El exilio
El tirano absolutista Porfirio Díaz, reacio a permitir elecciones libres y democráticas en México, el cual se eternizó por tres décadas en el poder hasta que un levantamiento armado en 1910 lo obligó a embarcarse a Francia en el buque Ypiranga dejando al país hundido en el caos en medio de una guerra civil sangrienta que terminaría costándole a México cerca de un millón de muertos, no es el único ocupante de la silla presidencial que terminó abandonando México en un exilio fuera de tiempo que no sirvió de nada para detener la avalancha de sucesos que se precipitaron tras la huída del tirano. La historia contemporánea de México también reporta émulos de Porfirio Díaz que pusieron pies en polvorosa al darse cuenta de que, a diferencia de ex-mandatarios muy queridos por su pueblo como el formidable izquierdista brasileño Luiz Inacio Lula de Silva quien pasea libremente por las calles de Brasil recibiendo muestras de cariño, agradecimiento y reconocimiento de su pueblo para el cual gobernó, han optado por largarse a sabiendas de que tales muestras de afecto no les llegarán de muchos mexicanos para quienes el mejor momento de su administración fue el momento en el que entregaron el poder y se largaron del país. Uno de ellos es el prohombre de la derecha ultraconservadora y reaccionaria de México, Felipe Calderón, el mismo que fue prácticamente impuesto en la silla presidencial en el 2006 por los poderes fácticos que prácticamente le robaron la elección al izquierdista Andrés Manuel López Obrador, con los resultados que ya conocemos.
Título: Toccata y fuga
Cartonista: Helioflores
Fuente: EL UNIVERSAL
Una vez aclimatado en Harvard, Felipe Calderón no perdió tiempo en aprovechar su estancia en aquella institución para ufanarse una vez más de haber “salvado” a México, citando como ejemplo a la ciudad mártir que de ser en otros tiempos una ciudad próspera y pujante terminó convertida en la ciudad más violenta del mundo gracias a la “guerra” iniciada por Felipe Calderón en contra del crimen organizado sacando al Ejército mexicano de los cuarteles para tales efectos. Naturalmente, en esa desdichada ciudad no tardaron en desmentir al infeliz autoproclamado “salvador” de México:
Presume Calderón rescate de Juárez; cifras lo desmienten
M. Orquiz/A. Villegas
EL DIARIO
18 de febrero del 2013
Las cuentas alegres que el ex presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa presumió en un artículo publicado en la revista LA Policy de Harvard –y que dio a conocer a través de su cuenta de Twitter– contrastan con la realidad que enfrentaron los juarenses durante su sexenio, cuando se registró una estela de casi 11 mil muertos entre el 2006 y el 2012 en la ciudad, de acuerdo con datos oficiales.
Además, las actividades comerciales, profesionales e industriales redujeron su desempeño al mínimo debido al ataque de extorsionadores y secuestradores, que obligaron al cierre de negocios y a la migración de familias enteras.
Las promesas que hizo, en rubros de salud, infraestructura urbana y desarrollo social, quedaron también inconclusas.
‘Aquí los resultados son de fracaso total’
En su artículo denominado “Todos Somos Juárez: Una estrategia innovadora para hacer frente la violencia y el crimen”, Calderón Hinojosa describe tres acciones contra la delincuencia: la primera, enviar al Ejército y la Policía Federal para restaurar el orden público y proteger a la gente, con lo cual, dice, se contribuyó a una reducción de la violencia y el crimen.
En la segunda, indica que el gobierno federal apoyó a autoridades estatales y municipales para reconstruir sus instituciones de aplicación de la ley, ya que ellos son constitucionalmente responsables de la seguridad de sus ciudadanos. Agencias federales sólo apoyan a los estados en casos de urgencia, indica el ex mandatario en su texto.
Finalmente, expone que como tercera medida lanzó el programa “Todos Somos Juárez”, con el cual buscaba solucionar las raíces sociales de la inseguridad.
Sin embargo, representantes de sectores sociales juarenses dijeron al respecto que lo ocurrido en esta frontera es la evidencia del fracaso de la política aplicada por Calderón.
Hernán Ortiz Quintana, vocero de la organización civil Ciudadanos por una Mejor Administración Pública (CIMAP), mencionó que fue un error enviar al Ejército a las calles porque, además, violó la Constitución política de México.
Por su parte, el presidente del comité de vigilancia de la Confederación de Colegios de Abogados de México, Salvador Urbina Quiroz, dijo que el ex mandatario dejó a esta ciudad prácticamente “en un hoyo” porque su estrategia equivocada la sumergió en una crisis de inseguridad, económica y social.
Ambos se apoyan en las cifras que dejó la narcoguerra en las calles de Ciudad Juárez:
Durante el lapso que estuvieron operando aquí los efectivos tanto del Ejército Mexicano (con 2 mil 500 efectivos) como los de la Policía Federal (PF, con 450 elementos), que comenzó en marzo del 2008 con la “Operación Conjunta Chihuahua” y culminó en noviembre del 2011 con el retiro de los agentes federales, se registró la racha de homicidios y otros delitos históricamente más alta en esta frontera.
Durante las acciones militares, llegaron a estar en la ciudad 7 mil 500 soldados, mientras la PF trajo a cinco mil agentes cuando tomó las riendas de la prevención.
Datos oficiales de las autoridades estatales indican que durante el 2008 se disparó en siete veces el número de asesinatos cometidos aquí y en El Valle de Juárez, luego que de 320 perpetrados en el 2007, la cifra ascendió hasta mil 908 al año siguiente.
Esta medición incluye los mil 623 asesinatos ocurridos, más 45 osamentas localizadas en narcotumbas.
Para el 2009 la cifra de personas que fueron abatidas creció a 2 mil 754, mientras que para el 2010, el lapso más violento en la historia de la ciudad, se registraron 3 mil 115 homicidios.
Al siguiente año la racha disminuyó, sin embargo, el número siguió alto con 2 mil 86 personas a las que les quitaron la vida.
Aunque durante el 2012 los asesinatos disminuyeron hasta 755, el número es todavía más del doble de lo acontecido durante el 2007.
También en el rubro de seguridad, un ejemplo de lo que ocurrió aquí es el hecho de que los delitos cometidos contra empresas durante el 2011 tuvieron un costo global de 4 mil 175 millones 757 mil 762 pesos, equivalentes a 11 millones 440 mil 432.20 pesos diarios, según datos de la Encuesta Nacional de Victimización de las Empresas del Instituto Nacional de Estadística e Informática.
Esa cifra equivale al 3.6 por ciento del Producto Interno Bruto de la ciudad, según un cruce de información del INEGI y el Centro de Estudios Económicos de Banamex.
A este costo, se le debe sumar una cifra no estimada de la inversión que dejó de llegar y de las operaciones que dejaron de hacerse como consecuencia de esos delitos, dijeron especialistas.
Según la Comisión de Indicadores de la Mesa de Seguridad, que reúne a empresarios, gobiernos y organizaciones sociales en el análisis de las políticas de seguridad pública, de marzo a diciembre del 2011 se reportaron 2 mil 274 asaltos a comercio con violencia y mil 856 robos a tiendas de conveniencia.
Además, a lo largo de todo el 2012 se reportaron aquí 4 mil 286 robos de auto con violencia o carjackings, y 9 mil 026 robos de auto sin violencia.
En el mismo 2011 se reportaron 110 casos de extorsión y 67 de secuestro, aunque la Comisión de Indicadores hace notar que existe una cifra negra, pues no todos los acontecimientos de estos dos delitos se denuncian.
Sin embargo, ese año no fue precisamente el más violento, lo que significa que en los años anteriores, entre 2008 y 2010, el monto de los daños a las empresas pudo ser mayor.
Calderón Hinojosa expuso que otra medida que lanzó fue el programa “Todos Somos Juárez”, con el cual buscaba solucionar las raíces sociales de la inseguridad.
Pero, también en ese rubro, existen cuestionamientos ya que su gestión dejó varias obras en proceso aquí, tales como el bosque de convivencia en las instalaciones del Ex Hipódromo y Galgódromo, la construcción de dos pasos a desnivel, así como otros proyectos que aún permanecen en papel, como es el caso del puente Guadalupe-Tornillo y el libramiento ferroviario.
Estas dos últimas infraestructuras fueron incluidas en el Programa Nacional de Infraestructura 2007- 2012 como estratégicas para esta comunidad fronteriza, pero hasta ahora se encuentran en el limbo.
En infraestructura, el gobierno federal sólo pudo concretar el paso deprimido sobre el bulevar Fronterizo, atrás de la Presidencia Municipal, y dejó en proceso el que va sobre la avenida 16 de Septiembre; otro, ubicado sobre el Municipio Libre y Eje Vial Juan Gabriel, también quedó sin iniciar en su mandato, ya que las obras iniciaron en noviembre pasado.
Otros adeudos de Calderón Hinojosa para con los juarenses en el aspecto de salud, incluyen el Centro de Atención Integral y Hospital de Salud Mental, que se terminó de construir hace casi dos años pero todavía no funciona; el Hospital de la Mujer que no ha sido ampliado.
Además, quedó en el limbo la construcción de un nuevo nosocomio al surponiente de la ciudad y no existe certeza en los trabajos que se planearon realizar en el Hospital General.
Tras la publicación del ex presidente Calderón Hinojosa, representantes del sector social consideraron que esta frontera es la evidencia del fracaso de su política, la cual se aplicó durante su sexenio.
“Juárez es la muestra del fracaso de la política económica y de seguridad. La dejó (a esta ciudad) prácticamente en un hoyo. La estrategia equivocada de Calderón nos sumergió en una crisis de inseguridad, económica y social”, refirió Salvador Urbina Quiroz, presidente del comité de vigilancia de la Confederación de Colegios de Abogados de México.
“Tiene el descaro de lucirse con que ha hecho un trabajo excelente cuando los que vivimos en Juarez sabemos que es totalmente falso. Juarez tiene más de 12 mil muertos en su administración (...) Consecuencia a su estrategia con base a la delincuencia, se desataron las extorsiones, los secuestros. Hizo que la economía tocara suelo. Hay miles de negocios cerrados, miles de desempleos”, agregó el abogado.
“Lamentables sus declaraciones. Sus estrategias no funcionaron ni en seguridad ni el programa para recomponer el tejido social. Juarez se ha ido poco a poco recomponiendo, pero no por sus estrategias”, añadió Urbina Quiroz.
Hernán Ortiz Quintana, opinó que presentar las estrategias utilizadas durante la presidencia de Calderón Hinojosa como parte de un plan de mejoramiento no sólo es errado, pues a pesar de que los homicidios disminuyeron, el crimen persiste.
“Todavía no podemos decir que estamos bien, sigue habiendo un asesinato diario. No podemos decir que eso está bien hecho, sigue siendo malo, sigue siendo terrible. A fin de cuentas los funcionarios siempre van a presumir, tristemente porque piensan que la población no tenemos capacidad para criticar”, agregó.
El ex presidente Calderón Hinojosa compartió en Twitter el artículo sobre la política de seguridad.
Algunos fragmentos textuales de la publicación en “LA Policy Journal”, revista académica de la Universidad de Harvard son los siguientes:
“En enero de 2010, la violencia fue generalizada, y 216 homicidios fueron reportados en la ciudad ese mes. Desde octubre de 2010, la tasa de homicidios mostró una disminución significativa.
“En enero de 2012, los asesinatos registrados bajó a 84 por mes, una disminución del 71%”, señala el artículo.
El ex mandatario federal afirma en el documento que su administración hizo un diagnóstico de la violencia en la localidad y con base en ello delineó su estrategia de seguridad, destacando tres factores detonantes: la expansión de las organizaciones criminales, la debilidad de las agencias locales de aplicación de la ley y un grave debilitamiento del tejido social.
Calderón Hinojosa explica el problema de la corrupción en autoridades locales como un asunto de vida o muerte debido a la fuerte presencia del crimen organizado.
“Tener que decidir entre estar en la nómina de los cárteles o ser muerto, y sin el apoyo de sus superiores, los oficiales de la Policía local ya no protegían a la gente de la delincuencia”.
A pesar de que el asesinato de mujeres es parte del diagnóstico del ex presidente, el artículo no refiere acciones o políticas para enfrentar este problema en específico, pues sólo arroja cifras generales en otras materias.
“Ciudad Juárez ya tenía una grave crisis social, que tuvo como consecuencia trágica los asesinatos violentos de decenas de mujeres a finales de 1990 y principios de 2000”, indica.
Finalmente, Calderón concluye su texto indicando que Ciudad Juárez es una de las 10 primeras ciudades en México en materia de Inversión Extranjera Directa, y entre las primeras 15 en competitividad.
No es la primera vez que Felipe Calderón miente cínicamente en asuntos tan delicados y de tan gran trascendencia histórica y pública. Ha mentido muchas veces, demasiadas para ser precisos. Una de las mentiras más recientes que se le puede documentar de modo preciso es aquella con la cual Calderón afirmó que jamás había usado la palabra “guerra” al referirse al combate armado en contra de la delincuencia organizada. Esto, desde luego, es vil falsedad, quizá una de las más viles que haya pronunciado, y no tardaron en echárselo en cara refrescándole la memoria:
Adiós, Felipe, adiós
Manuel Ajenjo
EL ECONOMISTA
29 de noviembre del 2012
¿Quién dijo guerra?
Con este encabezado publiqué mi columna del 18 de enero del 2011. En ella, aludía a la hipocresía o a la amnesia del presidente Calderón cuando afirmó jamás haber llamado guerra a su ataque, pelea, reyerta -póngale usted el nombre que guste: manitas calientes, juego del ahorcado, quemados, escondidillas, roña o pipis y gañas- en contra del crimen organizado.
El 12 de enero de dicho año, en el segundo de los malogrados Diálogos por la Seguridad, el Jefe del Ejecutivo interrumpió a Miguel Treviño de Hoyos, director del Consejo Cívico e Institucional de Nuevo León, para expresarle su desacuerdo con lo que éste expresaba: “Señor Presidente, si ya usó usted el concepto de guerra para definir lo que estamos viviendo...”. Calderón no lo dejó terminar, brincó el orden establecido para el uso de la palabra e interpeló a Treviño: “Yo no he usado (el concepto guerra) y sí le puedo invitar a que incluso revise todas mis expresiones públicas y privadas (...). Yo he usado permanentemente el término lucha contra el crimen organizado y lucha por la seguridad pública. Y lo seguiré usando y haciendo”.
Confieso que cuando oí de boca de Calderón la negación sobre su decir tuve mis dudas sobre la honradez intelectual del Primer Mandatario, que recurrió a un embuste sin que yo comprendiera -hasta la fecha- con qué objetivo. Lo que, desde mi óptica, era una engañifa estaba basado en que recordaba yo, de manera muy clara, haberlo escuchado emplear la palabra guerra. Al cotejar fechas y declaraciones descubrí que el 30 de mayo del 2006, al presentar sus 10 propuestas en materia de seguridad dijo: “Esto es una guerra y tengan la seguridad de que la vamos a ganar(...)”.
Pudiera argumentarse, como lo hacer ver el columnista, que Felipe Calderón hizo pública su declaración de guerra cuando aún no era Presidente electo de México, cuando aún no se habían llevado a cabo las elecciones presidenciales. Las palabras de Calderón en aquel entonces son reveladoras porque develan las intenciones guerreras que ya traía en su mente desde antes de ascender a la Presidencia de México. ¡Si tan solo unos cuantos miles de electores le hubieran tomado en serio y hubieran votado en contra suya, México podría haberse evitado cerca de 80 mil cadáveres y más de 25 mil desaparecidos en su sexenio que también se presumen cadáveres! El caso es que, ya una vez investido como Presidente, Calderón volvió a usar la palabra “guerra” el 2 de julio del 2007, y los reporteros de Milenio se encargaron de refrescarle la memoria sacando el video en donde usó dicha palabra. Y de hecho, la usó en muchas otras ocasiones, pero fingir demencia no le cuesta nada al que desencadenó una “guerra” que solo desgastó inútilmente al Ejército mexicano y que terminó en una estrepitosa derrota. Al referirse a su sangrienta e inútil “guerra” en aquella ocasión, Calderón la elevó míticamente a la categoría de guerra colosal, y tan colosal fue la “guerra” como colosal fue la derrota.
Con tamaños dislates que solo pueden degradar el prestigio de la Universidad de Harvard al tomarse a sus aulas como diseminadoras de imbecilismo, no es de asombrar que haya quienes se estén avergonzando de haber cursado estudios en esa otrora prestigiada universidad:
Vasconcelos regresa su título a Harvard en repudio a la estancia de Calderón
Agencia APRO
15 de febrero del 2013
El exembajador Héctor Vasconcelos devolverá a la Universidad de Harvard su título de doctor en Ciencias Políticas una vez que la institución no retiró la invitación de estancia a Felipe Calderón.
El excónsul en Boston y exembajador en Noruega, Dinamarca e Islandia, informó a través de una breve carta dirigida a la directora Drew Gilpin Faust, que Harvard le había enseñado que sus egresados deben cumplir con su palabra.
“Ahora debo mandar de regreso mi título a Harvard. Hago esto con gran tristeza, ya que es, fácilmente, el documento más valioso que he tenido en mi vida”, dice la misiva del hijo del exrector de la UNAM José Vasconcelos.
El 15 de enero, Vasconcelos dirigió una carta a David T. Ellwood, director de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, en la que señala que si se mantiene la invitación a Calderón para iniciar una beca de estudios en esa institución, se verá en la “dolorosa situación” de devolver su grado académico.
Hace unos días, el poeta Javier Sicilia y el profesor Sergio Aguayo enviaron una misiva al decano en la que también cuestionan la incorporación del exmandatario como investigador visitante de esa institución.
Vasconcelos indica que le dolería mucho que Harvard, que ha sido una conciencia moral de Estados por casi cuatro siglos, baluarte del liberalismo y el anticonservadurismo, hoy acogiese a quien representa lo contrario de sus valores tradicionales.
Advierte que si la Universidad cambió sus principios o ya no tiene ninguno, renunciará a su título.
En dicha carta, Vasconcelos acusa que Calderón fue impuesto en la presidencia de la República por poderes fácticos y “legalizado” por autoridades electorales que traicionaron su vocación democrática.
También afirma que el exmandatario panista representa a la derecha religiosa y que vulneró al Estado laico al emprender una devastadora guerra que dejó más de 90 mil muertos, 25 mil desaparecidos y decenas de miles de desplazados.
Detalla asimismo que en el gobierno de Calderón aumentó el número de pobres al pasar de 45.5 a 57 millones.
“Por todo lo anterior considero que la presencia de Calderón en Harvard contradice los valores de democracia representativa, pensamiento crítico y honestidad intelectual y personal que la universidad promueve. Espero que la Escuela Kennedy reconsidere y sea sensible al sentir de millones de mexicanos”, manifiesta Vasconcelos en su carta.
Por su lado, el activista Javier Sicilia y el académico Sergio Aguayo enviaron una carta a Harvard en la que señalaron que la incorporación del expresidente mexicano era incongruente con los principios de la Escuela de John F. Kennedy, entre los que destacan el respeto a la dignidad de otros y tomar en cuenta las consecuencias que las políticas tienen en las personas.
En respuesta, el Rector de la Kennedy School, David Ellwood, defendió la incorporación de Calderón a la institución pues, explicó, abrirá oportunidades para la discusión y el debate entre el ex Mandatario y los estudiantes.
El expresidente Calderón, ha sido señalado como responsable de haber instrumentado la guerra contra el narco que suma más de 80 mil muertos, alrededor de 20 mil desaparecidos y miles de desplazados.
Llegó a Cambridge, Massachusetts el pasado 28 de enero, para integrarse a la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.
En la página de internet www.change.org, más de 34 mil 300 personas se sumaron al rechazo de la incorporación de Calderón a esa Universidad.
Por si las anteriores vergüenzas y humillaciones no fuesen suficientes para poner a sudar a los académicos de Harvard, justo a los pocos días de haberse “estrenado” Felipe Calderón como miembro de esa institución educativa continuaron apareciendo editoriales como el siguiente que sacan a la luz una putrefacción y pobredumbre moral que en el nefasto sexenio calderonista llegó a la misma hoy demeritada oficina presidencial:
La estela de Paty Flores
Raymundo Riva Palacio
Analista político
22 de febrero del 2013
El combate a la corrupción, como política pública, ha fallado en los últimos 30 años, sentenció la Auditoría Superior de la Federación en la Cuenta Pública 2011. Es decir, el descarrilamiento de los esfuerzos para enfrentarla toca desde los dos últimos años del gobierno de José López Portillo, al quinto de Felipe Calderón. La corrupción es sistémica, y el diagnóstico es tan conocido que el propio Calderón, como candidato, prometió ser el presidente de “las manos limpias”. Hoy todo apunta a lo contrario.
La Auditoría no sólo encontró que en su penúltimo año de gobierno –en 2014 se dará a conocer la Cuenta Pública 2012– subió la corrupción 31 por ciento, sino que los más escandalosos vasos comunicantes conducen al propio despacho presidencial.
Un nombre que no aparece en el documento de más de 28 mil páginas es ícono de esta nube de corrupción, Patricia Flores, quien como jefa de la Oficina de la Presidencia encabezó todos los actos del Bicentenario que incluyeron la Estela de Luz.
Flores fue durante un corto pero controvertido periodo, la mujer pública más poderosa del país, a quien Calderón le dio un mandato casi omnipotente y le encargó los festejos del Bicentenario. La Cuenta Pública 2011 toca de manera genérica las acciones de ese proceso que apesta. De hecho, la PGR investiga el papel que jugó la filial de Pemex, Triple iii Servicios, por la integración irregular del proyecto para el procedimiento de invitación a cuando menos tres personas, tras una querella presentada por la Auditoría el 11 de diciembre.
Tres ejecutivos de esa filial ya fueron inhabilitados por 10 años, pero la investigación no va a parar en lo que la Función Pública, al sancionarlos, logró que en su momento escalara. ¿Hasta dónde llegó la corrupción en el Bicentenario? Un peritaje del Colegio Mexicano de Ingenieros detectó en 2012 deficiencias en la construcción de la Estela de Luz y un gasto de 375 millones de pesos sin justificar. El director general de Triple iii Servicios, Ignacio López, rechazó las imputaciones y alegó que el sobreprecio se debía a las modificaciones del proyecto y al costo de los productos para construirla.
La Auditoría considera que López mintió y que sí hubo gastos injustificados. La nueva vertiente, sin embargo, es la conexión de la filial de Pemex con la oficina de Flores en Los Pinos, que de acuerdo con funcionarios que conocen los documentos, puede plantearse, al menos como hipótesis, actos de corrupción de colaboradores de Calderón. Algunos ex funcionarios presidenciales, incluso, siempre vieron en Flores la principal sospechosa de irregularidades en lo relacionado al Bicentenario.
Previamente a los festejos del 15 de septiembre de 2010, se reveló que varias obras mexicanas que iban a ser incorporadas en el desfile alusivo fueron canceladas y algunos de los diseños idénticos a los originales fueron finalmente presentados por artistas extranjeros que cobraron muy por encima de sus contrapartes.
En paralelo, de acuerdo con funcionarios de Hacienda, se encontraron cuentas en el extranjero a nombre de la familia de Flores, cuyos depósitos parecían irregulares.
Flores fue protegida públicamente por el ex presidente Calderón, quien la despidió cuando en el conflicto más brutal en Los Pinos durante su sexenio, se enfrentó con el director de Comunicación Social, Max Cortázar, quien también pagó con su salida.
Flores se fue sin irse. Fue ella el enlace con el finado dueño de Banorte, Roberto González, a quien se le atribuye haber aportado recursos importantes para ayudar económicamente a Calderón tras dejar el poder, y que operó en las elecciones internas por la presidencia del PAN. Quiso ser legisladora en la agonía del sexenio, donde ya no le alcanzó a Calderón la fuerza para imponerla.
Pero ahora sí hay posibilidades de que la estela de Flores lo alcance a él, directa o indirectamente, por no haber frenado el cáncer de la corrupción entre algunos de sus colaboradores y amputado la pierna de donde colgaba Flores que, responsable o no, la sola percepción de que ella fue centro del entramado ilegal del Bicentenario, envolverá irremediablemente a su Presidencia.
Impávido, además de andarse exhibiendo por los pasillos de Harvard presumiendo de lo que carece, Calderón no desaprovechó oportunidad para allegarse de dineros adicionales (como si no le fuera suficiente con la opípara pensión presidencial vitalicia a cargo del erario del pueblo mexicano) y de nuevos admiradores:
Cobra Calderón 150 mil dólares... ¡por conferencia!
Agencia REFORMA
22 de febrero del 2013
Además de la academia, el ex presidente Felipe Calderón pretende dedicarse al lucrativo negocio de conferencista internacional.
Para ello, el panista se puso en manos de la Agencia Harry Walker (HWA, por sus siglas en inglés), que se encarga del negocio, por el que cobra 125 mil dólares por conferencia.
Además, cobra boletos de avión primera clase para dos personas, hotel, alimentos, transporte terrestre y seguridad.
Los gastos cubren el discurso y una recepción, con una duración aproximada de cinco horas. Según un agente de la empresa, en total la tarifa para una conferencia en Bruselas asciende a unos 150 mil dólares.
Calderón estaría siguiendo los mismos pasos de su predecesor, Vicente Fox, y su esposa Marta Sahagún, quienes también se pusieron en manos de la HWA en 2006. Entonces, la tarifa total por una conferencia de Fox era de 100 mil dólares.
La agencia, que representa a personalidades como el ex presidente estadounidense Bill Clinton y el antiguo secretario general de la ONU, Kofi Annan, promueve a Calderón como experto en economía global y políticas de competitividad. (¿?)
El mismo día que apareció la nota anterior, se publicó en otro medio lo siguiente:
Calderón dió “carta blanca” a fuerzas de seguridad: Human Rights Watch
EL UNIVERSAL
22 de febrero del 2013
En la dramática crisis de derechos humanos que hay en México, derivada de la guerra contra el narcotráfico que se libró en el sexenio de Felipe Calderón, hay una responsabilidad política del ex mandatario, quien en su estrategia dio “carta blanca” para que las fuerzas de seguridad cometieran graves violaciones que no pueden quedar impunes, por lo que se debe investigar a los responsables pero “sin linchamientos o circos mediáticos”.
Así lo expuso en entrevista José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), quien dijo que el gobierno de Enrique Peña Nieto no es responsable de los delitos del pasado reciente —que incluyen miles de desapariciones, en las que en 60% hubo participación de las fuerzas de seguridad—, pero sí debe hacer justicia, investigar, aplicar sanciones y ofrecer resultados más allá del discurso.
Después de presentar el informe Los Desaparecidos de México: el persistente costo de una crisis ignorada, en el que se documentan 250 casos de los 27 mil que podrían integrar la base de datos que anunció la Secretaría de Gobernación, el experto dijo que la justicia será la única vía para miles de mexicanos agraviados por el legado de violaciones graves a las garantías que dejó el “calderonismo”, además de que “esto no es un juego de estadísticas, no es un problema que se puede resolver con un informe”.
¿Qué factores gestaron esta crisis?
Hay mucho de corrupción, de una negligencia y abandono total, pero también hay una responsabilidad política muy seria cuando el jefe de Estado es el que insinúa la “carta blanca”, digamos el dejar hacer, y exige resultados y cabezas a cualquier precio y detenciones masivas; 100 mil mexicanos pasaron por un proceso penal, por acusaciones, por arraigo, por abusos a su libertad y en muchos casos por torturas, y en otros probablemente terminaron desaparecidos sin ningún sentido.
Vivanco advirtió que “esto fue hecho de una manera yo diría, no solo brutal, no solo irresponsable, sino sin advertir realmente los costos que para el pueblo de México iba a representar una política que no ha traído ni seguridad, ni mejorías en materia de derechos humanos”.
El experto dejó en claro que “durante el sexenio de Felipe Calderón, a raíz de una guerra contra el narcotráfico, sin reglas, sin control hacia el Ejército, la Marina y policías, permitió que esas instituciones cometieran gravísimas violaciones a los derechos humanos con total impunidad. Todo ese discurso, esa política, les hace ver a los servidores públicos que hay ‘carta blanca’; nadie exigió responsabilidades, salvo las víctimas y sus familiares”.
¿Cuándo hablas de justicia, de responsabilidades políticas, las investigaciones deben conducir hasta Calderón?
Estas investigaciones no deben ser linchamientos, no son espectáculos mediáticos, se están pidiendo investigaciones rigurosas que lleguen a donde lleguen las pruebas, si de esas pruebas surgen evidencias que pueden comprometer a oficiales o autoridades de más alto nivel, pues bien, en una democracia moderna, todos estamos sujetos al imperio de la ley.
Destacó que ahora “hay una oportunidad histórica para México, sobre el actual gobierno y del actual presidente cae la responsabilidad de abordar estos problemas para construir un futuro”.
El “conferencista magistral” que cree que su inconmensurable “sabiduría” y “amplia experiencia administrativa” pueden ser de gran utilidad a futuros gobernantes ávidos de seguir su ejemplo, interesados ávidos y dispuestos a pagar los 150 mil dólares en que cotiza su preciosa sapiencia, ciertamente dejó en su propio país un legado por el que no será olvidado:
Emerge el desastre del gobierno de Calderón
Carlos Acosta Córdova
Revista PROCESO # 1895
23 de febrero del 2013
El gobierno calderonista alardeó de sus logros económicos y, a la hora del recuento, resulta que dejó destruidas las finanzas públicas. Especialmente en los últimos años del segundo sexenio panista, se hicieron evidentes las fallas, abusos y torpezas: La dependencia extrema de los ingresos petroleros, las incongruencias del sistema tributario y de la política de subsidios y el endeudamiento de algunas entidades federativas que simplemente dejaron hipotecado su futuro.
En su informe de resultados de la revisión de la Cuenta Pública federal de 2011 –que dio a conocer el miércoles 20–, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) es implacable: En el penúltimo año de su gobierno a Felipe Calderón se le descompusieron las cosas en materia económica, que era la que más presumía. La economía nacional se desaceleró; la actividad industrial, en particular, perdió gravemente el paso y el sector de más empuje dentro de ella, el manufacturero, prácticamente se estancó.
Fue el año en el que quedaron de manifiesto todas las debilidades de la política económica seguida en los últimos años: La dependencia extrema de los ingresos petroleros y de la economía estadunidense y las fallas e incongruencias del sistema tributario y de la política de subsidios.
En materia de impuestos todo lo que se hizo en los años previos no funcionó o cuando mucho tuvo un impacto efímero.
Se crearon el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE); se aumentó un punto porcentual a la tasa del IVA, que quedó en 16% y de 11% en las fronteras; se le subieron dos puntos a la tasa del ISR, a 30%; se le impuso un IEPS de 3% a las telecomunicaciones, otro de hasta 30% a los juegos con apuestas y sorteos y de 53% a las bebidas alcohólicas.
Y la recaudación tributaria, sin embargo, no aumentó en 2011. Regresó a ser del 10% del PIB, nivel que ya se había superado en los primeros años del gobierno de Calderón.
Peor aún, el resultado del esfuerzo recaudatorio se diluyó en extraordinarias devoluciones de impuestos –sobre todo a grandes empresas–, por casi 285 mil millones de pesos.
En el mismo sentido buena parte de los ingresos excedentes que dejó el petróleo en 2011, por casi 97 mil millones de pesos, se fueron por la coladera de los subsidios a las gasolinas, que benefician a los estratos de población con más recursos.
Para completar el panorama de 2011, acabó el año con un festín de endeudamiento federal y local. La deuda bruta del sector público federal acabó en cinco billones de pesos, cuando al final del primer año de gobierno, 2007, fue de 2.6 billones.
Y en estados y municipios el desastre: La deuda subnacional, como le llaman los especialistas, pasó de 186 mil 470 millones de pesos en 2007 a 391 mil millones en 2011.
En términos generales es poco más del doble. Pero los casos individuales espantan. Por ejemplo Coahuila: en 2007 tenía una deuda de 487 millones de pesos. Cuatro años después, en 2011, era ya de ¡36 mil 500 millones de pesos!
Es decir que en 48 meses aumentó su deuda 75 veces.
Pocos y malos empleos
El Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2011, que Juan Manuel Portal –titular de la ASF– entregó el miércoles 20 a la Cámara de Diputados, da cuenta del freno a la economía en 2011 y sus consecuencias en el ámbito laboral y salarial.
Ese año la economía nacional creció 3.9%, muy por debajo del 5.5% alcanzado en 2010. En particular la actividad industrial creció 4%, por debajo del 6.2% registrado un año antes.
El sector manufacturero, orgullo de quienes dirigen la economía del país –porque, dicen, pone a México a competir de tú a tú con las grandes potencias–, fue el que más se desplomó. Ese año creció apenas un poco más de la mitad que en 2010: 5.2%, contra 9.9% del año previo.
La disminución en el ritmo de crecimiento de la economía tiene como consecuencia natural el deterioro del empleo y el salario.
La ASF refiere que si bien en 2011 había 3.5 millones más de ocupados que en 2007, la mayor parte de ellos encontró una fuente de ingresos en la subocupación y en el sector informal.
En el periodo 2007-2011, poco más de la mitad (50.4%) del incremento en la población ocupada se empleó en la informalidad. Es decir, de esos 3.5 millones que lograron emplearse, casi 1.8 millones lo hicieron en la informalidad.
Nada halagüeños los datos de la ASF sobre algunas variables del mercado laboral. En 2007 los que estaban en el desempleo absoluto sumaban 1 millón 655 mil personas; cuatro años después ya eran 2 millones 561 mil. Un aumento de 906 mil 110 desempleados: 54.8%.
Subocupados (aquellos que tienen un trabajo insatisfactorio y que por eso buscan otro para completar un ingreso que les permita satisfacer las necesidades básicas) eran 3 millones en 2007; en 2011, un millón más.
En la informalidad había 11.6 millones en el primer año de gobierno de Calderón. En el quinto, 2011, sumaban 13.4 millones. Casi un millón 800 mil más “en actividades laborales con bajos niveles de productividad, de mínimas remuneraciones salariales y carente de seguridad social”, dice la ASF.
E interpreta: El mercado laboral formal “no retornó a los niveles prevalecientes en 2007”. El subempleo y la informalidad fueron el refugio de millones de personas para obtener un ingreso.
Peor aún, dice el ente fiscalizador, se deterioró la estructura salarial de los trabajadores subordinados o remunerados. Se redujo el número de trabajadores que ganaban más de tres salarios mínimos y aumentó el de quienes ganan de uno a tres mínimos.
Dice la ASF: El número de personas que percibían más de tres salarios mínimos se redujo en 980 mil 475 durante el periodo 2007-2011. En cambio, el número de quienes ganan de uno a tres mínimos se incrementó en 2 millones 191 mil trabajadores en el mismo lapso.
La huída de Felipe Calderón hacia los Estados Unidos largándose al poco tiempo de dejar de ser Presidente y dejándole a sus coterráneos los enormes problemas de inseguridad que les creó no fue sin contratiempos. El otrora autollamado “Presidente del Empleo” que quedó marcado de por vida por su sexenio que resultó ser para muchos mexicanos el sexenio de la muerte debe saber ya que su fama lo precederá por el resto de su vida a dondequiera que vaya. Después de huír cobardemente al extranjero al poco tiempo de entregar la Presidencia, y no sintiéndose suficientemente seguro en México con la protección otorgada por el pequeño ejército proporcionado por el Estado Mayor Presidencial que lo custodiará por el resto de su vida, al refugiarse en los Estados Unidos huyendo del país y dejándole a los mexicanos los gigantescos problemas de seguridad que él mismo contribuó a generar con su obstinada terquedad y cabeza cerrada, recibió casi de inmediato el desprecio de muchos que desde el extranjero ya saben y están perfectamente enterados de quien fue el funesto hombrecillo que se apoderó de la Presidencia de México con la ayuda de los poderes fácticos y las fuerzas más obscuras y retrógradas del país:
Recibe críticas cátedra de Calderón en Harvard
EL UNIVERSAL
9 de enero del 2013
La beca que la Universidad de Harvard otorgó al ex presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa ha recibido fuertes críticas por parte de estudiantes y académicos de la prestigiada universidad, así como de diversos ciudadanos de Estados Unidos.
Los argumentos utilizados señalan que el ex mandatario no debería ser recompensado por la violencia “alarmante” que caracterizó su administración.
En noviembre de 2012 se dio a conocer que el ex mandatario había aceptado la beca académica en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de esa universidad.
El reporte del sitio web The Huffington Post destacó que John Randolph, un agente jubilado de la Patrulla Fronteriza estadounidense, publicó en el portal Change.org una solicitud dirigida a Drew Gilpin Faust, presidente de la Universidad de Harvard y a David T. Ellwood, decano de la Escuela Kennedy; para rescindir la colaboración de Calderón en la planta académica.
“No puedo dejar de pensar en los mexicanos que han tratado de ganar legítimamente asilo en Estados Unidos a causa de la guerra contra las drogas y han sido rechazados (...) La contratación de Calderón en Harvard representa, por lo menos, un guiño de favoritismo financiero y político, e incluso de servilismo”, señala Randolph en la petición electrónica que hasta ayer martes había conseguido 7 mil 659 firmas de apoyo.
En los últimos días, Eduardo Cortés Rivadeneyra, quien dirige una empresa de construcción en Puebla, México, publicó en Change.org una versión en español, donde comenta: “Les aseguro que miles de mexicanos no quieren a Calderón para enseñar en los EU o en cualquier otro lugar”. La petición cuenta con dos mil 146 firmas más.
Ya desde octubre pasado, había circulado en el mismo sitio ciudadano (Chance.org) una carta que rechazaba la posible contratación de Calderón en la Universidad de Texas, argumentando que el presidente saliente era “responsable por la muerte de más de 80 mil personas a causa de su estrategia que llamó ‘guerra contra las drogas’”.
En esas mismas fechas, The Huffington Post, a través de su blog Voces, incluyó una encuesta por Internet con la pregunta ¿Aceptarías a Felipe Calderón como profesor en tu universidad?, según reportó el diario La Jornada, la mayoría rechazaba que el ex presidente diera la clase.
Otros portales web de los Estados Unidos también han dado seguimiento a las expresiones de inconformidad con la beca a Felipe Calderón. The Chronicle of Higher Education publicó desde inicios de diciembre un artículo titulado ¿Por qué Harvard no debe dar la bienvenida a Calderón?, donde argumenta que la beca le da injustamente al ex presidente un “refugio seguro”.
Además un grupo de estudiantes de la Universidad de Texas se pronunció en contra de la beca a Calderón. “Calderón es responsable de la muerte de miles de niños, no dejemos que sea profesor en Estados Unidos”, expusieron en septiembre.
Después, el 21 de septiembre, un grupo de 20 estudiantes también de la Universidad de Texas manifestaron su rechazó a que Calderón pase a formar parte de la plantilla de profesores en esa institución.
De acuerdo al Huffingon Post, las expresiones de protesta por la llegada de Calderón a la una institución académica estadounidense no son nuevas pues anteriormente causó controversia la presencia del ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, en el campus de la Universidad de Georgetown.
He aquí otra nota al respecto:
Juntan más de 13 mil firmas vs Calderón en Harvard
Agencia REFORMA
10 de enero del 2013
Hasta anoche iban 13 mil 280 firmas... y sigue contando.
A unos días de arrancar actividades en Harvard, el rechazo a la presencia del ex presidente Felipe Calderón se acumulaba en una petición montada en la popular plataforma de activismo político change.org.
A través del portal, el ex agente de la Patrulla Fronteriza John Randolph publicó hace un mes una solicitud destinada a Drew Gilpin Faust, presidenta de Harvard, y a David T. Ellwood, decano de la institución, para que Calderón no imparta cátedra en esa universidad.
“Durante 26 años fui miembro de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, por lo que siempre estuve interesado en el tema de la droga, ya que creo que se trata de un problema binacional. En 2005 me retiré y empecé a investigar sobre la guerra contra la droga en México. No creo que sea justo que él (Calderón) vaya a dar clases allí”, explicó Randolph a Reforma. Una semana después que él, Eduardo Cortés Rivadeneyra, propietario de una constructora dedicada a la edificación de vivienda en Puebla, inició una petición en la misma página bajo el lema “Harvard: Revierte la contratación de Felipe Calderón”.
Randolph y Cortés planean viajar a la universidad a finales de este mes, cuando den inicio las clases, para presentar las firmas recogidas a la presidenta de la institución.
Ya desde octubre pasado, The Huffington Post, a través de su blog Voces, incluyó una encuesta por Internet con la pregunta ¿Aceptarías a Felipe Calderón como profesor en tu universidad?, según reportó el diario La Jornada, la mayoría rechazaba que el ex presidente diera la clase. Otros portales web de los Estados Unidos como The Chronicle of Higher Education publicó a inicios de diciembre un artículo titulado ¿Por qué Harvard no debe dar la bienvenida a Calderón?, donde argumenta que la beca le da injustamente al ex presidente un “refugio seguro”.
Quizá lo único que haya podido moderar un poco a Felipe Calderón de estarse jactando y ufanando desde Harvard sobre sus supuestos “logros” dando todo tipo de opiniones y consejos no-pedidos haya sido el arresto inesperado de la mujer más corrupta de México (y muy posiblemente del continente americano), Elba Esther Gordillo, una lideresa amoral a la cual Felipe Calderón y la derecha reaccionaria de México le deben en gran parte el que la izquierda y su candidato Andrés Manuel López Obrador no hayan podido llegar a la Presidencia de México en el 2006, encubriéndola y manteniéndola por seis largos años en la más absoluta impunidad en gesto de agradecimiento hasta que el Yunquificado Partido Acción Nacional fue expulsado ignominiosamente de la silla presidencial en el 2012 por un pueblo harto del neopanismo y de las trapacerías e hipocresías de la derecha conservadora así como sus luminosas e incumplidas promesas de un cambio que nunca se dió:
Calderón dejó de tuitear tras encarcelamiento de Elba Esther
Arturo Rodríguez García
Agencia APRO
4 de marzo del 2013
Reticente a desaparecer de la escena pública, el aliado y protector de Elba Esther Gordillo, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, esta vez no da señales ni siquiera en las redes sociales, donde suele emitir comentarios sobre la situación del país y los presuntos logros de su gobierno.
La mañana del 26 de febrero, horas antes de que fuera detenida la mujer más poderosa de su administración y de los gobiernos de la alternancia, Felipe Calderón emitió su último mensaje, vía Twitter, en el que recomendaba un artículo elogioso hacia México, publicado en The New York Times.
Aunque en su cuenta de Twitter suele opinar sobre todo tipo de asuntos, y que durante el mes de febrero emitió 54 tuits, a partir de la detención y encarcelamiento de la hoy ex dirigente del SNTE, Calderón dejó de tuitear.
Por ejemplo, el 9 de febrero, felicitó al equipo de beisbol Yaquis de Ciudad Obregón, por haber ganado la Serie del Caribe; el 13 de febrero, opinó sobre la “responsable, sabia y valiente” decisión de Benedicto XVI de renunciar; el 15 de febrero. Bueno, sus intereses ex presidenciales se ocupan, como ocurrió el 15 de febrero, hasta de opinar sobre el meteorito caído en Rusia.
Luego de concluir su mandato, el pasado último de noviembre, Calderón fue arropado por la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachussets, en Estados Unidos, donde pasa una estancia académica en compañía de su familia y es visitado por algunos de sus ex colaboradores.
Desde allá, el ex mandatario mexicano suele emitir mensajes a través de Twitter, abordando diversas temáticas y, durante febrero, de los 54 mensajes, emitidos entre el 1 y el 26 de febrero, destinó apenas cinco mensajes a sus actividades en la mencionada universidad estadounidense, en contraste con los 20 que dedicó a explicar sus decisiones y los resultados de su programa “Todos somos Juárez”.
El asunto que más tuits y retuits ocupó al ex presidente fue sobre las condiciones migratorias y el permiso que dio Cuba a la disidente Joani Sánchez, para salir de su país en contraste con un solo mensaje de solidaridad con los trabajadores y las familias de Pemex, tras el siniestro del complejo administrativo, sobre el que exigió una investigación seria y transparente.
A pesar de que con frecuencia opina sobre diferentes aspectos noticiosos, tras la detención de su amiga, Elba Esther Gordillo, optó por el silencio.
En realidad, lo que tenga que “enseñar” a Felipe Calderón a los académicos y estudiantes de Harvard así como a los que estén dispuestos a desembolsar 150 mil dólares para escucharlo por unas cuantas horas en vez de usar ese dinero para tomarse unas vacaciones principescas en Europa o en Brasil, tal vez sea algo que valga la pena escuchar pero para saber como NO gobernar a un país y como NO incurrir en los mismos yerros y desmanes incurridos por Felipe Calderón y sus colegas de la derecha ultraconservadora.
Quizá más que todo lo anterior, lo que más pueda preocupar a los docentes y los funcionarios de Harvard es que continúan creciendo los rumores persistentes de que, mucho antes de que Felipe Calderón dejara la Presidencia y dejara al país en ruinas convertido en zona de guerra con la economía estancada, altos funcionarios del gobierno mexicano estuvieron viajando en secreto a los Estados Unidos y se estuvieron entrevistando con funcionarios “clave” de Harvard que podían encargarse de arreglarle una acogida para el aún Presidente que estaba por huir de su propio país, y supuestamente como parte de estos “arreglos” hubo sobornos multimillonarios de por medio, lo cual de ser cierto implicaría que la putrefacción calderonista logró pudrir también a lo más granado del medio académico norteamericano, pudriendo todo lo que toca (al inverso del Rey Midas que convirtió en oro todo lo que tocaba aunque al final le costó morir de hambre). Hasta la fecha no ha sido posible confirmar tales rumores, como tampoco había sido posible confirmar en el pasado el entonces rumor acerca de la enorme cifra de desaparecidos durante el trágico sexenio calderonista, y si hay algo de fondo detrás de todo esto la única esperanza y posibilidad de que se pueda saber la verdad es que en algún momento algún “traidor” abra la boca poniendo en la picota no solo a Felipe Calderón sino también a aquellos funcionarios de Harvard que podrían haberse prestado a los enjuages a cambio de un genero$$$o reconocimiento. Lo que sí es un hecho es que desde mucho antes de que Felipe Calderón preparara sus maletas para largarse de México hacia los Estados Unidos, ya se tenían las garantías de que el estudiantado latinoamericano en Harvard, específicamente el estudiantado mexicano, estaría “domesticado” y “controlado”de varias maneras en Harvard para hacerle la vida menos difícil y mucho más llevadera a Felipe Calderón en dicha universidad, y el encargado de recurrir a todas las técnicas de persuasión disponibles para tales efectos resultó ser nadie menos que un nieto del derechista ultraconservador Lorenzo Servitje Sendra (patriarca del grupo Bimbo), Guillermo Lerdo de Tejada Servitje, presidente de una organización estudiantil llamada “Asociación de Estudiantes Mexicanos de la Universidad de Harvard” o HUMA (Harvard University Mexican Association of Students), lo cual demuestra que hasta allá llega el poder y la influencia de los poderes fácticos de México.
Si Felipe Calderón al igual que Don Porfirio Díaz no regresa nunca más a México y se la pasa el resto de su vida en el extranjero viviendo un exilio dorado con su opípara pensión presidencial vitalicia, posiblemente muchos mexicanos no lo echarían de menos sino que inclusive se lo agradecerían, incluyendo a miles de panistas y neo-panistas que aunque hoy se proclamen “priistas” y “peñistas” seguramente estarán en la lista de desempleados en los seis años por venir (o acaso por varias décadas) y que lo culpan directamente por haber “regresado al PRI a Los Pinos”.
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