martes, 14 de septiembre de 2010

TELEVISA embiste al diario Reforma

En la segunda semana del mes de agosto del 2010 le salió a flor de piel lo “puritano y moralista” al emporio y poder fáctico TELEVISA sobre la cual Spectator ya ha documentado algunas cosas acerca de su negro pasado. Aprovechando oportunísticamente unas notas dadas por la prensa española acerca de los avisos clasificados en dicho país en donde se ofertan servicios de índole sexual, TELEVISA a través de su estrella principal y jilguerillo desinformador de siempre, Joaquín López-Dóriga, así como el resto de los “(des)-informadores” de TELEVISA empezaron a dedicar una amplia cobertura en contra del periódico REFORMA, de modo tal que todos los televidentes cautivos de TELEVISA (cautivos a falta de otras opciones) fueron testigos de una acometida feroz y despiadada emprendida por una muy “decente” TELEVISA que cubriéndose de “pulcritud” se lanzó en contra de los pecaminosos anuncios en los cuales se promocionan en México servicios de índole sexual, escandalizándose por el hecho de que todavía en estos tiempos modernos se siga practicando y se siga promocionando al oficio más antiguo del mundo. Pero no emprendió su campaña moralista por parejo en contra de todos los medios en los que se publican tales cosas como inserción pagada. Desenvainó su “espada de la justicia” en contra de un medio de comunicación en particular, en contra del conocido periódico REFORMA. Y las verdaderas razones por las cuales se lanzó a la yugular de REFORMA con la intención de hacerlo pedazos no tienen nada que ver con cuestiones de puritanismo y moralidad, sino con asuntos mucho más mundanos, como lo deja en claro el el siguiente artículo:

Sucia venganza de TELEVISA
Julio Olvera
ZOCALO
10 de septiembre del 2010

La palabra “venganza” fue empleada por Jenaro Villamil, reportero de Proceso y colaborador de la revista Zócalo, para referirse a la intensa campaña que Televisa lanzó esta semana contra Grupo Reforma, que publica en la capital el periódico del mismo nombre y Metro; además de El Norte, en Monterrey, y Mural, en Guadalajara.

El amplio espacio destinado en los programas informativos del consorcio televisivo para denostar al grupo editorial del regiomontano Alejandro Junco de la Vega, no es más que una venganza, “un linchamiento en pantalla a un periódico que ha resultado incómodo por hablar de las licitaciones en telecomunicaciones” que favorecen a Televisa, entre otras cosas, dijo el reportero y articulista.

Entrevistado este viernes por Carmen Aristegui en su noticiario de MVS Radio, Villamil expuso que los ataques ordenados por los más altos ejecutivos de la empresa de Emilio Azcárraga Jean son una posición de condena al grupo editorial y no a la práctica de publicar anuncios de ofertas de servicios sexuales, pues los diarios de Grupo Reforma no son los únicos que hacen esto.

El analista dijo que sin lugar a dudas, Televisa puso el “el dedo en la llaga” sobre el tema de los anuncios de servicios sexuales, asunto que debe ser regulado pero para todos por igual, pues mostró que TvyNovelas -de la filial editorial de Televisa y con un tiraje de un millón de ejemplares- publicó en su edición del 6 de septiembre casi 80 anuncios sobre servicios sexuales en ocho páginas, incluidas fotos con mujeres casi desnudas.

Si tanto es de su interés este tema, que tanto “pánico moral” le provocó, por qué Televisa no mencionó a TvyNovelas ni a otros diarios o revistas, se preguntó.

Ya en julio de 2009, Zócalo publicó en su número 113, la investigación especial Reforma y El Universal, ¿fomentan la prostitución?, en donde damos cuenta que las secciones de avisos “oportunos” de “ocasión”, también incluyen anuncios de servicios sexuales de mujeres y hombres; e igualmente de bandas que podrían dedicarse a la prostitución, la pornografía, la trata de blancas, el secuestro, la extorsión o los asaltos.

En ese trabajo, especialistas en derechos humanos coinciden en que la publicación de esos avisos en periódicos y revistas promueven la prostitución, y la probable comisión de delitos; y exigen a esos medios responsabilidad social y ética; piden una legislación eficaz; y a las autoridades recomiendan acciones concretas emprende la autoridad para regular la contratación y difusión de esos anuncios.

El ataque

Desde el pasado lunes, Televisa utilizó sus principales espacios informativos, El Noticiario con Joaquín López Dóriga y Primero Noticias, de Carlos Loret de Mola, y el programa semanal de análisis Tercer Grado, para acusar prácticamente a Reforma de promover la prostitución y la trata de personas.

Como producto de esta campaña, Grupo Reforma eliminó desde el miércoles de la sección de clasificados de su popular periódico Metro las fotografías de mujeres casi desnudas que ilustraban los anuncios de servicios sexuales, los cuales sin embargo, continúan pero en menor cantidad y con escasas imágenes, a diferencia de otros rotativos que mantienen intactas sus habituales páginas con ese tipo de ofertas.

Joaquín López Dóriga insistió a lo largo de la semana, en su espacio noticioso nocturno, que era una contradicción que en las primeras planas de los diarios de Alejandro Junco condenan y denuncian a las mafias de la trata de personas, explotación de mujeres y hombres, redes de prostitución, y en sus páginas interiores la promuevan a través de sus anuncios.

En un reportaje que se convirtió en una serie de cuatro entregas, hasta ahora, Televisa entrevistó incluso a varios legisladores de diferente partidos políticos que respondieron, obviamente, lo que la televisora quería que dijeran, es decir que se pronunciaran en contra de los anuncios publicitarios.

El recurso del método

En su sitio web, Jenaro Villamil publicó el jueves el artículo “Televisa vs. Grupo Reforma, el recurso del método”, en el que afirmó que la cadena televisiva reprodujo el mismo método utilizado contra Grupo Casa Saba cuando estaba en sociedad con Telemundo para formar la tercera cadena de televisión.

A finales del 2006, Televisa y TV Azteca lanzaron de manera conjunta una campaña contra ese grupo por sus presuntas prácticas monopólicas, curiosamente luego que el mayor distribuidor de medicamentos en el país se asoció con la cadena estadunidense de televisión en español, de NBC Universal, para crear una nueva compañía que buscaba incursionar en el mercado de la televisión en México e incluso había solicitado a las autoridades la emisión de nuevas licencias para lanzar un nuevo canal.

Entonces, especialistas consideraron que el intento de la familia Saba por participar en la industria televisiva en México, despertó la ira de los dos gigantes de la televisión, y vieron en el problema que representaba el acceso de la población a los medicamentos una oportunidad para desprestigiar y eliminar a un potencial competidor.

Los probables orígenes

Días antes del inicio de la campaña de desprestigio, López Dóriga dio cuenta que el empresario Lorenzo Zambrano había criticado en su cuenta de Twitter a los regiomontanos que abandonaban Monterrey por la violencia del narcotráfico, a lo que el periodista de Televisa señaló de forma directa a Alejandro Junco de la Vega, quien se abstuvo de participar con sus periódicos en la publicitada Iniciativa México, promovida por Televisa y Televisión Azteca.

Todavía el domingo 5 de septiembre, Reforma publicó una nota en la que reportaba que la producción del Quinto Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto -ese mismo día- estaría a cargo de Televisa, con lo que el gobierno del Estado de México hacía a un lado a la Televisión Mexiquense subrayó el periódico en la página siete de su sección Nacional.

Villamil, empero, atribuyó la campaña a los artículos e información publicados por el diario sobre la entrega a Televisa y Nextel del bloque de 30 megahercios (banda 1.7 Ghz), a precios de “ganga” por 180.3 millones de pesos, para ofrecer servicios de cuádruple play.

Raymundo Riva Palacio, director del diario digital Eje Central, observó al respecto en su columna Estrictamente personal que “en el caso de Televisa, de acuerdo con información interna, mucho habían perdonado de cobertura parcial hacia la empresa sin réplica, hasta que se dio un quiebre, cuando el Grupo Reforma publicó en agosto, a apropósito de la compra de 30 por ciento de acciones de Nextel, que había sido una ‘ganga’.”

La ex subsecretaria de Comunicaciones Purificación Carpinteyro, en efecto, en el artículo periodístico “Ni veo ni oigo” de Reforma del 26 de agosto pasado, sentenció que “cuando se trata de un grupo tan poderoso como Televisa, lo conveniente es no ver, no preguntar y no escuchar, a menos de que se trate de aprobar operaciones de compra de nuevas propiedades por dicho grupo.”

Eso provocó que los ejecutivos de Televisa ordenaran el lunes 30 de agosto la publicación de desplegados en contra de Carpinteyro y de un sector de empresarios de televisión por cable descontentos con las crecientes prácticas monopólicas del consorcio televisivo.

El también ex subsecretario de Comunicaciones Jorge Álvarez Hoth, apuntó en una columna aparecida el 1 de septiembre en Reforma que era “obvio” que de lo que se trata es de dañar mediáticamente a quien opina diferente de ellos.

Esto, a raíz de otro desplegado, ahora pagado por Nextel, socio de Televisa en el segmento de 30 MHz, en el que cuestionó al entonces funcionario de Vicente Fox por una “extraña devolución” de 550 millones de pesos a favor de Grupo Salinas, “que hoy defiende”.

Otra causa

También, la inaudita campaña de Televisa pudo haber sido como reacción a lo publicado por Reforma el lunes 6 de septiembre, el mismo día del inicio del ataque, sobre el probable vínculo del cártel de Los Beltrán Leyva, con el mundo de la farándula y, en especial, con la producción de algunas telenovelas de Televisa como Rubí y Cadenas de amargura.

“La narcocultura ronda los estudios de TV, seduce a famosos, enreda a bellezas. Mansiones rentadas para filmar telenovelas resultaron madrigueras criminales (en San Ángel Inn, donde se grabó Cadenas de amargura o en el Pedregal donde se grabó Rubí). Guillermo Ocaña, preso por ser lavadólares de los Beltrán, era conductor televisivo y manager de artistas”, escribió ese día en el rotativo Roberto Zamarripa, en el artículo “Mimetización”.

Guillermo Francisco Ocaña Pradal, ex conductor de televisión (programa De boca en boca) y productor y representante de artistas, está preso desde el 19 de abril último en el capitalino Reclusorio Oriente, sujeto a juicio por ser considerado uno de los principales lavadólares del cártel de los Beltrán Leyva.

La Procuraduría General de la República (PGR), según actas ministeriales, encontró que Ocaña Pradal fue operador de empresas y negocios de Clara Elena Laborín Archuleta, esposa del capo Héctor Beltrán Leyva, alias “El H”, actualmente prófugo; y que es uno de los eslabones que vinculó a gente de la farándula con el narcotráfico.

Una más

Pero existe un litigio de mayor fondo y preocupación para Televisa, a decir de Jenaro Villamil, y esas es “la demanda de Paula Cussi, la última esposa de Emilio Azcárraga Milmo, contra Emilio Azcárraga Jean que dará de qué hablar en las próximas semanas. A menos que Televisa se dedique a intimidar a todos aquellos que osen informar sobre un asunto que está relacionado con el manejo de las acciones y la transparencia del consorcio”, subrayó el periodista.

Reacciones

El analista político Federico Arreola publicó el miércoles en el diario digital SDPnoticias, que él dirige, que el artículo “Reforma, infinitamente superior a Televisa”, en el cual señaló que “Reforma lleva décadas diciendo verdades periodísticas. Televisa lleva décadas diciendo mentiras”, subrayó Arreola.

En su opinión, “es una vergüenza lo que ha hecho la televisora presidida por Emilio Azcárraga Jean que, sin venir al caso, quiso acabar con el prestigio de Reforma.” Según él, al dueño del consorcio televisivo “no lo respetamos los que nos dedicamos al oficio de informar, opinar en los medios de comunicación”.

Para la periodista Aristegui, en su espacio de este viernes en Reforma, la emprendida por Televisa es una “clara, evidente y brutal” campaña de linchamiento, de desprestigio, “con el único afán de aniquilamiento”.

“Problema no es hablar del asunto o cuestionar lo que haya lugar a cuestionar. Problema no es discutir sobre los márgenes que la prensa define para sí misma cuando se está ante un fenómeno que puede rondar en lo criminal. Nadie está negando el tema. El asunto está en otra parte. Los anuncios y la trata no son más que un pretexto para impulsar una campaña de descrédito, intimidación y una suerte de venganza editorial en contra del Grupo Reforma”, comentó.

Es clara la intención de Televisa por presionar a un medio de comunicación que sólo ha publicado, como otros, los enormes y cuestionables favores del actual gobierno federal para la empresa de Azcárraga, con el obvio propósito de favorecer a cualquiera que sea el candidato panista a la Presidencia, y para contrarrestar la influencia que ahora tiene Enrique Peña Nieto con la misma empresa. Cualquiera que denuncie esas colusiones podría ser blanco de una guerra sucia al estilo Televisa.

Puesto que uno de los analistas a los cuales hace referencia el anterior artículo es Jenaro Villamil, resulta conveniente referirnos directamente a él:

Televisa-Reforma: Ataques con trasfondo
Jenaro Villamil
Revista PROCESO 1767
12 de agosto del 2010

Inesperada y virulentamente, Televisa emprendió la semana pasada una campaña de desprestigio contra el Grupo Reforma, basada en una hipócrita denuncia de los anuncios clasificados que publicitan servicios sexuales y que aparecen en las páginas de sus periódicos, en particular los que circulan en la Ciudad de México, Reforma y Metro. El trasfondo de los ataques es de índole muy distinta y tiene que ver con la molestia del poder, que ha dado todo tipo de prebendas al consorcio televisivo, por la conducta del dueño, presidente y director general del grupo editorial, Alejandro Junco de la Vega, que decidió radicar en el extranjero por la inseguridad que se vive en México. En realidad, Televisa, al que Reforma atribuyó haber sido beneficiario de la “ganga” que le permitió obtener dos licitaciones clave en materia de telecomunicaciones, sólo ha sido un instrumento…

MÉXICO, D.F., 11 de septiembre (Proceso).- Cuando Alejandro Junco de la Vega decidió autoexiliarse en 2008 por razones relativas a su seguridad y la de su familia, el dueño y presidente del Grupo Reforma ponía la primera piedra en el hígado del máximo poder que hoy, a través del consorcio de comunicaciones consentido del momento, Televisa, ha colocado a la editorial regiomontana como blanco de una inusitada y virulenta campaña de desprestigio.

En los últimos meses, muchos habitantes de Monterrey –de los más pudientes, por supuesto– atravesaron la frontera norte en busca de un paraíso que sustituyera al que el crimen organizado les arrebató inesperada y violentamente.

Pero el primero que huyó, entre los más prominentes, fue Junco de la Vega.

“Quien se va de Monterrey es un cobarde”, escribió el 29 de agosto en su cuenta de Twitter el presidente y director de Cementos Mexicanos, Lorenzo Zambrano. El magnate regiomontano convocaba a “luchar por lo que creemos. Tenemos que retomar nuestra gran ciudad”.

En menos de dos días la cuenta de Zambrano en esa red social sumó 13 mil 315 seguidores y contribuyó a desatar una campaña en los espacios informativos de Televisa contra el empresario Alejandro Junco de la Vega, cabeza del Grupo Reforma, y contra los periódicos de esa corporación.

La campaña a la que Televisa dio voz y pantalla se inició sutilmente el 30 de agosto, el mismo día que se anunció la detención de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, y en vísperas del cuarto informe de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.

A los 20 minutos de iniciado El Noticiero se aludió al mensaje de Zambrano. El conductor Joaquín López Dóriga contextualizó así:

“Y no es que sean muchos los hombres de negocios que se han ido de Monterrey, pero sí son conocidos. Es el caso del dueño de los periódicos El Norte y Reforma, Alejandro Junco, que es de los que abandonaron Monterrey para irse a refugiar a Texas, donde vive en su residencia de Austin”.

¡Ah! ¡La muy moralista y puritana TELEVISA, dándose baños públicos de pureza, emulando a los jerarcas eclesiásticos como el Cardenal de los Tecos Juan Sandoval Iñiguez que se lanzan duro en contra de los homosexuales pero callaron en su momento en contra de pederastas perversos como Marcial Maciel Degollado sin echarle en cara su maldad cuando aún vivía!

Posiblemente más de un televidente enceguecido por la principal desinformadora de Latinoamérica habrá quedado con la boca abierta sumamente confundido rascándose la cabeza ante la cruzada moralista del hipócrita Joaquín López-Dóriga y los equipos editoriales de la igualmente hipócrita y corrupta TELEVISA para la cual trabaja López-Dóriga. Porque... ¿y la promoción de los mensajes telefónicos de llamadas sexuales por teléfono celular que transmiten por TELEVISA? ¿Y los constantes comerciales de M Force que saturan la televisión abierta transmitida al aire hablando sin pudor alguno sobre los mágicos efectos de ese fraude comercial dizque para prolongar los tiempos de erección del pene convirtiendo a los hombres en sementales incansables? ¿Y las telenovelas de TELEVISA así como su amplia programacion que muestra muchachas adolescentes vestidas como prostitutas? Por otro lado, también es cierto que otros periódicos como EL UNIVERSAL a través de su aviso oportuno también llenan planas y planas de avisos relacionados con ofertas de servicios sexuales, pero el asunto de TELEVISA era personal contra REFORMA. Se trata del mismo monopolio vil que para promocionar a su muy mexicano proyecto Iniciativa México recurrió para uno de sus comerciales a una estrella de cine que desde hace ya mucho tiempo se fué de México para instalar su residencia permanente en el extranjero casándose con un francés haciendo que su hija naciera en los Estados Unidos porque no quería que fuera mexicana de nacimiento, la cual juró lealtad eterna a la bandera norteamericana en una ceremonia en el 2004 en la cual tomó la ciudadanía norteamericana sin intención alguna de regresar al país de la Iniciativa México (al igual que Cristian Castro y Thalía así como muchas otras de las estrellas “nacionalistas” de TELEVISA que aman a México desde el extranjero). Si Salma Hayek, la misma que fue utilizada por la manipuladora TELEVISA para promocionar a Iniciativa México que es “un proyecto de todos los mexicanos”, deja México para siempre adoptando la ciudadanía nortamericana, para TELEVISA ello jamás ha sido motivo de crítica ya que ella está en todo su derecho de hacer tal cosa. Pero si el Sr. Alejandro Junco de la Vega hace exactamente lo mismo por cuestiones de su propia seguridad personal y de su familia, entonces, según TELEVISA, ¡ese hombre es un traidor a la Patria que debe ser llamado a cuentas y cuyos negocios deben de ser clausurados (o mejor aún, confiscados para dárselos a TELEVISA)! De este tamaño es la doble vara utilizada por el monopolio más monstruoso de México. Se trata del mismo monopolio despiadado y acaparador que tiene a sus estrellitas y a sus futbolistas codeándose y prostituyéndose en el Bara Bar con narcos y tratantes de blancas. Pero de eso ni se acuerda el consorcio abyecto al tomar entre sus manos la espada moralista para fustigar y de ser posible tratar de desaparecer al periódico REFORMA obligando de este modo a sus lectores a procurar su información (¿de quién más?) de los manipulados noticieros nocturnos de TELEVISA. En realidad, no se podía esperar menos de este ultracapitalista monopolio aliado a las derechas radicales más insanas de México.

¿Por qué no habla mejor TELEVISA de la forma en la que corre la droga en sus pasillos, de la historia de Sasha Sokol que siendo adolescente fue iniciada en el consumo de cocaína en sus mismos foros, o de cómo fue usada sexualmente por los directivos añejos de la compañía, o en general de cómo las actrices principiantes deben pasar por la “prueba de amor” con los productores, o de los vínculos de actrices de moda con los capos como la Barbie, o de los excesos cometidos en contra del grupo juvenil de coristas de otra de las “consentidas” de TELEVISA, la controversial Gloria Trevi que tanto toleró TELEVISA y a la cual después de su regreso obligado de Brasil por la fuerza de la ley para responder a los delitos de pederastia y corrupción de menores TELEVISA amigablemente resucitó y apoyó para que así la vedette Gloria Trevi pudiera ser todo un “sano ejemplo” para las juventudes de hoy? ¿De estas cosas no tiene nada que decir Joaquín López-Dóriga? ¿De eso no tienen que decir nada en el programa Los reporteros o en el programa dizque periodístico e informativo Tercer grado? ambos de TELEVISA?

En el oneroso y folklorico contexto de celebrarle a Felipe Calderón y a la dupla derecha-ultraderecha que él representa un Bicentenario costoso, resulta ridiculamente patriotero el ataque de TELEVISA al dueño de REFORMA por haber tomado la decisión de cambiar su lugar de residencia a los Estados Unidos por cuestiones de su seguridad personal después de que a fin de cuentas fué el mismo Presidente Felipe Calderón (al que TELEVISA apoyó con una guerra sucia mediática en el el 2006 en la cual lo único que les importaba era ganar la Presidencia “haiga sido como haiga sido”) el que sin pedirle parecer alguno a los mexicanos colombianizó a México con su guerra de legitimación, llevando 30 mil cadáveres contabilizados al acercarse el final del 2010. Las libertades y derechos de que se gozan valen por el solo hecho de ejercerlos y esto incluye la libre decision de no radicar en el pais por motivos de seguridad. No se dude que la prensa porfirista haya hecho los mismos ataques en contra de Francisco I. Madero o los hermanos Flores Magon cuando éstos también tuvieron que salir del país).

El artículo citado arriba de Zócalo, además de hacer referencia al analista Jenaro Villamil, hace referencia también a otro conocido analista, al cual consultaremos a continuación sobre el mismo tema:

Televisa va contra REFORMA
Raymundo Riva Palacio
9 de septiembre del 2010

En esta semana, de manera sistemática, Televisa inició una campaña contra los anuncios de favores sexuales que aparecen en las páginas de clasificados de los periódicos, porque abren la puerta, argumentaron en sus noticieros apoyándose en un debate público reciente en España, a la delincuencia. La campaña podría detonar una discusión seria sobre la responsabilidad social de los medios de comunicación en México, que buena falta hace, salvo por un pequeño detalle: el ejemplo que usan para ilustrar el caso mexicano son los periódicos Reforma y Metro, propiedad de Alejandro Junco de la Vega.

Reforma y Metro no son los diarios que más anuncios de ese tipo publican. Incluso, en los mismos días en que se dieron los reportajes en los noticieros de Televisa, El Universal y El Gráfico, que pertenecen a una misma casa editorial, publicaron más del doble de páginas que sus competidores de anuncios sexuales, tan gráficos uno como el otro. Televisa no mencionó a esos dos diarios, ni a otros como La Prensa o el ESTO, que también dan cabida a ese tipo de clasificados, o las revistas que tienen en ese tipo de publicidad parte de sus ganancias. Es decir, sobre un tema de noble propósito, se esconde una campaña que apenas empieza. No es el debate lo que importa a Televisa, sino abrir fuego contra Junco de la Vega.

Tampoco es un asunto personal, pero han centrado al grupo de Junco de la Vega por su aval a una política editorial de doble moral. TV Azteca, cuando Reforma inició una campaña contra su propietario Ricardo Salinas Pliego señalando que no podría viajar a Estados Unidos porque sería detenido como consecuencia de un fraude con Unefon – que no era cierto–, tuvo como respuesta una semana en los noticieros de la empresa donde recordaban, a partir de una entrevista con el padre de Junco de la Vega, la forma como se hicieron de la empresa y lo expulsaron de ella. En el caso de Televisa, de acuerdo con información interna, mucho habían perdonado de cobertura parcial hacia la empresa sin réplica, hasta que se dio un quiebre, cuando el Grupo Reforma publicó en agosto, a propósito de la compra de 30 por ciento de acciones de Nextel, que había sido una “ganga”.

Reforma, que es el periódico de mayor influencia entre las élites mexicanas – como El Norte, su nodriza, lo es en Monterrey, la capital financiera nacional–, calificó sistemáticamente como “ganga” la operación con Nextel y desoyó las explicaciones que les procuraron dar los ejecutivos de Televisa. El Grupo Reforma publicó que Televisa había pagado, en sociedad con Nextel, 180 millones de pesos por una parte del espectro radioeléctrico de 30 megahertz a nivel nacional, comparando con un bloque de 10 megahertz que había adquirido Telcel en el centro de México, por mil 372 millones de pesos.

Esta serie de informaciones motivó que varias de sus plumas más importantes del Grupo opinaran sobre el mismo asunto y en el mismo tenor que había inducido la información tergiversada, que comenzó a ser pública cuando el responsable de comunicación de Televisa, Manuel Compeán, aclaró en una de las réplicas que hizo que los 180 millones era un pago inicial, ya que el pago total sería por 18 mil 300 millones de pesos. Además, agregó Compeán, Nextel invertiría más de 19 mil millones de pesos en desarrollo de infraestructura y aclaraba que cuando se abrió la licitación, nadie más había querido invertir.

La cobertura en el Grupo Reforma sobre la alianza con Nextel sólo agudizó una serie de desencuentros, cada vez más ácidos, entre ejecutivos de ambas empresas. En mayo, el mismo Compeán envió una carta para refutar una columna de Roberto Zamarripa, subdirector editorial, donde mencionaba que un promocional de Yucatán dentro de la serie Estrellas del Bicentenario, había costado 10 millones de pesos. “Es falso”, afirmó Compeán, quien señaló que no era la primera vez que utilizaba datos no confirmados para argumentar su información.

En agosto, la ex subsecretaria de Comunicaciones, Purificación Carpinteyro, publicó una columna en el diario sobre compras que había hecho Televisa de operadores de cable en varias ciudades del país, y tocaba el tema de la asignación del espectro a su sociedad con Nextel. “Cuando se trata de un grupo tan poderoso como Televisa, lo conveniente es no ver, no preguntar y no escuchar, a menos de que se trate de aprobar operaciones de compra de nuevas propiedades por dicho grupo”, escribió Carpinteyro. El artículo motivó llamadas para exigir una réplica, que según ha trascendido en ambas empresas, fue rechazada en varias partes por los editores de Reforma –los intentos para hablar con un responsable fueron en vano–, con el argumento que era un tema viejo.

Rápidamente comenzaron las respuestas. El 29 de agosto, el presidente de Cemex, Lorenzo Zambrano, criticó en su cuenta de twitter, @LHZambrano, a todos los regios que estaban huyendo de Monterrey por el clima de inseguridad. “Quien se va de Monterrey es un cobarde”, escribió en una serie de mensajes que difundió masivamente. “Hay que luchar por lo que creemos. Tenemos que retomar nuestra gran ciudad”. Al día siguiente, en El Noticiero de Joaquín López Dóriga, se hizo referencia a la crítica de Zambrano y, como contexto, recordó que Junco de la Vega se había ido de Monterrey. En efecto, el dueño del Grupo Reforma se fue a vivir a Austin cuando recibió un video con las imágenes de un día en la vida de toda su familia, enviado por el Cártel del Golfo. Pero eso había sido más de dos años antes, y Zambrano no se refería él, sino a otras personas que huyeron recientemente.

Ahí se perfiló lo que estamos viendo. Una semana después, vinieron los reportajes sobre los anuncios clasificados, y el Grupo Reforma, como es su costumbre, no respondió. Pero no siempre ha sido así. Cuando TV Azteca difundió su serie sobre la historia de la propiedad de El Norte de Monterrey, los diarios publicaron un editorial – que no tienen– en primera plana – lo que es extraordinario– para refutar a Salinas Pliego. Y discretamente bajaron los ataques en su contra. ¿Eso es lo que busca Televisa, cuyo alcance, en un mal día es de 40 millones de mexicanos? No está claro todavía. Lo que sí, como dijo una de las personas prominentes en la empresa, es que el pleito, “va para largo”.

La acometida despiadada de TELEVISA emprendida en contra del periódico REFORMA pese al bien ganado prestigio y el enorme alcance nacional de éste último medio masivo de comunicación evidencía algo terrible: TELEVISA se siente con la facultad, el pleno derecho y el poder de poder destruír la vida de cualquier mexicano, inclusive políticos de alto nivel, si no se ponen de rodillas ante el emporio depredador que es TELEVISA acatando sus dictados y caprichos. No hay nadie en México a quien TELEVISA tema enfrentarse con el fin de desprestigiarlo y de ser posible hundirlo (exceptuando quizá la terrible ultraderecha que desde las entrañas del PAN está co-gobernando al país, con la cual TELEVISA mantiene pactada una tregua de mutuo respeto). Semejante poder de subyugación y dominio no tiene paralelos en el continente americano. Para encontrar algo similar, tendríamos que remitirnos a los medios de comunicación oficialistas de la Rusia soviética o a los medios informativos en los tiempos de Hitler.

El intenso golpeteo mediático en contra de Reforma encabezado por el jilguerillo oficial de TELEVISA, Joaquín López-Dóriga, adquiere dimensiones grotescas si se considera que, por norma, TELEVISA nunca concede en sus espacios mediáticos a nadie el derecho de réplica, algo a lo cual en otros países estaría obligada por Ley a hacerlo bajo pena directa de la cancelación de su concesión para operar al aire en las frecuencias que tiene monopolizadas. No le dió derecho de réplica a Diario Reforma, ni se lo dá a nadie porque TELEVISA siempre se ha creído con derecho de poder hacer lo que le pegue la gana hacer en un país cuyos políticos le permitieron convertirse en el monstruo en el que se ha convertido. Y si alguien se resiste a su poderío fáctico, para ello el junior de TELEVISA tiene a toda su jauría lista para el ataque:





Si TELEVISA tuviese aunque fuese un mínimo de decencia y de congruencia, al menos durante su intenso golpeteo mediático en su noticiero estelar en contra de REFORMA habría dejado de transmitir al aire sus comerciales promocionando condones SICO “para darte placer y protección segura”, o los condones Trojan que “garantizan el máximo placer sexual con tu pareja”, o los productos de Multi-O tales como “el gel estimulante sexual femenino” que “facilita e intensifica el orgasmo”. Pero estos anuncios de fuerte contenido sexual explícito continuaron siendo transmitidos sin interrupción alguna, seguramente como parte del esfuerzo de TELEVISA para “educar a la juventud mexicana” que aprende más sobre asuntos que deberían estar enseñando en las escuelas públicas si la SEP no estuviese bajo la agenda de un gobierno federal moldeado por la derecha ultraconservadora de México.


El mismo Joaquín López-Dóriga que amparándose cobardemente tras el terrible poder desinformador que le concedió la empresa televisiva más corrupta del hemisferio se lanzó con aires moralizadores de pureza en contra de REFORMA, le abrió sus espacios informativos a una entrevista prolongada con Felipe Calderón (sin derecho de réplica concedido para miembros del Congreso o del Senado) para tratar de limpiarle aunque fuese un poco su desgastada imagen ante el pueblo de México. Y lamentable fue tal defensa, porque no es posible tapar el sol con un dedo como nos lo comenta el siguiente editorialista:

Fétido huevo de serpiente
Raúl Jiménez Vázquez
Revista Siempre! Num. 2987
12 de septiembre del 2010

En el marco de las fiestas del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución, a todos los hogares mexicanos se está haciendo llegar una bandera acompañada de una carta del presidente Calderón, en la que, entre otros aspectos, se explica que el águila plasmada en el escudo nacional representa al pueblo en actitud de combate contra sus enemigos, quienes a su vez son identificados con la serpiente en proceso de devoramiento por el ave real. El texto no deja lugar a dudas. Se trata de una apología de la brutal guerra antinarco que tiene al país en vilo.

La versión presidencial es ajena a la verdad resultante del proceso histórico. Se pretende alterar la interpretación imperante a lo largo del tiempo y que ha sido transmitida de generación en generación hasta constituir una parte fundamental del acervo de creencias alojadas en el imaginario colectivo.

Ernest Cassirer, figura central de la antropología filosófica, afirma que la capacidad de imaginar y producir símbolos es la nota que caracteriza a lo específicamente humano. A través suyo se atribuye valor o significado a las cosas, al proceso mismo de la vida, y se gestan los mitos, las creencias sociales compartidas.

Para el investigador Enrique Florescano, los mitos son los pilares de la vida comunitaria y dan razón de ella a las subsecuentes generaciones. Su fin es almacenar, ordenar y transmitir la memoria histórica. Conjuran el riesgo del olvido y aseguran la cohesión y la continuidad de las culturas. En su versión oral o escrita, adquieren la forma de una enciclopedia inventada por los pueblos para preservar su identidad y garantizar su sobrevivencia. Por ello, en palabras del autor de la teoría psicológica de los arquetipos, Carl Gustav Jung, los mitos están fuertemente enraizados en el inconsciente colectivo.

Tal es la importancia del mito de la fundación de la gran Tenochtitlán que se recoge en el escudo nacional. Al desvirtuar su esencia, su estructura y su lenguaje simbólico se está menospreciando el pasado, los significados fundamentales, las coordenadas existenciales, la memoria y la identidad histórica de los mexicanos.

La gravedad del asunto se magnifica con el hecho de que el ánimo revisionista del Ejecutivo federal no es sino una maniobra mediática, un artilugio propagandístico, tendiente a imprimir legitimidad política a una guerra desarrollada al margen y en contra de los mandatos constitucionales y que ha acarreado más de 28 mil muertes y más de 3 mil desapariciones forzadas. Las metáforas que aluden al pueblo en posición de combate y a sus enemigos en vías de ser exterminados así lo ponen de manifiesto. Se trata, pues, de la proyección de un escenario bélico, un teatro de operaciones milicianas, tal cual se describen en el manual de operaciones en campaña editado por la Secretaría de la Defensa Nacional.

A lo anterior, se añade el uso del término “enemigo”. Nunca antes, ningún antecesor de Calderón se atrevió a incorporar ese concepto al discurso presidencial. Entre otras razones, porque implica el reconocimiento de la existencia de un conflicto armado interno al que podrían aplicársele las reglas del artículo tercero común de los cuatro Convenios de Ginebra de 1949, todos ellos suscritos y ratificados por el Estado mexicano. No en balde, en el manual militar en cita se define al enemigo como el grupo adversario contra el cual deben actuar las Fuerzas Armadas. Conviene recordar que cuando los genocidas de la junta militar argentina pretendieron eludir su responsabilidad argumentando que el exterminio de los guerrilleros y demás opositores políticos no fue fruto de una guerra en el sentido estricto de la palabra, el fiscal Julio Strassera desactivó el alegato invocando los mensajes oficiales y las directivas militares en los que se aludía expresamente a la figura del “enemigo”.

Puesta en voz de los poderosos, la palabra “enemigo” es sumamente peligrosa. Tiene la consistencia del chicle y literalmente puede ser llenada con cualquier contenido, según lo demanden las prioridades y conveniencias del grupo gobernante y sus aliados estratégicos. La Santa Inquisición tuvo como enemigo primigenio a los herejes; luego, esa condición fue imputada sucesivamente a los judaizantes, los moriscos, las brujas, los hechiceros, los homosexuales, las abortistas, los intelectuales —como Fray Luis de León y Fray Luis de Granada—, los masones y los librepensadores.

El binomio amigo-enemigo fue concebido por el jurista alemán Carl Schmitt para justificar las leyes de Nuremberg de 1935 que dieron sustento al holocausto perpetrado por el régimen nazifascista de Adolfo Hitler; los semitas constituyeron el enemigo inicial; más tarde, fueron los polacos, los armenios, los gitanos, los homosexuales, los vagabundos, los portadores de una cara prohibida, los que tenían algún defecto físico y, en general, todos los que ostentaban una “vida indigna de ser vivida”, según el aporte doctrinario del penalista alemán Edmundo Mezger, en quien, por cierto, se inspiró el tratadista Gunter Jakobs para dar a luz a la teoría conocida como el “derecho penal del enemigo” en la que están basadas la Patriot Act de los Estados Unidos y algunas partes de la reforma constitucional en materia penal aprobada por el Constituyente Permanente en el año 2008.

¡Vaya forma de festejar los magnos acontecimientos patrios! Atentando contra los símbolos en los que se funden la memoria histórica y la identidad nacional y depositando en ellos un fétido huevo de serpiente extraído del vientre mismo de la mítica Gorgona.

El siguiente trabajo hace hincapié en algunos de los puntos señalados arriba destacando la doble moral de TELEVISA:

La doble moral de Televisa
Miguel Ángel Granados Chapa
Plaza Pública
13 de septiembre del 2010

Con precario sentido de la oportunidad, Televisa tomó de pretexto un debate planteado en España hace dos meses –el 15 de julio–, para trasladarlo a México. Se trata de la publicidad del comercio sexual. Como si su práctica fuera exclusiva de Reforma y Metro, el principal noticiario del monopolio de la televisión abierta dedicó largo tiempo la semana pasada a exhibir la “doble moral” de la casa editora de esos diarios, que por un lado en sus contenidos informativos y editoriales denuncia la trata de personas con fines de explotación sexual y por otro la propicia con fines puramente mercantiles mediante anuncios de servicios sexuales.

El asunto ha sido debatido en España. Televisa hubiera servido a la sociedad mexicana si lo planteara a México en todos sus términos. Pero esa noción de servicio es ajena a la práctica del monopolio. De lo que se trata es de atacar a un medio, Reforma, caracterizado por la puntual cobertura de los abusos del negocio de la familia Azcárraga, y su fructífera relación con el gobierno. Las particularidades de la licitación 21 mediante la cual Televisa ingresa directamente a la telefonía móvil, en medio de una polémica que incluyó al Congreso de la Unión frente al Ejecutivo, fueron seguidas puntualmente por Reforma, y abordados por varios de sus colaboradores, entre los cuales se encuentra Javier Dondé, director de información de Televisa, que con la libertad que caracteriza a quienes participan en este diario expuso sus criterios o los de la empresa a que sirve en un cargo de alta responsabilidad.

Un artículo de Purificación Carpinteyro mereció una respuesta del consorcio, que no pudo ser publicada de inmediato porque no se atenía a las reglas que rigen la correspondencia de los lectores. Era demasiado extensa, y Televisa no accedió a reducir su extensión, como en cambio suelen hacer lectores que practican su derecho de réplica. Entonces, como si se tratara de un acto de censura, Televisa publicó su texto como desplegado en otros medios, pretendiéndose indefenso ante un poderoso medio cerrado a la crítica.

Esa reacción evidenció el estado de ánimo de los dueños y directivos de la televisora, que acaso con la información sobre su cobertura del quinto informe de Enrique Peña Nieto, su candidato a la Presidencia de la República, llegó al colmo de la intolerancia. Televisa y no la televisora estatal, el canal 34 produjo el informe. Se pretendía hacerlo subrepticiamente y por eso los logotipos de casi todos los vehículos utilizados al efecto fueron ocultados. Pero uno quedó al descubierto, y ofendidos empleados de la televisora pública revelaron con pormenores este nuevo aspecto de la estrecha relación entre Televisa y Peña Nieto.

Entonces se resolvió castigar o intimidar a Reforma, por entrometerse Es una práctica bien conocida en Televisa. Un caso paradigmático de ese uso faccioso de una señal concesionada fue el que frustró un intento de participación del multimillonario Isaac Saba en una alianza con Telemundo y General Electric para constituir una tercera cadena que compitiera con Televisa y TV Azteca. Mediante reportajes que atribuían a la empresa distribuidora de medicamentos propiedad de Saba los altos precios de los fármacos y hasta la muerte de quienes no estaban en condiciones de comprarlos, denigraron la imagen del empresario y le hicieron saber cuán firme era la decisión de impedir la competencia. Ante semejante agresión, que nada tenía de periodismo de servicio público, Saba abandonó su intento de participar en el negocio de la televisión.

A esta altura de mi exposición me asalta una duda. Me pregunto si en realidad Televisa ha iniciado un debte sobre la publicidad impropia y se propone obtener conclusiones que modifiquen las pautas de los medios de comunicación en esa materia. Ello implica una severa autocrítica, y el señalamiento de otros medios cercanos a la televisora a los que se puede tachar con los adjetivos lanzados contra Reforma. El socio de Televisa en la radio, el consorcio español Prisa, publica como es bien sabido el diario madrileño El País. Como casi toda la prensa española, ese diario incluye en su sección de avisos clasificados publicidad como la que Televisa reprocha a Reforma. Es de suponer que los socios del monopolio mexicano han encontrado sano ese propósito y lo comparten.

En ese afán de denuncia de la doble moral, Televisa hará en el examen autocrítico que imagino, una revisión de sus emisiones electrónicas y de sus publicaciones impresas. Una de ellas, TV y novelas merece la descalificación asestada a Reforma, porque sus páginas finales están dedicadas íntegramente a anunciar películas pornográficas y avisos de adivinas y hechiceras cuyo negocio consiste en explotar la candidez de los lectores de esa revista de frivolidades. Semejante actitud debe asumir la televisora respecto de sus propias pantallas. No me refiero, porque no me impulsa ningún afán moralista, a los contenidos de algunas de sus telenovelas, que escandalizan a no pocas buenas conciencias. Me refiero a la violación de la ley en que incurre cotidianamente la televisora al exceder con mucho los límites de tiempo dedicados a la transmisión de comerciales y a la naturaleza de muchos de ellos. Proliferan, no sólo a deshoras sino en el mismo noticiario pudibundo, anuncios de productos que engañan con la promesa de belleza o salud inmediatas, y aun los de brujas capaces de escudriñar el futuro y modelar las vidas con sus augurios.

¿Doble moral? He ahí la de Televisa.

Naturalmente, si alguien desde una posición importante intenta hacer frente a TELEVISA para menguarle aunque sea un poco su inmenso poder desinformativo regresándola al medio de entretenimiento que solía ser en los días en los que era simplemente XEW Radio (aquellos tiempos idos de Cri-Cri el grillito cantor y el programa de misterio El Monje Loco), tendrá que estar preparado para ser “fichado” nacionalmente por TELEVISA a través de sus noticieros y sus desinformadores profesionales como todo un peligro para México. Y para ser hundido y destruído por el monopolio de comunicación más parcial, más torcido, más injusto y más inequitativo que haya habido en el continente americano. Y allí están las experiencias del diario REFORMA y del ex-candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador para corroborarlo. Precisamente por esto se oponen tenazmente los ultraderechistas radicales antisemitas de México anclados en la ciudad de Guadalajara al socialismo y a las televisoras estatales de tipo cultural como la BBC de Londres, para que pueda haber medios de comunicación poderosos y manipuladores como TELEVISA. Aliados con ellos, claro está.


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POST SCRIPTUM:


Tiempo después de que el consorcio bully TELEVISA desplegara su músculo mediático en contra del diario REFORMA, un conocido luchador social tenía que decir lo siguiente acerca del amoral y vendidísimo jilguerillo oficial del noticiero nocturno Joaquín López-Dóriga:

López Dóriga, la inmoralidad mediática
Javier Sicilia
Agencia APRO
13 de diciembre del 2010

Poco antes de la maquillada transición democrática, cuando el gobierno señoreaba abiertamente al país como una dictadura, los medios noticiosos –en particular los de Televisa, encabezados entonces por Jacobo Zabludovsky– estaban perdidos en los principios y en la moral. El apetito del dinero y la indiferencia por la dignidad habían actuado para dar a México medios cuyo único objetivo era aumentar el poder del gobierno, el lucro de las empresas mediáticas y el envilecimiento de todos.

En esos tiempos, el Excélsior de Julio Scherer y –después del golpe perpetrado por el gobierno de Echeverría– la revista Proceso, que se fundó con el apoyo de una ciudadanía indignada, eran la excepción. Sus batallas, su periodismo de investigación, su devoción por la verdad, su negativa a pactar con los poderes, no sólo mantuvieron viva la voz de la nación, sino que sentaron las bases de lo que ahora es la libertad de prensa en nuestro país.

En medio de esa libertad, Proceso, dirigida ahora por Rafael Rodríguez Castañeda, ha seguido el mismo camino y continúa siendo una referencia incómoda para el poder y para esos medios que, como los auspiciados por Televisa, no han dejado de ser lo que siempre han sido: la vergüenza de este país. No es otra cosa lo que López Dóriga –ese periodista inescrupuloso, continuador del Zabludovsky del antiguo régimen– mostró cuando –días después de la publicación del reportaje de Ricardo Ravelo Testigo estelar (Proceso 1777), y de la publicación de un capítulo del libro de Anabel Hernández Los señores del narco (Proceso 1778)– divulgó y magnificó en su noticiario que Sergio Villarreal, El Grande –testigo protegido que en el reportaje de Ravelo había manifestado conocer a Calderón a través del senador Guillermo Anaya–, decía haber dado al periodista 50 mil dólares para que guardara silencio con respecto a su persona.

Se trataba –como lo dijo el propio López Dóriga en un alarde de servilismo avalado por los periodistas que lo acompañaban en el programa Tercer Grado– no de una noticia, sino de un lección: mostrarle a Proceso, primero, que la fuente de Ravelo, El Grande, que dice conocer al presidente, se volvía ahora contra él; segundo, que si en ese caso la fuente mentía, también mentía en relación con sus declaraciones sobre Calderón y Anaya; tercero, que Proceso, el cual recurre a testimonios de testigos protegidos, se ha convertido en un semanario corrupto que tiene relaciones con el narcotráfico y que utiliza cualquier tipo de información para desprestigiar al gobierno; cuarto, que a partir de ese momento todo lo que ha dicho o diga Proceso es sospechoso de falsedad. Se trataba, bajo una moralina seudoperiodística, de linchar a Proceso, de desprestigiarlo, de reducirlo a un periodismo de calumnia, a un pasquín que dejó de ser lo que fue para mentir.

La evidencia más clara de esta bajeza está en la manera en que el propio López Dóriga manipuló los argumentos que Ravelo utilizó en su reportaje Testigos protegidos: creerles a conveniencia (Proceso 1778). Según Ravelo –palabras que el propio López Dóriga utilizó para darle esa supuesta lección a Proceso– los testigos protegidos “mienten”. Lo que, sin embargo, López Dóriga omitió es, primero, que mienten porque “en manos de las autoridades sufren presiones económicas, malos tratos y frustración”; segundo, que cuando esos mismos testigos “se refieren a funcionarios poderosos del gabinete federal no se les toma en cuenta”; tercero, que “con frecuencia los testigos protegidos se quejan de que en la SIEDO son obligados a declarar en contra de gente que no conocen…”.

Ni López Dóriga, quien sí ha difamado muchas veces para servir a sus patrones –recordemos sus ataques contra el diario Reforma por denunciar los beneficios obtenidos por Televisa y Nextel en la asignación de frecuencias radioelectrónicas y la reciente divulgación de una supuesta corrupción entre directivos de la industria farmacéutica y del Seguro Social porque así convenía a esa empresa televisiva–, ni quienes lo acompañaban en Tercer Grado tuvieron el profesionalismo de verificar si los señalamientos de El Grande sobre su encuentro con Calderón eran falsos; ni si la acusación de ese testigo protegido contra Ravelo era el producto de una coerción de la SIEDO para golpear a Proceso.

Reunidos en el foro televisivo, Dóriga, Marín, Maerker, Gómez Leyva y Micha habían dejado de ser periodistas para convertirse en los inquisidores de Proceso, en servidores de esas Iglesias degeneradas llamadas Gobierno y Televisa, y en verdugos impolutos de un periodismo que no ha dejado de denunciar sus corrupciones y desaciertos. Habían dejado de honrar la palabra, a la que un día sirvieron con dignidad, para volver al viejo objetivo de los medios verdaderamente corruptos: aumentar el poder autoritario del gobierno, el lucro de las empresas mediáticas de las que viven y el envilecimiento de todos.

A los que hacemos Proceso nunca nos ha interesado caminar apoyándonos en los pobres privilegios de los que saben arreglárselas con el poder. Nuestra ambición es y ha sido dar testimonio y gritar cada vez que es posible en nombre de aquellos a quienes los poderes aplastan. Eso, para honra de la verdad, jamás podrán acallarlo.

Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez, sacar a la Minera San Xavier del Cerro de San Pedro, liberar todos los presos de la APPO y hacerle juicio político a Ulises Ruiz.

No hubo de pasar mucho tiempo después de que fuera publicado el análisis anterior para que la soberbia y abusiva TELEVISA sacara sus dagas y sus cuchillos para emprenderla con todo su poderío en contra de la revista PROCESO, esto con la intención de darle una lección a los demás medios verdaderamente independientes de que nadie, absolutamente nadie se mete con TELEVISA sin que su atrevimiento quede sin castigo. Naturalmente, el que esta vil empresa mediática pueda actuar con tanta impunidad es una de las consecuencias de que el mismo Felipe Calderón haya llegado a la Presidencia de México teniendo facturas políticas a pagarle a esta empresa a cambio del apoyo recibido en las elecciones presidenciales del 2006 en donde lo importante para el PAN y el Yunque era ganar haiga sido como haiga sido, aún a costa de venderle el alma al Diablo.