jueves, 7 de abril de 2011

La mano negra de Manuel Espino

Gracias a las filtraciones de Wikileaks, las cuales confirman que están sucediendo muchas cosas a espaldas del pueblo de México y de las cuales el público en general es mantenido en la ignorancia, se están conociendo más detalles acerca de la guerrra sucia mediática emprendida por el PAN con la asesoría de gente de la Organización Nacional del Yunque y de la sociedad secreta Tecos de la Universdad Autónoma de Guadalajara. Y se confirma que, pese a las burlas despiadadas que los comentaristas “estrella” del duopolio televisivo TELEVISA-TV AZTECA y sus conductores (desinformadores) “estrella” en los noticieros nocturnos y vespertinos estuvieron haciendo en contra del candidato presidencial izquierdista Andrés Manuel López Obrador mofándose con la expresión compló cada vez que López Obrador señalaba que había un complot en su contra, efectivamente hubo un gigantesco complot en marcha tal y como lo estuvo señalando el que de otro modo habría llegado a la Presidencia de México al llevar la delantera en las encuestas. Y se confirma plenamente que uno de los principales operadores del complot lo fue en su momento el entonces presidente nacional del Partido Acción Nacional Manuel Espino, un tipo que siempre se ha vanagloriado jactándose de ser “ultraderecho”, y cuyo mentor en sus tiempos de juventud fue un Teco ultraderechista de la Universidad Autónoma de Guadalajara según lo descubrieron los investigadores de la Alianza Estudiantil Prometeo en un trabajo que le ha dado la vuelta al mundo. Sobre esto ya no hay absolutamente ninguna duda.

La siguiente nota documenta cómo los servicios de inteligencia de la Embajada norteamericana en México descubrieron y reportaron a Washington en secrecía de confidencialidad un capítulo hasta ahora desconocido sobre la confirmación de una parte importante complot:

Wikileaks: Pactaron PRI y PAN erosionar apoyo a AMLO en 2006
Arturo Cano
LA JORNADA
4 de abril del 2011

Los primeros asombrados fueron los estadounidenses. Citaron así las palabras de Manuel Espino, presidente nacional del PAN, a dos meses de los comicios de 2006: “Añadió –sorprendentemente– que había hablado con Roberto Madrazo, candidato del PRI, y los dos acordaron enfocar sus respectivas energías para erosionar el apoyo a Andrés Manuel López Obrador” (cable 06MEXICO2409).

El acuerdo encajaba perfectamente en el juego panista luego del repunte de su candidato, Felipe Calderón, en las encuestas: “Espino explicó que era importante para la estrategia del PAN mantener a Madrazo, en su tercer lugar, como un jugador viable en la contienda, (porque) si se derrumba la campaña de Madrazo, los votos del PRI no van a migrar al PAN, sino al PRD”.

El cable está fechado el 4 de mayo de 2006 y describe a un Manuel Espino feliz: por las encuestas, por los efectos de sus promocionales contra el candidato perredista y porque, jura, tiene a varios gobernadores priístas en la bolsa.

“Espino nos dijo que él está fuertemente confiado en que el PAN tiene acuerdos sólidos con los gobernadores rebeldes del PRI que están ayudando a la campaña de Calderón secreta pero activamente, mientras de dientes para afuera apoyan a Madrazo”.

En el cable, clasificado como “confidencial”, el presidente del PAN, que más tarde rompería abiertamente con el calderonismo, “atribuye la caída de AMLO en las encuestas a las malas estrategias de campaña del PRD, los ataques polémicos al presidente (Vicente) Fox”, y la decisión del perredista de no participar en el primer debate nacional.

Espino acudió a la reunión con los funcionarios de la embajada de Estados Unidos acompañado de dos colaboradores a quienes no se identifica en el cable. Los estadounidenses los describen exultantes: “Estaban muy contentos con el impacto de los promocionales del PAN que vinculaban a AMLO con la corrupción en la ciudad de México durante su etapa como alcalde, y lo comparaban con el presidente venezolano (Hugo) Chávez”.

La felicidad no hacía que los panistas quitaran el dedo del renglón: “El PAN va a mantener la presión sobre AMLO”, dijo Espino. Y entonces habló de su acuerdo con Madrazo para “erosionar” a López Obrador.

La Maestra cara y el enojo de Calderón

En el afán de aprovechar la división del PRI, contaba Espino a sus oyentes de la embajada, el PAN entró en negociaciones con la profesora Elba Esther Gordillo. Como Luisa María Calderón y César Nava, el entonces presidente nacional del PAN dice que no hubo acuerdo: “El precio de Gordillo era demasiado alto (en términos de posiciones en el Congreso y posiciones en el gabinete) y las encuestas mostraban que el Panal atraía menos del uno por ciento del voto”, dijo el panista.

Y se fue de largo en la explicación, incluyendo la confesión de que a Calderón no le había gustado que le hicieran el feo a su aliada: “Luego del debate del 25 de abril, dijo Espino, el PAN decidió que no necesitaba a Gordillo. Añadió que al equipo de campaña de Calderón no le gustó esa decisión, pero el partido tenía la última palabra”.

La noche de Mouriño y los elbistas

La última palabra, se supo después, no fue del PAN, sino del candidato Felipe Calderón y de la profesora Gordillo.

El desenlace, que se narra así en el libro Doña Perpetua, comienza cuando Juan Camilo Mouriño vuelve a su departamento en Sierra Gorda, Lomas de Chapultepec, la noche anterior a la elección de 2006:

“Apenas abre la puerta cuando recibe un telefonema de Felipe Calderón.

“¿Dónde estás? Acabo de colgar con la maestra y necesito que te coordines con su gente ahora mismo, ordena.

“Ni un cuarto de hora pasa cuando el presidente nacional del Panal, Miguel Ángel Jiménez, y el entonces director general de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Fernando González Sánchez, se apersonan en el lujoso departamento.

“Los principales operadores políticos de Elba Esther Gordillo Morales ofrecen medio millón de votos al candidato panista.

“A las tres de la mañana, un par de botellas de buen escocés ya han caminado, cuando Mouriño y sus visitantes concluyen la tarea de hablar, uno por uno, con los secretarios seccionales de la organización.

“La instrucción de Gordillo es que los maestros dividan su voto: para presidente, por Felipe Calderón; para diputados federales, por los candidatos de Nueva Alianza, y libre, para el Senado… salvo en el caso del Distrito Federal, donde los votos son para el PRD y Marcelo Ebrard”.

El acuerdo se traduce en una diferencia abismal de votos entre el candidato presidencial del Panal, Roberto Campa, y los aspirantes a diputados de esa fuerza política.

Los gobernadores priístas prefieren al PAN

¿Cómo explicaba Manuel Espino el apoyo de algunos gobernadores del PRI a su candidato (apoyo trabajado, ciertamente, por la profesora Gordillo)?

“Los gobernadores del PRI disfrutan de la autonomía y la autoridad que han tenido con Fox y saben que Madrazo los frenaría en caso de ser elegido”, decía el líder panista a la embajada.

Y los funcionarios diplomáticos ponían de su cosecha: “Si bien Espino no quiso confirmar ningún detalle, es de común conocimiento que el gobernador de Sonora (Eduardo Robinson Bours) se reunió con el equipo de Calderón. Espino dio a entender que el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, podría ser otro, al decirnos que los gobernadores que apoyaron a Montiel estaban trabajando detrás de la escena para Calderón”.

El ahora dirigente del disidente Movimiento Volver a Empezar confiaba en el triunfo de Calderón y también en que su partido lograría armar una mayoría legislativa, si no en las urnas, sí en los hechos: “Las divisiones dentro del PRI dan al PAN esperanza de que a la larga priístas renegados podrían cambiar de bando en el Congreso, dándoles una efectiva mayoría”.

Espino acudió a la reunión con los funcionarios de la embajada de Estados Unidos acompañado de dos colaboradores a quienes no se identifica en el cable. Los estadounidenses los describen exultantes: “Estaban muy contentos con el impacto de los promocionales del PAN que vinculaban a AMLO con la corrupción en la ciudad de México durante su etapa como alcalde, y lo comparaban con el presidente venezolano (Hugo) Chávez”.

La felicidad no hacía que los panistas quitaran el dedo del renglón: “El PAN va a mantener la presión sobre AMLO”, dijo Espino. Y entonces habló de su acuerdo con Madrazo para “erosionar” a López Obrador.

La revelación de la información confidencial recabada por los servicios de inteligencia diplomáticos estadounidenses muestra la manera precisa en la cual se estuvo moviendo el miles de veces maquiavélico Manuel Espino acordando pactos secretos con la oposición y maniobrando de mil maneras para impedir a toda costa cualquier posibilidad de que el PAN perdiera el poder en el 2006, y echan por tierra de modo brutal (podemos equipararlo a una caída a gran altura sin paracaídas) todos los intentos previos de Manuel Espino por darse baños de pureza y lavar su imagen pública:





al estar afirmando falsamente a través de todos los medios posibles que él nunca estuvo de acuerdo con la guerra sucia mediática que el PAN-Gobierno bajo la égida del mismo ultraderechista Yunquista Manuel Espino se llevó a cabo en contra del candidato López Obrador. La siguiente noticia es tan solo una muestra de las numerosas ocasiones en las que el mentiroso y manipulador Manuel Espino ha tratado de lavarse las manos sobre algo en lo que él fue el principal operador en el 2006:

Manuel Espino se deslinda de la frase peligro para México
Agencias
6 de octubre del 2010

El ex-dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, se deslindó de descalificativo de “peligro para México” que Felipe Calderón usó contra a Andrés Manuel López Obrador.

Por medio de su cuenta de Twitter, Espino declaró que nunca estuvo de acuerdo con que Calderón se usara esa frase y menos ahora como titular del ejecutivo.

“Nunca estuve de acuerdo con que Calderón, siendo candidato, calificara de peligro para México” a AMLO. (¿?)

Menos siendo Jefe de Estado.

No va. “dijo Espino en un mensaje en la dirección

http://twitter.com/ManuelEspino/status/26578934324

Además, Espino se deslindó del experto en guerra sucia del PAN, Antonio Solá: “Tengo afecto personal por Solà y su esposa, pero NUNCA contrataría sus servicios”. (¿?)

“Es agresivísimo”, dijo Espino en otro mensaje en la red social.

Dijo además, en respuesta a las críticas en su contra por haber permitido la campaña de guerra sucia de Calderón contra AMLO, que él no la permitió (¿?), sino que “fue decisión libre de Calderòn”.

Era su responsabilidad.

La mía, dejarle libertad de decisión en su campaña.

“Finalmente, Espino reprobó que Calderón llamara nuevamente “peligro para México” a AMLO: “Repruebo descalificación que sigue haciendo Calderón de quien fue su adversario en 2006”, dijo en Twitter.

Cabe recordar que Manuel Espino era presidente del PAN en 2006 y uno de los que apoyaron la campaña de Calderón.

También cabe recordar que Espino llegó a sugerir que un avión con drogas que fue descubierto en la península de Yucatán tenía nexos con AMLO por proceder de Venezuela.

Sin embargo, el avión resultó ser piloteado por pilotos de CONAGUA.

Es decir, del gobierno federal panista.

El Manuel Espino que hoy se deslinda de la frase “un peligro para México” y que hoy se quiere presentar ante la opinión pública como un verdadero demócrata a carta cabal que le gusta jugar limpio en las contiendas electorales es un hombre que todos crean que se puede confiar en él para cosas tan importantes como “salvar” a México (¿de tipos inducidos en la extrema derecha como Manuel Espino?). Se trata del mismo Manuel Espino hoy malquistado con Felipe Calderón en un pleito que es más personal que de fondo (esto ocurrió en una época en la cual Felipe Calderón creyó que podía desprenderse y desprender al PAN de la extrema derecha que lo tiene infiltrado, sólo para avalar pocos años después al Yunquista César Nava en la presidencia nacional del PAN al darse cuenta de que él necesita tanto de la ayuda de los infiltrados como los infiltrados necesitan de él para continuar con el avance de sus planes) que, viendo “moros con tranchete”, acusó al Presidente Felipe Calderón de haber desplegado un operativo encubierto para estarlo espiando y vigilando noche y día con “capos”, una actividad en la cual si hay expertos en México son precisamente los mismos ultraderechistas que lo indujeron a “la causa”. Se trata del mismo Manuel Espino que cínicamente y con toda la hipocresía de la que se puede hacer gala, se “disculpó” ante todos los mexicanos por haber apoyado a Felipe Calderón en el 2006. Sin embargo, y aunque los conspiradores lo ven como un cartucho quemado, Manuel Espino se ha abstenido cuidadosamente de mencionarlos o de mencionar la “palabra prohibida” Yunque en todos sus haberes públicos, seguramente porque ya sabe que si se atreve a darles la espalda lo más seguro es que puede terminar convertido en un cadáver antes de que le permitan seguir abriendo la boca. Y en ningún momento Manuel Espino ha dicho que el Yunque y sus creadores los Tecos sean un peligro para México, porque pese a los pleitos personales la prioridad absoluta en el avance de la conspiración consiste en la retención de la silla presidencial en las elecciones a llevarse a cabo en el 2012. ¿Y qué de la alternancia? Eso ya es un tema tabú dentro del PAN, y pese a todas las disculpas ofrecidas por Manuel Espino con sus lágrimas de cocodrilo al pueblo de México, en ningún momento ha mencionado sobre la necesidad imperiosa de expulsar al PAN de la silla presidencial arrebatándole de sus manos el gobierno federal, porque ello no va con los planes de la extrema derecha en el proceso de la instalación del gobierno paralelo secreto que tantos años y tanto trabajo les ha costado construír.

Es menester recordar que el 4 de diciembre del 2010, cuatro días después de haber recibido una notificación confirmándole su expulsión del PAN, Manuel Espíno fue sacado a empellones, echado casi a puntapiés junto con los simpatizantes y familiares suyos que lo acompañaban, de la sede del PAN en el edificio de avenida Coyoacán esquina Popocátepetl en la Ciudad de México. Sin embargo, y es importante recalcarlo, Manuel Espino fue sacado del PAN por sus pleitos personales con el señor Presidente de México y no por la ofensa aún mayor de estar asociado con la extrema derecha de México. Cuando lo sacaron, en ningún momento nadie de los allí presentes le echó en cara a Espino su alianza y militancia con la ultraderecha encubierta de México, en virtud de que los panistas han aprendido a convivir muy bien en amasiato con los caballos de Troya que los tienen infiltrados. En las reuniones del PAN, y sobre todo en los discursos y las proclamas oficales emanadas de dicho partido, las palabras Yunque y Tecos no aparecen para nada, están proscritas, aunque ello no significa que los panistas más prominentes en la cúpula panista al igual que las bases militantes ignoren lo que estas dos cosas significan, ¡claro que lo saben! Pero la gran mayoría de los panistas si no es que todos han llegado convenencieramente a la conclusión de que es mejor tolerar y aceptar la presencia de los extremistas de la ultraderecha dentro de su partido que tratar de sacarlos fuera, como un reconocimiento implícito al enorme poderío que los infiltrados representan dentro del PAN así como a los acaudalados intereses que los respaldan, sin lo cual el PAN podría volver a quedar nuevamente atomizado como en los años cincuenta. Cuando hay pleitos entre ellos, no es por objeción alguna a la conspiración que sigue en marcha, sino a la velocidad a la cual se quiere llevar al país por el negro sendero de las agendas de la ultraderecha. Muchos panistas han llegado ya a la conclusión de que a mediano y largo plazo les puede producir muy buenos dividendos políticos (y económicos) el dejar que este tipo de gente maquiavélica con ideas antisemitas en la cabeza siga operando dentro del PAN, en contraste con el cisma que sobrevendría si los panistas no-Yunquistas ni Tecos deciden unirse para purgar al PAN de una vez por todas de tan peligrosas sociedades. Sin duda alguna hay también algo de resignación con la siguiente autoreflexión: “si son tan poderosos, si están tan bien organizados, si están llevando a cabo un plan implementado desde hace varias décadas en lugar de un plan sexenal, si cuentan con tantos recursos, y sobre todo, si van a terminar apoderándose de México implantando una dictadura bajo la simulación de una democracia, ¿acaso no es mejor estar con ellos que en contra de ellos?”. Es la misma mentalidad con la cual muchos alemanes que no eran Nazis dejaron que el Partido Nazi consolidara la dictadura de Hitler hasta el punto en el que no sólo ya no se lo pudieron quitar de encima sino que todos por igual tuvieron que pagar las consecuencias de haberse quedado cruzados de brazos.

Como parte de sus futiles maniobras para rescatar aunque sea un poco de su credibilidad hoy puesta no en tela de duda sino totalmente perdida gracias a las filtraciones de Wikileaks que nadie esperaba, a falta de mejores ideas el torvo Manuel Espino tuvo la ocurrencia de “exigirle” muy digno a la Embajada norteamericana una retractación de algo que, a fin de cuentas, es un comunicado confidencial remitido de la Embajada norteamericana hasta Washington para ser leído por muy poca gente en el Departamento de Estado:

Rechaza Espino pacto con Madrazo para elecciones de 2006
Notimex
5 de abril del 2011

Manuel Espino, ex dirigente nacional panista, solicitó a la embajada de Estados Unidos ratificar o desmentir un supuesto cable filtrado por Wikileaks que asegura que él pactó con Roberto Madrazo cuando era candidato presidencial del PRI.

En una carta enviada al encargado de negocios de la sede diplomática, John Feeley, Espino Barrientos señaló que en caso de que realmente se haya hecho ese documento “se mintió en detrimento de nuestra vida política”. (¿?)

De igual forma “se incurrió en un comportamiento irresponsable que pudo poner en riesgo la confianza entre nuestros países”, añadió el ex presidente del Partido Acción Nacional (PAN).

El político aceptó que conversó con funcionarios estadunidenses, en respuesta a la marcada inquietud mostrada por la embajada de la Unión Americana ante la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador llegara a ser presidente de México.

“Lo que es falso es que dije haber pactado con Madrazo. Lo desmiento categóricamente, nunca me reuní con él, sólo con sus colaboradores cercanos y con un grupo de 10 gobernadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI)”, enfatizó. (¿?)

Barrientos señaló que durante el encuentro con los diplomáticos estadunidenses describió “aspectos de la estrategia para hacer ganar a Felipe Calderón que yo mismo hice públicos, como que nuestro objetivo era mantener en tercer lugar a Madrazo”.

Gracias a esa estrategia, el partido blanquiazul obtuvo una cifra récord de diputados locales y federales, así como de senadores y alcaldes panistas.

“Además, por supuesto, logramos refrendar la Presidencia de la República, a pesar de que nuestro candidato siempre estuvo abajo en las encuestas. Esos son los hechos reales y comprobables que ninguna campaña de difamación pueden ocultar”, refirió.

El líder del movimiento nacional Volver a Empezar aseveró también que durante su dirigencia tendió puentes y abrió caminos para acercar a actores políticos y sociales con una visión plural.

El desmentido exigido por Manuel Espino a la Embajada norteamericana es algo que está totalmente fuera de lugar porque la información que Manuel Espino cuestiona no es información que tuviera la intención de salir a la luz y mucho menos de ser publicada, se trata de información confidencial secreta elaborada de buena fé por los peritos de inteligencia que el gobierno norteamericano tiene asignados a México, información que debe ser altamente confiable puesto que se trata de información secreta con la cual el gobierno estadounidense basa sus decisiones, información de la cual hoy se tiene conocimiento a causa de una fisura inesperada en el cofre de secretos del gobierno norteamericano. Se trata de una fisura equiparable a las enormes fisuras gracias a las cuales se está teniendo ya conocimiento público acerca de una ofensiva montada por las sociedades secretas de la extrema derecha mexicana como la Organización Nacional del Yunque y la sociedad Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara en relación a una conspiración nacional que lleva ya varias décadas y cuyo objetivo final es la instalación de un gobierno paralelo secreto en México, objetivo que avanzó notablemente con el ascenso al poder en el año 2000 de un infiltradísimo Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República. Todo gracias a un caudal creciente de “traidores” que han decidido romper sus votos de silencio al darse cuenta que los juramentos de lealtad que les hicieron tomar en ceremonias secretas no tienen nada de sagrado y que al romper dichos juramentos haciendo llegar a otros lo que saben se están liberando para siempre de las heladas cadenas con las cuales los estaban sujetando sus explotadores.

Para un pacto, así sea con el mismo Diablo, siempre se necesitan dos, se requiere del alcahuete que esté en plena disposición de ofertarle su alma al Diablo porque de lo contrario no hay pacto. Una de las partes que convinieron en un acuerdo secreto para erosionarle apoyo a López Obrador en el 2006 es el “ultraderecho” Manuel Espino, esto lo afirman los servicios de inteligencia norteamericanos adscritos a México. La otra parte lo fue el mismo Roberto Madrazo, supuestamente antagónico al PAN por estar compitiendo también por la Presidencia. Irónicamente, cuando llegó el momento en el que se tuvo que hacer el “reparto del pastel” -un reparto en el que como era de esperarse el PAN dejó fuera a Roberto Madrazo pagándole así de este modo su traición-, el mismo Madrazo haciendo acopio de cinismo e hipocresía diciéndose a su vez “traicionado” empezó elaborando un libro titulado precisamente La Traición presentándose como víctima:







Nuevas revelaciones y testimonios que han estado saliendo a la luz pública desde el año aciago en el que se llevaron a cabo las funestas elecciones presidenciales del 2006 “pintan” a Roberto Madrazo Pintado como un tipo carente de escrúpulos al igual que Manuel Espino. Con tales cualidades, Roberto Madrazo podría haber sido un buen Yunquista o un buen Teco. El problema de Roberto Madrazo es que nunca pudo ver ni percatarse que en el México del nuevo milenio no basta ser amoral y carente de escrúpulos para ser respaldado por los poderes fácticos que están gobernando al país; hay que estar aliado con los que tienen en marcha la gran conspiración nacional para el establecimiento de un gobierno paralelo secreto en México, y de preferencia estar juramentado como militante de algunas de las sociedades clandestinas de la extrema derecha que forman parte de la gran conspiración. Y de cualquier modo, esto tampoco es suficiente; hay que saber disciplinarse cuando se le pida, algo que Manuel Espino no pudo ver o no quiso ver.

Lo menos que revelan las filtraciones Wikileaks es que Manuel Espino siempre ha sido un sujeto advenedizo de dos caras, algo que les viene justo a la medida a quienes al juramentarse dentro de alguna sociedad secreta como el Yunque y los Tecos terminan adoptando esquizofrénicamente dos personalidades, dos caras, dos rostros, el rostro público amable y gentil, y el rostro del simulador, del traidor, del infiltrador, del conspirador, del asesino. Y en lo que se refiere a los que insisten en pactar acuerdos con el Diablo, no les cabe andar lloriqueando diciéndose traicionados y engañados, ya que eso es un pecado contra el buen gusto.