jueves, 14 de mayo de 2009

Justicia tardía

Inmediatamente después de que se dió por concluída la Segunda Guerra Mundial, los pseudo-historiadores revisionistas cuyo único propósito en sus vidas ha sido y sigue siendo revivir al Nazismo o al Fascismo en cualquiera de sus presentaciones se dieron a protestar por lo que llamaron el trato injusto e inhumano que supuestamente “la gran conspiración judía masónica comunista” les estaba dando a los vencidos. El fascista de Barcelona Joaquín Bochaca puso precisamente a su obra magistral el título “La historia de los vencidos”. El proceso de desnazificación de Europa llevado a cabo por las fuerzas aliadas fue prontamente rebautizado por los revisionistas como desgermanización con el fin de denunciar la “injusticia” que se estaba cometiendo en contra de los alemanes detrás de los cuales se estaban escondiendo como gallinas cobardes los verdaderos criminales de guerra tales como los sádicos interrogadores de la Gestapo, los multiasesinos comandantes de los campos de concentración, los despiadados oficiales de las Waffen SS que jamás mostraron compasión ni misericordia alguna hacia sus víctimas, los oficiales del Ejército al servicio incondicional del expansionismo del Tercer Reich con vistas al dominio del planeta entero y la sujeción de todos los demás al servicio esclavo de una raza superior, y demás psicópatas y sociópatas que tomaron parte en esta infernal maquinación para imponer a Hitler como el dueño absoluto del mundo entero. Los revisionistas han derramado ríos de lágrimas lamentando lo que supuestamente se les hizo a los criminales que ellos tratan de pintarnos como héroes. Sin embargo, si hemos de guiarnos por las estadísticas y por las noticias recientes, a toda esta calaña de gente en realidad ni remotamente le fue tan mal como pretenden hacernos creer los revisionistas contemporáneos. Un buen ejemplo de ello es el caso de John Demjanjuk sobre el cual apareció la siguiente nota reciente:

Associated Press
12 de mayo del 2009

Después de una lucha de tres décadas con la justicia, el ex supuesto guardia nazi John Demjanjuk fue deportado el martes de Estados Unidos a Alemania para que enfrente cargos de haber coadyuvado en el asesinato de 29.000 judíos y otras personas en el campo de concentración de Sobibor.

Demjanjuk llegó al aeropuerto de Munich procedente de Cleveland el martes por la mañana a bordo de un jet privado. Desde allí fue transportado en una ambulancia, bajo escolta policial, a una unidad médica especial de la prisión de Stadelheim. Demjanjuk, que se cree tiene salud precaria, será examinado por un médico en la prisión y arrestado formalmente.

Si el trabajador jubilado de la industria automotriz en Ohio, de 89 años, es declarado apto para enfrentar juicio, podría concluir una saga legal que comenzó en 1977 e involucró tribunales y funcionarios de por lo menos cinco países en tres continentes.

El caso de Demjanjuk es un ejemplo de lo difícil que se ha convertido llevar ante la justicia a supuestos criminales de guerra nazi más de seis décadas después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

El sospechoso, nacido en Ucrania, dice que fue soldado del Ejército Rojo que pasó la guerra como prisionero de guerra nazi y que nunca hirió a nadie, pero la documentación de la época obtenida por autoridades estadounidenses y compartida con la fiscalía alemana parece mostrar otra cosa.

Incluye una identificación con foto que lo señala como guardia en Sobibor y que dice que fue entrenado en una instalación para guardias nazis en Trawniki. Ambos sitios estaban en la Polonia ocupada.

Efraim Zuroff, director del Centro Simon Wiesenthal en Israel, elogió a las autoridades estadounidenses y alemanas por llevar a Demjanjuk ante los tribunales en Alemania.

El destino de Demjanjuk podría no depender de las evidencias, sino de la decisión de un tribunal alemán acerca de si es apto para enfrentar juicio desde el punto de vista médico. En todo caso Demjanjuk, a quien Estados Unidos le retiró la ciudadanía en 2002, probablemente pase el resto de su vida en Alemania.

El caso de John Demjanjuk ejemplifica a la perfección la falsedad de toda la mitología que la propaganda neo-Nazi de tipos como el barcelonés Joaquín Bochaca y el británico David Irving quiere construír en torno a sus “héroes”, a los cuales quiere elevar injustificadamente a un nivel excesivo de martiriologío como si los carniceros despiadados a los que tanto idolatran realmente fuesen unas pobres víctimas de la incomprensión mundial y de la “crueldad judía”.

Para el asesino despiadado que fué en los tiempos de Hitler, un hombre devenido a bestia que gozaba sobremanera no sólo con la muerte de sus víctimas sino con el sufrimiento previo que les ocasionaba antes de morir, un sádico brutal e inhumano que merecidamente se ganó el mote de “Iván el terrible”, Demjanjuk también resultó ser un sujeto bastante cínico que por tres largas décadas estuvo gozando y disfrutando inmerecidamente del American way of life a la vez que estuvo peleando por lo que él llamaba sus “derechos humanos”, sus derechos a permanecer en un país al que logró inmigrar mintiendo deliberadamente acerca de su negro pasado, ocultándole a las autoridades migratorias la verdad sobre la sangre de las miles de muertes que traía en sus manos. Por tres décadas estuvo exigiendo en los Estados Unidos todos los derechos que él mismo le negó a los que tuvieron la desgracia de caer en sus manos.

Para evitar su extradición de los Estados Unidos, primero estuvo mintiendo a más no poder afirmando que se trataba de un caso de identidad equivocada, que él no era la bestia sádica y asesina acusada de haber perpetrado tan terribles crímenes en contra de la humanidad. A continuación tenemos las fotografías de John Demjanjuk, antes y después:





Cuando por fin se le cayó su teatro y no le quedó más remedio que aceptar el hecho de que se había reconocido que él y John Demjanjuk eran la misma persona y que había mentido ocultando su pasado al inmigrar a los Estados Unidos, recurrió a otra burda farsa, alegando que estaba tan enfermo que no podía ser extraditado a Europa porque de hacerse tal cosa se le podría ocasionar su deceso (algo similar al argumento de la vedette consentida de TELEVISA Gloria Trevi que estuvo peleando duramente su extradición de Brasil a México argumentando que temía por su vida, argumento que a estas alturas ya nadie le cree hoy que se pasea libremente por todo México sin temor alguno con sus shows semi-pornográficos), a grado tal que ni siquiera le era posible caminar. Pero ese teatro también se le cayó cuando los fiscales norteamericanos presentaron un video que lo mostraba caminando a la perfección, en buen estado de salud. Y llegó el momento en que este mentiroso consumado, amén de asesino serial y criminal sádico, se quedó sin argumentos para exigir sus “derechos humanos” de permanecer en los Estados Unidos gozando del “American way of life”, y los norteamericanos decidieron botarlo y echarlo fuera de su territorio a enfrentar un juicio en Alemania, sin ganas de verlo regresar.

Por tres décadas ésta bestia infame a la que ni siquiera se le puede considerar un ser humano estuvo luchando con todos los recursos legales a su alcance por su “derecho” a evitar ser juzgado en Alemania por los crímenes de los que se le acusa, siendo que todos aquellos a los que él mismo atormentó y asesinó jamás tuvieron ni siquiera un juicio en el cual se les fincaran cargos y en el cual tuvieran derecho a una justa defensa en contra de las acusaciones. Demjanjuk nunca peleó por su derecho a un juicio justo en Alemania, que al fin y al cabo él en su juventud nunca creyó que acusado alguno que cayese en sus manos tuvierse derecho a recibir un juicio antes de ser atormentado y asesinado por él. Por lo que realmente peleó Demjanjuk es que nunca ni siquiera se le sometiera a juicio.

En contra de lo que exclaman en sus lamentos neo-Nazis plañideras como Joaquín Bochaca y los Tecos de la fascista Universidad Autónoma de Guadalajara de México así como sus cófrades de la Organización Nacional del Yunque quienes afirman que los judíos son un pueblo de rencorosos y vengativos que están más que dispuestos a inmolar injustamente al que sea para hacerlo pagar por lo que crean que les haya hecho o inclusive agarrarlo como chivo expiatorio para que pague por lo que crean que otro les haya hecho, Demjanjuk de hecho estuvo en Israel enviado -en contra de su voluntad- por el gobierno norteamericano para que fuese sometido a juicio. Y a diferencia de aquellos a los que Demjanjuk atormentó primero y después asesinó deleitándose en ello, negándoles juicio y posibilidad de defensa, a Demjanjuk se le permitió tan buena defensa ante los tribunales de Israel que, en base a puros tecnicismos legales, logró burlar a la justicia judía que lo devolvió a los Estados Unidos sin tocarle un solo pelo.

¡Y aún así sobran literatos del neo-fascismo que acusan a la justicia judía de ser injusta!

Pero aunque “Iván el terrible” logró burlar a la misma justicia en Israel, en Alemania también tenía cuentas pendientes, y eso es a fin de cuentas lo que vino a deshacerle nuevamente su bien montado teatro; es por lo que ha sido deportado a Alemania para quizá no volver nunca más a los Estados Unidos.

De cualquier manera, posiblemente a este carnicero sádico no le irá tan mal en Alemania; ciertamente le irá mucho mejor que como les fué a sus millares de víctimas. A continuación tenemos unos comentarios hechos por el popular bloguero Augusto de la red de blogs Wordpress:

Él le cortaba el busto a las mujeres, mataba bebés y ancianos a latigazos. “Iwan der Schreckliche” (Ivan el terrible) le llamaban los prisioneros de los KZ (Campos de Concentración) Iwan John Demjanjuk (88a.) puede ser, recién ahora, sometido a un proceso en Alemania. Lo cual es otra buena noticia para él. Es posible que lo envien luego a un curso de reeducación social junto con los nuevos jóvenes alemanes y que le hagan terapia de apoyo.

Demjanjuk es el número 2 en la lista de los 10 criminales de guerra, mas buscados (¿y que pasó con el número 1, le llaman todos los días por telefono? o le envían SMS?)

Nació en Ucrania y vive muy holgadamente en Ohio (USA).

Kurt Schrimm, Director de la agencia mas grande de búsqueda de criminales de guerra, quiere, (¡ya era hora!) llevar a este criminal genocida, a juicio. El buscó archivos, en Israel, en USA y en Alemania, documentó en cientos de páginas el relato de sus crueldades, que alcanzan para un pedido de extradición. Ayer la presentó en la fiscalía de Munich. Como muchos de sus crímenes se cometieron en Alemania y estaba al servicio de instituciones alemanas, puede ser juzgado aquí.

Demjanjuk fué empleado como vigilante de los campos de prisioneros por las SS y trabajó en la mayoría de ellos. En el campo polaco de Sobibor asesinó a 29 000 Judíos (la mayoría mujeres, niños y ancianos ) Casi todos fueron asesinados por él casi el mismo día de llegar al campo de prisioneros. Schrimm tiéne una lista de sus víctimas, con el nombre completo y sus fechas de nacimiento. La víctima mas anciana que envió a la cámara de gas tenía 99 años y murió el 23 de Abril de 1943, era un judío de Holanda.

Tenía un placer diabolico por todas formas de tortura, obligó a latigazos, por ejemplo, a un transportador de cadáveres de un campo de concentración, a violar a una niña de 12 años.

A fines de la segunda guerra se le encontró a Demjanjuk en un campo de refugiados de Munich, en 1952 huyó a USA. Su accionar durante el Holocausto se conoció recien en los 70. USA lo envió en 1986 a Israel. Allí e le hizo un proceso y se le condenó a muerte pero no se ejecutó su condena, porque a pesar de los testimonios de 5 de sus víctimas quienes le reconocieron, no se le pudo confirmar su identidad, fuera de toda duda. En 1993 volvió a USA.

Ahora como un gran número de sus víctimas eran alemanas, se le puede pedir la extradición. Pero ¡¿cómo?! No era que los israelíes no pudieron identificarle? Me pregunto si quizas este criminal (o su hermano gemelo…) de guerra tiéne “cáncer” o padece del corazón, y por razones “humanitarias” se le dejará finalmente en USA, para que muera sin sufrimientos en su cama, algo que le negó a sus víctimas.

Hitler tuvo tan buen tino para rodearse a sí mismo y a su régimen de psicópatas, sociópatas, asesinos cobardes y carniceros sádicos, supremacistas anticristianos “arios” y propagandistas falaces como Himmler, Demjanjuk, Mengele, Heydrich y muchos otros como éstos, que el mismo Diablo no lo podría haber hecho mejor, y si hubiera ganado la guerra podemos imaginar sin mucha dificultad el mundo en el que estaríamos viviendo en estos momentos con los destinos de la humanidad en manos de gente como ésta.

La extradición de John Demjanjuk se dió a los pocos días de que un grupo de neonazis encapuchados irrumpieron el sábado 9 de mayo del 2009 un acto conmemorativo de la liberación del campo de concentración nazi de Mauthausen, en Austria. Según varios testigos, entre ellos el presidente del Comité Mauthausen, Willi Mernyi, el grupo irrumpió en la ceremonia, que tenía lugar en el antiguo campo de concentración anexo de Ebensee (centro), coreando “Heil Hitler” y haciendo el saludo nazi, antes de huir. La ceremonía reunía a supervivientes con ocasión del 64º aniversario de la liberación del campo de Ebensee, que era parte del complejo nazi de Mauthausen y en el que se construían túneles para albergar las fábricas de suministro militar. Al día siguiente, el campo de concentración principal de Mauthausen, en el norte de Austria, fue escenario de otro acto de recuerdo al que asistieron 7.000 personas, entre ellas el presidente de Austria, Heinz Fischer. Unos 100.000 detenidos, entre ellos numerosos españoles, murieron en los campos de concentración de Mauthausen. Españoles por los que, dicho sea de paso, el barcelonés pro-Hitleriano Joaquín Bochaca no ha derramado una sola lágrima pese a tratarse de compatriotas suyos, como tampoco han derramado una sola lágrima por esos españoles inmolados por los Nazis ninguno de los ultraderechistas radicales de la Falange incluído el mismo Generalísimo dictator vitalicio Francisco Franco. ¿Podría acaso esperarse otra cosa de gente como ésta?

De no haber existido aberraciones humanas como Adolfo Hitler, Heinrich Himmler y John Demjanjuk, y de no haber existido apologistas de estos monstruos como Joaquín Bochaca y Salvador Borrego redactando literatura revisionista al por mayor ensalzando a los criminales como si fuesen vidas ejemplares, nada de lo que aquí se está escribiendo se estaría escribiendo. Desafortunadamente, esta pestilencia satánica que cayó sobre la humanidad a principios del siglo pasado no sólo ha dado mucho que escribir, sino que sigue dando mucho de qué escribir, por más que queramos dejar atrás tan negra época para la humanidad.