El extraño que vino de Francia
Entre los muchos comentarios y comunicados enviados a Spectator, hace algún tiempo llegó uno de especial interés remitido por un comentarista anónimo que simplemente se identifica como consternado y que dice lo siguiente:
Por este conducto quisiera saber si es posible que spectator con sus recursos que parecen ser bastantes pudiera investigar y nos pudiera compartir lo que se pueda saber acerca de un hombre llamado Cordoba Montoya que parece que fue el consejero numero uno del presidente Carlos Salinas de Gortari, ya que se rumora por todos lados que tiene su residencia aquí en Guadalajara, y creo que a todos nos interesaría saber si este hombre ha tenido o tiene algo que ver con la agrupación Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, ya que de ser asi la importancia de tal hecho podria ser muy grande para poder entender lo que está sucediendo en la politica de este país a espaldas de todos nosotros. Gracias por anticipado a la respuesta que se pueda dar a esta petición.
Efectivamente, José María Córdoba Montoya fue el principal asesor y consejero del entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), y su influencia y su poder eran tales que muchos analistas están convencidos que Córdoba Montoya era el hombre que sin dar la cara estaba realmente gobernando a México a través de Salinas de Gortari.
Pese a la enorme importancia que este individuo considerado en su momento como el segundo hombre fuerte de México haya podido tener en eventos que fueron trascendentales para la Historia de México, de José María Córdoba Montoya es muy poco lo que se sabe en virtud de que este individuo siempre ha sido un personaje misterioso y elusivo, a grado tal que inclusive pese a haber sido el extranjero más influyente en el México contemporáneo la misma Wikipedia no lo tenía registrado a mediados del 2010 (a la fecha de elaboración de este documento) excepto indirectamente en un documento en Inglés titulado “Power behind the throne” (El poder detrás del trono).
Nacido en Francia, su verdadero nombre es Joseph-Marie Córdoba Montoya, y sus verdaderos orígenes son desconocidos a grado tal que lo único que se puede afirmar de él con certeza es que sus padres no eran franceses sino españoles, los cuales mudaron su residencia de España a Francia en los tiempos de la dictadura franquista. Aunque se ha hecho correr el rumor de que sus padres se salieron de España por problemas personales que tenían con el régimen de Francisco Franco, no existen evidencias creíbles para dar sustento a tal rumor (no es un judío, jamás ha sido un masón, y ciertamente no es un marxista sino todo lo contrario a juzgar por las depredadoras políticas económicas neoliberales impulsadas por él y por el Presidente Carlos Salinas de Gortari que ahondaron brutalmente la brecha entre pobres y ricos en México, razones por las cuales Córdoba Montoya simple y sencillamente no encaja en cualquiera de los perfiles que el ultraderechismo franquista utilizó y utiliza para formar sus “listas negras” de enemigos ya sea reales o imaginarios), y es posible que el cambio de residencia haya sido por otros factores que siguen permaneciendo ocultos de la vista del público. Se sabe también con certeza que obtuvo un doctorado universitario, pero de su paso por las instituciones educativas en las que estuvo enrolado no se sabe prácticamente nada en virtud de que siempre fué (y sigue siendo) un hombre extraordinariamente reservado que tenía poco contacto con sus compañeros de estudio. Las huellas que haya dejado desde juventud hasta antes de salir de Francia hacia el futuro grandioso que le aguardaba en México parecen haber sido borradas en su totalidad.
Hay testimonios confiables que indican que José María Córdoba Montoya efectivamente tiene una residencia en Guadalajara, o por lo menos una de las residencias que se le conocen. Pero en la ciudad de Guadalajara se mueve como un absoluto desconocido ocultando cuidadosamente su identidad del resto de los habitantes de esta urbe capitalina. Casi nunca se le ve en público, y cuando lo hace parece vestirse de modo tal que le permitirá pasar desapercibido. Quien no lo conociera mejor diría que es un criminal sobre el cual pende una orden de arresto y está huyendo de la acción de la justicia, comportándose como un delincuente que tiene ya demasiadas cuentas pendientes.
Ciertamente, en el funesto y letal sexenio en el que su éminence grise Córdoba Montoya estuvo co-gobernando al país junto con Carlos Salinas de Gortari:
cuya fama como maligno y perverso de éste último es refrendada cada año en las populares quemas de Judas en donde sigue siendo uno de los villanos predilectos, ocurrieron hechos que dejaron con la boca abierta a los más experimentados analistas y reporteros junto con la Nación entera, hechos de sangre que sólo pueden ser clasificados como magnicidios y de los cuales hay pocas dudas entre muchos mexicanos que se trataron de crímenes de Estado urdidos por el dúo que ejercía el poder a su gusto y a su antojo, crímenes tales como el asesinato de un Cardenal mexicano, el asesinato de uno de los más importantes funcionarios del partido gobernante, y el asesinato del hombre que iba a ser el Presidente de México hasta que un “asesino solitario” (la versión oficial) malogró sus aspiraciones. Ya desde el inicio de su sexenio, Carlos Salinas de Gortari había sido puesto al descubierto como un asesino por un valeroso analista y escritor de nombre José Luis González Meza:
cuya fama como maligno y perverso de éste último es refrendada cada año en las populares quemas de Judas en donde sigue siendo uno de los villanos predilectos, ocurrieron hechos que dejaron con la boca abierta a los más experimentados analistas y reporteros junto con la Nación entera, hechos de sangre que sólo pueden ser clasificados como magnicidios y de los cuales hay pocas dudas entre muchos mexicanos que se trataron de crímenes de Estado urdidos por el dúo que ejercía el poder a su gusto y a su antojo, crímenes tales como el asesinato de un Cardenal mexicano, el asesinato de uno de los más importantes funcionarios del partido gobernante, y el asesinato del hombre que iba a ser el Presidente de México hasta que un “asesino solitario” (la versión oficial) malogró sus aspiraciones. Ya desde el inicio de su sexenio, Carlos Salinas de Gortari había sido puesto al descubierto como un asesino por un valeroso analista y escritor de nombre José Luis González Meza:
con su libro Un asesino en la Presidencia:
el cual desafortunadamente no llegó en el momento oportuno a las manos del pueblo de México porque todas las copias disponibles en las librerías fueron rápidamente “desaparecidas” y nunca más se volvió a saber de dicho libro en el tiempo en el que Salinas de Gortari y Córdoba Montoya estuvieron co-gobernando al país a su antojo, como tampoco se hizo mención alguna de dicho libro en ninguno de los noticieros del monopolio desinformativo TELEVISA fiel a la costumbre de esta última de aliar su maquinaria desinformativa con aquellos que le permitirán retener todos sus privilegios e intereses económicos.
Si el magnicidio con el cual se le privó de la vida al candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio (el cual desde su lanzamiento ya había empezando a poner distancia entre Carlos Salinas de Gortari a grado tal que podía convertirse en un factor de peligro tanto para Salinas de Gortari como para Córdoba Montoya) fue un crimen de Estado debidamente planificado y fríamente ejecutado por órdenes emanadas de los hombres que ejercían el poder en esos días, entonces debemos poner atención cuidadosa a lo que nos tiene que decir un editorialista de amplio prestigio en relación con el otro magnicidio, el asesinato de un Cardenal, el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo:
Fué Complot de Estado: Posadas sabía demasiado
Ernesto Julio Teissier
17 de mayo del 2002
El asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue premeditado y planeado fríamente, desde ‘las esferas más altas de la administración pública’, para despojarlo de la famosa carpeta negra que contenía, se presume, pruebas de que los cárteles del narcotráfico en tres países de Sudamérica les pagaban protección a funcionarios mexicanos. Eso, y la hipótesis de que quien había dado información al prelado fue la señora Cecilia Occelli de Salinas (la esposa del Presidente de México Carlos Salinas de Gortari), constituyen el meollo del libro ‘Sangre de Mayo’, escrito por el profesor universitario Alberto Villasana y el periodista Héctor Moreno).
El texto es el primer trabajo serio y profundo en que se marca la existencia de la célebre ‘libreta negra’ del cardenal Posadas, a la que se le atribuye el asesinato y que hasta hoy sólo ha sido mencionada oblicuamente; fue el ama de llaves del prelado, una fiel sirvienta que había pasado muchos años junto a él, quien habló de su existencia –pero no de su contenido, que no conocía-, con periodistas de Guadalajara. Sin embargo, esa libreta, que algunos han descrito como ‘un portafolio’, es un elemento esencial para reconstruír el asesinato.
Lo que se transparenta de las objetivas informaciones y de las pocas suposiciones de Sangre de Mayo es que la entonces primera dama le habría hecho llegar informes secretos al cardenal, dolida por el trato que recibía de uno de los capos del narcotráfico y del principal de los protectores de éste en el gobierno de Jalisco; también se insinúan desavenencias familiares (Nota: Carlos Salinas de Gortari terminó divorciándose de su esposa Cecilia Occelli en términos poco menos que amistosos.) El hecho es que el cardenal habría reunido alguna cantidad de datos no confidenciales, sino específicamente secretos, acerca de las cantidades que pagaban los cárteles de la cocaína de Perú, Colombia y Bolivia a funcionarios mexicanos de muy alto nivel, a cambio de protección.
La composición que se da a los hechos en los círculos de reporteros y comentaristas es la siguiente: 1. El cardenal le habría hecho saber al nuncio apostólico, Girolamo Prigione, que tenía la información, y le habría pedido su consejo. 2. El embajador de la Santa Sede le habría información al presidente, o a Carpizo (Jorge Carpizo McGregor), y éste al mandatario, de la existencia de los datos. 3. A Prigione le habrían pedido el favor de recabar los informes, y el cardenal se habría negado a mandarlos y llevarlos a México. 4. El nuncio les habría dicho a Carpizo o a Salinas de su propósito de ir a Guadalajara para tratar de convencer a Posadas Ocampo de facilitar los datos, y le habría dicho al cardenal que llegaba tal día de mayo, en el vuelo número tantos de tales horas. 5. ‘Alguien’ enterado de la fecha, la hora y el sitio de la reunión, habría planeado y ordenado que en las afueras del aeropuerto de Guadalajara, el 24 de Mayo, se encontraran frente a frente pistoleros de bandas de narcotraficantes de los Arellano Félix y del Chapo Guzmán, y de un tercer grupo, integrado por asesinos profesionales, con órdenes precisas de matar al cardenal. 6. El plan habría funcionado con precisión y exactitud (el propio Prigione diría luego que había sido la obra de ‘orfebres preciosistas del crimen’): el cardenal fue acribillado a menos de un metro de distancia por un gatillero escogido previamente para la tarea. En la balacera y con las precipitaciones, el asesino (hay un testimonio de alguien que lo vió a corta distancia, sólo que ha sido soterrado por las investigaciones intencionadas y ‘de final previamente escrito’ de quienes han pasado por la Procuraduría) se olvidó de llevarse la libreta o el portafolio, que se supone existe todavía, y está en las manos de la jerarquía de la Iglesia Católica. Allí estarían contenidas las ‘pruebas’ de que los grandes consorcios sudamericanos de la cocaína tenían a sueldos a funcionarios federales del primer nivel que los protegían y que posiblemente intervinieron para sacarlos de los problemas difíciles.”
Cuatro meses después de haber sido publicado este editorial, apareció una nota periodística publicada en varios medios del país en donde se implicaba en el magnicidio del Cardenal Posadas no sólo a Carlos Salinas de Gortari, sino al mismo José María Córdoba Montoya:
CASO POSADAS
Misteriosa reunión en Los Pinos
Días antes de ser asesinado, al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo le hicieron ‘proposiciones indecorosas’ en Los Pinos.
Querían, quienes con él se reunieron, que los dejara en paz, que no interfiriera en la ruta Guadalajara-Tijuana de narcotráfico y prostitución, entre otras actividades ilícitas. A cambio, el arzobispo recibiría para su actividad pastoral lo que pidiera.
En una diligencia ministerial reciente del caso Posadas Ocampo, un amigo del arzobispo llamado Ignacio y de cuyo apellido se pidió reserva, se menciona abiertamente por primera vez el nombre del poderoso asesor de Carlos Salinas de Gortari, el francés José Córdoba Montoya, quien estuvo en la misteriosa reunión en Los Pinos, junto con Manuel Camacho Solís y Luis Donaldo Colosio, quien posteriormente también fué asesinado, el 23 de mayo de 1994 en plena campaña presidencial.
Sobre los pormenores de la reunión dio cuenta en su declaración el amigo del prelado. Ignacio es amigo de la infancia de Posadas Ocampo, con quien se reunió días antes de que fuera asesinado, luego de regresar de una cita en la casa Jalisco, con el entonces gobernador Carlos Rivera Aceves.
‘Oye Nacho, fíjate que hace algunos días me citaron en Los Pinos y me hicieron proposiciones indecorosas, en el sentido de que no me metiera en el corredor Tijuana-Guadalajara de prostitución y otras cosas (narcotráfico, aclararía después), a cambio me daban todo lo que yo quisiera para un ministerio y como para mí sentí una ofensa tremenda me levanté intempestivamente y me retiré de esa reunión.
Iba a abrir la puerta para salirme de ese recinto cuando me alcanzó José Córdoba Montoya, casi me quería cachetear porque se sentía muy ofendido de mi actuación. Cogió la puerta y me la aventó detrás de mí y gracias a Dios no me golpeó ... Estoy muy preocupado y quiero hacerte una pregunta: ¿Has sentido odio por alguna o por algunas personas? Y si lo has sentido, ¿como es? Explícame, ¿cómo se siente?
A raíz de ésta presunta reunión misteriosa llevada a cabo en Los Pinos, y a petición expresa de algunas de las muchas voces indignadas por el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo que han estado clamando justicia por varios años, unos agentes de la PGR supuestamente estuvieron tratando de localizar en aquél entonces a José Córdoba Montoya sin poder encontrarlo por espacio de un año argumentando que en todo ése lapso de tiempo no se había logrado ubicar el domicilio de quien fuera uno de los hombres más poderosos de México, como si éste hombre simple y sencillamente se hubiera esfumado sin dejar rastro alguno de su paradero.
Ante la enorme presión pública señalando que era muy extraño que este hombre poderoso se estuviera escondiendo de las autoridades, actuando como un fugitivo de la justicia, en una manera sorpresiva y para la cual ninguno de los medios estaba preparado el elusivo José Córdoba Montoya hizo su aparición en una reunión que había sido convocada por el PRI en la Ciudad de México el Miércoles 27 de Noviembre del 2002, creando un verdadero escándalo con su sola presencia en dicha reunión que acaparó la atención de la prensa al día siguiente. De cualquier modo, Córdoba Montoya se negó a tomar preguntas de la prensa sobre el caso del magnicidio de Luis Donaldo Colosio.
Si bien a Ernesto Zedillo ya como Presidente de México no le tembló la mano para meter a la cárcel al mismo hermano de Carlos Salinas de Gortari por el delito de homicidio cometido en contra del Secretario General del PRI José Francisco Ruiz Massieu, el Presidente Zedillo tuvo muy buen cuidado de no andarse metiendo con el mismo José María Córdoba Montoya e investigarle los orígenes de su fortuna personal así como sus posibles nexos con las redes del narcotráfico en México. Por su parte su sucesor, el panista pro-Yunquista Vicente Fox, aún siendo ya Presidente de México, tampoco se atrevió a tocar en lo absoluto a Córdoba Montoya, manteniéndole sus privilegios como uno de los intocables de México, absteniéndose incluso de mencionarlo siquiera. Y Felipe Calderón, pese a su sangrienta guerra de legitimación proclamada en contra de la delincuencia organizada que terminó convirtiendo a la nación entera en una réplica de Iraq y Afganistán, tampoco se atrevió a ordenar una investigación en contra de Córdoba Montoya por los delitos y crímenes en que pudiera haber incurrido cuando fue el segundo hombre más poderoso de México, tal vez porque aún lo sea.
No existen muchas fotografías de José María Córdoba Montoya, ni personales ni públicas, en virtud del enorme sigilo con el que se mueve y en virtud de su aversión casi paranoica a ser fotografiado; de esto se tienen experiencias y testimonios como el siguiente:
Muchas preguntas, muchos enigmas
(Joseph Marie Cordoba Montoya y el gobierno de México)
Enrique Andrade Palacios y Virgilio Andrade Palacios
Revista Siempre!
19 de junio de 1997
Los temores de Joseph Cordobá
Joseph Cordobá reía con su risa mefistofélica y departía con sus dos anónimos acompañantes en el desayuno de un restaurante de la ciudad de México. El fotógrafo Ernesto Muñoz, del periódico El Universal, lo descubrió y --¿por qué no?-- quiso imprimir unas placas del hombre a quien la opinión pública identifica como el poder tras el trono que sumió al país en la desgracia. No es un delito fotografiar a un hombre más que público, discutido.
Indignado, José Córdoba Montoya montó en cólera, llamó a la encargada del servicio, pidió que el fotógrafo fuera sacado del local, protestó, intentó cubrirse el rostro para no ser reconocido y finalmente, servilleta en ristre, amenazó al trabajador de la lente con agredirlo por el delito de haber osado acercarse a su mesa a fotografiarlo. Las placas estaban impresas. El sainete había terminado Con el odio reflejado en el rostro, Córdoba continuó inquieto, malhumorado, la reunión con sus dos comensales. Tal vez desechó los huevos poché que hubiera comandado. Tal vez, en la aproximación profesional del fotógrafo, advirtió el peligro de que una más de las estrategias de sus malas artes quedara al descubierto.
¿A qué le teme, pues, Córdoba Montoya?
Joseph Marie Córdoba Montoya o José María Córdoba Montoya es un personaje cuya actuación ha intrigado a los medios de comunicación, a los políticos y a la sociedad en general.
¿Qué papel o función desempeña Joseph Marie Córdoba Montoya? ¿A qué intereses sirve este extranjero que logró acumular en el sexenio de Salinas de Gortari un poder incalculable?
Chief of staff, como se difundió en aquel entonces, con base en un retrato que de él hizo Robert Graham del periódico británico Financial Times. Este indicó que el poder de Salinas de Gortari se apoyaba de una manera muy significativa en José Córdoba Montoya. Filtro obligado para secretarios de Estado y políticos mexicanos o quien quisiera obtener una audiencia con el expresidente de México. Controlador de la agenda de Carlos Salinas, coordinador del gabinete y sus comisiones, así como el “hombre de las ideas del expresidente Salinas”.
En su aversión a ser fotografiado, Córdoba Montoya exhibe un comportamiento idéntico al que exhibía en vida otro famoso residente de la misma ciudad de Guadalajara en la cual está radicado Córdoba Montoya, un Licenciado de nombre Carlos Cuesta Gallardo, precisamente uno de los fundadores de la ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara y co-fundador también de la ultrafanática sociedad criminal secreta neo-fascista Tecos de quien lo menos que se dice es que fue precisamente el que ocultando su identidad verdadera bajo el aparente seudónimo de “Traian Romanescu” dió vida a la literatura neo-Nazi más antisemítica y más rabiosamente pro-Nazi del continente americano con la autoría de obras tales como La gran conspiración judía y Traición a Occidente que hasta la fecha siguen siendo fotocopiados y distribuídos como manuales de indoctrinamiento ideológico “nacionalista” por las sociedades clandestinas de ultraderecha prohijadas desde la clandestinidad por la Universidad Autónoma de Guadalajara, e identificado también en una serie de trabajos espectaculares elaborados por la Alianza Estudiantil Prometeo de la Universidad Iberoamericana como uno de los autores de la puesta en marcha de una conspiración de gran envergadura para apoderarse de las redes del poder en México mediante tácticas de infiltración y fanatización. De Carlos Cuesta Gallardo hay tan pocas fotografías disponibles que inclusive en la misma Universidad Autónoma de Guadalajara cuando se hacen festejos conmemorativos en su memoria se recurre a una pintura hecha a mano en ausencia de una buena fotografía del hombre al que celebran por sus contribuciones “nacionalistas”. Se cuenta que Carlos Cuesta Gallardo al igual que Córdoba Montoya rehuía la presencia de cualquier tipo de cámara fotográfica, dando de inmediato la espalda a los reporteros que se acercaran para tomar la fotografía de ocasión de algún evento social, o inclusive levantándose de la mesa antes de que el fotógrafo pudiera accionar su cámara, aunque de cualquier modo Cuesta Gallardo estaba casi siempre acompañado por “guaruras” más que puestos a arrebatarle la cámara fotográfica a cualquiera que le hubiese tomado la foto de frente a Cuesta Gallardo sin su expresa autorización para ello (una autorización que nunca daba) haciendo pedazos la cámara en el mismo lugar y de inmediato. De este modo, a los paparazzi y a los fotógrafos de la prensa les era prácticamente imposible tomarle una fotografía a Cuesta Gallardo al igual que a Córdoba Montoya. En su comportamiento común, ambos personajes comparten la misma psicopatología clínica del que sufre delirios de persecusión, motivados en Cuesta Gallardo sin lugar a dudas por sus bizarras creencias en una “gran conspiración judía masónica comunista” para la conquista del mundo que en su momento llegaron a desquiciar la mente del famoso industrial norteamericano Henry Ford. Esta psicopatología clínica está perfectamente identificada y definida, y es padecida por muchos de los que terminan militando en las sociedades clandestinas de la extrema derecha.
Aunque ciertamente no es un asunto fácil obtener una fotografía del obscuro y evasivo José Córdoba Montoya, tampoco es algo imposible, y para reafirmar lo dicho tenemos el siguiente registro fotográfico que permitirá a sus vecinos identificarlo en las raras ocasiones en las que se aventure a salir de su residencia en Guadalajara sin gafas obscuras con algún disfraz de ocasión:
Sobre el maquiavélico y obscuro José Córdoba Montoya quien en los tiempos del Presidente Carlos Salinas de Gortari fuera considerado como uno de los políticos más poderosos de Latinoamérica y el verdadero poder “detrás del trono”, y el cual a tan sólo una semana de cometerse el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta fuera sacado a toda prisa fuera de México y puesto a salvo el 31 de marzo de 1995 con uno de los más altos puestos que Carlos Salinas de Gortari le pudiera dar fuera del país (representante de México ante el Banco Interamericano de Desarrollo), existe material documental tanto dentro como fuera de México que demuestra que éste hombre aún es temido y es considerado hasta la fecha como intocable. Y también sobre este extraño personaje importado de Francia existen numerosas preguntas sin respuesta, tales como las siguientes:
¿Cuándo exactamente conoció Carlos Salinas de Gortari por vez primera a José María Córdoba Montoya? ¿Quién los presentó el uno al otro y bajo qué condiciones? ¿Por qué le tuvo Salinas de Gortari tanta confianza a Córdoba Montoya a grado tal de convertirlo en el segundo hombre más poderoso de México permitiéndole desplegar un enorme poderío sin tener que dar la cara jamás? ¿Qué los unía? ¿Qué secretos de estado comparten ambos a grado tal que la suerte de uno pueda estar ligada inextricablemente a la suerte del otro? ¿Qué actos ilegales o inclusive criminales fueron planificados por ambos cuando Salinas de Gortari era el Presidente de México? ¿En qué acciones de encubrimiento han incurrido? ¿Está asociado actualmente Córdoba Montoya de alguna manera a la organización ultraderechista secreta Tecos creada por los propietarios de la Universidad Autónoma de Guadalajara con fines políticos ambiciosos a largo plazo? ¿Está asociado actualmente Córdoba Montoya de alguna manera a la terrible conspiración urdida desde la misma ciudad de Guadalajara en donde tiene su residencia para la instauración de un gobierno paralelo secreto en México? ¿A qué se dedica realmente Córdoba Montoya en la actualidad? ¿Por qué se le ha protegido y se le sigue protegiendo sin que se le haya expulsado del país como un extranjero indeseable, por qué sigue siendo un intocable? ¿Quiénes son sus protectores?
Personajes calculadores y fríos como José María Córdoba Montoya incurren muy rara vez en errores y equivocaciones, pero ello no significa que sean infalibles al cien por ciento. En el caso de Córdoba Montoya, el único talón de Aquiles que ha tenido en su vida se debió a causa de una mujer ante la cual sucumbió bajo sus encantos. En un artículo de la autoría de Andrew Reding publicado el 17 de septiembre de 1995 bajo el título “The Fall and Rise of the Drug Cartels”, el periodista relata citando a Newsweek cómo el hermano mayor de Carlos Salinas de Gortari, Raúl Salinas de Gortari (al cual las autoridades suizas le descubrieron los depósitos millonarios que estaba haciendo en bancos suizos por más de cien millones de dólares usando identidades falsas, dinero que se presume eran las ganancias obtenidas del narcotráfico por su hermano el “señor Presidente”):
tenía nexos directos con el narcotraficante más importante en el sexenio salinista, Juan García Abrego, y cómo cuando un grupo especial de la policía pidió apoyo directo del Ejército para llevar a cabo la detención de Juan García Abrego la petición fue negada tajantemente por la oficina de la Presidencia que en ese entonces estaba a cargo precisamente de Córdoba Montoya, con lo cual el arresto no se pudo llevar a cabo. Tiempo después, gracias a revelaciones hechas por el periódico REFORMA, se supo que Córdoba mantenía una relación amorosa con una atractiva mujer policía de nombre Marcela Bodenstedt que estaba señalada como una lugarteniente al servicio de Juan García Abrego. Esta misma mujer se entrevistaba frecuentemente con el Secretario de Comunicaciones y Transportes Emilio Gamboa y su secretario, precisamente los mismos hombres encargados de la supervisión de las vías aéreas y terrestres por las cuales la droga procedente de Colombia es transportada por territorio mexicano hacia los Estados Unidos. Las revelaciones de su relación con Marcela Bodenstedt le costaron a Córdoba Montoya el ser removido del puesto que tenía como el representante de México ante el Banco Interamericano de Desarrollo ante la presión de una opinión pública que ya empezaba a cuestionarse el por qué el Presidente Salinas de Gortari estaba dándole tanta protección y tantos favores a Córdoba Montoya. Aprendida la dura lección, el maquiavélico Córdoba Montoya no ha vuelto a incurrir nunca más en errores de esta naturaleza.
Sobre la posible asociación que el siniestro Joseph-Marie Córdoba Montoya pueda tener con la igualmente siniestra sociedad secreta de ultraderecha Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara y la participación que pueda haber tenido (y posiblemente siga teniendo) con las intenciones cada vez más expuestas de la ultraderecha nacional clandestina de imponer en México un gobierno paralelo secreto, baste con decir que si esto último es un hecho entonces Córdoba Montoya necesariamente tuvo que haber sido un engranaje importante de la maquinaria conspiratoria en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari; esto es ineludible ya que de no haber sido parte integral de la confabulación que está en marcha en contra de México, a Córdoba Montoya lo habrían removido del mismo modo en el que el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta fue removido por “un asesino solitario”.
Desde la perspectiva de una sociedad tan siniestra como la cada vez más poderosa sociedad de ultraderecha Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, el extraño que vino de Francia ciertamente llena los requisitos esenciales del perfil necesario para ser parte de tan temible maquinaria, a grado tal que se le podría clasificar como el Teco perfecto. Habla muy poco o casi nada. Casi nunca dá la cara para exponer lo que realmente está pensando, y nunca le comenta a nadie lo que tiene en mente o lo que tiene planeado hacer. Observa, vigila, analiza a los demás descubriendo sus fortalezas y debilidades, y desde el amparo de las sombras ejerce su poder sin mostrar jamás su rostro. Muchos analistas lo consideran generalmente como un hombre amoral, ambicioso, perverso, mismos vicios espirituales de los cuales se acusa a su mentor y cómplice Carlos Salinas de Gortari, excepto que Salinas de Gortari sigue desesperado tratando de llamar mediáticamente la atención para mantener su “vigencia”, ya sea escribiendo tractos voluminosos para justificar su sangriento sexenio echándole la culpa a todos los demás de los yerros y crímenes cometidos bajo su presidencia infausta, o exhibiéndose como socialité:
en todos los eventos sociales de importancia a los cuales pueda colarse con el fin de acaparar los reflectores; mientras que Córdoba Montoya sigue actuando sigilosamente desde un anonimato casi total escondiéndose y ocultando con bastante éxito todas las cosas en las que pueda estar metido en la actualidad. El decidido y brusco giro hacia la derecha que dió el gobierno federal de México aún desde antes de la llegada del infiltrado (ultraderechizado) PAN a la Presidencia justo en el tiempo en que Carlos Salinas de Gortari y Córdoba Montoya co-gobernaron a México es algo que ya no se pone en tela de duda, hay demasiadas evidencias documentales al respecto. Mucho de lo que se implementó en los tiempos del sexenio del Presidente Carlos Salinas de Gortari eran precisamente las cosas que desde hace décadas desde Guadalajara los neo-fascistas conspiradores se habían propuesto lograr como sus primeros objetivos para ir virando al país hacia una derecha cada vez más extrema, lo cual se está viendo hoy bajo el actual Presidente Felipe Calderón y el Yunquismo controlando al PAN a través de César Nava. Y si Joseph-Marie Córdoba Montoya tiene actualmente su residencia en la misma ciudad de Guadalajara en donde tiene su cuna la universidad que sirve como fachada a una de las amenazas más graves que enfrenta Latinoamérica, si ambos comparten las mismas ambiciones de poder y si ambos tienen la misma carencia de escrúpulos para lograr sus objetivos, entonces Joseph-Marie Córdoba Montoya no pudo haber escogido mejor ciudad para fijar su residencia y continuar con sus maquinaciones que la ciudad de Guadalajara que actualmente se encuentra ya bajo la bota del Yunque. Teniendo tantas cosas en común, se necesitan el uno al otro y pueden usarse para cualquier cosa que le tengan deparado en sus planes a México para los años venideros. Al menos en la ciudad de Guadalajara, Joseph-Marie Córdoba Montoya se debe sentir a salvo y protegido, más que en ninguna otra ciudad de México. Y está justo en donde debe estar en estos precisos momentos en los que una minoría perversa actuando en la clandestinidad está decidiendo para el futuro socio-político de México.
10 Comments:
solo me queda decir: wow
me quede sin palabras, lastima que mucha gente no sabe ni sabra de esto
Pero nosotros podemos difundirlo. :D Muchísimas gracias por toda la información. En verdad es valiosa.
Habita la famosa , casa Blanca en el fraccionamiento Puerta de Hierro que construyeron en terrenos robados la familia Leano en sociedad con los Gomez Flores , tienen su religion Antisemita,Antimasonica y Anticomunista, a los que estudian ahí les lavan el cerebro incluso tenian un psiquiatra que se dedicaba a esto(su secta o religion es la de Atanasio(Constantino.encabezada por marcel Lefrevre el libro de cabecera de la universidad autonoma es Los Protocolos de los Sabios de Sion) imaginense una universidad que odia al los Judios en el siglo 21,porque segun ellos crucificaron a Jesus ,cuando los que crucificaron a Jesus fueron los Homicidas Romanos, Dios nos libre. Rene Abbadié
Un excelente artículo!!
Impresionante, que historia tan bien guardada como desinformada han logrado estos maquiavelicos personajes.
A pesar de que estamos en la era de la información esta es una de las historias mejor guardadas, tan maquiavelica como oculta. Que le pasa a nuestra sociedad? No cabe duda de que estamos dormidos en un profundo sueño de sumisión.
Gracias por este interesante post.
Yo llegué acá indagando aún mas sobre la muerte de Colosio, y por la incertidumbre que me provoca que Enrique Peña Nieto llegue a la presidencia. Ojalá más personas tuvieran interés en leer estos artículos. Gracias por la información
Mucha informacion valiosa, ahora sabemos quien esta tras la campaña de peña nieto y el por que de la reciente imposicion de el com o nuestro presidente.
Por eso necesitamos difundir desde ya
Efectivamente, Joseph Marie Córdova Montoya radicaba en la Ciudad de Guadalajara... Se habla de una reunión que sostuvo el finado Cardenal Posadas Ocampo cuando era obispo en tijuana con el Chapo Gúzman, en donde el Chapo le afirmaba que el narcotráfico estaba apoyado por el Gobierno Federal en los tiempos de Salinas para que este tomara fuerza en el país ya que convenia a los interéses económicos de los altos mandos de gobierno, y donde se manejaba la llamada narcopolítica. Esa Reunión en los pinos del Cardenal Posadas Ocampo con Salinas de Gortari y Cordova Montoya se realizo también con la presencia de Luis Donaldo Colosio en donde El Cardenal expresa las inquietudes del chapo... Cordova Montoya es quien maquila el asesinato del Cardenal y quien a la postre también ordena la muerte de Colosio. En la película de Colosio de este año, el personaje de lentes y quien ordena los trabajos sucios es nada maás que el propio Asesor de salinas, Joseph Marie Cordova Montoya... Además se habla de las numerosas visitas presidenciales que realizaba Ernesto Zedillo a Jalisco por cualquier motivo pero el fondo de esas visitas que eran por lo menos una cada mes, el interes era recibir asesorias de Cordova Montoya quien vivía en la ciudad...
Publicar un comentario
<< Página Principal