUM:


Hitler no solo tuvo hijos ideológicos continuadores de su fanatismo exacerbado. También tuvo padres, los cuales para variar fueron de carne y hueso (¡obvio!).

En marcado contraste con el revisionismo-negacionismo de los alucinados pseudo-historiadores como Joaquín Bochaca de España y Salvador Borrego de México y David Irving de Inglaterra que aún pretenden seguir glorificando a uno de los más grandes villanos en la historia de la humanidad, tal es el aborrecimiento en Austria (la tierra natal de Hitler) hacia todo lo que tenga que ver con Hitler, que incluso hasta la lápida que marcaba la tumba de sus padres Alois y Klara:





fue removida.

Es importante agregar que la lápida no fue substraída por algún grupo de judíos rencorosos o alguno de los familiares de las millares de víctimas de la locura del Nazismo. Fue removida por las mismas autoridades austriacas, y fue removida a petición de uno de los familiares sobrevivientes de Hitler. De acuerdo con las notas periodísticas publicadas a finales de marzo del 2012, el propietario de la tumba en Leonding –una mujer sin identificar que según medios austriacos es una pariente lejana del padre de Hitler, Alois– pidió que se quitara la lápida, según dijo el alcalde del pueblo, Walter Brunner. Una de las razones para borrar de la memoria de la humanidad el lugar de reposo de los padres de Hitler es que, en ausencia de algún mausoleo Nazi gigantesco en donde hubieran reposado los restos del tirano alemán, los neo-Nazis después de mucho buscar empezaron a ver el lugar de reposo de los padres de Hitler como un lugar de “reverencia” y “adoración”, y lo que menos querían tener los austriacos que viven cerca del lugar en donde están enterrados los padres de Hitler es una cauda constante de peregrinaciones de fanáticos de ultraderecha de todas partes del mundo (llegados, por ejemplo, de España y de México, con “devotos” del primer país representados por miembros de la endurecida Falange Franquista antisemita, y con “devotos” del segundo país representados por miembros de las aún más antisemitas y “nacionalistas” sociedades Organización Nacional del Yunque y la tenebrosa y criminal cofradía pseudo-masónica Tecos de Guadalajara). Para ser francos, no es posible echarle toda la culpa a los padres de Hitler al haber procreado entre ambos a un criminal monstruoso en grado supremo, ya que es muy posible que de haber sabido aquello en lo que iba a terminar convertido “Adolfito” sus padres lo habrían abortado sin pensarla dos veces y habrían tirado los despojos mortales del feto a cualquier basurero. Esto independientemente del hecho de que Hitler no parece haber sido un hijo deseado (¿será esta una de las razones por las cuales Adolfo Hitler estaba en contra de la práctica del aborto, al igual que el santón de la pseudo-religión de ciencia-ficción Cienciología L. Ron Hubbard cuya obsesión por los traumas pre-natales relacionados -según él- con intentos de aborto reflejaba su convicción de que él tampoco fue un hijo deseado al haber sido prácticamente abandonado por sus padres desde chico?). Con la remoción de la lápida de los padres de Hitler, al menos los habitantes de Leonding van a poder descansar tranquilamente sin que sus sueños se vean interrumpidos en la noche por hordas de alucinados cantando himnos “nazionalistas” efectuando marchas de antorchas y portando brazaletes de color rojo en señal de “respeto” al criminal que todavía les sirve como guía y como ejemplo de lo que ellos mismos anhelan ser algún día.

Un hecho poco conocido es que Hitler es tan detestado y aborrecido en la actualidad en Alemania que han estado pensando en privarle post-mortem de su ciudadanía alemana argumentando que fue un ciudadano austriaco que en vez de quedarse en Austria para hacer sus maldades en Austria y terminar hundiendo a Austria tuvo la infortunada ocurrencia de instalarse en Alemania para hacer sus maldades en Alemania y terminar hundiendo en Alemania. Pero no solo en Alemania están manejando esa idea. También en la misma Austria es tan detestado y aborrecido que ya le privaron de su ciudadanía honoraria en Austria. Si tanto Alemania como Austria terminan privándole por completo de cualquier vestigio de su ciudadanía a Hitler en ambos países, el dictador podría muy bien terminar convirtiéndose en un paria, en un hombre sin patria, a menos de que otro país termine “adoptando” al bastardo. Algún país como México, una vez que la conspiración nacional encabezada por la sociedad secreta Tecos que opera desde el campus de la Universidad Autónoma de Guadalajara y su lacaya la Organización Nacional del Yunque se sientan con la suficiente fuerza para poder llevar a cabo un acto tan descabellado. Aunque en realidad todo esto es de naturaleza meramente simbólica, porque Hitler ciertamente ya no volverá del lugar en el cual su alma ha de estarla pasando en estos momentos, mismo lugar en donde de seguro está a la espera de recibir a sus hijos ideológicos que insisten en mantener vivo su “legado” hoy en día, mismo lugar en el que Hitler los habrá de estar esperando para que le hagan compañía por el resto de la eternidad.

1 Comments:

Blogger Gustavo Galeana said...

Muy interesante esta información... saludos

viernes, 24 febrero, 2012  

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