sábado, 13 de marzo de 2010

Pactos con el Diablo




Los pactos con el Diablo invariablemente terminan quemando al que los hace, y no precisamente al mismo Diablo que es el único que sabe perfectamente bien lo que está haciendo.

Comprender lo que está sucediendo en el escenario político de México en estos momentos requiere forzosamente tomar conocimiento del hecho de que el partido del gobierno, el Partido Acción Nacional, está firmemente en manos de la ultraderecha, a través del presidente nacional del PAN César Nava, un miembro juramentado de la mil veces siniestra Organización Nacional del Yunque, un conspirador que tomó las riendas de dicho partido después de una farsa de simulación electoral en la que él fue el único candidato y en cuya ceremonia de su virtual imposición sobre todos los demás panistas, tanto Yunquistas como no-Yunquistas, estuvo presente el mismo Felipe Calderón para darle personalmente su aval como Presidente de México.

Se han documentado para la posteridad en estos trabajos los métodos tan despiadados y viciosos utilizados por la ultraderecha mexicana para retener en sus manos a toda costa el gobierno federal en las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo en el 2006, descargando con el apoyo de los poderes fácticos y las empresas televisivas con las que está aliada una acometida feroz en contra de Andrés Manuel López Obrador con el fin de impedir a como diera lugar que la izquierda moderada de México pudiera sacar del poder a la ultraderecha de corte Franquista. Se han documentado también las consecuencias trágicas que ha tenido y sigue teniendo para la nación entera el afianzamiento en el poder de la facción más ultraconservadora de Latinoamérica.

Después de que en las elecciones presidenciales del 2006 el ultraderechizado PAN actuó como todo un delincuente electoral violando todas las normas de decencia habidas y por haber actuando en contra de la izquierda de México como si fuese el peor de sus enemigos, pudiera esperarse que la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática repudiase cualquier intento de acercamiento con los barones de la ultraderecha que resultaron ser todos unos golpistas recurriendo a los golpes bajos y a la resurrección de las tácticas propagandistas inventadas por los Nazis. Pero la sorpresa de muchos izquierdistas debió haber sido mayúscula cuando la dirigencia del PRD, exhibiendo una desmemoria digna de un retrasado mental, anunció su intención de forjar alianzas políticas con el mismo Partido Acción Nacional en varios estados, alianzas fomentadas y negociadas desde la cúpula del PAN con la dirigencia del PRD por el mismo Yunquista César Nava.

¿Cómo, se preguntan hoy muchos decepcionados izquierdistas, es posible que traicionando sus propios principios ideológicos la facción que se dice representar a la izquierda de México esté pactando alianzas con el mismo partido que le arrebató la Presidencia de México en el 2006? ¿Cómo, se preguntan hoy muchos decepcionados izquierdistas, es posible que quienes se dicen representarlos vayan muy contentos tomados de la mano con los mismos que han estado montando una feroz embestida en contra del gobierno capitalino y sus reformas de corte liberal tales como la legalización civil de las uniones entre homosexuales y la legalización de la interrupción de embarazos no-deseados sobre todo en casos de violación e incesto o cuando la vida de la madre corre peligro por tratarse de una situación médica de excepción?

El que se hayan podido concretar tales alianzas auspiciadas por el mismo Yunquista César Nava es sin lugar a dudas la mejor prueba del enorme poder de penetración de la ultraderecha al interior de otros partidos políticos y su enorme poder de persuasión. Si la ultraderecha ha buscado concretar alianzas con la misma izquierda a la que en el 2006 quería aniquilar a toda costa, ello es porque tras la labor propagandística destructiva efectuada en contra del PRD este partido dejó de ser ya una amenaza para el PAN, y hoy es el PRI el que amenaza con sacar al PAN de la Presidencia de México. En esto hay que ser claro: el Partido de la Revolución Democrática no tiene absolutamente nada que ganar forjando pactos y alianzas con la ultraderecha porque a fin de cuentas ésta última es la que detenta las riendas del poder federal. Si la ultraderecha ha procurado pactos y alianzas con la misma izquierda a la que en el 2006 le arrebató la Presidencia de la República no es para hacerle favor alguno sino para seguir reteniendo el poder federal a toda costa, temerosa de que ante la desastrosa conducción del país todos los demás partidos se puedan unir en contra suya con el fin de “sacar al PAN de Los Pinos”. No es el PRD el que pueda tener algo que ganar aliándose con su peor enemigo, es la misma ultraderecha la que teme ser echada de la silla presidencial si no pone de su lado a la izquierda de México y a todos los demás que puedan ser lo suficientemente inteligentes para cumplirle al pueblo de México echando fuera al Yunquismo del poder. Resulta sumamente irónico (aunque tal vez el vocablo apropiado sería cínico o hipócrita) que el ultraderechista encubierto César Nava en representación máxima del partido en el poder salga con el argumento de que el PRI le tiene mucho miedo a las alianzas forjadas entre el PAN y la izquierda siendo que es la misma ultraderecha la que no se siente tan segura de poder continuar en el poder a causa del desplome en los índices de aprobación en las encuestas del trabajo desempeñado por Felipe Calderón. Y resulta también absurdo que ahora la ultraderecha encubierta en el poder argumente que la justificación de sus alianzas con la izquierda es “para terminar con los cacicazgos regionales del PRI” siendo que es el mismo PAN el que ha estado ejerciendo por casi una década el mayor cacicazgo de todos, sobre una Nación entera, con el control total y absoluto de los recursos de la Federación en sus manos. Y es así como, sin mostrar congruencia alguna con sus declarados principios ideológicos de derecha conservadora cuando de conservar el poder se trata, el pueblo de México ve con azoro cómo en las elecciones del 2010:

El PAN va muy de la mano con el PRD para las elecciones en Oaxaca.

El PAN va muy de la mano con el PRD para las elecciones en Hidalgo.

El PAN va muy de la mano con el PRD para las elecciones en Durango.

El PAN va muy de la mano con el PRD para las elecciones en Puebla.

El PAN va muy de la mano con el PRD para las elecciones en Chiapas.

Y esto, se repite, debido a que el PAN ve hoy al PRI como el partido con mayores posibilidades de arrebatarle la silla presidencial en las elecciones a llevarse a cabo en el 2012 aprovechando el hartazgo de una ciudadanía que se está fastidiando ya con el rumbo que ha tomado la Nación así como las muchas promesas luminosas e incumplidas con las que Felipe Calderón engañó a quienes votaron por él en el 2010. Si el PRD fuera hoy el partido con mayores posibilidades de arrebatarle al PAN la silla presidencial en las elecciones a llevarse a cabo en el 2012, el Yunquista César Nava no tendría remordimiento alguno en procurar al PRI para lanzarse en contra del PRD con la misma ferocidad que ya le demostró en las elecciones presidenciales del 2006.

Al fingir demencia hipócrita pactando acuerdos y alianzas con el mismo partido del cual salió un Presidente que muchos mexicanos hoy consideran espurio, el PRD está demostrando que Andrés Manuel López Obrador tenía toda la razón del mundo al haberse distanciado del PRD cobijándose dentro del Partido del Trabajo (PT) que hoy por hoy representa realmente el único contrapeso viable que la izquierda de México puede ofrecer a la ultraderecha en el poder. A continuación tenemos una fotografía tomada con motivo de las alianzas (y los pactos en lo obscurito) que muestran al supuesto líder nacional del venido a menos Partido de la Revolución Democrática, Jesús Ortega, junto con el Yunquista César Nava, precisamente la pieza más importante en estos momentos de la ultraderechista Organización Nacional del Yunque, una fotografía extraordinaria que los muestra tal y como lo que ambos son:





El interés que tiene el partido en el poder, el PAN, en andar engatusando a los demás partidos políticos poniendo su cara de palo al tenderle la mano con la oferta de alianzas amistosas, es seguir permaneciendo en el poder cuando vengan las próximas elecciones presidenciales del 2012. Los acuerdos intermedios en realidad sólo tienen este objetivo en mente por más que lo quiera negar el mismo César Nava. El PAN es realmente el único interesado en fomentar todo tipo de alianzas porque a fin de cuentas es el partido en el poder, y es el único que tiene algo que perder si todos los demás se le unieran en contra ahora que se está comprobando que ha resultado mil veces peor que su antecesor el PRI, algo que la miopía de los demás partidos que aceptan estos pactos les impide ver.

Sin embargo, no sólo la izquierda, que era todo un peligro pero no para México sino para los intereses del PAN y la ultraderecha en el 2006, terminó aceptando formar alianzas con los mismos que le robaron la elección presidencial. También el mismo PRI terminó cayendo en las trampas urdidas por los estrategas de la ultraderecha, y nadie menos que una de las políticas más experimentadas de México, la experimentada política priistaBeatriz Paredes terminó haciéndoles el juego a los demonios de la derecha ultraconservadora al acceder a la firma de un acuerdo hasta hace poco ultrasecreto conocido como el pacto de Bucareli, firmado el 30 de octubre del 2009 en las oficinas de una dependencia federal, la Secretaría de Gobernación. De este modo, al mismo tiempo que estaba forjando alianzas con el PRD en contra del PRI, el Yunquista César Nava firmaba un pacto con el mismo PRI sin enterarle de ello ni siquiera a los mismos Diputados y Senadores panistas en el Congreso de la Unión. Este pacto con el Diablo oculto de la vista del público debería de haberse mantenido en el más absoluto secreto, de no ser porque el Gobernador del Estado de México reveló bajo la presión de las circunstancias la existencia del mismo en el noticiero de Adela Micha radiado el 2 de marzo del 2010, un pacto... ¡para que no se establecieran alianzas con la izquierda! Ese mismo día no había sido precisamente uno de los mejores para el Yunquista César Nava quien tiene en sus manos la responsabilidad de la coordinación de los planes para que la dupla derecha-ultraderecha se mantenga enquistada en el poder en las próximas elecciones presidenciales del 2012, y sorprendido por la noticia empezó a negar cual vulgar Pinocho la existencia de dicho pacto (se dice que una de las mayores características del Diablo es su enorme capacidad para mentir). Al siguiente día después de la revelación, el Yunquista César Nava negando la existencia del pacto tuvo un choque frontal y directo con Beatriz Paredes en el mismo Congreso de la Unión. Y finalmente, agobiado por la contundencia de los desmentidos en su contra, como si hubiese sido visitado por un exorcista de esos capaces de dejar al Diablo apabullado, César Nava terminó desinflándose reconociendo que había mentido y aceptando que sí se había firmado tal pacto con el PRI, lo cual causó estupor en la dirigencia de la izquierda que se había estado aliando con el PAN en contra del PRI. Poco después, la misma coordinadora del Partido Acción Nacional en el Congreso, Josefina Vázquez Mota, declaró que los mismos diputados panistas estaban ignorantes del pacto que había firmado el presidente nacional del PAN con el PRI. Y al día siguiente, el mentiroso César Nava ya no se presentó a ocupar su curul en el Congreso de la Unión, pero alguien tuvo la buena ocurrencia de poner en su silla la figura de Pinocho.

Las perversas alianzas forjadas por la ultraderecha que tiene infiltrado al cada vez más envilecido Partido Acción Nacional así como la facilidad para faltar a su palabra cuando de cumplir se trata con lo pactado empujaron a otro prominente funcionario del gabinete de Felipe Calderón, uno de aquellosque nunca se imaginaron en manos de quiénes llegaría a caer el Partido Acción Nacionalpartido, a repudiar su asociación con dicho partido, desligándose de él presumiblemente para siempre. Y se trata de un personaje de peso, se trata precisamente del menor de los hijos de Felipe Gómez Mont, fundador e ideólogo del PAN:

Gómez Mont renuncia al PAN por las alianzas
Horacion Jiménez, Gerardo Mejía y Ricardo Gómez
EL UNIVERSAL
11 de febrero del 2010

El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, renunció ayer a su militancia panista de toda la vida en medio de diferencias con la dirigencia nacional de su partido por el impulso a las coaliciones con partidos de izquierda.

El presidente del PAN, César Nava, descartó que la salida de Gómez Mont ponga en riesgo la unidad del partido. “Es una decisión personal. La decisión es individual no es colectiva, de manera tal que la unidad se preserva y la seguiremos cuidando”.

Nava reconoció que el secretario de Gobernación estaba en desacuerdo con las alianzas con el frente de izquierdas.

En la reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del pasado martes, en la que se discutió competir junto con PRD, PT y Convergencia en Oaxaca, Gómez Mont estuvo presente aunque no formaba parte de la dirigencia. Acudió con su investidura de secretario de Gobernación y militante panista.

De acuerdo con versiones de asistentes a la sesión, la intervención de Gómez Mont “no fue tersa” para mostrar su rechazo a la alianza. Al final, los panistas aprobaron ir en coalición por la gubernatura de la entidad.

A finales de enero el PAN aprobó también competir en alianza en Durango y negocia acuerdos similares para Puebla e Hidalgo. Hace dos semanas Gómez Mont criticó las alianzas con el PRD.

En la Cámara de Diputados, el coordinador priísta, Francisco Rojas, ratificó su disposición al diálogo con Gobernación. En el Senado, Manlio Fabio Beltrones afirmó que si Gómez Mont renunció para ejercer su función con “imparcialidad”, también debe renunciar a su militancia el presidente Felipe Calderón.

En entrevista, César Nava dijo que le pidió a Gómez Mont recapacitar, “pero él ya tenía una decisión tomada”.

Gómez Mont, el menor de los hijos de Felipe Gómez Mont, fundador e ideólogo del PAN, se incorporó a las filas del panismo desde su adolescencia.

No tardaría en confirmarse que la razón principal por la cual Fernando Gómez Mont había renunciado a todas sus asociaciones públicas con el PAN fue el haber quedado mal en su calidad de Secretario de Gobernación al incumplir César Nava con su palabra empeñada, mintiendo por aquí y mintiendo por allá a más no poder, haciendo quedar mal a Fernando Gómez Mont como interlocutor confiable del gobierno federal con los partidos políticos. La lumbre le llegó inclusive al mismo Felipe Calderón del cual hay razones muy buenas para suponer que estaba enterado de todos estos pactos que el disfrazado Yunque estaba haciendo con la izquierda, con el PRI, y con cualquiera cuya ceguera le impida ver las dobles intenciones del juego tramposo, a lo cual los panistas empeñados en defender a su jefe presentándolo como un ignorante de tales pactos sólo logran exhibirlo como un iluso, desinformado, en el mejor de los casos, o como parte de un trueque que le está costando al bolsillo de millones de mexicanos. Se ha utilizado aquí la palabra “concertacesión” porque es a través de este mecanismo antecesor de los pactos y alianzas modernos que ha tendido el PAN con todos sus opositores que la dupla derecha-ultraderecha logró la creación de los diputados y senadores plurinominales que no necesitan competir con nadie para llegar a su curul o a su escaño por el voto directo del pueblo, convirtiendo en una burla la democracia representativa que querían ver para México los fundadores originales del PAN que nunca se imaginaron que su partido llegaría a caer en tales manos.

De cualquier manera, y demostrando que el Diablo es lo suficientemente Diablo como para salir airoso de los peores trances, el Yunquista César Nava logró -mediante quién sabe qué medios u ofrecimientos, éso sólo él lo sabe- que los pactos forjados en contra del PRI con la otrora muy satanizada izquierda para las elecciones a llevarse a cabo en el 2010 se mantuvieran en pie. Si se hubiese tratado de cualquier otro, posiblemente la dirigencia del PRD en un retorno a la cordura y a la congruencia habría repudiado todas esas alianzas y se habría disociado de tan aberrantes asociaciones con quienes a fin de cuentas le arrebataron la misma Presidencia de la República apenas tres años atrás. Pero no tratándose de César Nava, no tratándose del mismo Diablo, no tratándose de la misma ultraderecha encarnada para la cual a fin de cuentas el mismo Felipe Calderón no fué más que un idiota más para lograr sus objetivos, un idiota más que se ha pasado de idiota.

Junto con las alianzas y pactos que el Yunquismo ha estado forjando con la izquierda de México con el único fin de no perder la Presidencia de México en el 2012, la ferocidad de los denuestos en contra del puntero priista que encabeza las encuestas, Enrique Peña Nieto, ha ido aumentando paulatinamente. En la andanada de ataques que está empezando a desmontar la extrema derecha de México en contra de este hombre que lleva una amplia delantera en las encuestas hay un patrón que ya resulta familiar. Le están repitiendo la misma dosis que en su momento le aplicaron a Andrés Manuel López Obrador para impedir que éste pudiera echar al PAN de Los Pinos en el 2006. Y esta acometida viciosa en contra de Enrique Peña Nieto apenas está empezando. Mucho antes de que se llevaran a cabo las elecciones presidenciales del 2006, se intentó remover a Andrés Manuel López Obrador, quien como aspirante a la Presidencia de México llevaba una amplia delantera en las encuestas, con un proceso de desafuero para el cual el PAN procuró en su momento el apoyo del PRI que terminó cayendo ingenuamente en el juego de los Yunquistas votando al favor del desafuero sin darse cuenta de que el favor no se lo estaban haciendo los priistas a ellos mismos sino al ultraderechizado PAN que temía ser expulsado del poder. Como no podían tumbarlo en las encuestas de popularidad, la intención era impedirle por las vías legaloides competir por la Presidencia de la República. Y cuando la intentona de remover a López Obrador por la vía del desafuero no dió resultado al caer la repulsa mundial en contra del gobierno foxista por recurrir a una cochinada nunca antes vista en procesos electorales modernos, recurrieron entonces al escándalo de los videos para lo cual obtuvieron el apoyo del corrupto empresario argentino Carlos Ahumada. Y cuando esto no dió resultado, recurrieron entonces a una viciosa guerra sucia mediática violatoria de las leyes electorales con la cual trataron de pintar a López Obrador como todo un peligro para México. Y cuando al llevarse a cabo las elecciones el candidato panista Felipe Calderón no pudo obtener una clara ventaja sobre López Obrador pese a todas las trampas y cochinadas efectuadas en contra suya, se recurrió a una virtual imposición en la cual el virtual golpista Felipe Calderón proclamó con todo cinismo que lo importante era ganar “haiga sido como haiga sido”, su famosa frase que ya le ganó a perpetuidad a este hombrecillo un lugar especial en la Historia de México. Esto mismo están empezando a desatar en contra de Peña Nieto para impedirle que pueda llegar a la Presidencia de México en el 2012, lo cual significaría para la ultraderecha de México su expulsión factual de las redes del poder. Y en este juego sucio, por mucho que quiera negarlo, está inmiscuído el mismo Felipe Calderón, beneficiario directo de los tentáculos del pulpo que lo ayudaron a instalarse en la silla presidencial con menos de la quinta parte de la aprobación de los electores registrados.

Veamos lo que nos dice sobre esto último un conocido editorialista:

Peña Nieto, en la mira
Raymundo Riva Palacio
11 de marzo del 2010

Está frente a nuestros ojos y no lo estamos viendo. El presidente Felipe Calderón, quien es un guerrero y es asesorado por guerreros, parece haber tomado una definición importante: aprovechar la coyuntura del escándalo del pacto de Bucareli detonado por el beneficiario directo, el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, para minar a Enrique Peña Nieto, iniciar la campaña para arrebatar el poder al PRI en la patria mexiquense y reducirle la ventaja en las preferencias electorales para 2012.

El rencor de Calderón con el PRI es proverbial. Alguna vez dijo que negociar con ese partido le daba asco. Cuando era diputado llegó al extremo de no saludar de mano a los priístas. En el caso de Peña Nieto, el sentimiento se ha magnificado. Por alguna razón tiene animadversión contra el gobernador mexiquense –su relación con los gobernadores priistas es cada vez más tensa y ríspida–, y la obsesión que había a principio de sexenio en contra de su adversario en la contienda presidencial, Andrés Manuel López Obrador, ha cambiado de objetivo. De qué tamaño debe ser el rencor acumulado por años para haber aceptado negociar una alianza electoral con quienes lo han insultado y no lo reconocen como Presidente (el PRD), por encima de aquellos que le ayudaron a colocarse la banda presidencial (el PRI).

En Los Pinos ya midieron a Peña Nieto y lo están centrando. Huelen sangre y van sobre la presa. Nadie sabe si la alcanzarán, pues lleva una gran ventaja. Pero lo que le puedan quitar a Peña Nieto será importante, si quieren estar en condiciones, dentro de dos años, de aspirar a que el PAN y el proyecto calderonista, logren una proyección transexenal. (O sea, perpetuarse en el poder por los siglos de los siglos instalando una quasi-dictadura fascista bajo el falso semblante de democracia, una democracia dirigida y controlada con el apoyo de los poderes fácticos y los medios masivos de comunicación aliados a la ultraderecha.)

Si en su momento la dupla derecha-ultradercha descargó una viciosa guerra sucia en contra de López Obrador tratando de enlodarlo inventándole todo cuanto pudiesen inventarle, ha comenzado ya el mismo proceso en contra de Enrique Peña Nieto con miras a las elecciones presidenciales del 2012 en donde lo ven como “todo un peligro” (para el PAN). Un ejemplo de ello lo podemos ver en el uso de la tribuna del Congreso de la Unión para empezar a propalar rumores e infundios sin presentar prueba alguna metiéndose incluso en la vida personal del principal candidato priista lucrando con las tragedias de su vida personal, como lo comenta el conocido editorialista Sergio Sarmiento:

Peña Nieto
Jaque Mate
Sergio Sarmiento
12 de marzo del 2010

El tema real de la airada discusión del miércoles 10 de marzo en la Cámara de Diputados era Enrique Peña Nieto. El gobernador del estado de México es el puntero en el camino a las elecciones presidenciales de 2012. Pero para que pueda mantenerse así necesita ganar primero la elección mexiquense de 2011. Por eso la importancia de saber si el PAN y el PRD pueden unirse para derrotarlo en esos comicios.

En el sondeo “Así van” de fines de febrero de Consulta Mitofsky, los encuestados expresan una preferencia electoral sin candidato de 39.6 por ciento por el PRI, 16.4 por ciento por el PAN y 10.8 por ciento para el PRD. A la pregunta de quién prefiriría para próximo presidente de la república, la respuesta espontánea, esto es, sin lista de posibles candidatos, es: 24.7 por ciento por Peña Nieto, 7.1 por ciento por Andrés Manuel López Obrador, 3.8 por ciento por Fidel Herrera y 2.5 por ciento por Marcelo Ebrard. El primer panista en la lista, Santiago Creel, no precisamente un favorito del presidente Felipe Calderón y la actual maquinaria del PAN, se encuentra empatado en cuarto lugar con Ebrard con 2.5 por ciento.

Todavía falta mucho para la elección presidencial de 2012.
A estas alturas del juego, en 2004, Felipe Calderón registraba una preferencia de apenas 3 por ciento. Pero eso no significa que no haya llegado ya el momento de las maniobras y los ataques personales.

En la discusión en la Cámara del 10 de marzo la diputada panista María Elena Pérez de Tejada:





declaró: “El gobernador mexiquense, que no lo digo yo, lo dicen muchos medios (¿?) , está acusado de haber matado a su mujer; que denuncien y que investiguen.”

La diputada Pérez de Tejada nunca aclaró qué “medios” acusan a Peña Nieto de la muerte de Mónica Pretelini.

Cuando los priistas exigieron a la diputada panista que presentara pruebas o se retractara, ella respondió: “Conocí a la señora y fue una dama, y por ella lo retiro, no por el gobernador.” (¿?)

Los “medios” a los que parece referirse la diputada panista son una presentación de Power Point que está circulando en una cadena de correo electrónico.

Una supuesta amiga de Pretelini, quien nunca se identifica, sugiere sin pruebas que Peña Nieto es un narcotraficante y que pudo haber matado a su esposa.

La información disponible públicamente sobre Mónica Pretelini es que falleció el 11 de enero de 2007 en el Hospital ABC de la ciudad de México de un paro respiratorio producido por una crisis convulsiva.

La información fue divulgada por el doctor Paul Shkurovich, jefe de neurología del hospital, quien la había tratado por dos años.

Un complot para asesinarla y hacer aparecer la muerte como natural habrìa requerido la complicidad de muchos: entre médicos, enfermeras y otro personal. La versión es poco creíble.

Lo que no es difícil de creer es que la elección presidencial ha llegado a esa etapa en que se hacen ataques sin pruebas y alianzas sin más propósito que descarrilar al puntero.

La intención de utilizar la misma tribuna del Congreso de la Unión para propalar con amplia cobertura mediática el rumor de que el Gobernador del Estado de México mató a su esposa tiene como intención patente el insinuarle a todo el pueblo de México sin presentar pruebas que Enrique Peña Nieto es un asesino, para que así el rumor sumado a otros rumores que vayan saliendo posteriormente terminen convertiéndose en una avalancha que lo hunda, desintegrándole poco a poco día tras día la amplia ventaja que lleva en las encuestas, tal y como lo hicieron con Andrés Manuel López Obrador. ¿Quién quiere votar por un asesino, quien quiere contribuír a poner en la Presidencia de México a alguien que dejó a sus propios hijos huérfanos de madre? Casi podemos escucharlo ahora... “No votes por Enrique Peña Nieto, no votes por un asesino, porque es todo un peligro para México”. Y esto apenas empieza. El Gobernador mexiquense puede esperar que vayan sacando en su contra nuevos rumores, videos, descalificaciones, golpes bajos, y desde luego, pactos y alianzas, inclusive con su propio partido. Lo que sea para impedirle llegar a la Presidencia. Se tiene ya en el horizonte, nuevamente, otra andanada viciosa de ataques, esta vez no en contra de un aspirante del PRD a la Presidencia de México sino uno del PRI que de acuerdo a las encuestas tiene muy buenas probabilidades de echar a la extrema derecha de Los Pinos. El único interés de la extrema derecha encubierta de México es seguirse perpetuando en el poder por siempre afianzando cada vez más su garra sobre el pueblo de México. Esto explica los ataques personales recurriendo a documentos anónimos cuyos creadores nunca dan la cara. Esto explica la ferocidad de las acometidas. Esto lo explica todo. Los políticos de México ajenos a las confabulaciones ocultas de la extrema derecha que no han asimilado aún esto tienen pocas probabilidades de éxito ante un enemigo poderoso que desconocen pero que se está infiltrando en todas partes. Esta es la nueva forma de hacer política en México. Esta es la nueva manera de conquistar y retener el poder, forjada a golpes de Yunque en los cuarteles de guerra secretos por los cerebros que están al servicio de las causas más retrógradas de México que aún lloran la derrota de Hitler y sus Nazis y que aún alaban y admiran al dictador vitalicio fascista español Francisco Franco.

En los enfrentamientos verbales que tuvieron lugar en el Congreso de la Unión entre panistas y priistas a resultas de los escándalos causados por la revelación imprevista de pactos “en lo obscurito”, salió a relucir una verdadera joya que tres años atrás tal vez habría sido determinante en echar de la silla presidencial al ultraderechizado Partido Acción Nacional, porque esta joya confirma lo que millones de mexicanos que no creen en el triunfo de Felipe Calderón han sospechado: Felipe Calderón no ganó las elecciones presidenciales en el 2006. Y esto no lo dice ya Andrés Manuel López Obrador que siempre ha calificado a Felipe Calderón como un Presidente “espurio”, ni lo dicen los voceros y representantes de la izquierda de México. Los que hicieron esta afirmación son los mismos priistas, los mismos que en su momento se hicieron cómplices del mismo Felipe Calderón ayudándolo a ponerse la banda presidencial. La siguiente nota es ilustrativa de muchas que han aparecido al respecto:

PRI: Calderón, “presidente ilegítimo”
Jesusa Cervantes
Agencia APRO
10 de marzo del 2010

El segundo tema que surgió en el debate motivado por el convenio firmado entre los líderes nacionales de PRI y PAN, fue el de la aceptación de los priistas de que Calderón Hinojosa no ganó la elección presidencial de 2006, y que ellos lo habían legitimado por acuerdo, permitiéndole tomar posesión el 1 de diciembre en la Cámara de Diputados pero bajo la promesa de que gobernaría para todos los mexicanos, “pero hasta en eso nos traicionó”.

La revelación de los priistas corrió a cargo del diputado Rubén Moreira Valdez, quien antes de fijar la posición de su partido, respondió a una pregunta que le formuló al perredista Víctor Cossio, afín a López Obrador, sobre si “¿el presidente Calderón es el presidente legítimo de México?”:

Y Moreira Valdez soltó: “Para un servidor, el presidente Calderón también es ilegítimo”.

Después, cuando le tocó a Moreira subir a tribuna, remachó: “Lo que mal inicia mal acaba”.

“El presidente Calderón inició mal, inicio cuestionado sobre su legitimidad, porque como dice el diputado Gerardo Fernández Noroña, se robó la Presidencia de la República”.

Y prosiguió: “Somos la generación del no. Los que le decimos a Calderón, ‘no vendas la patria’; los que le decimos a Calderón, ‘tú no eres legítimo’; los que le decimos a Calderón, ‘te robaste la Presidencia de la República’”.

En ese momento, el perredista Víctor Cossío le reviró la pregunta y planteó: “El apoyo que le dieron ustedes para legitimar a Calderón, ¿lo retira en este momento?

-Mi partido fue consecuente –respondió el priista Moreira Valdez--; no podíamos caer en la anarquía; pero Calderón, que recibió la confianza para entrar por una puerta aquí, a escondidas, y jurarle a la nación que iba ser presidente de los mexicanos, también en eso nos traicionó. No hay apoyo para el presidente, al menos de parte de muchos de nosotros”.

Luego el petista Mario Di Costanzo cuestionó: “Quiere decir que si no ganó Calderón, ¿el que ganó fue Andrés Manuel López Obrador?

-Creo, en lo personal, que las elecciones debieron haberse repetido.

La misma reportera dió seguimiento a la anterior nota con otra:

Pactos vergonzantes
Jesusa Cervantes
Agencia APRO
12 de marzo del 2010

La verdad es un arma tan poderosa que asusta a los políticos y les cancela el poder de la manipulación, la posibilidad de hacer acuerdos en lo oscuro y, sobre todo, actuar para su beneficio y no para quienes dicen servir: los ciudadanos.

Y como prueba de lo anterior, sólo basta echar un vistazo al intercambio de acusaciones, señalamientos, pero sobre todo de revelaciones y confesiones evidenciadas durante las sesiones de los pasados 9 y 10 de marzo en la Cámara de Diputados.

Las palabras asustaron a más de un político y en ellas se escudaron para optar después por el silencio, para demandar tregua y cancelar el debate.

De uno y otro lado, el PRI y el PAN --sumándose algunos perredistas-- aceptaron públicamente verdades (hasta esta semana) confesables sólo en privado; en otros casos se indignaron porque (algunos) de sus actos fueron puestos a la vista de todos los mexicanos.

Por ejemplo, los priistas aceptaron que para ellos Felipe Calderón Hinojosa no ganó las elecciones del 2006, pero que juntos llegaron a un acuerdo para darle legitimidad y facilitarle su entrada al Congreso de la Unión.

Un hecho expuesto desde la máxima tribuna de la nación, el mismo lugar desde donde se pretendió hacer realidad una ficción: que Felipe Calderón ganó probadamente las elecciones presidenciales.

Los mismos priistas remacharon así: “Lo que mal empieza, mal acaba”. A partir de ahí, la verdad confesa desde tribuna, de que para ellos, los priistas, las elecciones no fueron claras y por lo tanto nunca tuvieron la certeza de que Calderón hubiera ganado la Presidencia de la República, pero que gracias a un pacto en lo oscuro entre PRI y PAN pudo el michoacano entrar a San Lázaro cubierto por una simulación.

De este modo, los priístas no titubearon en asegurar –todo en tribuna y ante la nación– que Felipe Calderón no ganó las elecciones de 2006, sino que su llegada al Gobierno fue por un acuerdo entre ellos y los panistas-Yunquistas para otorgarle la legitimidad de la que carecía y allanarle su entrada al Congreso de la Unión. Para hacerle el caldo más gordo a esta sucesión de revelaciones y simulaciones que marcaron los destinos del país y que las cúpulas adoptaron sin que la ciudadanía ni siquiera estuviera enterada, el Partido del Trabajo intervino para asegurar que el diputado y dirigente nacional del PAN, César Nava, actuó como intermediario de la Presidencia de la República para ofrecerle a sus líderes posiciones gubernamentales y respaldo a sus programas sociales, a cambio de que reconocieran a Calderón como primer mandatario del país.

Si aceptamos como cierto lo que dijeron los priistas en el foro máximo de la Nación, reconociendo de paso su complicidad en allanarle el camino a una derecha ultraconservadora que les ha estado pagando muy mal, la teoría de un complot para afianzar a la derecha y su tutora la derecha extrema en el poder por seis años más como los pasos para la instauración a perpetuidad de una dictadura disfrazada de derecha cobra vigencia inusitada.

A cambio de la valiosa ayuda que hace tres años los priistas le dieron al panismo-Yunquismo en el poder para poder afianzarse en la silla presidencial por un segundo sexenio, los priistas están descubriendo con sorpresa que todos los pactos que hagan con estos herederos mexicanos del fascismo franquista no les valen ni un comino cuando se trata de cumplir con lo pactado. Lo mismo le ocurrió a Stalin cuando accedió a un pacto de no-agresión con Hitler creyendo que Hitler respetaría dicho pacto, sólo para despertar un buen día con la noticia de que Rusia estaba siendo invadida por tropas alemanas en uno de los más grandes operativos militares que registra la historia contemporánea, una terrible lección de la Historia que los ingenuos priistas no han terminado de asimilar. La lección inevitable es que jamás hay que acceder a pacto alguno de ningún tipo con individuos que estén respaldados por gente de filosofía ultraconservadora, porque se trata de gente carente de palabra, se trata de gente que sólo busca el poder por el poder mismo, se trata de timadores políticos profesionales que cuando firman algo siempre lo hacen con una doble intención en lo cual el ingenuo pactante termina siendo la víctima de estos autoproclamados “salvadores” de México y de la humanidad. A los priistas y a los demás líderes y políticos del país les corresponde asimilar esta reciente y dura lección para rechazarle a la derecha ultraconservadora de México sus “propuestas amistosas”, recordando el dicho que dice: “mal paga el Diablo a quien bien le sirve”.

Las alianzas no sólo del PRI y de la izquierda sino de cualquier partido político con una ultraderecha en el poder que se resiste a dejarlo pese a que su desgobierno está hundiendo al país no son simplemente alianzas, son pactos con el Diablo. Seductores, engañosos, tentadores y en apariencia irresistibles para quienes son lo suficientemente ingenuos o estúpidos como para terminar cayendo mordiendo el cebo, pero al fin y al cabo, siguen siendo pactos con el Diablo. Y el cartonista Helguera de LA JORNADA ha retratado fielmente al verdadero perdedor como consecuencia de todos estos inverosímiles pactos en su cartón titulado: “La verdadera traición”:





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POST SCRIPTUM:


Tras la publicación de este trabajo, la guerra sucia emprendida en contra de Enrique Peña Nieto parece haber estado arreciando en todos los frentes, como podemos verlo en el siguiente editorial:

Paulette en la lucha presidencial
A Contracorriente
René Avilés Fábila
Revista Siempre! 2966
18 de abril del 2010

Me parece que criticar a Enrique Peña Nieto por el asesinato (voluntario o accidental) de una niña es en efecto politizar un asunto criminal. No es la fallida guerra que Felipe Calderón le declaró al narcotráfico, que sí es un hecho político por donde se le vea. Se trata simple y llanamente de un intento por frenar la carrera del gobernador del Estado de México hacia Los Pinos. No me parece mal que sus rivales, hoy en santa alianza, del PAN y del PRD den una amplia lucha contra sus aspiraciones, están en su derecho, pero para ello hay argumentos y maneras. No utilizando una bajeza. Ya lo hicieron los panistas con el asunto muy privado de la muerte de la esposa de Peña Nieto y hoy lo repiten con singular desvergüenza en el caso de un repulsivo crimen. Que Bazbaz no haya sido capaz no le concede a quien lo designó tanta responsabilidad como le atribuyen sus enemigos.

A cambio, PAN y PRD llevan a cabo acuerdos inconcebibles para la lógica política. Tratan por todos los medios posibles e imposibles de frenar al PRI. Por culpa de los medios y las encuestas que hacen favorito a Peña Nieto, los ataques recaen sobre él, pero lo mismo harán con Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes si sus aspiraciones y posibilidades crecen.

Lo curioso es que Marcelo Ebrard está en estos momentos haciendo tal cantidad de arbitrariedades para sólo conseguir la postulación del PRD que no tiene empacho en pisotear a ciudadanos desprotegidos para llevar a cabo obras costosas y sin duda de valor temporal. ¿Para qué servirán los segundos pisos cuando se trata no de poner caminos en el aire sino de frenar la brutal expansión de automóviles? No sólo ello, el Distrito Federal es una pachanga monumental, incoherente y absurda. Tiran el agua en festejos cuando amplias zonas capitalinas carecen de ella. La corrupción ha aumentado de manera escandalosa porque el PRD necesita recursos para pagar sus deudas y llegar a las campañas con recursos, “cochinitos”, le decían antes ellos mismos. Y sobre eso, ni una palabra. Sólo discursos teatrales en donde Ebrard, acompañado por luminarias del teatro y la televisión, dice que será generoso con los pobres y los viejecitos, cuando hay que hacer grandes proyectos de asistencia social y no dar limosnas.

Hoy, el antiguo izquierdismo del perredismo capitalino está en el olvido, lo que fomentan es algo que el periodista Rafael Cardona llama con sentido del humor “neoliberalismo de izquierda”.

Sí, todo está privatizado en el Distrito Federal y algo peor: los constructores hacen negocios fantásticos con las obras del Metro, las del Metrobús, el permanente repavimentado y los segundos pisos que pronto serán terceros porque no caben más coches. En todo esto, bien lo sabemos, hay ganancias para el gobierno capitalino.

A su vez, el PAN se ha hecho de un raro populismo de derecha, da dinero aquí y allá y la familia presidencial se da el lujo de llevar acarreados a un grupo de clase media para aplaudirle en Los Pinos al primer ministro de Noruega y ni siquiera una botella con agua les entrega, sólo iban a ovacionar a un mandatario extranjero para que Calderón pudiera presumir del afecto que le tienen millones de desempleados y pobres. No hay duda, la alianza PAN-PRD tendría que imaginar una lucha política con argumentos y proyectos serios y no con calumnias y obras demenciales.

Por otro lado, ¿podemos decir que realmente agradeció el gobierno federal panista al Partido de la Revolución Democrática el haber accedido a pactos y alianzas forjados con el fin de salvarle al mismo PAN su imagen en los procesos electorales disfrazando con ello el enorme repudio que el PAN ha venido acumulado en una cantidad cada vez mayor de electores? La respuesta a esta pregunta no tardó mucho tiempo en llegar, y llegó desde otro Estado, Quintana Roo.

Quintana Roo es uno de los estados en los que la izquierda local se negó a conformar una alianza con el candidato del PAN para contender por la gubernatura en dicho estado. Y las represalias no se hicieron esperar. Justo al cumplirse un año del ya famoso y tristemente célebre michoacanazo con el cual el gobierno federal asestó un duro golpe justo en tiempo de elecciones a un estado gobernado por un hombre de la izquierda emanado del PRD, precisamente el estado natal del Presidente Felipe Calderón, la Procuraduría General de la República controlada por dos panistas incondicionales de Felipe Calderón (Arturo Chávez Chávez y Francisco Molina Ruiz) asestó otro duro golpe de más relevancia política que penal al llevar a cabo la detención del candidato de la izquierda (en una coalición conformada por el PRD, el Partido del Trabajo y Convergencia) a la gubernatura de Quintana Roo, Gregorio Sánchez Martínez, acusándolo también de estar ligado al narcotráfico, enturbiando severamente los procesos electorales en dicho Estado y clavándole un puñal por la espalda a la misma izquierda con la cual el PAN había conformado alianzas en otros Estados para no recibir una paliza en las urnas a manos de un electorado enardecido. Durante meses, cuando tuvo tiempo de sobra para ello, la PGR no actuó en contra del candidato de la izquierda; Se esperó pacientemente hasta que hubieran empezado las campañas en Quintana Roo. El principal cuestionamiento que se le hace a la PGR no es tanto por los delitos que le imputa al candidato de la izquierda a la gubernatura, basados en declaraciones de testigos protegidos, así como en una denuncia por un presunto fraude por dos millones de dólares, promovida por el empresario Steve Santander Reyes ante la Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo, sino por el momento en que decidió detenerlo y enviarlo al penal de alta seguridad de Nayarit. Es decir, justo cuando apenas se había registrado como candidato de la alianza PRD-PT-Convergencia. La sospecha del uso político electoral del expediente del candidato Gregorio Sánchez Martínez por parte del gobierno federal es acrecentada por la forma en que operó en Michoacán, pues en vísperas de las elecciones locales en ese Estado un año atrás fueron detenidos diez presidentes municipales en medio de un enorme escándalo mediático. Tras el escándalo que desató la detención y encarcelamiento de 30 autoridades michoacanas, incluidos los 10 alcaldes, bajo un aparatoso operativo policíaco militar, las acusaciones resultaron ser falsas y los detenidos tuvieron que ser puestos en libertad sin mediar una explicación. Y lo peor del caso (para el ultraderechizado PAN, afortunadamente) es que el PAN en Michoacán fue derrotado y de nada le sirvió el operativo fraguado por la PGR.

De haber aceptado la izquierda de Quintana Roo un pacto con el PAN, entonces de acuerdo con algunas encuestas el PRI habría empezado adelante ocupando la primera posición de las preferencias electorales, mientras que el candidato del “pacto” que procuraba el PAN con la izquierda habría ocupado la segunda posición. Pero al rebelarse la izquierda en Quintana Roo en contra de cualquier posibilidad de que se formase tan aberrante alianza izquierda-derecha en dicho Estado, el panorama en varias encuestas mostraba ya al candidato del PRI o al candidato de la izquierda posicionados en el primer lugar, y a la candidata del PAN posicionada en un tercer lugar tan distante que habría sido muy mala propaganda en un año electoral tan crucial en todo México. El propósito político útil en quitar del camino del candidato de la izquierda: dejar en la contienda únicamente al candidato del PRI y a la candidata del PAN. Justo a la medida de los tramposos requerimientos y procedimientos concebidos por una dirigencia nacional del PAN en manos de un ultraderechista confirmado.

Resulta instructiva la lectura de algunos extractos tomados del siguiente editorial publicado en varios medios:

PGR política, candidato equívoco
Miguel Ángel Granados Chapa
27 de mayo del 2010

El desprestigio de la Procuraduría General de la República impide conceder entero crédito a su acusación contra Gregorio Sánchez Martínez. El gobierno federal ha convertido más de una vez a la PGR en instrumento político para fines ajenos a su función formal.

La intención política de la PGR se manifiesta de varias maneras. Por un lado, aunque según la Procuraduría desde enero se realizaba la investigación correspondiente, la orden de aprehensión fue solicitada una vez consumado el registro de Sánchez y ya iniciada su campaña. Si se le inicia proceso y la justicia de amparo o la electoral le son adversas, la coalición que lo postula quedará en riesgo de no presentar candidato. Según el PRD, es falso que la Procuraduría haya alertado a ese partido sobre la pesquisa en curso, al contrario de lo que se informó tras la detención de Sánchez. Por otro lado, de forma más vaga y baja, se deslizó desde la propia PGR la versión de que la captura del alcalde con licencia se debía también a su involucramiento en el asesinato del general Mario Enrique Tello, jefe de la seguridad pública en ese municipio, asesinado en febrero del año pasado, cuando ha quedado claro que no se le fincan responsabilidades en ese caso.

Sin intervención de la PGR ha habido otros intentos de evitar la candidatura de Greg Sánchez. Fue reformada la constitución local para establecer un requisito de residencia para los aspirantes a gobernar a Quintana Roo más severo que el vigente: se elevó a veinte años, pero la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la reforma. Luego, el alcalde se acercaba a ser el candidato de la coalición en que figuraba también el PAN. Pero de manera súbita, el presidente del partido César Nava resolvió romper la alianza e impulsar una candidatura propia, encarnada en la alcaldesa de Isla Mujeres, Alicia Ricalde Magaña. Se sabrá, sin duda, si la negativa panista de apoyar eventualmente a Sánchez surgió de la intuición política de Nava o si recibió información privilegiada sobre las adversidades que tendría que enfrentar el candidato del PRD.

Desde tiempo inmemorial, la procuración federal de justicia ha estado infectada por sesgos políticos, mostrados en la época del PRI en los procesos contra disidentes políticos. La alternancia no modificó el panorama en ese campo. Se recordará por siempre la actuación grotesca de la PGR en el procedimiento que condujo al desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Pero ya antes, en un caso semejante porque se trataba de un proceso electoral y de un candidato, la PGR afectó a los ciudadanos de Jalisco y acaso fue factor determinante del triunfo de Emilio González Márquez en la jornada de julio de 2005. Arturo Zamora, en ese momento alcalde de Zapopan con licencia, era el candidato del PRI en su intento de recuperar el gobierno que había perdido diez años atrás. Desde meses antes se filtraron desde el ministerio público federal rumores sobre relación con el narcotráfico. Y en vísperas de las elecciones, Zamora fue llamado por la PGR como si fuera a iniciarle una averiguación previa formal. Muy pronto lo exoneró, pero el daño electoral que le produjo fue contundente aunque resultara imposible cuantificarlo. Al año siguiente, en una elección municipal en el estado de México, también al cabo de un proceso electoral fue detenido Mario Moreno, candidato del PRD a la alcaldía de Iztapaluca. Fue liberado casi de inmediato y ganó las elecciones pero fue claro que, al menos por el momento de obrar en su contra se había actuado con criterios políticos y no ministeriales.

No está dicha la última palabra acerca de Greg. En este momento sigue siendo candidato, y si en los próximos días se le iniciara proceso, le quedan los recursos de la justicia de amparo y de la justicia electoral, que no necesariamente le serían adversos. De la conducta del PAN en este caso podremos inferir el origen del sesgo político en que probablemente actuó la PGR.

Veamos ahora lo que nos tiene que decir otro conocido analista respecto a estos acontecimientos:

Greg a la cárcel
Jaque Mate
Sergio Sarmiento
27 de mayo del 2010

Por el bien de la credibilidad de la PGR, y por el bien de la seguridad de todos los mexicanos, espero que en esta ocasión no se hayan equivocado.

Apenas ha pasado un año del michoacanazo del 26 de mayo de 2009, el cual llevó a la detención de una veintena de presidentes municipales y funcionarios del gobierno de Michoacán, principalmente del PRD, muchos de los cuales han sido ya liberados por no haberse comprobado las acusaciones en su contra. La PGR detiene ahora a Gregorio Sánchez, candidato del PRD, PT y Convergencia al gobierno del estado de Quintana Roo.

Según Jesús Ortega, presidente nacional del PRD, las acusaciones son una vez más producto de testigos protegidos.

Afirma que un primer juez en Toluca rechazó las pruebas en contra del candidato; pero que la Procuraduría, en lugar de apelar la decisión, optó por buscarse otro juez que sí aceptara esas pruebas. Fue así como el caso fue a parar al segundo juzgado de distrito de lo penal en Nayarit.

La PGR muestra confianza en sus pruebas y testimonios. Greg Sánchez está siendo acusado por delincuencia organizada, delitos contra la salud y uso de recursos de procedencia ilícita.

La querella por este último delito, mejor conocido como de lavado de dinero, fue promovida en febrero por la Secretaría de Hacienda. Los gastos de Greg no coincidían con sus ingresos declarados.

Niurka Sáliva de Sánchez, la esposa del candidato, afirma: “Llevaban un mes avisándonos de que si no dejaba la candidatura nos iban a hacer algo.”

Ortega añade que el gobierno de Quintana Roo había tomado una serie de medidas tratando de impedir la candidatura del controvertido ex presidente municipal de Benito Juárez (Cancún). Una de las medidas fue un cambio a la constitución estatal para aumentar el número de años de residencia para ser gobernador. El único posible destinario era Sánchez. La Corte declaró inconstitucional la enmienda.

La actual aprehensión, señala Ortega, es una muestra de que el gobierno priísta de Quintana Roo y el panista de la federación estaban decididos a todo para detener a Greg. No deja de ser paradójico, sin embargo, que el PRD y el PAN están aliados en otras contiendas.

Por lo pronto el PRD ha anunciado que mantendrá la candidatura de Greg. Antes esto habría sido imposible. Una acusación penal bastaba para despojar a cualquiera de sus derechos políticos. Pero ya la PGR no se atrevió a consignar a Andrés Manuel López Obrador por su desacato en el caso del predio del Espino.

Desde entonces el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha sentado el precedente en varios fallos, el último el del candidato panista al gobierno de Aguascalientes, Martín Orozco, que no se puede privar a nadie de sus derechos políticos mientras no haya una sentencia firme en su contra. Greg podrá ser candidato desde la cárcel.

Hasta este momento los ciudadanos comunes y corrientes conocemos poco del caso. Tenemos que aceptar las versiones que ofrecen las partes sin poder corroborarlas. Así funciona la justicia en nuestro país: siempre detrás de cortinas y bambalinas. Esta es una de las razones por las que tiene tan mala reputación.

Yo espero que en esta ocasión la PGR tenga más pruebas que unas simples declaraciones de testigos protegidos o pagados. Hace ya mucho tiempo quedó claro que estos testigos dicen lo que quiere quien les paga.

El gobierno federal panista no sólo festejó el aniversario del ignominioso michoacanazo yéndose en contra del candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo para removerlo del camino usando para ello el poder de autoridad que tiene en sus manos. Para obtener la orden de aprehensión en contra del candidato Gregorio Sánchez Martínez recurrió precisamente al mismo juez que un año atrás les había obsequiado las órdenes de aprehensión para llevar a cabo el michoacanazo, el Juez Carlos Alberto Elorza Amores, al tiempo que el dirigente nacional del PRD Jesús Ortega acusaba a la PGR panista de perversa. Del Juez Elorza Amores, de origen chiapaneco, Juez Segundo Penal de la Federación en Nayarit con su oficina adosada a la cárcel de mediana seguridad de San José del Rincón, cerca de Tepic, y cuya imparcialidad muchos ponen ya en tela de duda se documentará aquí que estudió derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, y al graduarse de abogado volvió a su entidad natal, donde ingresó a la administración local de justicia. Luego, allí mismo, pasó a la judicatura federal. Aunque las instituciones donde obtuvo la maestría y el doctorado no resistirían una prueba de rigor académico, alcanzó esos grados, lo que muestra su gana de ascender a cualquier costo. De modo que lo consiguió poco a poco hasta llegar a juez de distrito. Muy posiblemente porque ya había dado muestras de que era una persona dúctil a indicaciones ajenas a la naturaleza de su trabajo, se le encomendó una titánica y delicada labor al recibir hace un año justamente a 27 personas, alcaldes y funcionarios estatales y municipales del estado de Michoacán, a los que la PGR panista detuvo en una redada insolente y peligrosa. Elorza Amores los arraigó por 40 días y luego les inició proceso penal por nexos con el narcotráfico, misma conducta que se le achaca a Sánchez Martínez. Pero sus órdenes de aprehensión eran frágiles, y poco a poco sus víctimas –es decir, los destinatarios de tales mandamientos, solicitados por la Procuraduría General de la República igualmente de modo desaprensivo— obtuvieron amparo en tribunales de garantías y paulatinamente salieron en libertad, por la sencilla razón de que no cometieron los delitos que se les imputaron. Apenas el 21 de mayo del 2010 quedó libre el procesado en falso número 19, quedando todavía ocho personas detenidas que se auguraba dejarían de estarlo en breve porque les asiste la misma razón que al resto de los encarcelados el 26 de mayo de 2009.

Por su parte, exhibiendo su proverbial desvergüenza, todavía no se difundía nacionalmente la detención de Gregorio Sánchez Martínez dizque “sin fines electoreros” (la versión oficial del gobierno federal panista) cuando ya la impopular candidata panista al mismo cargo, Alicia Ricalde Magaña:





estuvo haciendo un llamando a los seguidores de Greg Sánchez a sumarse a su candidatura, yendo mucho más lejos al afirmar que “la oportuna captura del delincuente que se atrevió a ofendernos a todos buscando la gubernatura de nuestro Estado es una muestra más del exitoso y triunfal combate a la delincuencia organizada de México que está encabezando nuestro Presidente Felipe Calderón”, al mismo tiempo que la dirigencia nacional del PAN hacía un llamado a la dirigencia del PRD a “comportarse como caballeros” manteniendo las alianzas ya formadas entre el PAN y el PRD en otros Estados en donde a diferencia de lo sucedido en Quintana Roo el PRD sí aceptó venderle su alma al Diablo.

La lectura del siguiente editorial nos proporciona una perspectiva adicional en torno a la remoción político judicial del candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo que tiene que ver directamente con Alicia Ricalde Magaña:

Greg Sánchez: la otra historia
Editorial
Revista Siempre! Núm. 2972
30 de diciembre del 2010

El origen de la detención de Gregorio Greg Sánchez Martínez, candidato de la coalición PRD-PT-Convergencia al gobierno de Quintana Roo se encuentra insólitamente relacionado con la descomposición del PAN en la entidad. La aprehensión del alcalde de Cancún con licencia es un manotazo del presidente Felipe Calderón a los panistas “traidores”, para que dejen de hacer proselitismo a favor de Greg y se disciplinen en torno a la candidata calderonista Alicia Ricalde Magaña.

La candidatura de Ricalde Magaña es, según el panismo del estado, producto de un procedimiento antidemocrático y autoritario promovido impúdicamente desde Los Pinos. Se le define como una mujer protagónica, conflictiva, cuyo único valor es ser amiga de Calderón y de su esposa Margarita Zavala. Amistad vieja que se inicia cuando Ricalde Magaña era diputada local, y Calderón, como dirigente nacional de su partido, tuvo que defenderla de las acusaciones que le hacía el entonces gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid.

Desde entonces, Calderón mostró un abierto rechazo por Villanueva Madrid al que calificó de “cacique corrupto” y a quien entregó hace pocas semanas al gobierno de Estados Unidos acusado por una corte de Nueva York de lavado de dinero.

La relación entre la candidata panista y el hoy Presidente de la República se estrecha aún más cuando ambos llegan a la Cámara de Diputados. Ella, en sustitución de Ignacio Chacho García Zalvidea —un personaje mesiánico, corrupto y polémico similar a Greg—, con quien había sido fórmula en la alianza PAN-PVEM para llegar como suplente a la diputación federal.

Todo esto para decir que Ricalde Magaña no es una candidata más del PAN, que es una mujer cercana a la familia Calderón, y que esta cercanía fue determinante en su actual postulación sin importar el grado de aceptación que pudiera tener entre los panistas locales y el electorado.

La imposición ha sido tan feroz como feroz ha sido la reacción de la militancia panista. En un hecho sin precedentes que sólo recuerda lo que el PRI hizo en contra del PRI en el 2006: los líderes del PAN en Cozumel, José María Morelos y Solidaridad, tres de los municipios más importantes de la entidad, han estado haciendo abiertamente campaña a favor de la coalición PRD-PT-Convergencia y en contra de Ricalde Magaña para rebelarse contra lo que consideran una arbitrariedad de Los Pinos.

Por esta razón, el 19 de mayo pasado Ricalde Magaña amenazó con renunciar a la candidatura si el Comité Ejecutivo Nacional del PAN no sancionaba por traición a los dirigentes de su partido. Amenaza que tuvo un efecto sui géneris porque el Presidente de la República decidió acabar con el perro para poner fin a la rabia. Prueba de ello es que cinco días después de que Ricalde Magaña se reuniera con César Nava —seguramente para ponerlo al tanto de la situación—, la Procuraduría General de la República ordenó la captura de Greg Sánchez.

Y exhibiendo en otros Estados sus incongruencias y contradicciones, los panistas-Yunquistas denunciaban al mismo tiempo una “guerra sucia” en contra de ellos por la simple colocación de anuncios panorámicos en los que sin mencionarse a candidato alguno del PAN simplemente se decía cuántos empleos se habían estado perdiendo por segundo en el sexenio del auto-nombrado “Presidente del Empleo” (una estadística que aunque sea cierta no les gusta que se las recuerde nadie). A la menor acusación o señalamiento basado en cifras reales de alguna deficiencia o errores, los panistas-Yunquistas inmediatamente ponen un grito en el cielo denunciando que ello es “una descarada guerra sucia”, cuando lo que hicieron ellos mismos en las elecciones presidenciales del 2006 en contra del candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador sí se puede considerar como una guerra sucia en toda la extensión de la palabra. Con la ultraderechización del PAN tras ser infiltrado por el Yunque, el cinismo, el doble discurso y la hipocresía van de la mano en ese instituto político venido a menos tras 10 años de mal gobierno. Y para reafirmar lo dicho, al mismo tiempo que el PAN a través de la PGR descargó todo el poderío del aparato oficial en contra del candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo exigiendo furiosamente la inhabilitación del mismo para seguir en la contienda, no tuvo empacho alguno en asumir una actitud diametralmente opuesta tratándose del proceso penal que hay contra del panista Martín Orozco Sandoval, candidato del PAN al gobierno de Aguascalientes:





quien cuando fungía como Alcalde de la capital (2005 a 2007) adquirió unos terrenos que eran propiedad del Ayuntamiento y mediante una triangulación con particulares apareció a nombre del exedil, en octubre de 2007, tras lo cual fue denunciado en noviembre de 2009 por dos regidores priistas. El 22 de febrero del 2010 se dictó el auto de formal prisión contra el exalcalde de Aguascalientes y de inmediato fue amparado por el PAN y el gobierno federal. Presentó un amparo para proteger sus derechos políticos y no ser detenido, mientras que su partido promovió una queja en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, instancia que ordenó al Consejo General del Instituto Estatal Electoral (IEE) le repusiera su registro, el cual había denegado bajo el argumento de que había perdido sus derechos políticos con el auto de formal prisión que se le dictó. A pesar de estar indiciado por el posible fraude millonario, el panista Martín Orozco fue registrado como candidato a Gobernador de Aguascalientes el 16 de mayo del 2010, precisamente diez días antes de que la PGR diera el espectacular golpe mediático en contra del candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo, y el mismo día que en Yucatán una población decepcionada con las cientos de promesas de incumplidas de cambio hechas por el PAN-Yunque le arrebató la importantísima alcaldía de Mérida, su bastión más importante por 19 años en el sur de México, para entregársela al PRI.

Detrás de las intenciones del PAN de remover por las vías legales a sus adversarios en cualquier contienda electoral usando para ello las dependencias oficiales a su servicio (algo así como el deportista que le pide a los jueces y árbitros de una justa que remuevan a cualquiera de los otros deportistas que cree que no le dejarán ganar por ser mejores que él) subyace la esperanza de que un candidato suyo que esté en un distante tercer lugar (como Alicia Ricalde) pueda tener posibilidades de triunfo si una mayoría de los que estaban a favor del candidato removido suman sus votos no a favor del que quedará en primer lugar sino a favor del candidato que iba en tercer lugar y que ahora va en segundo lugar al haber sólo dos contendientes en la justa (si los votos que tenía a su favor el candidato defenestrado se reparten por igual entre los dos que quedan, la remoción legaloide del candidato no habrá servido de nada).

Ante la enorme presión pública para mostrar las pruebas con las cuales contaba en contra del encarcelado candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo, el 28 de mayo del 2010 la PGR afirmando que “las acusaciones contra Gregorio Sánchez Martínez son producto de intensas investigaciones de gabinete y campo” presentó a su “testigo estrella” que resultó ser nada menos que un matón de la delincuencia organizada, Daniel Alberto Vargas Larrainza, alias “El Fercho”, sicario de “Los Zetas”. Al siguiente día apareció publicado en varios medios un análisis de un conocido editorialista rematada con una interesante propuesta:

Greg: ¿judicialización electoral?
José A. Crespo
29 de mayo del 2010

En regímenes poco democráticos (e incluso en aquellos que lo son plenamente) existe siempre la tentación de utilizar el aparato de justicia con fines político-electorales. Se trata de la violación a una regla esencial de la democracia. El PAN criticó siempre este uso político de la justicia. Pero, una vez en el poder, no le pareció tan mala la idea de repetir el esquema. Ocurrió primeramente durante el gobierno de Vicente Fox en el asunto de los videoescándalos en el Distrito Federal, no porque no hubiera habido un ilícito que había que perseguir y sancionar, sino por involucrar a la PGR y a la Secretaría de Gobernación en el manejo político del affaire. El desafuero de Andrés Manuel López Obrador cayó en ese mismo tenor, pues es claro que la infracción del entonces jefe de Gobierno era menor, al grado de que casos semejantes no habían generado una orden de aprehensión. Había una intencionalidad claramente político-electoral, según reconoció más tarde Fox (al afirmar que con la elección de 2006 se “desquitó” de su fracaso en el desafuero).

Por otro lado, un claro caso de judicialización electoral apareció durante la elección para gobernador de Jalisco, cuando la PGR sugirió una conducta delictiva en el candidato priísta, Arturo Zamora, lo que pudo haberle restado los votos necesarios para abatir al impresentable Emilio González en una elección reñida, para enterarnos después de que no había fundamento. Lo vimos también menos directamente hace un año, cuando varios alcaldes de Michoacán fueron detenidos por presuntos vínculos con el narco, justamente en víspera electoral, y después muchos de ellos fueron liberados por falta de pruebas. Ahora viene la detención de Grez Sánchez, candidato de izquierda en Quintana Roo. ¿Es un asunto político o jurídico? ¿Es Greg culpable? No tengo elementos para asegurarlo o desmentirlo, pese a su mala fama y sospechosa trayectoria. Un juez de Toluca lo había exonerado y la PGR peregrinó hasta encontrar un juez en Nayarit que otorgó la orden de aprehensión.

Había, es cierto, indicios de irregularidades en torno a Greg, como también ocurría con el candidato panista en Aguascalientes, Martín Orozco. Y ambos partidos temerariamente insistieron en mantener a su respectivo abanderado. Sobre advertencia no hay engaño. Sin embargo, el medidor más claro será lo que ocurra específicamente con Greg Sánchez. Si se confirma su culpabilidad, enhorabuena, pues se habrá prevenido la eventualidad de que un socio de los narcos llegue a la gubernatura (como lo fue Mario Villanueva). Si después de la elección resulta que no hay elementos suficientes para hallarlo culpable, será legítimo interpretar esto como una nueva acción político-judicial; se verá como un michoacanazo corregido y aumentado. Y la elección de Quintana Roo quedará manchada de ilegitimidad. Pero como eso es lo que menos importa a nuestros políticos –pues en México se trata de ganar, “haiga sido como haiga sido”–, propongo una reforma electoral que estipule más o menos lo siguiente: “Cuando uno de los candidatos sea aprehendido bajo cualquier cargo en medio de un proceso electoral, o acusado oficialmente, y después del proceso no hubo pruebas suficientes de culpabilidad, se anulará la elección y se celebrará una extraordinaria”. Serviría para disuadir de la judicialización electoral.

El siguiente análisis es igualmente crítico:

La PGR como arma política de Calderón
Jesusa Cervantes
Agencia APRO
28 de mayo del 2010

La Procuraduría General de la República (PGR) se utiliza como un arma política tanto para pegarle al adversario como para ganar elecciones y legitimar abusos de poder.

Eso pareciera desprenderse de la reciente detención del candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo, Gregorio Sánchez Martínez, quien pareciera -como ocurrió a Andrés Manuel López Obrador con el desafuero, para infortunio del gobierno federal panista, que sólo lo hizo crecer en popularidad- se ha convertido en una víctima más del poder.

No se pretende aquí exonerar a quien hoy desde el gobierno federal ya se le sentenció como culpable antes de ser sometido a juicio; se trata más bien de cuestionar las acciones erróneas que de manera constante realiza el gobierno panista.

Si el candidato perredista es culpable o no, le corresponde a la autoridad judicial -y no a Felipe Calderón- demostrarlo; sin embargo, existen formas que no se pueden desatender y antecedentes que no se pueden olvidar.

La manera en que actuó la Federación parece desaseada al grado de recurrir al mismo juez federal que antaño le otorgó las órdenes de aprehensión contra casi una treintena de servidores públicos de Michoacán --acusados por el mismo delito que hoy encara Greg: delincuencia organizada y lavado de dinero--, y quienes con el paso de los meses tuvieron que salir en libertad después que no se les pudo comprobar la acusación.

Al candidato perredista, quien por cierto iba arriba en las encuestas para ganar la gubernatura, se le detuvo bajo la acusación de delincuencia organizada y lavado de dinero, además de la temeraria suposición de que está involucrado en el asesinato del general Mauro Enrique Tello Quiñónez y por la cual tres excolaboradores de Greg Sánchez están siendo procesados.

Esos mismos excolaboradores son quienes hoy señalan al candidato perredista de estar involucrado con el narco.

Sin embargo, no hay que perder de vista lo ocurrido el pasado 7 de mayo cuando la PGR solicitó al Juez Sexto de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, Roberto Hoyos Aponte, la orden de aprehensión contra Greg Sánchez y éste se la negó.

Según los argumentos del juez federal, la PGR no pudo acreditar la participación de Greg, y tampoco siquiera la existencia de los delitos contra la salud ni de lavado de dinero por los cuales hoy está en el penal de mediana seguridad de Nayarit.

Dos párrafos de la sentencia del juez son claves, aquí su reproducción:

1. “La representación social --es decir la PGR-- perdió de vista que en la indagatoria no existe prueba que ponga de manifiesto que Gregorio Sánchez hizo actos provenientes de actividades ilícitas… incumplió la carga probatoria que le corresponde”.

2. “Al no estar acreditados los elementos de delitos en referencia, ni la probable responsabilidad penal del indiciado… lo procedente es negar la orden de aprehensión solicitada”.

Esta decisión del juez federal, al que determinó acudir la propia PGR, llevó a Arturo Chávez Chávez, titular de la dependencia, no a obtener los elementos que probaran sus acusaciones contra Greg, sino que se fue por el camino ya conocido y recorrido el año pasado, que fue el de ir con el mismo juez de Tepic que le otorgó las órdenes de aprehensión en contra de presidentes municipales y autoridades locales de Michoacán.

Como se recordará, hace un año a funcionarios y alcaldes de Michoacán se les acusó de estar vinculados con el crimen organizado, entonces la PGR, en un acto publicitado en extremo, los detuvo luego de haber obtenido de parte del juez Carlos Alberto Elorza, titular del Juzgado Segundo de Distrito de Proceso Penales Federales en Tepic, las respectivas órdenes de captura.

Meses después, como las pruebas presentadas por la PGR no fueron suficientes, durante los procesos que se les siguieron a las autoridades de aquel estado, se les ha tenido que ir dejando en libertad.

Hoy, a pesar de que el juez del Estado de México le informó a la PGR que no aportó los elementos suficientes para probar la presunta culpabilidad de Greg Sánchez, el gobierno decidió irse con el mismo juez Alberto Elorza y de él obtuvo la orden de aprehensión.

Como también se recordará, la detención de los presidentes municipales se dio previo a elecciones locales en Michoacán y el traslado de éstos al penal de Nayarit fue igualmente publicitado y se les puso chamarras de color amarillo, similar al tono que utiliza el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

En aquel momento se dijo que todo era un “golpe político bajo” de parte del gobierno federal, e incluso se le acusó de estar utilizando a la PGR como un arma para desacreditar a los adversarios políticos. En aquella ocasión las acusaciones fueron negadas por el gobierno panista de Calderón.

Hoy, por la forma en que se ha dado todo este proceso contra Greg Sánchez y con un proceso electoral en puerta, pareciera que el gobierno recurre a la misma formula. Y de la misma forma que ayer, se niega que esto pudiera tener objetivos políticos.

Sólo un necio repite la misma acción en espera de resultados diferentes. Parece ser que la necedad del gobierno federal, de mantenerse en el poder a través de acciones ilegítimas pero con acciones “reconocidas como legales”, persistirán.

Hace algunos años, en el 2006, Felipe Calderón llegó ilegítimamente a la silla presidencial, pero con el reconocimiento legal de las autoridades electorales; el año pasado pretendió, mediante acciones legales como una orden de un juez federal, buscar inculpar a funcionarios del gobierno perredista de vínculos con el narcotráfico y, a falta de pruebas, debió recular.

En esta ocasión, el gobierno pone todos los elementos de la duda que hacen difícil no pensar en que se trata de otra maniobra “electorera”, falta de ética y que sólo pone de manifiesto, nuevamente, la falta de sabiduría para conducir un país.

En este espacio no se defiende al candidato del PRD, pues no se cuenta con los elementos para ello, de lo que disiente es de la forma en que el gobierno federal actúa y esto preocupa, pues si la PGR, como ya se ha visto en otros casos, se sigue utilizando como arma política, uno se puede preguntar qué ocurrirá en el 2012, cuando el proceso electoral presidencial esté, de manera formal, en marcha.

Lo único claro al día de hoy es que gracias a las acciones del gobierno panista, de nueva cuenta, el ambiente político se vuelve más turbio y el malestar de un sector del país se hace más evidente.

El 3 de junio del 2010 se consumó el golpe de mano en contra del candidato Gregorio Sánchez Martínez cuando en un hecho inédito en el país el Consejo General del Instituto Electoral de Quintana Roo decidió cancelar el registro a Gregorio Sánchez Martínez como candidato a la gubernatura por la alianza ‘Todos por Quintana Roo’, integrada por PRD-PT-Convergencia, además de sacarlo de la boleta electoral y ordenar el retiro de su propaganda, después de que el 2 de junio del 2010 el obsequioso Juez federal de Nayarit le dictara al acusado el auto de formal prisión haciéndole perder todos sus derechos políticos, y a lo cual Alejandra Simental Franco, representante de la coalición, afirmó: “A todas luces, este acuerdo violenta los derechos que tenemos como partido, porque no hemos decidido sustituir al candidato y tampoco entendemos la prisa, porque Gregorio Sánchez no agotado los medios de defensa a los que tiene derecho”. En contraste, al candidato panista a la gubernatura de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval, se le respetaron todos sus derechos políticos pese a la acusaciones de orden legal que pesaban en contra suya, demostrándose lo torcida que está la manoseada justicia en los tiempos en los que el Yunque y el PAN gobiernan ya a la Nación entera.

Cada vez se perfilan con mayor claridad las estrategias electorales del Yunque-PAN para mantenerse en el poder a costa de lo que sea: se debe hacer todo lo posible para remover del camino a los candidatos (sobre todo a los de izquierda) que lleven una amplia ventaja en las encuestas, recurriendo para ello a todas las chicanas y a todos los medios legaloides posibles judicializando las elecciones para asegurar las posibilidades de “triunfo” con la ayuda de las instancias oficiales como la Procuraduría General de la República (en manos del partido oficial), quitándolos justo en el momento mejor momento posible (ni antes ni después) para no darle a los opositores margen alguno de reacción; si esto no funciona entonces hay que recurrir a un fraude electoral maquillado (como en el 2006); y si esto no funciona tampoco porque el candidato del Yunque-PAN perdió la elección popular por amplio margen entonces hay que tratar de invalidar las elecciones en los tribunales inventando todo tipo de supuestas irregularidades para anular la voluntad popular mediante más chicanas y recursos legaloides (como se intentó hacerlo en Yucatán en el 2010). Este es el rostro del verdadero desprecio que siempre han sentido los neo-fascistas mexicanos de hoy (admiradores de dictaduras perpetuas como las de Francisco Franco, Augusto Pinochet y Adolfo Hitler) hacia la democracia: la detestan, la aborrecen, y harán todo lo que puedan para aplastarla aunque tengan que derramar mucha sangre para ello, o aunque tengan que ofrecerle pactos tentadores a la misma izquierda a la que dicen combatir, pactos que a fin de cuentas serán violados por ellos mismos porque carecen de palabra de honor.

Remover al candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo justo a tiempo no fue lo único que hicieron en ese Estado los señores de la dupla derecha-ultraderecha que actualmente detenta las redes del poder federal en México. También justo a tiempo, muy seguramente por instrucciones precisas de Felipe Calderón, la noche del sábado 8 de mayo del 2010 se llevó a cabo la extradición hacia los Estados Unidos del ex-Gobernador de Quintana Roo Mario Villanueva. Dirigentes y legisladores sociales coincidieron en que la sorpresiva extradición a Estados Unidos del ex gobernador Mario Villanueva Madrid justo a tiempo era una maniobra mediática y eminentemente electorera de parte del gobierno del Presidente Felipe Calderón, al que acusaron de emprender una “guerra sucia” en el marco de los procesos electorales del 4 de julio del 2010, ante el panorama de derrotas que las encuestas de opinión le anticipaban al PAN. Carlos Jiménez Macías, vocero e integrante del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Senadores, declaró que con esa acción quedaba claro que el Presidente Felipe Calderón estaba usando electoralmente el tema del narcotráfico tras percatarse que su partido iba en desventaja con el PRI en los comicios en casi la mitad de las entidades federativas. A su vez, Cora Amalia Castilla Madrid, presidenta del comité estatal del PRI en Quintana Roo y ex secretaria general de gobierno, criticó la extradición justo a tiempo del ex gobernador de esa entidad, calificando la maniobra como “un acto más de injusticias del gobierno federal y una demostración burda de poder para favorecer a su partido en el actual proceso electoral”.

Envalentonados por la exitosa remoción del candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo con la ayuda de un sospechosamente solícito Tribunal Electoral dando fallos importantes a favor del PAN, los panistas-Yunquistas retomaron el asunto de Aguascalientes con la esperanza de repetir su hazaña, esto es, remover mediante chicanas y recursos de carácter legaloide al candidato con mayores índices de simpatías entre el electorado, el candidato de la coalición “Aliados por tu Bienestar” (PRI-PANAL-PVEM) Carlos Lozano, acusándolo el 6 de junio del 2010 de “enriquecimiento ilícito”, pero sobre todo, de tener la ciudadanía norteamericana, dejándole el camino libre al candidato del PAN a la gubernatura pese a la orden de arresto en su contra que el mismo Tribunal Electoral no consideró razón suficiente para privarle al pillo panista de sus derechos políticos como lo hizo con el candidato de la izquierda a la gubernatura de Quintana Roo.

El candidato priista, Carlos Lozano de la Torre, hijo de padres mexicanos, posee la ciudadanía mexicana en base a las leyes de población que fueron aprobadas por los mismos panistas a nivel federal. De cualquier manera, esto que los panistas-Yunquistas de Aguascalientes vieron como un obstáculo insalvable y como un impedimento mayúsculo para que Carlos Lozano pudiera ser votado por los habitantes del Estado al puesto de Gobernador, jamás lo consideraron ni como obstáculo insalvable ni como un impedimento para que apenas 6 años atrás otro conocido panista aspirante a la Gubernatura de Chihuahua, Javier Corral (del cual Spectator ya ha dado pormenores en otra entrada), pudiera contender sin problema alguno, con el pleno respaldo y apoyo del CEN nacional del PAN que en ese entonces estaba en manos de otro conocido ultraderechista juramentado dentro del Yunque, Manuel Espino. Tampoco ccnsideraron que la ciudadanía norteamericana pudiera ser obstáculo alguno para el primer Gobernador panista en la historia contemporánea de México, Ernesto Ruffo Appel, nacido en San Diego, California, una ciudadanía extranjera a la cual Ruffo Appel nunca renunció.

De nueva cuenta, tenemos aquí otra manifestación palpable del cinismo y la hipocresía propios de la extrema derecha, resumido en la frase “yo lo puedo hacer si lo quiero hacer cuantas veces se me pegue la gana hacerlo, pero si un contrario hace lo mismo que yo aunque sea una sola vez, eso es imperdonable y no lo permitiré ni lo toleraré bajo ninguna circunstancia”. Es la típica ley del embudo. Es la típica actitud del que en cualquier competencia lucha no para ganar la competencia por méritos propios sino para que todos aquellos que le puedan ganar sean eliminados de la competencia dejándole libre el camino, de ser posible contendiendo solo para así poder tener asegurado el triunfo “democráticamente”, en una “democracia” al estilo panista. Lo aberrante en el caso de Aguascalientes es que, en su lucha por aferrarse a la silla presidencial en el 2012 por los medios que sea, a los panistas-Yunquistas no les importaba la posibilidad de dejarle como única opción a los electores a un candidato único enfrentando un proceso judicial por mal manejo de dinero.

De cualquier manera, demostrando que no todos los afiliados al cada vez más infilitrado y ultraderechizado Partido Acción Nacional están de acuerdo con la forma en la cual se está radicalizando dicho instituto político, en el mismo Estado de Aguascalientes los panistas-Yunquistas amenazaron con preparar la expulsión de las filas del PAN del Gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat. ¡Y todo porque éste se rehusó a estar haciendo abiertamente campañas proselitistas a favor del candidato panista a la gubernatura Martín Orozco y a utilizar recursos del erario público (repartición de despensas y regalos a los electores) para allegarle simpatías al PAN y garantizarle un dudoso triunfo en Aguascalientes, así como negarse a recurrir a las dependencias judiciales del Estado para remover del camino legaloidemente a todos los que le podían hacer sombra al candidato panista a la gubernatura!

El siguiente análisis hace un buen resumen sobre los saldos que le dejaron a lo que queda del PRD sus amorales pactos con la ultraderecha:

Elecciones sin izquierda
Martí Batres Guadarrama
Agencia APRO
20 de julio del 2010

Más allá de la valoración que cada quien haga acerca de las alianzas electorales entre el PRD y el PAN, y del carácter excepcional que se dé al caso Oaxaca, el dato duro incontrovertible; sin embargo, es la ausencia de la izquierda en la elección de 2010.

Como proyecto alternativo, como propuesta popular, como identidad propia, la izquierda desapareció del panorama.

Asistimos a una competencia bipartidista entre el PRI y el PAN, con sus respectivos aliados cada uno. El PRD acudió en un papel subordinado. Aceptó las condiciones y reglas que le impuso la fuerza política que cuatro años antes le robó la Presidencia mediante un fraude electoral.

Aun y cuando la Comisión Política Nacional del PRD acordó por mayoría no realizar una política general de alianzas con el PAN, lo que se hizo por parte de la actual dirigencia del PRD fue precisamente eso: una política general de alianzas con Acción Nacional.

Se comenzó con el argumento de que el caso Oaxaca era una excepción. Después se dijo que la alianza en Hidalgo era una contraprestación. Más tarde se pactó en Durango, San Luis Potosí y Sinaloa. En Quintana Roo el PRD hizo alianzas distritales y penosamente asumió el encarcelamiento de su candidato a gobernador por parte de sus “aliados”. En Tlaxcala el PRD declinó torpemente su candidatura a favor del PAN, a cambio de nada, y en Zacatecas rogó lastimosamente el respaldo de los blanquiazules, sin obtener respuesta positiva.

El resultado: el PRD no ganó ninguna nueva gubernatura y en cambio sí perdió la que tenía. El PRI obtuvo los gobiernos en nueve entidades de 12, el PAN dos y Convergencia una, con un gobierno de composición que incluirá al blanquiazul.

Los promotores de las alianzas declararon que éstas fueron un éxito. Pero… ¿Para quién? El PRI gana casi todo. El gobierno panista introduce un efecto mediático para enviarle al PRI el mensaje de que le dará batalla en 2012. El PRD aparece como soporte de otras fuerzas políticas, ayudando al PAN a nivel nacional para que no pierda capacidad competitiva.

Al interior del PRD se argumenta que así se frenó al PRI y se garantiza un 2012 competido. ¿El PRD entrará a la competencia porque de 12 en disputa ganó media gubernatura?

Se olvida que en 2009 el PRD gobernaba en seis entidades y le fue muy mal; que en 1988 el PRI contaba con el 100% de los gobiernos estatales y aun así perdió la elección; que en 1997 el PRD no tenía ninguna gubernatura y se convirtió en la segunda fuerza electoral nacional. En otras palabras, tener gobiernos locales es muy importante, pero el triunfo en una elección presidencial no depende de éstos.

Al subordinarse al PAN, el PRD pierde credibilidad, pues esa es la fuerza que cometió el fraude electoral de 2006, y en su agravio directo; pierde coherencia, pues fue el PAN quien mandó a la calle a 44 mil trabajadores electricistas y tiene, además, a México sumido en la peor crisis política, económica y social de los últimos tiempos; y pierde capacidad competitiva, pues al hacer un frente común con el PAN deja al PRI jugar el rol de oposición política, que ciertamente no es.

Si en 2011 continúa la alianza con el PAN, ¿cómo convencerá el PRD a los electores de que es una fuerza distinta a la derecha? ¿Cómo podrá decir que PRI y PAN son lo mismo? ¿Cómo le quitará al PRI el discurso de oposición y de fuerza alternativa al desastre de la derecha panista?

Urge abrir un debate sobre el futuro de la izquierda en México antes de que termine por desaparecer, diluida con sus adversarios antagónicos. Si el PRD realmente quiere competir por la Presidencia en 2012, debe fortalecer su propia identidad, posicionar su programa y ensanchar su propia corriente electoral.

Vale la pena recordar un pasaje de las memorias de François Mitterrand: “Cuando los socialistas discutíamos y hacíamos alianzas con la izquierda o con el centro, tomé partido y opté por la unidad de la izquierda… mirar hacia el centro es un tentación recurrente, y el resultado siempre es el mismo: desdibujarse como alternativa. Opté por la unidad de la izquierda y no me equivoqué. No hay más estrategia que la unidad del movimiento popular y el anclaje a la izquierda”.

Si de algo sirvió la humillante y absoluta subordinación de Jesús Ortega y sus incondicionales “Chuchos” a los intereses de la poderosa dupla derecha-ultraderecha de México, hincándose de rodillas ante los poderes fácticos que están gobernando a México, entregándolo todo a cambio de nada, fue para demostrar que Andrés Manuel López Obrador tenía razón y actuó correctamente cuando se distanció de la nueva casta de advenedizos y convenencieros sin ideología propia que por unas cuantas migajas, las sobras que caen de la mesa, quedó sin honor, sin valores, sin palabra, sin nada por lo que valga la pena luchar. Empezaron vendiéndole su alma al Diablo, y ahora ya no tienen absolutamente nada de su parte con qué negociar, ni siquiera tienen ya nada que ofrecer más que el abandono por parte de quienes antes los seguían y creían en ellos.

A fines de noviembre del 2010, los ilusos priistas que alguna vez esperaron en vano algún gesto de agradecimiento de parte de Felipe Calderón y del panismo-Yunquismo por los favores concedidos en el 2006, no tardaron en llevarse un nuevo chasco:

Calderón no merece ser presidente, revira el PRI en San Lázaro
Jesusa Cervantes
Agencia APRO
30 de noviembre del 2010

A cuatro años de que el PRI facilitó en el Congreso de la Unión la toma de protesta de Felipe Calderón como jefe del Ejecutivo federal, la fracción de ese partido criticó hoy acremente al panista y consideró que “no merece ser presidente de México”.

Hace seis años Andrés Manuel López Obrador “era un peligro para México”, recordó César Augusto Santiago, vicecoordinador del PRI en San Lázaro, “y ahora resulta que el PRI es un peligro para México”, según se desprende de lo que dijo Calderón el domingo pasado ante integrantes de su partido cuando celebró los diez años del panismo en el poder.

Desde la tribuna, César Augusto Santiago enumeró los desaciertos de Calderón Hinojosa en su desempeño como Ejecutivo federal para luego calificarlo de “torpe, ineficaz, mentiroso, partidista y quien ha sumido a la nación entera en la preocupación y en la desesperanza”.

Otros oradores del Revolucionario Institucional, entre ellos Sebastián Lerdo de Tejada, David Penchyna, Omar Fayad y Carlos Flores, también criticaron el desempeño del Ejecutivo federal en sus cuatro años de gobierno, sin embargo, los diputados del Partido del Trabajo --que representan a López Obrador-- recriminaron a los priistas que hayan ungido como presidente a Calderón.

Los diputados del PT recordaron que “por las mañanas” el PRI llena de “sus caricias” al PAN y por la tarde le tira de “patadas”.

Y argumentaron que, desde el acuerdo de 1988, entre ambos partidos hay una responsabilidad compartida en el ejercicio del poder:

“No tiene la culpa el espurio, sino el que lo hizo compadre. Hay declaraciones expresas en esta sala, cuando se rompió en contubernio la ley fiscal del año anterior, en el sentido de que colocaron a Calderón en la silla para asegurar la estabilidad del país”, les recordó el hoy petista Porfirio Muñoz Ledo.

“Hay testimonios del antiguo candidato presidencial del PRI, en un libro llamado La traición, en donde narra cómo, gobierno por gobierno de los estados, el PRI se unió al carro de Calderón… No son diez años, son más de 25 años de ignominia repartidos: 15 en un partido apoyado por el otro y 10 en otro partido apoyado por el de antes”, sostuvo quien durante el gobierno de Vicente Fox fungiera como embajador de México ante la Unión Europea.

El priista César Augusto Santiago aclaró que aquello de que “si regresa el PRI en el 2012 a la Presidencia de la República, sería un peligro para México”, no les ofende, ya que quien lo dijo “no tiene calidad moral”… “No nos ofende, nos preocupa el nivel del presidente”. (Felipe Calderón fue mucho más lejos en su discurso, ya que en sus feroces diatribas afirmó textualmente que permitir una alternancia regresándole al PRI la Presidencia de la República sería tanto como volver al autoritarismo y a la irresponsabilidad significando pobreza, corrupción y simulación de la libertad, sin hacer mención alguna de la cifra de 30 mil cadáveres acumulada en los cuatro años de su gestión a raíz de su guerra de legitimación en contra del narcotráfico que se ha convertido ya en un callejón sin salida para la nación entera, y sin hacer mención tampoco del aumento desproporcionado en la pobreza acumulado a lo largo de su gris gestión.)

Pero, añadió, hay que ir al debate de fondo, no a la diatriba de Felipe Calderón. Y para ello enumeró:

“Veamos rápidamente: ¿cómo esta la educación, manda Lujambio o Elba Esther Gordillo?... ¿cómo esta la salud? Ya nos olvidamos que anduvimos con un tapabocas por una epidemia mal manejada por la Secretaría de Salud… ¿cómo está lo energético? El que esta Cámara haya aprobado varias controversias constitucionales para defender los abusos del Ejecutivo en su afán privatizador de los energéticos… ¿qué acaso no hay una comisión especial para indagar la corrupción infinita de la Comisión Federal de Electricidad?

“¿Y la seguridad pública? Tenemos que parar este baño de sangre; tenemos que evitar que la sociedad siga todos los días perdiendo su capacidad de asombro: fosas clandestinas, niños asesinados en sus escuelas, estudiantes, dirigentes secuestrados, todo en una espiral en donde únicamente florece la posibilidad del secretario de Seguridad Pública (Genaro García Luna) para comprar más armas, uniformes, celulares, contratar gente para su guardia pretoriana”, acusó desde la tribuna el priista César Augusto Santiago.

En defensa del panismo subió a tribuna el diputado Julián Francisco Velázquez y Llorente, quien celebró “la libertad de expresión” que hay, a tal grado –sostuvo-- que hoy se puede realizar este tipo de debate en el Congreso de la Unión.

“Hoy podemos hablar con libertad después de diez años: la alternancia fue la puerta para la práctica de la democracia sin adjetivos, como lo muestra este debate en el que hoy estamos participando.

“Los que tenemos memoria --y no una amnesia selectiva-- podemos decir que en México se acabaron los tiempos de la Presidencia imperial… Tenemos que reconocer que no todo es blanco, que no todo es negro, ha habido logros importantes que han hecho que nuestro país esté hoy con las puertas abiertas hacia un desarrollo equilibrado”.

Pese a su discurso, el panista sólo pudo apuntar como logro del panismo --o del calderonismo-- “la ampliación del Seguro Popular”, y para ello argumentó:

“Debemos reconocer que ha habido avances en estos tiempos, si no, pregúntenle a los mexicanos que antes se empobrecían cuando tenían una urgencia médica, cuando el niño se enfermaba y no tenían a dónde llevarlo y tenían que vender los animalitos y tenían que hipotecar el terrenito para poder atender a sus hijos, para poder atender a su familia”.

Lo que no dijo el diputado del PAN es que en los dos primeros años del gobierno de Calderón hubo 6 millones de pobres más en el país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y que de 2008 a 2010 el incremento en ese rubro, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), fue de 3.1%.

Y en cuanto a la corrupción en el gobierno federal panista, legisladores de oposición, en especial de PRI y PT, fueron quienes más remacharon en el tema.

Por ejemplo, el petista Mario Di Costanzo se dirigió al legislador del PAN y exabogado de Petróleos Mexicanos, César Nava, a quien cuestionó: “¿Qué hizo durante el tiempo en que estuvo al frente de la paraestatal?; lo anterior, porque Gerardo Fernández Noroña, también del PT, recordó la corrupción que se vivió durante el tiempo en que Nava Vázquez estuvo en Pemex.

Mientras el priista Sebastián Lerdo de Tejada acusó al PAN de “doble moral” y pidió a la asamblea que aprobara la creación de una comisión especial para indagar la corrupción en Pemex.

“Quieren entrarle al debate de fondo a la corrupción, nosotros también”, para luego sostener que “la derecha no tiene remedio; que la bipolaridad del Ejecutivo federal es clarísima, pues por la mañana reconoce al Congreso y por la tarde ofende a sus integrantes, lo que resulta paradójico”, deploró Lerdo de Tejada.

Por su parte, el diputado panista César Pedroza subió a tribuna y afirmó que “la diferencia es que hoy el poder público no tiene secretos; la diferencia es que hoy en México se puede hablar de cara a la nación sin cortapisas; la diferencia es que desde que Acción Nacional gobierna, hay la posibilidad de que se hable sin temor a la censura y al prejuicio de las otras fuerzas políticas; la diferencia es que hoy tenemos la oportunidad de debatir de cara al país… con responsabilidad”.

Dijo que durante la reunión que sostuvo Calderón con los panistas, el domingo anterior, “le habló no sólo a su partido, le habló a todos los ciudadanos mexicanos”. (¿?)

En respuesta, el priista César Augusto Santiago le aclaró a Pedroza que Calderón “no gobierna sólo para sus adictos, gobierna para todos, incluso para sus adversarios”.

Finalmente, consideró que si hoy el presidente de la República echa mano de la diatriba, es para tratar de empañar lo que está ocurriendo con la falta de seguridad en el país, y la guerra que emprendió en contra del narcotráfico.

Y fustigó así: ¿en cuál sexenio se fugó Joaquín El Chapo Guzmán?, en el del panismo –aclaró--, ¿y quien lo encerró?, el priismo, acotó el diputado César Augusto Santiago.



Título: Hablando de tragedias
Cartonista: Helguera
Fuente: LA JORNADA




Título: Puro drama
Cartonista: Hernández
Fuente: LA JORNADA


Así, después de que Felipe Calderón se comportara el domingo 28 de noviembre del 2010 más como un presidente nacional del PAN que como un estadista Presidente de México en la conmemoración de los diez años del arribo de la intrigante dupla PAN-Yunque al poder así como el cuarto aniversario de su dudoso y aún cuestionado “triunfo” sobre el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, habiendo afirmado de boca suya que “si regresa el PRI en el 2012 a la Presidencia de la República, sería un peligro para México” (ahora resulta que el mismo PRI que le permitió investirse como Presidente es el que es “todo un peligro para México”, aunque los escépticos dirán que el PRI demostró ser un peligro para México desde el momento en el que avaló con su mayoría en el Congreso de la Unión la cuestionable victoria de un tipejo respaldado por los más obscuros y siniestros intereses de México), los ilusos priistas han terminado despotricando y echando pestes hacia los ingratos que llegaron al poder tras haber pedido a gritos y por décadas enteras una alternancia en la silla presidencial sólo para convertirse ahora en los más acérrimos enemigos de la democracia con toda la intención de perpetuarse eternamente en el poder por los siglos de los siglos sin soltárselo jamás ni al PRD ni al PRI ni a nadie, o sea la típica mentalidad del autócrata o del despotismo ilustrado. Si de algo sirvió lo que dijo Felipe Calderón ante sus congéneres en el Auditorio Nacional ello fue para confirmar de manera definitiva que su principal preocupación como Presidente de México no es dar por terminada la sangrienta y desgastante guerra que él mismo inició acumulando 30 mil ataúdes más las viudas y huérfanos que han derivado de dicha “guerrita” mal calculada, y peor ejecutada como tampoco lo es el disminuír aunque sea un poco el aumento desmedido en la pobreza acumulado durante su gobierno (mientras que la pobreza aumentaba en México bajo Felipe Calderón, en Brasil el símil de López Obrador, el izquierdista Lula da Silva, levantó la economía del país a pasos agigantados), como tampoco lo es meter a los funcionarios corruptos de su propia administración (ya no se diga de las administraciones anteriores) a la cárcel. La principal y única preocupación de Felipe Calderón es la perpetuación de la dupla PAN-Yunque en el poder por muchos siglos venideros. Y bien que lo está demostrando.

Mal paga el Diablo a quien bien lo sirve. Ya lo descubrieron los priistas que pecaron de tarugos. Y tratándose de la extrema derecha de México que se presenta como “salvadora de México” escondiéndose detrás de un falso cristianismo, podemos considerarla como el mismo Diablo. ¿Esperaban los priistas un premio o algún gesto de agradecimiento de Felipe Calderón y sus compinches por haberlos ayudado a permanecer en la silla presidencial en el 2006? Tengan su premio. Y lo mismo va para los dirigentes del PRD de los cuales van creciendo las sospechas de que para garantizar la “lealtad” de los mismos en las elecciones del 2011 ha habido fuertes sumas de dinero de por medio en las cantidades necesarias para poder justificar la traición que se les pide que hagan.

A más de un año después del golpe jurídico-político dado en contra del malogrado candidato del PRD a la gubernatura de Quintana Roo, Gregorio Sánchez Martínez, consumado el 3 de junio del 2010, había ya un avance nuevo que reportar que aparece debidamente comentado en el siguiente editorial:

Greg exonerado
Sergio Sarmiento
Jaque Mate
17 de julio del 2011

Son ya demasiados casos para seguirlo tomando a la ligera. Este viernes 15 de julio un tribunal federal declaró inocente a Gregorio Sánchez de las acusaciones de delincuencia organizada, delitos contra la salud y lavado de dinero que la PGR había presentado en su contra. El ex alcalde de Cancún y ex candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo se convierte así en el enésimo político detenido por la PGR en ser liberado por los jueces. Sigue el camino de los 35 presidentes municipales y funcionarios detenidos en el michoacanazo de mayo de 2009 o el de Jorge Hank Rhon.

El michoacanazo se armó, al parecer, a partir de una llamada anónima y las declaraciones de tres testigos “colaboradores” o protegidos. Después de una prisión preventiva de varios meses o más de un año, los jueces decidieron que no había pruebas de la culpabilidad de los acusados. Uno tras otro fueron exonerados. Hank fue dejado en libertad por una juez que consideró que, a pesar de que se hallaron en su casa armas de uso exclusivo del Ejército, los soldados que lo detuvieron y las encontraron habían entrado a la morada sin orden de cateo o de aprehensión y sin que hubiera flagrancia.

A Greg Sánchez se le acusa también sobre la base de testimonios de testigos “colaboradores”. Uno de ellos afirmaba que el ex presidente municipal había participado en una reunión en Acapulco el 5 de enero de 2009 con los máximos capos de la droga en México: los Beltrán Leyva, el Mayo Zambada, Nacho Coronel, El Lazca, El Chayo, El Chango Méndez, la Tuta, la Barbie y muchos más. Nadie ha corroborado que realmente se haya realizado esta cumbre, sumamente improbable dada las rivalidades entre estos líderes. Además, en la fecha de la supuesta reunión Sánchez se encontraba en Cancún donde tuvo actos públicos. Me imagino que el juez tomó en cuenta ésta y otras contradicciones para la exoneración.

Como en el caso de Hank, sin embargo, las autoridades no han querido que Sánchez pudiera pasar siquiera un día en libertad. Minutos después del fallo fue detenido en el interior de la cárcel federal de El Rincón, en Nayarit, para ser trasladado a la ciudad de México y enfrentar una nueva acusación por lavado de dinero. Al contrario de lo que ocurrió con Hank, en esta ocasión la PGR sí encontró un juez federal que obsequiara una orden de arraigo para dar tiempo y realizar una investigación. El que la PGR haya buscado el arraigo y no la consignación es indicativo de que, a pesar del tiempo que tuvieron a Sánchez en la cárcel, las autoridades no tenían una acusación bien fundamentada en contra del ex alcalde.

Cuando Hank fue liberado, el presidente Felipe Calderón afirmó que él sabía cuánto dinero se pagaba a los jueces por actos de corrupción (¿?). En una reunión privada con el mandatario el 14 de julio, el presidente de la Suprema Corte y de la Judicatura Federal, Juan Silva Meza, solicitó al presidente Calderón que cuando tuviera alguna información sobre un acto de corrupción de un juez presentara la denuncia correspondiente. El presidente Calderón dijo que así lo haría (¿?) e hizo un reconocimiento al sistema judicial mexicano.

Por eso habrá que ver ahora la explicación del gobierno a la exoneración de Greg. ¿Corrupción del juez? Habría que presentar pruebas. ¿Problemas en el expediente? Habría que despedir a los MPs. Pero quizá el problema es que las acusaciones que se ordenan por razones políticas simplemente no vienen acompañadas de pruebas suficientes.

El 20 de julio del 2011, el malogrado candidato del Partido de la Revolución Democrática a la gubernatura de Quintana Roo (con una delantera en varias encuestas), Greg Sánchez, fue liberado “con las reservas de ley” luego de no haberle podido acreditar delito alguno. Por su parte, Felipe Calderón, el Presidente de México que juró en su accidentada toma de protesta cumplir y hacer cumplir con la Constitución mexicana, jamás presentó ante nadie, ni ante el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, ni ante ningún Juez federal, ni ante ningún agente del Ministerio Público, ni ante la Procuradora General de la República (que trabaja para Felipe Calderón) ni ante instancia legal alguna, ni ante los medios de comunicación, ni una sola prueba confirmando al menos uno solo de los actos de corrupción judicial que tan ferozmente denunció. Esto, desde luego, no significa que no exista corrupción entre los miembros del Poder Judicial. Un caso reciente es el del Juez Álvaro Tovilla León, el cual por cierto les hizo un gran favor al PAN-Yunque y a Felipe Calderón al darle trámite al juicio de amparo que condujo finalmente al desafuero de Andrés Manuel López Obrador para removerlo por las vías legaloides de la contienda presidencial en el 2006. Pero ese Juez putrefacto no cayó por denuncia alguna interpuesta en su contra ni por Felipe Calderón ni por panista o Yunquista alguno, no faltando quienes sospechen en base a tales antecedentes que los jueces corruptos a los que hizo mención Felipe Calderón son precisamente aquellos que se han prestado al soborno y al cohecho para manipular a la Justicia con la finalidad de garantizarle al PAN y al Yunque su permanencia perpetua en la silla presidencial. Y siendo así, difícilmente presentará Felipe Calderón denuncia alguna exhibiendo la putrefacción que él y sus congéneres de la derecha y la ultraderecha están prohijando en todo México.