Dos Estados, dos rumbos
En las elecciones del 4 de julio del 2010 celebradas en México, hubo de todo, y dos casos resaltan en particular porque representan situaciones antípodas: Baja California y Puebla.
Empezaremos con el Estado de Baja California.
Resulta que en Baja California, considerado por muchos analistas como uno de los estados más panistas de todos (de allí surgió el primer gobernador de oposición en México que no pertenecía al entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional, Ernesto Ruffo Appel, nacido por cierto en los Estados Unidos de Norteamérica, en San Diego, California, siendo por lo tanto un ciudadano norteamericano, un hecho que en las elecciones del 4 de julio del 2010 muy convenientemente se les “olvidó” a todos los panistas del Estado de Aguascalientes que neciamente pretendieron judicializar los procesos electorales para inhabilitar al triunfador Carlos Lozano de la Torre bajo el argumento de que era ciudadano norteamericano), el PAN acumuló una serie de derrotas sorpresivas que no se esperaba en dicho Estado. En cualquier otra parte de México el PAN hubiera esperado reveses, menos en Baja California.
Veamos el siguiente editorial:
Indiferencia
Jaque Mate
Sergio Sarmiento
12 de julio del 2010
La alternancia política en México nació en Baja California. En julio de 1989 el panista Ernesto Ruffo se levantó con el triunfo en la elección para el gobierno de Baja California.
Los priístas locales se negaron a aceptar la derrota y organizaron movilizaciones para “defender el estado”.
Desde la ciudad de México el entonces presidente nacional del PRI, Luis Donaldo Colosio, tuvo que aparecer en una conferencia de prensa para reconocer la derrota de su partido. Nunca antes en la historia contemporánea de México el PRI había reconocido una derrota en una elección para un gobierno estatal.
La victoria de Ernesto Ruffo el 2 de julio de 1989 abrió las puertas a la alternancia de partidos en el poder.
Por ello es quizá tan significativo que el PRI haya ganado este pasado 4 de julio 13 de 16 distritos electorales y los cinco municipios del estado.
En medio de todos los análisis sobre las elecciones del 4 de julio, la importancia del triunfo priísta en Baja California se ha perdido de vista, quizá porque el gobierno del estado no estaba en contienda.
Pero la derrota del PAN en lo que hasta ahora era uno de sus mayores baluartes en el país es muy significativa.
Uno de los principales factores en este resultado ha sido la abstención, que en Tijuana alcanzó casi el 70 por ciento.
La experiencia nos dice que el PRI, con su capacidad para sacar a votar a sus simpatizantes, tiene mejor desempeño en comicios donde hay poca participación.
Pero el abstencionismo es síntoma de una enfermedad más profunda.
Los ciudadanos de Baja California, como muchos otros del país, se muestran insatisfechos con la actuación del gobierno.
Y en este caso el gobierno tiene un rostro panista.
Al Gobierno federal de Felipe Calderón, los bajacalifornianos le achacan la fallida guerra contra el narcotráfico y la crisis económica, además de medidas como el Siave que al dificultar el cruce de la línea han disminuido de manera radical el turismo fronterizo.
Al gobierno estatal del también panista José Guadalupe Osuna se le culpa por la falta de liderazgo ante la inseguridad y las recesión.
Al presidente municipal panista de Tijuana Jorge Ramos se le cuestionan unas obras públicas de recubrimiento de calles con concreto hidráulico que generaron un caos vial durante los últimos dos años y que están dejando profundamente endeudado al gobierno municipal.
Más que llevar a los votantes a apoyar de manera masiva a los candidatos del PRI, las circunstancias los llevaron a la abstención.
Pero el PRI no necesitaba más para el triunfo.
Mientras los panistas en el país celebran tres triunfos en alianzas con el PRD y candidatos priístas o ex priístas, pierden de vista que en Baja California, la tierra donde el país empezó su andadura por la alternancia, están las claves que les han hecho perder terreno de forma tan importante en el país.
Los ciudadanos ven a un PAN gobernante que impulsa estrategias sin éxito que terminan por dañar los intereses de los habitantes.
Al hablar con los bajacalifornianos encuentro una decepción generalizada.
Nadie podría objetar que el estado que dio origen a la alternancia se hubiese volcado una vez más por el PRI, siempre y cuando lo hubiese hecho en un acto de consciente rebeldía ante el PAN después de más de dos décadas de gobierno.
El problema es que, al ausentarse de las urnas, ha dejado simplemente que el PRI regrese al poder en medio de una total indiferencia.
Así pues, más que un vuelco masivo de conciencias populares hacia el PRI para regresar al viejo sistema político de antes, en Baja California lo que ocurrió fue que simplemente mucha gente que simpatizaba con el PAN perdió su entusiasmo, quedó sumamente decepcionada con la actuación de dicho partido en el poder, y las multitudes que antes salían a votar para garantizarle al PAN una abrumadora mayoría simplemente se quedaron en casa. Dejaron que el PAN se desfondara por sí solo.
La derrota el PAN en Baja California fue una derrota también para la Organización Nacional del Yunque en sus propósitos de consolidar una dictadura de corte fundamentalista disfrazada de democracia.
La derrota el PAN en Baja California fue una derrota también para la Organización Nacional del Yunque en sus propósitos de consolidar una dictadura de corte fundamentalista disfrazada de democracia.
Destaca el hecho de que Felipe Calderón, tras la debacle del PAN en Baja California y al echar a Fernando Gómez Mont de la Secretaría de Gobernación, recurrió precisamente a Baja California para rescatar del ostracismo político precisamente a uno de los que tuvieron que ver con la derrota del PAN, a nadie menos que al actor principal que estuvo maniobrando toda la política sucia para sostener en dicho Estado el otrora amplio predominio del PAN en la península, un individuo relativamente desconocido para el resto de México más no tanto así para los bajacalifornianos, el neopanista (ingresó al PAN en los años noventa) José Francisco Blake Mora:
considerado en Baja California como “el verdadero poder detrás del trono” (un caso parecido aunque en menor escala al de José Córdoba Montoya), quien gobernaba realmente en lugar de José Guadalupe Osuna Millán. Blake Mora siempre ha estado perfectamente identificado como el jefe político del grupo local “Los Rojos”, y contrariamente a lo que muchos pudieran suponer, estos “rojillos” no tienen absolutamente nada que ver con los comunistas de corte clásico, sino por el contrario tienen que ver más con el rojo del Franquismo de España, con los ideales de la derecha y la derecha extrema. Blake Mora fue precisamente el estratega electoral del Gobernador Osuna y el hombre de todas las confianzas del juramentado Yunquista y presidente nacional del PAN César Nava para los comicios del 4 de julio del 2010. Y fue Blake Mora quien llevó al partido al desastre, ya que por primera vez desde que en los años 90 llegaran al poder con la primera gubernatura conquistada al viejo régimen en la Historia de México, el PAN quedó aplastado, ya que el PRI, que casi realizaba una contienda testimonial, le arrebató los cinco municipios y la mayoría de las 21 diputaciones del Congreso local. Comportándose como un patán altanero en unas elecciones tan importantes, Blake Mora impuso su jefatura política para doblegar al senador Alejandro González Alcocer y al diputado federal Francisco Vega, ambos de Baja California, quienes se oponían a las imposiciones del jefe de “Los Rojos”. Pero poco le importó, y con el apoyo del Yunquista César Nava, fue colocando candidatos a su modo. De esa forma, puso como aspirante a la alcaldía de Tijuana –estratégica en Baja California porque controla la distribución del agua, el principal detonador de apoyo electoral–, a Carlos Torres, quien durante la campaña presidencial de Calderón había apoyado a Blake Mora como coordinador de las redes electorales. Igualmente hizo a un lado a los panistas para llevar como candidato a la alcaldía de Mexicali a Alfonso Álvarez. La estrategia de Blake Mora demostró sus enormes fallas en la consolidación de un PAN que pudiera ser capaz de enfrentar al PRI y hacer olvidar a la población de que el principal culpable de la enorme crisis de inseguridad y desempleo que Baja California comparte con el resto de México han ocurrido precisamente bajo el panismo en el poder. Mientras en Baja California el narcotráfico florecía y la violencia era rampante, Blake Mora solía pasar los fines de semana en Ensenada, en hoteles de lujo y pescando en yate en compañía del secretario de Seguridad Pública estatal. La relación de Blake Mora con el Gobernador Osuna nació a través de su hermano, el defenestrado presidente de la Cofetel, Héctor Osuna, precisamente con quien había formado el grupo político de “Los Rojos”, en compañía de la Oficial Mayor estatal y ex diputada federal Ruth Hernández, y de otro ex legislador, Cuauhtémoc Benavides. Y precisamente a este hombre, con estas credenciales, Felipe Calderón como Presidente de México lo nombró como Secretario de Gobernación el martes 13 de julio del 2010, para así poder ponerse de acuerdo desde las altas redes del poder con el Yunquista presidente nacional del PAN César Nava en las estrategias necesarias para perpetuar al PAN en el poder sin permitir que sea expulsado como merecido castigo popular aplicado a los responsables del hundimiento de México. Y de paso posicionándolo en la delantera para la contienda por la gubernatura del mismo Estado de Baja California como parte del gran plan nacional del PAN-Yunque para retener la silla presidencial a toda costa por los siglos de los siglos (El martes 13 es considerado en México por los supersticiosos como un día de mala suerte. Y considerando que el de la mala suerte ciertamente no es Blake Mora al cual le cayeron como llovidos del cielo fama, poder y dinero como posible consecuencia de las asociaciones “rojas”, grises y obscuras que ha estado forjando con los poderes fácticos que están gobernando al país tanto abiertamente como tras bambalinas, resta preguntarse quiénes terminarán siendo los de la mala suerte a raíz del nombramiento hecho por Felipe Calderón de este hombre como Secretario de Gobernación.)
Pero si el PRI triunfó por default aprovechando la decepción que los desgobiernos panistas terminaron produciendo entre los habitantes de Baja California, en el Estado de Puebla fue una situación diferente. Y fue en Puebla en donde el Yunque obtuvo un avance significativo al arrancarle al PRI la gubernatura, como podemos verlo en la siguiente nota:
El Estado de Puebla, al igual que el Estado de Jalisco, ha sido cobijo y nido de algunas de las corrientes de derecha más reaccionarias del país. Es precisamente en Puebla en donde está ubicada la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, por largo tiempo apadrinada en su fomento a la Organización Nacional del Yunque por nadie menos que por los mismos Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara en persona. Sin embargo, el conservadurismo extremo que palpita en el Estado de Puebla no fue lo único que obró a favor del candidato del PAN. En la derrota del PRI tuvo mucho que ver el hecho de que dicho Estado estuviese gobernado por nadie menos que el gober precioso Mario Marín:
precisamente el mismo que le dió protección oficial a Juan Succar Kuri, el mismo que fue denunciado por la periodista mexicana Lydia Cacho en su libro Los demonios del Edén, el hombre de los escándalos sin fin. Hasta que llegó el momento en el que el Yunquismo poblano le presentó a la ciudadanía la oportunidad dorada de poder vengarse de él y de su soberbia, como lo documenta el siguiente editorial:
Independientemente del hecho de que la Organización Nacional del Yunque estaba más que interesada en que al PRI le fuese arrebatada la gubernatura de Puebla con el fin de contar con una pieza más en su tablero de ajedrez para poder perpetuar al PAN un tercer sexenio en la silla presidencial en las elecciones presidenciales programadas para llevarse a cabo en el 2012, la extrema derecha nacional quería ajustarle a Mario Marín Torres unas cuentas pendientes que nos obligan a repasar la historia previa, lo cual se logra dándole marcha atrás al reloj regresándonos al año 2004.
En aquél entonces, el triunfo del candidato priísta Mario Marín Torres en las elecciones para la gubernatura celebradas en el Estado de Puebla el 14 de noviembre del 2004 con el cual acaparando el 49.6 por ciento de la votación derrotó a nadie menos que al egregio Yunquista Francisco Antonio Fraile García que acaparó el 36 por ciento, propinó una humillación a los extremistas de México que cayó como una muy desagradable sorpresa no sólo entre las filas del infiltrado Partido Acción Nacional sino en todos los estratos de la Organización Nacional del Yunque en Puebla, desde arriba hasta abajo, e inclusive el disgusto y el coraje llegó hasta la sede nacional de la extrema derecha en la misma ciudad de Guadalajara.
Lo sucedido en Puebla debe de servir como una lección dolorosa no sólo para el PRI sino para cualquiera de que, por mucho que la gente deteste al PAN y lo que ha hecho este partido con México desde la Presidencia de la República, por muchas que sean las cuentas pendientes acumuladas por los conservadores y ultraconservadores de la nueva hornada, la gente no se volcará en masa hacia el PRI por mera inercia como primera opción si los candidatos y sus “padrinos” son unos verdaderos patanes. Mario Marín y el PRI de Puebla pecaron de soberbios creyendo que la gente volcaría sus votos en las urnas a favor del PRI sólo por aborrecer la posibilidad de ser gobernada directamente por el PAN y el Yunque. Y terminaron pagando las consecuencias. Si algo han sabido aprovechar los estrategas de la extrema derecha son precisamente las debilidades de sus adversarios, y el caso de Puebla lo ha demostrado.
Aunque Baja California y Puebla terminaron yéndose por rumbos diferentes, una cosa sí tienen en común: el que en Baja California el PRI haya ganado simplemente porque los que simpatizaban con el PAN dejaron de salir a votar, y el que en Puebla haya perdido el PRI simplemente porque los poblanos quedaron más que hartos con el gober precioso y sus desmanes dejando de salir a votar muchos de los que antes habían votado por el PRI, demuestra que ni el PRI ni ningún otro partido tienen garantizada su entrada a la Presidencia de México simplemente porque muchos mexicanos estén ya más que hartos del PAN-Gobierno. Y si de algo podemos estar seguros desde este momento es que el PAN y su compinche el Yunque no van a soltar tan fácilmente la Presidencia de la República, estando dispuestos a hacer barbaridad y media con tal de no perder el poder.
Pero si el PRI triunfó por default aprovechando la decepción que los desgobiernos panistas terminaron produciendo entre los habitantes de Baja California, en el Estado de Puebla fue una situación diferente. Y fue en Puebla en donde el Yunque obtuvo un avance significativo al arrancarle al PRI la gubernatura, como podemos verlo en la siguiente nota:
Moreno Valle, entre Elba Esther y el Yunque
Álvaro Delgado
Agencia APRO
12 de julio del 2010
La derrota del proyecto transexenal de Mario Marín, que incluía otros tres periodos, no representa un mejor futuro para Puebla, porque el próximo gobernador, el expriista Rafael Moreno Valle, estará entre los intereses de Elba Esther Gordillo y la ultraderecha de El Yunque que aquí se fundó.
Enrique Doger Guerrero, exrector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y futuro diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), lamenta que la ultraderecha haya sido la ganadora en Puebla, y subraya la paradoja:
“Lo curioso es que en la cuna de la Revolución, donde el 18 de noviembre de hace 100 años se inició con los hermanos Carmen y Aquiles Serdán, gana la derecha, y donde se dio la batalla del 5 de mayo ante la intervención francesa, apoyada por los clericales, gana la derecha. Para el PRI es un golpe muy duro y es algo que debe motivarnos a la reflexión.”
En entrevista, Doger cree que el PRI debe analizar sus procesos de selección de candidatos, porque si los gobernadores siguen imponiendo candidatos sin arraigo social y sólo apostando al “voto duro”, seguirán las derrotas, como en Puebla.
“El PRI perdió de vista que las elecciones se compiten. Sí, gobernamos el estado, tenemos mucha fuerza, tenemos a los medios a nuestro favor y ya, cualquiera puede ser gobernador. No. Hay que competir. El voto duro no alcanza”.
-¿Hubo arrogancia?
-No quisiera decirlo, porque puede ser muy fuerte, pero sin duda muchas veces este tipo de procesos se pierden cuando hay soberbia, cuando hay desprecio a ciertos grupos y cuando te sientes dueño de la verdad. En el PRI nacional hay gente muy valiosa, Beatriz Paredes me parece una dirigente excepcional, y sé que utiliza métodos objetivos para las cosas, pero es momento de hacer un análisis a fondo, porque si los procesos de selección tuvieron errores, estamos pagando las consecuencias.
Uno de los factores que también gravitaron en la derrota del PRI es que Marín presuntamente tenía un proyecto de ser el poder durante cuatro sexenios, incluyendo el de él, seguido del de Javier López Zavala, el candidato perdedor; el presidente estatal priista, Alejandro Armenta Mier, y Mario Marín García, su hijo.
-¿Se frustra este proyecto transexenal? --pregunta el reportero a Doger.
-Se habló mucho de eso y no quisiera entrar en este terreno, pero me parece que ninguna sociedad tolera la impunidad y la corrupción, y por eso la alternancia es un instrumento de la ciudadanía. Cuando un gobierno comete excesos o no da resultados, el voto es un arma para cambiar el estado de las cosas.
Lo grave, considera, es que la derrota del PRI es frente a la derecha de la organización nacional del Yunque, que aquí se fundó en 1955, y operó mediante el Frente Universitario Anticomunista (FUA) y Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), “que en las épocas de los sesenta y setenta significaron luchas violentas contra la universidad pública que costaron vidas y una tensión social muy grande”.
Doger observa que, la noche del triunfo de Moreno Valle, se sumaron al festejo prominentes miembros de El Yunque, como el senador Jorge Ocejo, Francisco Fraile y el diputado Antonio Sánchez Díaz de Rivera, quienes aplaudieron a Eduardo Rivera, alcalde electo de Puebla capital y también miembro de la cofradía.
“Casi estoy seguro que Moreno Valle no pertenece a El Yunque, él viene de su origen priista, su abuelo fue gobernador por el PRI, él fue diputado federal y local por el PRI y por cuestiones políticas salió del partido y se pasó al PAN. Me cuesta trabajo pensar que Moreno Valle comparta la ideología de El Yunque, espero que no.”
-Pero va a negociar posiciones para El Yunque.
-El lo va a definir, si así sucede. Yo lo que espero es que cumpla con lo que en campaña prometió. La victoria de Moreno Valle genera una gran expectativa a la ciudadanía y, si no hay resultados en economía, seguridad, en los compromisos de campaña que hizo, habrá un desencanto, y el desencanto puede generar no sólo frustración, sino tensiones sociales.
El futuro diputado del PRI dice que para nadie es un secreto que Moreno Valle tiene una relación muy estrecha con Elba Esther Gordillo, a quien define como una “mujer con un gran poder en el sindicato de la educación”, pero sobre todo le preocupa lo que viene para Puebla.
“A mí como poblano me duele que en el Centenario de la Revolución, que inició en Puebla, y donde se dio la batalla de Puebla, ahora la derecha va a gobernar. Pero hay algo real: Ni las derrotas son permanentes ni las victorias son para siempre.”
El Estado de Puebla, al igual que el Estado de Jalisco, ha sido cobijo y nido de algunas de las corrientes de derecha más reaccionarias del país. Es precisamente en Puebla en donde está ubicada la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, por largo tiempo apadrinada en su fomento a la Organización Nacional del Yunque por nadie menos que por los mismos Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara en persona. Sin embargo, el conservadurismo extremo que palpita en el Estado de Puebla no fue lo único que obró a favor del candidato del PAN. En la derrota del PRI tuvo mucho que ver el hecho de que dicho Estado estuviese gobernado por nadie menos que el gober precioso Mario Marín:
precisamente el mismo que le dió protección oficial a Juan Succar Kuri, el mismo que fue denunciado por la periodista mexicana Lydia Cacho en su libro Los demonios del Edén, el hombre de los escándalos sin fin. Hasta que llegó el momento en el que el Yunquismo poblano le presentó a la ciudadanía la oportunidad dorada de poder vengarse de él y de su soberbia, como lo documenta el siguiente editorial:
Marín está muerto, políticamente
Columna Política y Gobierno
Jorge Carrillo Olea
Revista Siempre! Num. 2379
18 de julio del 2010
Para los perspicaces en la vida hay pocas sorpresas. Para la intuición popular, menos. Así fue el caso de Puebla, aunque dada la religiosidad de un amplio sector de la sociedad, se hablaba también de justicia divina. De un modo o de otro solamente se pensaba en la imposibilidad de la reelección de Mario Marín, el famoso gober precioso en la persona de López Zavala.
Mario Plutarco Marín Torres, desde el mes de febrero del 2005 gobernador de Puebla, es licenciado en derecho (abogado, notario y actuario) por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Se ha desempeñado como profesor de derecho en varias universidades poblanas y juez de lo familiar en la misma ciudad.
De manera tal que la ley no le es desconocida. Su conocimiento de ella lo ha utilizado, contrario sensu, para violar artículo por artículo y sin metáfora, diría, principio por principio del derecho ajeno.
La generosidad social le tuvo paciencia, le dio su título de credulidad, pero él paso a paso acabó con todo residuo de respetabilidad. Empezaron a aparecer las irregularidades: señas de corrupción, señas de abusos, de más corrupción, de nepotismo, corrupción de menores y más abusos. De obras realizadas a costos inimaginables, sí, obras por doquier, ya que eran las modalidades para enriquecerse, haciendo cresos a funcionarios del área y a contratistas. Se jugó con lo más entrañable, la salud. Se hicieron adquisiciones de medicinas, materiales quirúrgicos y de curación al margen de la ley y a precios inflados. Uno y otro secretarios tronaron, claro si la exigencia de utilidad venía de arriba.
Para Mario Marín García es arduo y sacrificado ser hijo del gobernador. Sin embargo, fotografías suyas circulan en redes sociales que parecen contradecirlo, ya que lo muestran en bares, discotecas, restaurantes y hoteles de Viena, París, Moscú, así como en Nueva York, Las Vegas y otras ciudades, naturalmente todo a cargo del erario poblano. Cada viaje, cada copa, cada sexoservidora, significó menos pan en la mesa de los desposeídos poblanos. Como ejemplo un remitente anónimo de un blog dijo: “Es otro junior que vive de nosotros los poblanos, mientras Puebla se hunde en la miseria, no permitamos que priístas nos gobiernen más, ya basta”.
Pero siempre hay una cumbre y ésta le llegó a Marín. El conocido caso de Lydia Cacho, sus dolorosos ires y venires entre estados distantes, autoridades y torturadores, pero siempre se sostuvo erguida, sólo que a sus denuncias la Corte se alió con Marín y lo declaró, no inocente que no sería su papel, sino no enjuiciable. De esto se desprende la llamada telefónica que marcó a Marín como fierro al rojo vivo: el pederasta Kamel Nacif lo bautiza como gober precioso, en un gesto de sorpresa y agradecimiento por haber hecho lo imposible para salvarlo. Así le llega a Marín su estigma eterno, su vergüenza propia y familiar. Pronto nadie recordará su apellido pero adquirió un motete.
Todas estas lindezas y más terminaron por demoler el pedestal que él se había erigido. Fue el principio del fin de esta crónica de su muerte anunciada. El que mal anda mal acaba, dice el proverbio gansteril. Así fue y será peor.
El 4 de julio su muerte anunciada empezó a cobrar realismo. Contra lo que era imposible semanas atrás, encabezada por un hombre decente, la ira popular se manifestó contra el precioso y todos sus secuaces. Mayoritariamente perdió todo: Congreso, capital, municipios. Pero le quedaba un as en la manga que ya utilizó. En un golpe de mano liquidó anticipadamente a la mitad de los magistrados del Tribunal de Justicia que no le eran fieles.
Pronto nombrará a otros que confundiendo sus pundonores sí le serán incondicionales. Se confunden porque su lealtad debe ser con la justicia y no con persona alguna. Así Marín adelanta sus cartas evitando que un tribunal justiciero e incorruptible acepte la promoción de un juicio político. Lo que no podrá evadir es la vía penal por los muchos delitos presuntivamente cometidos. Son cientos sino que más los dolidos, víctimas de sus abusos de poder, de sus corrupciones, incluida la nada noble aventura de corruptor de menores.
Su muerte moral y política fue largamente anunciada, hoy está siendo una realidad. Ojalá que las autoridades y particulares con el reto de denunciar, así como los tribunales a los que les corresponda conocer estén a la altura de su deber histórico.
Independientemente del hecho de que la Organización Nacional del Yunque estaba más que interesada en que al PRI le fuese arrebatada la gubernatura de Puebla con el fin de contar con una pieza más en su tablero de ajedrez para poder perpetuar al PAN un tercer sexenio en la silla presidencial en las elecciones presidenciales programadas para llevarse a cabo en el 2012, la extrema derecha nacional quería ajustarle a Mario Marín Torres unas cuentas pendientes que nos obligan a repasar la historia previa, lo cual se logra dándole marcha atrás al reloj regresándonos al año 2004.
En aquél entonces, el triunfo del candidato priísta Mario Marín Torres en las elecciones para la gubernatura celebradas en el Estado de Puebla el 14 de noviembre del 2004 con el cual acaparando el 49.6 por ciento de la votación derrotó a nadie menos que al egregio Yunquista Francisco Antonio Fraile García que acaparó el 36 por ciento, propinó una humillación a los extremistas de México que cayó como una muy desagradable sorpresa no sólo entre las filas del infiltrado Partido Acción Nacional sino en todos los estratos de la Organización Nacional del Yunque en Puebla, desde arriba hasta abajo, e inclusive el disgusto y el coraje llegó hasta la sede nacional de la extrema derecha en la misma ciudad de Guadalajara.
¿Cómo era posible, se estuvieron preguntando una y otra vez, después del golpe espectacular que habían dado los encapuchados del nuevo milenio con el ascenso de Vicente Fox a la Presidencia de la República haciendo a un lado al otrora invencible PRI, después de afianzar en sus manos tras bambalinas gobiernos estatales como los de Guanajuato, Querétaro, Yucatán y Jalisco, que los encargados de expandir el movimiento secreto en Puebla hubiesen fallado de esa manera, después de tanto apoyo logístico e “ideológico” que se les había estado dando?
Estos tipos, cuando no pueden ganar limpiamente, por la buena, no tienen impedimento moral alguno para lograr lo que quieren por la mala, recurriendo a la traición, a la mentira, al espionaje, al chantaje, y en caso de requerirse, al crimen, al asesinato, sin que los detenga para nada en estas cosas el supuesto catolicismo de fachada que dicen profesar como tampoco detuvo a Hitler su supuesta religiosidad de la cual no es posible encontrar como evidencia ni una sola fotografía en donde se le haya visto atendiendo servicio religioso pidiendo sabiduría, fortaleza o consuelo. Son individuos que se han tomado muy en serio eso de que “Jalisco nunca pierde, y cuando pierde arrebata”. Ellos siempre han visto como un enemigo de ellos a cualquiera que no esté completamente del lado de ellos o al que al menos puedan controlar de alguna manera. No es de extrañar entonces que, tras el descalabro sufrido en las elecciones celebradas en Puebla en el 2004, no se iban a quedar cruzados de brazos, y que echarían a andar sus poderosos recursos para “domesticar” de alguna manera al recién instalado Gobernador Mario Marín, para lo cual contaban -y siguen contando- con amplios medios que incluían no sólo a gente infiltrada dentro del gobierno estatal de Puebla sino también todos los recursos de espionaje disponibles al gobierno federal. Despues de todo, ¿no contaban ya con un Secretario de Gobernación indentificado plenamente con los intereses de la extrema derecha, Carlos Abascal, hijo del rabioso antisemita sinarquista Salvador Abascal? ¿No ponía esto en manos de ellos los cuantiosos recursos de espionaje del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional)?
Todo era cuestión de montar alrededor de Mario Marín un intenso operativo de espionaje, funcionando sin parar las veinticuatro horas del día, interceptándole todas sus llamadas telefónicas y grabándole o videograbándole todas sus entrevistas privadas, con el propósito de encontrarle algo, lo que fuera, con lo cual se le pudiera chantajear y presionar. Porque estos tipos trabajan sobre la premisa de que todos los mexicanos -al igual que ellos- tienen algo que esconder o algo de lo cual se puedan avergonzar, ya sea algún desliz pasional, esqueletos en su closet, o algún error de juventud.
Fue así como se montó en contra de Mario Marín uno de los más elaborados operativos de espionaje que se hayan dado en la historia del Estado de Puebla sobre funcionario alguno. Todo su pasado fue investigado y escarbado con una minuciosidad tal que hubiera dejado a los expertos en el arte de la heráldica con la boca abierta, y al hacer tal cosa no pudieron encontrarle algún ancestro judío con lo cual habrían podido golpearlo propagandísticamente, como tampoco pudieron ligarlo de algún modo con la masonería ni pudieron descubrirle algún pasado comunista en sus tiempos de estudiante. En este respecto, Mario Marín estaba “limpio”, no podían achacarle el ser parte de “la gran conspiración judía masónica comunista”. De cualquier modo, aunque alguien no sea judío ni haya pertenecido jamás a logia masónica alguna ni haya sido comunista, esto no necesariamente lo vuelve agradable o tolerable a los ojos de los ultraderechistas del núcleo duro, los cuales consideran que el que no está completamente de lado de ellos o por lo menos encadenado a ellos debe ser tomado como un enemigo al que hay que neutralizar y destruír.
Posiblemente este operativo de espionaje montado en contra de Mario Marín y sus colaboradores cercanos al igual que los operativos de espionaje montados en contra de los funcionarios cercanos a Andrés Manuel López Obrador con los cuales trataron de destruírlo haya sido uno de los más costosos en la historia del Estado de Puebla. Y así, a un año de que Mario Marín hubiera tomado posesión de su cargo, el operativo dió resultado. El mes de febrero del 2006, alguien, no se sabe quién, hizo llegar al periódico LA JORNADA una grabación magnetofónica en donde un empresario lo felicitaba por la detención en Cancún de la periodista Lydia Cacho, la autora del libro Los Demonios del Edén, trasladándola hasta Puebla sin recurrir a los procedimientos judiciales de extradición de un Estado a otro. Los detalles y las secuelas del escándalo son bastante conocidos ya como para que Spectator los tenga que reproducir aquí. Baste señalar que, a consecuencia del escándalo, el Gobernador priísta Mario Marín quedó doblegado, neutralizado políticamente, dejándose al PRI en muy malas condiciones para poder competir en las elecciones futuras, entregándole al infiltrado PAN en bandeja de plata un escenario muy favorable a largo plazo. A partir de estos golpes se empezó a preparar el terreno para arrebatarle al PRI la gubernatura de Puebla y de paso devolverle a Mario Marín la humillación que sin saberlo inflingió a la extrema derecha de Puebla y a la extrema derecha nacional. Esto fue justo lo que se requirió para poder levantar a la derecha y a la ultraderecha en Puebla, organizándose oportunísticamente a instancias de ambas todo tipo de protestas y manifestaciones para tratar de forzar la renuncia de Mario Marín.
Hasta la fecha, Lydia Cacho no sabe a quién o quiénes darles las gracias por el costosísimo operativo de espionaje que se tradujo en la grabación que manos extrañas hicieron llegar a los medios de comunicación, y posiblemente en sus ratos de soledad se ponga a pensar que los causantes del escándalo no le querían hacer ningún favor a ella en lo particular, que el verdadero y único objetivo siempre fue de índole meramente política: tratar de destruír al “gober Precioso” o por lo menos nulificarlo por el resto de su gestión. Pero si Lydia Cacho está leyendo ésto, ya sabe a dónde se tiene que dirigir para expresar sus agradecimientos por las cintas de grabaciones que le llegaron anónimamente, sin tener que perder su tiempo haciéndolo a través de intermediarios. (Se le recomienda aquí a Lydia Cacho que como periodista no se le ocurra en ningún momento tratar de investigar a sus “benefactores” con la misma diligencia y acuciosidad con la cual investigó la pederastía en México, porque si lo hace descubrirá que estos criminales son mucho menos tolerantes y muchísimo más peligrosos que lo que ha sido para ella el “gober precioso”.)
Y en lo que al “gober precioso” respecta, tal vez le resulte incómodo saber que después del escándalo mediático los intensos operativos de espionaje en contra suya siguieron realizándose, no pararon un solo momento (al igual que los operativos similares que se están llevando a cabo en toda la República en contra de gobernadores priístas y perredistas), aunque posiblemente aprendió -un poco tarde- su lección.
La miopía política así como su ignorancia abismal sobre este asunto le impidieron al entonces Gobernador de Puebla Mario Marín darse cuenta de cómo operan los conspiradores de la extrema derecha de México, no pudo darse cuenta de muchas cosas. Aunque parezca fuera de lugar, se citará una de tantas:
En otros trabajos de Spectator se ha hablado sobre la ingratitud mostrada por los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara hacia la UNAM, la cual pese a que incorporó los estudios de la UAG permitiéndole crecer y convertirse en el multimillonario negocio educativo que es hoy, sufrió un vil intento de un severo recorte a su presupuesto recién entrado Felipe Calderón como Presidente, impulsado por gente conectada íntimamente a ese nido tapatío de fanatismo y elitismo radicado en Guadalajara, sin importarle a los Tecos -que se proclaman devotos cristianos- el hecho de que la labor de la UNAM a favor de las comunidades indígenas en México ha sido motivo de elogios y alabanzas internacionales. Este desprecio hacia las universidades públicas como el que los ultraderechistas han querido insuflar desde los ámbitos de la UPAEP hacia la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla tampoco es algo que esté naciendo de la nada entre la comunidad universitaria poblana. También esta animadversión es un transplante que se ha querido llevar desde Guadalajara hasta Puebla, y la UAG ha hecho lo mejor de su parte a través de sus fanatizados emisarios colocados en puestos públicos para decapitarle el presupuesto a TODAS las universidades públicas, no sólo a la UNAM. De esto dá cuenta un editorialista del Estado de Tabasco en sus siguientes comentarios:
En otros trabajos de Spectator se ha hablado sobre la ingratitud mostrada por los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara hacia la UNAM, la cual pese a que incorporó los estudios de la UAG permitiéndole crecer y convertirse en el multimillonario negocio educativo que es hoy, sufrió un vil intento de un severo recorte a su presupuesto recién entrado Felipe Calderón como Presidente, impulsado por gente conectada íntimamente a ese nido tapatío de fanatismo y elitismo radicado en Guadalajara, sin importarle a los Tecos -que se proclaman devotos cristianos- el hecho de que la labor de la UNAM a favor de las comunidades indígenas en México ha sido motivo de elogios y alabanzas internacionales. Este desprecio hacia las universidades públicas como el que los ultraderechistas han querido insuflar desde los ámbitos de la UPAEP hacia la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla tampoco es algo que esté naciendo de la nada entre la comunidad universitaria poblana. También esta animadversión es un transplante que se ha querido llevar desde Guadalajara hasta Puebla, y la UAG ha hecho lo mejor de su parte a través de sus fanatizados emisarios colocados en puestos públicos para decapitarle el presupuesto a TODAS las universidades públicas, no sólo a la UNAM. De esto dá cuenta un editorialista del Estado de Tabasco en sus siguientes comentarios:
Demoliendo Hoteles
Ramiro Chávez Gochicoa
EL HERALDO DE TABASCO
13 de diciembre del 2006
Hace unos días estaba por escribir una columna sumamente crítica sobre el asunto. La reducción de recursos que el gobierno de Felipe Calderón quería imponer a las universidades públicas y a la cultura, que estaban acompañadas de las declaraciones ignominiosas (por no decir taradas) del diputado panista Raúl Padilla Orozco, presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados que fungía como brazo ejecutor del michoacano.
La intentona es un reflejo del desprecio del PAN hacia la UNAM por considerarla una brazo insurrecto de la izquierda, un coto de poder del perredismo, un recuerdo del viejo priismo y un pozo en el que se van millones de pesos anuales para generar profesionistas ajenos a los principios blanquiazules, al catolicismo y a la derecha. Es por lo mismo que no resulta extraño que Padilla Orozco sea un egresado del Tec y un ex miembro del Consejo Consultivo de la Universidad Autónoma de Guadalajara, cuna de los Tecos, institución ligada al yunque ultraderechista.
Y es que afectar a la UNAM no es sólo afectar al estudiantado, sino a una institución que (olvidando que en el ranking de las 100 mejores universidades del mundo es la mejor de Latinoamérica) cuenta con un sistema de investigadores vastísimo y con innumerables servicios sociales en gran parte únicos ya sea académicos, astronómicos, literarios, cinematográficos, deportivos, etc.
Como podemos ver en las observaciones hechas por este editorialista, uno de los impulsores del plan que se quiso echar a andar a principios del 2007 para comenzar a degollarle el presupuesto a las universidades públicas (entre ellas la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla) estrangulándolas económicamente es un individuo ligado íntimamente al grupo ultraderechista Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, el Diputado “panista” Raúl Alejandro Padilla Orozco:
el cual fiel a sus verdaderas creencias e ideologías neo-Nazis que le han inculcado en Guadalajara no es ni ha sido jamás un verdadero panista de corazón, se trata precisamente de uno de los infiltrados dentro del PAN propulsores del plan maestro para concentrar el poderío político de la Nación en unas cuantas manos, un plan para el cual universidades públicas como la UNAM y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla representan un estorbo por no estar sus académicos y estudiantado indoctrinados en el neofascismo y “juramentados” dentro de alguna de las filiales secretas del Yunquismo impulsado en todo el país por gente conectada directa o indirectamente a la Universidad Autónoma de Guadalajara. De modo que si en Puebla se siente la presencia de algún odio de parte de gente de la UPAEP hacia la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, sépase de una vez por todas que ese odio ni es gratuito ni es poblano, ha sido inyectado desde fuera por gente que de poblana no tiene absolutamente nada. El verdadero enemigo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla no es la UPAEP, sino los agentes de la UAG que desde lejos alentó la creación de la misma así como la fundación en Puebla de la sucursal poblana de la Organización Nacional del Yunque dejando que los “fundadores” le hiciesen creer erróneamente a sus seguidores poblanos que la idea organizativa y las ceremonias secretas de adherencia a la ultraderecha nacieron en Puebla. Cabe señalar que Padilla Orozco no es un neo-panista que haya contendido para su puesto de Diputado Federal por la vía directa exponiéndose a que en la contienda sus filiaciones con la ultraderechista UAG salieran a relucir una y otra vez. Fue lanzado por la vía cómoda, por la vía plurinominal, apoyado por el enorme poderío ejercido dentro del PAN por los directivos de la UAG, pasando por encima de otros panistas no-Yunquistas que jamás se hubieran prestado a los planes ni a las directivas emanadas desde la cuna de la extrema derecha mexicana. Y ya estando dentro del Congreso de la Unión por la vía falsa de la plurinominalidad, los demás infiltrados lo ayudaron a colocarse ni más ni menos que como el presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, algo que jamás hubiera logrado por méritos propios y mucho menos sin sus “conexiones” con la poderosa ultraderecha jaliscience, la madre de todas las ultraderechas del continente Latinoamericano.
Lo sucedido en Puebla debe de servir como una lección dolorosa no sólo para el PRI sino para cualquiera de que, por mucho que la gente deteste al PAN y lo que ha hecho este partido con México desde la Presidencia de la República, por muchas que sean las cuentas pendientes acumuladas por los conservadores y ultraconservadores de la nueva hornada, la gente no se volcará en masa hacia el PRI por mera inercia como primera opción si los candidatos y sus “padrinos” son unos verdaderos patanes. Mario Marín y el PRI de Puebla pecaron de soberbios creyendo que la gente volcaría sus votos en las urnas a favor del PRI sólo por aborrecer la posibilidad de ser gobernada directamente por el PAN y el Yunque. Y terminaron pagando las consecuencias. Si algo han sabido aprovechar los estrategas de la extrema derecha son precisamente las debilidades de sus adversarios, y el caso de Puebla lo ha demostrado.
Aunque Baja California y Puebla terminaron yéndose por rumbos diferentes, una cosa sí tienen en común: el que en Baja California el PRI haya ganado simplemente porque los que simpatizaban con el PAN dejaron de salir a votar, y el que en Puebla haya perdido el PRI simplemente porque los poblanos quedaron más que hartos con el gober precioso y sus desmanes dejando de salir a votar muchos de los que antes habían votado por el PRI, demuestra que ni el PRI ni ningún otro partido tienen garantizada su entrada a la Presidencia de México simplemente porque muchos mexicanos estén ya más que hartos del PAN-Gobierno. Y si de algo podemos estar seguros desde este momento es que el PAN y su compinche el Yunque no van a soltar tan fácilmente la Presidencia de la República, estando dispuestos a hacer barbaridad y media con tal de no perder el poder.
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