sábado, 9 de junio de 2012

El talón de Aquiles de Peña Nieto

Aunque el pasado a veces se antoja distante, tiene la curiosa propiedad de que puede regresar de varias maneras al presente para causar incomodidades y problemas en el tiempo presente en personajes que quisieran olvidarlo por completo. Uno de los mejores ejemplos de ello en la actual contienda electoral presidencial en México debe serlo la manera en la cual Enrique Peña Nieto como Gobernador del Estado de México manejó el asunto del conflicto en San Salvador Atenco en el 2006, lo cual está regresando como el coco para quitarle a Peña Nueto horas de sueño justo cuando más necesita estar descansado y relajado para poder enfrentar las marejadas que lo están arrastrando hacia aguas turbulentas. El siguiente trabajo resume la manera en la cual el haber recurrido al gran garrote en el 2006 tiene en jaque al que todavía hasta hace algunos meses era el puntero indiscutible en casi todas las encuestas de opinión en la carrera hacia la Presidencia de la República:

Memorias de una infamia
Atenco no se olvida
Adolfo Gilly
LA JORNADA
9 de junio del 2012

Fue hace seis años, un jueves 4 de mayo, en plena campaña electoral presidencial del año 2006. La Jornada registró día con día la represión policial contra el pueblo de San Salvador Atenco lanzada por el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, y el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Vicente Fox. Ambos, hoy unidos en la campaña presidencial, han asumido públicamente la autoría y la responsabilidad de aquellos hechos.

Hubo dos jóvenes muertos, de 14 y 20 años; incontables pobladores golpeados y humillados; muchas casas cateadas, destrozadas por dentro, robadas; más de 200 detenidos con violencia.

Hubo 12 pobladores encarcelados por más de cuatro años. En julio de 2010 la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró su inocencia y ordenó su liberación. ¿Quién les devolverá esos cuatro años de su vida?

Hubo, infamia específica nunca castigada, decenas de mujeres violadas, vejadas y humilladas por las fuerzas policiales de Fox y Peña Nieto. Los responsables dicen que fueron “excesos”. Nadie ha sido castigado desde entonces.

He vuelto a las páginas de La Jornada de esos días. Esta es una selección de sus crónicas, memorias de una infamia que los jornaleros, con oficio y coraje, registraron.

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5 de mayo de 2006

Tres mil policías en la incursión

Con saña, la toma de Atenco: 110 detenidos más

A las cinco y media de la mañana del jueves 4 se cerró la pinza policiaca sobre San Salvador Atenco. Media hora más tarde se registró el primer enfrentamiento para dejar libre la vía Texcoco-Lechería. En el poblado, la operación se dio por varios flancos. Hubo un bombardeo incesante de gases lacrimógenos. En términos generales, los ejidatarios opusieron poca resistencia. De inmediato se desataron una serie de razzias y múltiples cateos de viviendas en las que se aprehendía a los moradores. Éstos eran brutalmente golpeados y arrastrados en vilo hacia las camionetas oficiales. Según reportes, hasta el momento hay 217 personas encarceladas en los dos días de violencia.

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7 de mayo de 2006

La Jornada recibió cartas de ejidatarios apresados. Estos son fragmentos de las misisvas enviadas desde el penal de Santiaguito, estado de México:

“Forzaron las entradas de las casas de al lado para acceder por las azoteas. Ya dentro, golpearon con toletes y armas a los compañeros que se encontraban en los cuartos, inclusive a los que estaban heridos. Con las mujeres cometieron bajezas, como bajarles el brassier y manosearles los senos y sus partes íntimas. No pararon de golpearnos hasta subirnos a los camiones. Algunos fuimos arrastrados escaleras abajo y pateados sin compasión en el piso. [...] En los camiones empezaron las amenazas de muerte. Nos percatamos de que los granaderos estaban drogados. Con las compañeras empezaron las agresiones y el abuso sexual. [...]

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8 de mayo de 2006

Consignadas, 189 personas por delincuencia organizada

La Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) consignó este domingo a las 189 personas que permanecen detenidas por los operativos policiacos del 3 y 4 de mayo pasados en Atenco y Texcoco, acusadas de delincuencia organizada, con lo que ninguno de los encarcelados en el penal de Santiaguito podrá obtener su libertad en lo inmediato, ya que este ilícito es considerado grave por el Código Penal mexiquense. [...] La abogada Bárbara Zamora [...] calificó de “infamia” acusar de delincuencia organizada a personas que fueron sacadas “con brutalidad de sus casas”.

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Ciudadanas españolas dan cuenta de vejaciones a manos de policías

María Sastres y Cristina Valls son dos ciudadanas españolas que el pasado miércoles se encontraban en San Salvador Atenco. [...] Deportadas, La Jornada las entrevistó en Barcelona. Se dijeron “ultrajadas” y “muy afectadas” por lo ocurrido en San Salvador Atenco.

Cuando entró la policía al pueblo "nos tiraron de todo gases lacrimógenos, nos dispararon con balas y con todo. [...] Al final una señora nos abrió la puerta de su casa y nos refugiamos unas ocho personas". [...] "Finalmente nos encontraron y nos agarraron; nos pusieron a todos con la boca al suelo, nos taparon la cara con capuchas y nos ataron las manos en el propio patio de la casa".

Las vejaciones más flagrantes se produjeron cuando las subieron a un camión junto a varias decenas de personas: “Nos metieron en un camión, donde nos empezaron a golpear todo el tiempo con las porras y con patadas. Además de que nos insultaban muchísimo, a nosotras por ser españolas nos llamaban etarras, putas y más cosas. Después nos cambiaron a un camión más grande, donde pasaron lista a todos –creo que éramos 38– y nos agredieron sexualmente a las mujeres”.

Sobre las vejaciones sexuales que sufrieron, María Sastres cuenta: "Nos hicieron de todo, y como estábamos encapuchadas no veíamos quiénes eran; cuando mucho veíamos el suelo lleno de sangre y escuchábamos los gritos de dolor de la gente. No quiero entrar en muchos detalles sobre las agresiones sexuales, pero nos quitaron la ropa, nos la rompieron, nos pasaban la mano muchos policías y prefiero ya no decir más cosas. [...] Si intentábamos hablar con algún compañero nos pegaban, nos volvían a insultar y se reían de nosotros".

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9 de mayo de 2006

Violaron a varias chavas camino al penal

Desde Chile, deportada, en entrevista con Blanche Petrich, la estudiante de cinematografía Valentina Palma denunció:

“Puedo decirlo con absoluta certeza: a varias chavas arrestadas en Atenco, con las que compartí cerca de 12 horas de prisión en Almoloyita, las habían violado durante el traslado del lugar de arresto al penal. Más de cinco, sin duda.

“Las chavas que yo vi lloraban mucho; estaban ensangrentadas, tenían la ropa desgarrada. Una llevaba los calzones rotos, la entrepierna del pants de la otra estaba totalmente descosida. Nadie decía la palabra violación, pero eso es natural. Las mujeres, cuando salen de un episodio así, lo bloquean. Y no quisieron que las revisara el médico legista. Una lo expresó así: ‘ya me metieron mano, no voy a abrirme de piernas para que me esculque otro más’. Porque no había una doctora. Era un médico sin sensibilidad y en extremo malhumorado”.

La estudiante del Centro de Capacitación Cinematográfica narra su detención:

"Nos llevaron a un costado de la iglesia, donde ya había muchos detenidos, y nos obligaron a arrodillarnos. Nos seguían golpeando. [...] Me robaron todo: documentos, mi material, la cámara. Luego nos subieron a una camioneta. Me arrojaron sobre unos cuerpos ensangrentados. Uno de los uniformados me ordenó que pusiera la cara contra el piso, pero había un charco de sangre. Como me resistí aplastó mi cabeza con su bota. Ahí empezó el abuso sexual". [...] Cuando llegaron al penal y los bajaron del autobús, Valentina llevaba los pantalones a las rodillas y el cuerpo manchado de sangre, propia y ajena. [...]

Al bajar de los camiones, “nos taparon la cabeza y nos hicieron pasar entre dos hileras de policías que nos pateaban. Nos separaron a hombres y mujeres. Ahí vi a una policía y me dije ‘gracias, al fin’. Pero ella, apenas me vio, dijo: ‘déjenme a esta perra’, y me empezó a golpear con las manos en los oídos. Cuando me ingresaron vi a las chavas con los pantalones y la ropa interior rotos, llorando mucho. Éramos 25 o 30 mujeres, muchas en shock. Conozco esa reacción, la crisis después de un episodio de violación. Al menos dos sufrieron violación con penetración, aunque nadie pronunciaba esa palabra. Una contó que el hombre que la agredió le ordenaba decirle ‘jinete’ y se burlaba”.

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La Jornada y El Universal publicaron en esos días una carta fechada el 13 de mayo de 2006, firmada por 2 mil 500 mujeres, de la cual se reproduce un extracto:

“Las 2 mil 500 mujeres que firmamos esta carta: académicas, actrices, bailarinas, cineastas, diputada, diseñadoras, escritoras, estudiantes, feministas, fotógrafas, médicas, diseñadoras, miembros de ONG, museógrafas, músicas, pintoras, periodistas, profesionistas, religiosas, restauradoras, etcétera:

“Expresamos nuestra indignación y horror ante la violencia, los abusos sexuales y las violaciones ejercidos por las policías estatal y federal contra las mujeres detenidas en Atenco el 3 y 4 de mayo. [...]

“Son públicos los testimonios de Valentina Palma, estudiante chilena ilegalmente expulsada; de Cristina Valls y de María Sastres, ciudadanas españolas expulsadas. Las tres declaran que las manosearon, abusaron, golpearon, insultaron y humillaron de todas las maneras. Es público el testimonio de dos estudiantes, todavía detenidas, que refieren lo mismo. Todas dicen que eso les pasó a todas las presas, que lo oyeron y las vieron llegar al penal llorando y con la ropa desgarrada, contando lo que les pasó. [...]

“Las autoridades han empezado a decir que se trata de mentiras y propaganda y que como no hay denuncias no se puede investigar. Pero “sí hay denuncias formales, hasta ahora 23 casos denunciados más las tres expulsadas. [...] Estamos ante la violación tumultuaria por personal policiaco en servicio. [...] No se trata aquí de que cada una de las mujeres vejadas denuncie. Se trata de que se castigue a todos los responsables. [...]

“Nosotras creemos el testimonio de las mujeres violadas. Sabemos lo difícil que es denunciar, que faltan las palabras para expresar lo vivido. Y sabemos que pueden recibir amenazas. Les ofrecemos solidaridad, respeto y apoyo. [...]

"Exigimos castigo a los responsables directos y a sus mandos. Lo exigimos no sólo porque es claramente de justicia, sino porque este creciente empleo del abuso sexual por la policía debe detenerse cuanto antes. No podemos admitir que se vuelva habitual y las mujeres en México tengamos que vivir con su amenaza, esa otra amenaza más".

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Estas son las memorias. Atenco no se olvida.

Efectivamente, Atenco no se olvida. En aquél memorable viernes negro, los estudiantes de la Universidad Iberoamericana la refrescaron la memoria a Enrique Peña Nieto sobre lo que sucedió en aquél entonces. El presidente nacional del PRI respondió afirmando anacrónicamente usando lenguaje del pasado que las reacciones en contra de Peña Nieto eran agresiones orquestadas por porros, sin darse cuenta de que los estudiantes ni eran de la UNAM ni era 1968 ni 1971, lo cual no hizo sino caldear más los ánimos y generar una reacción más dura aún en contra de Peña Nieto.

Entendiblemente, el PAN no ha querido utilizar en su feroz guerra sucia mediática y sus campañas negras en contra del candidato priista Enrique Peña Nieto el espinoso asunto de San Salvador Atenco, porque en este asunto tanto el PRI como el PAN fueron de la mano en los hechos ocurridos. Para el PAN atacar a Peña Nieto por este asunto sería tanto como cometer suicidio, hacerse el hara-kiri japonés, es por esto que la candidata de la ultraderecha Josefina Vázquez Mota ha estado bien calladita sobre el asunto.

Una de las consecuencias del fantasma de San Salvador Atenco sobre Enrique Peña Nieto sumado al desplome en su posición en los sondeos de opinión a causa de la despiadada guerra sucia que le encausó el PAN en su contra recurriendo a otros argumentos es que ha tenido que enfrentar decisiones sumamente duras que no lo hubieran sido tanto si no tuviera ese espectro montado sobre sus espaldas. La primera decisión tuvo que ver con la respuesta que tenía que darle a la invitación que se le hiciera para participar en un tercer debate presidencial convocado por #Masde131. En condiciones tan desfavorables, asistir al encuentro habría preparado a Peña Nieto para una crucifixión en el foro de los debates que podría bajarlo por debajo del mismo López Obrador. Decidió negar su asistencia. Pero al declinar la invitación, Peña Nieto dejó abiertos casi todos los flancos para ser torpedeado por su ausencia al debate, desde ser acusado como un cobarde carente de propuestas y argumentos hasta ser acusado como alguien que se esconde por temor a enfrentar públicamente la parte de la responsabilidad que necesariamente le toca por el asunto de San Salvador Atenco. En rigor de verdad, no importa que decisión hubiera tomado Peña Nieto sobre esto, ambas opciones eran malas, y parece haber decidido ir por lo que habrá considerado como la opción “menos mala”.

El día 19 de junio del 2012, la fecha programada para la celebración del tercer debate presidencial, sin duda alguna la ausencia de Enrique Peña Nieto será la más visible y obvia de todas, porque será el único candidato presidencial de los cuatro que no se presentará al debate . Su lugar vacío será el centro de atención no solo de los asistentes al evento sino de todo México. Llamará la atención mucho más de lo que tengan que decir los otros contendientes a la Presidencia de México. Y ese lugar vacío le podría terminar costando más caro de lo que se imagina. Basta con hacer un repaso de lo sucedido en el 2006 cuando un malaconsejado Andrés Manuel López Obrador incurrió en el mismo error dejando su tribuna vacante en el primer debate presidencial convocado por el IFE, lo cual lo dejó abierto a todo tipo de críticas tanto del PRI como del PAN que de acuerdo a varios analistas terminaron minándole la amplia ventaja que llevaba en los sondeos de opinión. Felipe Calderón capitalizó de inmediato en dicha ausencia diciendo: “Sabemos que el candidato del PRD no vino a este debate porque no tiene propuestas viables, porque el derecho de debatir es un derecho de los ciudadanos, de ti, no de los candidatos, y hasta en eso prefiere darte la espalda”.

Y aunque Peña Nieto se negó a asistir al tercer debate presidencial convocado por #Masde131, ya no está en condiciones de zafarse del segundo debate presidencial convocado por el IFE porque hacer tal cosa seguramente le terminaría costando muy caro en las urnas, se le acabaron las opciones, ya no le quedan ases bajo la manga justo cuando más los necesita, aunque de cualquier modo si en vez de tener una actuación pulcra y convincente comete fallos y no va bien preparado a dicho debate su asistencia al mismo posiblemente no lo ayudará mucho, como lo destaca la siguiente editorialista:

La pesada loza de Peña Nieto
Jesusa Cervantes
Agencia APRO
9 de junio del 2012

Con una caída en picada en las preferencias electorales y una pesada loza a cuestas de exgobernadores del PRI vinculados presuntamente con el narcotráfico, Enrique Peña Nieto llega al segundo y último debate presidencial este domingo.

El 6 de mayo, el candidato priista inició su participación en el debate, engallado y seguro. Pero la percepción de la ciudadanía fue modificándose en la medida que Andrés Manuel López Obrador evidenció su relación con el expresidente Carlos Salinas de Gortari y el haber protegido a su antecesor en el Estado de México, Arturo Montiel.

Sin embargo, el bono otorgado por GEA-ISA de 20 puntos arriba de su más cercana competidora, en ese momento Josefina Vázquez Mota, le permitió darse el lujo de no avasallar en el primer debate.

Ahora, la situación es complicada para Peña Nieto. En primer lugar trae el fantasma del movimiento juvenil, #YoSoy132 que por asamblea, decidió mantenerse como anti Peña debido a que fue eso lo que le dio origen.

La persecución que ha tenido de parte de los jóvenes en cada ciudad que se presentaba para hacer mitin, le hizo perder a Peña Nieto por lo menos 10 puntos en las preferencias electorales.

Y por si fuera poco, la DEA y el gobierno federal mexicano hicieron el uno, dos para señalar al exgobernador del PRI en Tamaulipas, Tomás Yarrington y al sucesor de éste, Eugenio Hernández, posibles vínculos con el crimen organizado.

Y si a eso se suma que exfuncionarios de Yarrington hoy forman parte de la estructura nacional el PRI y de la campaña de Enrique Peña Nieto, entonces sí que se puede entender la complicada situación en que se encuentra el candidato tricolor.

Por ejemplo, encargada de una circunscripción en la campaña está Paloma Guillén, quien fungiera como secretaria de gobierno del tamaulipeco señalado por la DEA. Antes, en el mismo cargo estuvo Baltazar Hinojosa, quien hoy tiene a cargo otra de las circunscripciones para organizar la campaña de Peña Nieto.

La cereza del pastel, que resulta un colaborador incómodo para el mexiquense, es el presidente de la Comisión de Justicia del PRI, Horacio Díaz.

Las consideraciones de Yarrington hacia Horacio Díaz hicieron pensar a más de un analista que sería su delfín, sin embargo el exgobernador cambió la dirección hacia Eugenio Hernández.

Pero a Horacio Díaz no lo desamparó, le dio dos cargos en su gabinete, primero como titular de Desarrollo Social y luego como secretario de Educación en el estado.

La importancia de Horacio Díaz radica no sólo porque es el presidente de la comisión encargada de suspender a su exjefe los derechos políticos como militantes, sino que además se ha convertido en uno de los notarios favoritos del propio Enrique Peña Nieto e incluso se le liga con la hoy candidata al gobierno del Distrito Federal, Beatriz Paredes Rangel.

En el caso de Peña, Horacio Díaz, quien es notario y cuenta con dos notarías en el Distrito Federal, fue quien el 19 y el 30 de abril pasados dio fe de la firma de dos compromisos de Peña Nieto: el primero, la creación del Instituto para Emprendedores; el segundo, otorgar computadoras portátiles a los niños de 5 y 6 años de primaria.

En el caso de Beatriz Paredes, fue el propio Horacio Díaz quien dio fe de la residencia de la priista en el Distrito Federal por más de cinco años, requisito indispensable para poder competir por la candidatura al interior de su partido.

Este es el fardo con el que llega Peña Nieto al segundo y último debate organizado por el Instituto Federal Electoral: el repudio estudiantil que representa 24 millones de votantes, los posibles vínculos con el narcotráfico de exgobernadores priistas y el tener a gente de confianza de éstos en su equipo de campaña.

Y por si fuera poco, Peña Nieto llega sin los 20 puntos de ventaja del primer debate; ahora, según la encuesta del diario Reforma, está a cuatro puntos de distancia por arriba de Andrés Manuel López Obrador. En tanto que los números de Televisión Azteca marcan siete puntos de diferencia.

La cara bonita de Peña Nieto no bastará para que convenza en este último debate, en donde por cierto debe buscar reposicionarse para, en dado caso de que el gobierno se decida, dar la última estocada: sacar nuevos expedientes contra otros dos exgobernadores del PRI.

Y para poder hacer frente a los nuevos embates del gobierno federal, Peña Nieto deberá tener una pulcra y convincente actuación, aunque a estas alturas resulta harto difícil.

El siguiente analista ya lanzó la primera voz de alerta sobre la manera en la cual todo lo que se le ha estado juntando le podría terminar costando a Peña Nieto la Presidencia de México que creía tener asegurada en sus manos:

Finalmente los errores le costaron a Peña Nieto
Jesús Cantú
El Siglo de Torreón
3 de junio del 2012

En las últimas dos elecciones presidenciales los candidatos que encabezaban las preferencias electorales al inicio de las campañas no ganaron la elección y todo parece indicar, que ésta será la tercera ocasión que esto suceda.

En el 2000, las campañas iniciaban oficialmente en enero y, en esos momentos, el priista Francisco Labastida, contaba con el 49% de las intenciones de voto; Vicente Fox, candidato de la Alianza por el Cambio, con el 37; y Cuauhtémoc Cárdenas, de la coalición Alianza por México, 12; al final el resultado fue Fox, 42; Labastida, 36; y Cárdenas, 17.

En el 2006, las campañas también empezaban en enero y, en ese momento, el candidato de la Coalición por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, contaba con el 39% de las preferencias electorales; Felipe Calderón, del PAN, con el 31; y Roberto Madrazo, de la coalición Compromiso por México, 29%. El resultado final fue Calderón, 35.89%; López Obrador, 35.31%; y Madrazo, 22.26%.

Y, en este caso, aunque las campañas iniciaron formalmente hasta el 29 de marzo, en enero la distribución de preferencias electorales era Enrique Peña Nieto, de la coalición Compromiso por México, 50%; Josefina Vázquez Mota, del PAN, 28; y Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Movimiento Progresista, 22. En marzo, cuando iniciaron formalmente las campañas electorales, los porcentajes eran: 48, EPN; 29, JVM; y 23, AMLO.

Hasta hace unos días todo parecía inmutable. Como en el 2000, hasta el famoso pre debate o en el 2006, hasta antes de la ausencia de AMLO en el primer debate. Los candidatos que encabezaban las preferencias electorales, parecían tal como lo decía López Obrador, en el 2006, indestructibles, por más errores y pifias que cometieran las preferencias electorales no se movían.

Pero la encuesta que publicó el diario Reforma el jueves pasado, mueve todo el escenario, pues define claramente una disputa por la Presidencia de la República entre dos punteros: Peña Nieto y López Obrador y la diferencia entre ellos es de apenas 4 puntos porcentuales, es decir, está dentro del margen de error que específica el mismo periódico de 2.9 puntos porcentuales, lo cual indicaría que la votación mínima que podría obtener Peña Nieto, tomando los números de la encuesta, es de 35% (en el resultado le dan 38%) y el máximo que podría obtener López Obrador, es de 37% (en la encuesta aparece con 34), como puede verse los intervalos se traslapan.

La caída de Peña Nieto es más que explicable: primero fueron sus errores en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco, en octubre del año pasado; después, los escándalos en los que se vio envuelto el presidente del CEN priista, Humberto Moreira, por el excesivo endeudamiento al que llevó al gobierno de Coahuila, durante su gestión; más adelante, todavía, su negativa a asistir a foros donde no tuviera el absoluto control de preguntas e intervenciones; y, finalmente, su visita a la Universidad Iberoamericana, con todo lo que desató.

En las últimas dos semanas a las movilizaciones juveniles se le sumaron las denuncias, primero en el vecino país del norte y, posteriormente, aquí en México, en contra primero de Tomás Yarrington y hoy, todo hace suponer, también de Eugenio Hernández, los dos últimos ex gobernadores de Tamaulipas y, que fueron precisamente, los que permitieron que los cárteles de la droga tomaran el control de Tamaulipas.

Además los priistas y Peña Nieto, en particular, deben lamentarse de haber roto la alianza electoral con el PANAL, pues más allá de que al final Elba Esther Gordillo, de la orden a sus huestes de votar por Peña Nieto, hay ya un porcentaje, que hoy debe oscilar entre 2 y 3 puntos porcentuales, que mantendrá su voto por Gabriel Quadri, ya que en realidad es un voto en contra del sistema de partidos y de todo lo que eso representa, pues el candidato logró recoger ese voto de inconformidad en el primer debate.

Así, lo que se veía hace apenas unas semanas, como inevitable, hoy ya no lo es. El debate ya no era quién ganaba la elección presidencial, sino si el PRI y su aliado el PVEM, lograban también la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado. Hoy la moneda está en el aire, la citada encuesta indica que hay un empate en la lucha por la Presidencia de la República.

La encuesta indica que López Obrador logró capturar el voto del 43% de los llamados independientes, que representa el 42% del total del electorado (de acuerdo a la misma encuesta); contra el 26%, de Peña Nieto; el 21, de Josefina; y el 10, de Quadri.

Así que la disputa real se centrará en este 42% del electorado y, principalmente en el 13% (es el 31% --que suman Josefina y Quadri, del 42% de independientes), que es el que hasta hoy se define por alguna de las otras dos opciones; más el 21%, que de acuerdo a la misma encuesta no declaró preferencia. Esto suma todavía una tercera parte del electorado, que hoy puede moverse por distintas razones.

Todo indica que el próximo 1 de julio el escenario será muy similar al del 2 de julio del 2006, al menos en lo que concierne a los resultados electorales, con la diferencia que ahora serán el PRI y el PRD, los protagonistas.

Si Enrique Peña Nieto desde sus años mozos quería ser Presidente de México, posiblemente un manejo diferente del asunto de San Salvador Atenco en el 2006 no lo tendría hoy seis años después clavado entre la espada y la pared obligándolo a tomar decisiones sumamente duras. Tal vez había otras opciones, como abrirse al diálogo con los manifestantes yendo personalmente todos los días al lugar de los hechos, tenderles la mano y entablar una comunicación diaria con ellos para desactivar la bomba, o abriendo las puertas del palacio de gobierno a representantes de los manifestantes en vez de recurrir al gran garrote que si bien puede resolver conflictos temporalmente las consecuencias a largo plazo pueden terminar siendo peores que la solución. Hoy Enrique Peña Nieto ya no puede hacer nada de lo que pudo haber hecho en el 2006, es demasiado tarde para ello. Y seguramente, muchos de los habitantes de San Salvador Atenco están alistando sus credenciales de elector para presentarse a las urnas el próximo primero de julio del 2012 para ajustar con Enrique Peña Nieto cuentas pendientes. Esto, independientemente de que muchos electores al ir a votar recordarán el lugar vacante que dejó Peña Nieto el 19 de junio del 2012, el único aspirante a la Presidencia de México que no asistió al debate. Y ciertamente, no habrá entre los otros tres aspirantes presidenciales alguno que lo querrá defender en su ausencia.











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POST SCRIPTUM:


Tal y como se habia anticipado, en el tercer y último debate presidencial llevado a cabo, convocado no por el IFE sino por los estudiantes del movimiento #YoSoy132, lo más visible de todo fue la silla vacía que estaba preparada para el candidato priista Enrique Peña Nieto:





el cual argumentó que, pese a que el debate se llevaría a cabo en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal para garantizar cierto grado de imparcialidad y objetividad, ya tenía predispuestos de antemano en su contra a los integrantes del movimiento de estudiantes que lograron la concreción del último debate previo a las elecciones presidenciales. En relación a la silla vacía, un editorialista nos comparte la siguiente opinión:

El menosprecio de Peña Nieto
José Gil Olmos
Agencia APRO
20 de junio del 2012

Una silla estuvo vacía la noche del martes 19 en el debate organizado por el movimiento de estudiantes. Estaba reservada para Enrique Peña Nieto que despreció la invitación, con el argumento de que los jóvenes estaban en su contra y no había condiciones de imparcialidad y neutralidad. Pero en el fondo el priista tuvo miedo de ser cuestionado, de ser inquirido por adolescentes que no tienen intenciones aviesas, sino que piden respuestas a problemas que hay que resolver de inmediato.

Peña Nieto no atendió la invitación. Su silla estuvo vacía por varias horas y las preguntas que se le hicieron nunca tuvieron respuesta. Al no asistir al debate organizado por el movimiento #YoSoy132 el candidato presidencial del PRI mostró su menosprecio no sólo por los jóvenes, sino por la ciudadanía, por aquellos que no están de acuerdo con él y a los que trata de ignorar.

Desde que los estudiantes irrumpieron en el escenario social y político, los priistas han manifestado su menosprecio por estos jóvenes que han expresado de manera clara su hartazgo por la corrupción, la represión y la manipulación de la información de gran parte de los medios, principalmente Televisa, a favor del aspirante presidencial del PRI.

Cuando se manifestaron en la Universidad Iberoamericana el viernes 11 de mayo, los dirigentes priistas los quisieron anular calificándolos de “porros”, incluso pusieron en duda que fueran estudiantes. A partir de entonces no han quitado el dedo de encima, los ven como enemigos y los tratan como tal, a pesar de que dicen respetarlos y de asegurar que son aporte al proceso democrático del país.

Con sus artimañas de antaño basadas las mentiras repetidas hasta la saciedad, así como en perjurios y difamaciones (“difama que algo quedara”), el PRI y el equipo de Peña Nieto soltaron a sus fieras para denostar al movimiento juvenil más importante desde 1968 e incluso intentaron infiltrarlo. Pero estas tentativas fueron infructuosas y tuvieron un efecto contrario a las pretensiones de disminuir la presencia y el impacto del movimiento estudiantil, que de manera vertiginosa creció en las escuelas públicas y privadas de la Ciudad de México y en muchas otras del país.

Su presencia fue tan fuerte e importante que lograron que Televisa incluyera en sus noticieros las manifestaciones en las calles y plazas, y también que tres de los cuatro candidatos presidenciales accedieran a un debate, el primero organizado desde la sociedad civil.

No obstante, los intentos del PRI por bajarles su perfil protagónico siguieron. Un día antes del debate organizado por los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, los priistas desplegaron una campaña mediática y acusaron que el #YoSoy132 es manipulado por gente cercana de Andrés Manuel López Obrador.

Manuel Cossío Ramos, integrante del movimiento, grabó ilegalmente unas conversaciones con Saúl Alvídrez, estudiante del Tec de Monterrey, en las cuales presumía sus presuntas relaciones con la izquierda y con gente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Pero casi de inmediato otros jóvenes revelaron en las redes sociales que Cossío estaba relacionado con un grupo que encabeza Emiliano Salinas Occeli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari.

El movimiento #YoSoy132 desde sus inicios se declaró apartidista, pero también anti Peña Nieto por la corrupción que representa. La presencia masiva de la juventud estudiantil mexicana ha sido una de las expresiones más valiosas en esta campaña en la que la manipulación informativa ha sido la principal herramienta de la alianza PRI-Televisa para imponer a Peña Nieto en la silla presidencial.

Es tan fuerte e importante su expresión que el menosprecio del candidato presidencial priista al no asistir al debate que organizaron tendrá un costo alto, aun cuando no se refleje en las encuestas que se publican precisamente en aquellos medios y articulistas que están con Peña Nieto, a pesar de que se disfracen de ser críticos, imparciales y objetivos.

Los jóvenes estudiantes ya tienen un lugar en el escenario nacional y tendrán que ser tomados en cuenta, no importa quién gane la Presidencia de la República. Ese ya no es un problema para ellos, su reto es la organización y trascender lo inmediato para convertirse en una especie de bisagra de la puerta que lleva a la consolidación del proceso de transición democrática.

Marginados, ninguneados, menospreciados por la clase política en general, hoy los jóvenes son el principal actor del cambio. Bajo esta afirmación, si ya no siguen manifestándose en las calles, si ya no se les ve en estos días en los principales noticieros de Televisa y TV Azteca, eso no significa que ya no existan, que ya se rindieron, porque su actuación más importante se dará en las casillas el 1 de julio, votando o vigilando la votación, erigiéndose, posiblemente, en el fiel de la balanza que dará la victoria al próximo presidente de México.

Aunque el debate no pudo ser visto en vivo por todos los interanautas interesados en verlo en virtud de las fallas técnicas a través de YouTube que estuvieron marcando un error de transmisión (al principio existió la sospecha de que además de las fallas técnicas inherentes a la transmisión del evento hubo también un sabotaje deliberado para impedir la transmisión en vivo por Internet de un evento histórico que habría opacado enormemente el poder disuasivo del duopolio televisivo, aunque no hay algo firme que apoye esta hipótesis), de cualquier modo el paso que se dió marca un hito para la construcción de una verdadera democracia en México:

Logra hasta 100 mil espectadores
J. Estrada/D. Rea
Agencia REFORMA
20 de junio del 2012

Organizado por el Movimiento #YoSoy132 a contrarreloj y con escasos recursos, el debate de ayer entre tres de los cuatro candidatos presidenciales –con el sillón vacío de Enrique Peña Nieto como reproche silencioso– logró un pico de casi 100 mil espectadores durante su transmisión en vivo por YouTube.

Plantados ante decenas de cámaras y micrófonos, cinco alumnos de la Ibero y el ITAM fueron firmes al responder “no” a la solicitud de televisoras de utilizar directamente la señal de las cámaras instaladas en el set adaptado en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

La negativa, remarcaron, no era un capricho, sino un acto de congruencia con una de las demandas centrales del movimiento: la democratización de los medios de comunicación. Por eso, se mostraron inflexibles: la transmisión del debate por YouTube tenía que respetarse.

En la víspera del debate, la lluvia torrencial parecía un mal augurio para la transmisión del diálogo, pues había dudas sobre la capacidad de la red para soportar una audiencia de varios miles de usuarios de Internet conectados simultáneamente

Dudas que terminaron justificándose desde los primeros minutos de transmisión del encuentro, con imágenes congeladas de los candidatos y preguntas y respuestas escuchadas a medias.

Un total de 50 estudiantes estuvieron a cargo de la organización, que se concretó en dos semanas de trabajo, con recursos mínimos, el respaldo de la CDHDF y el apoyo probono de la empresa productora.

Desde que arrancó, la transmisión fue atropellada y algunas de las preguntas de los estudiantes no se escucharon. Los organizadores recorrían preocupados la sala de prensa y ante el fracaso de la transmisión de video, optaron por difundir sólo el audio.

Los estudiantes confiaban en la transmisión del debate desde Internet. La única condición era que la conexión de los espectadores tuviera una velocidad de 6 megas por segundo. El problema es que la velocidad requerida es en México una excepción, pues el promedio nacional de conexión es de 1.8 megas y el país ocupa el último lugar de la OCDE en velocidad de conexión.

Los organizadores del evento estaban que no cabían en sí del gozo ante la respuesta obtenida:

Histórico, el debate entre presidenciables, festeja #YoSoy132
Santiago Igartúa
Agencia APRO
20 de junio del 2012

Al mediodía de este martes, un numeroso operativo de seguridad ya flanqueaba la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), sede del primer debate presidencial organizado por ciudadanos, una victoria del movimiento estudiantil #YoSoy132.

La presencia de los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y del Estado Mayor Presidencial (EMO) daba cuenta del inédito suceso.

No hubo demostraciones públicas a las puertas del inmueble ubicado sobre avenida Universidad. Si acaso, una veintena de muchachos, ajenos al movimiento estudiantil, transitaron fugaces entre porras al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.

Todo fue en calma. No fue hasta las 19:25 que se vio movimiento entre la prensa, cuando apareció Gabriel Quadri, seguido por la panista Josefina Vázquez Mota.

El candidato de Nueva Alianza (Panal) descendió de su VW blindado, con más escoltas que la panista. Esta vez no apareció el personaje de la combi.

La candidata del partido en el gobierno caminó de su camioneta al auditorio “Digna Ochoa” en soledad, posando para las cámaras.

El último en llegar a la cita fue Andrés Manuel López Obrador, en su auto compacto color blanco, acompañado de su hijo Gonzalo. Presuroso, el tabasqueño no reparó ante la prensa.

Los tres candidatos, y el ausente Enrique Peña Nieto, tenían a su disposición un pequeño sillón de cuero, apostados frente a un fondo negro con los logos del movimiento estudiantil.

Cercanos entre sí, les explicaron el formato de un debate que, rígido en los tiempos, al mismo tiempo era desenfadado en la interacción con los jóvenes y entre ellos mismos.

Comenzó el encuentro y ahí se apagó la novedad. La transmisión, improvisada para Internet, fue inhábil. Algunas cadenas noticiosas de televisión decidieron a última hora que darían difusión al debate. No se les permitió por la premura.

La prensa que cubrió el evento tuvo que refugiarse en las cadenas de radio dispuestas y entre imágenes congeladas como decoración.

Así transcurrieron dos horas, con tres fases de debate, el mismo número de moderadores y la selección de 36 preguntas para los cuatro candidatos, incluido el que rechazó el diálogo, de entre más de 70 mil que llegaron a los organizadores por medio de un moderador tecnológico.

Al término del debate, los jóvenes celebraron su triunfo.

En rueda de prensa, cercana ya la medianoche, Ana Rolón, de la Ibero, tomó la palabra: “Fue exactamente lo que esperábamos, un espacio de diálogo y debate. Un espacio neutral, donde se viera la imparcialidad, y lo logramos. Es un día histórico”, declaró, y mandó un mensaje al candidato priísta, que dejó un hueco que se hizo notar:

“Nosotros le garantizamos que sería un debate imparcial y así lo fue, como estudiantes críticos que somos. Es una lástima que no lo tuvimos en ese sillón”.

Rodrigo Serrano dimensionó el logro de su andar como movimiento. Regresó el tiempo al día después del viernes 11 de mayo cuando, en el desdén de los medios, inició todo:

“Hace cinco semanas estábamos haciendo un video en Youtube, y ahora estamos saliendo del primer debate presidencial ciudadano, organizado por estudiantes. Es impresionante”.

Sandra Patargo narró el momento en que se apagaron las cámaras, en el auditorio “Digna Ochoa” de la CDHDF:

“Cuando las cámaras se apagaron, los jóvenes festejamos con los candidatos por este momento histórico. Nos tomamos una foto con ellos. Hubo aplausos, risas. Los equipos de campaña que estuvieron presentes hoy nos dijeron que habíamos garantizado la neutralidad que nosotros prometimos. Salieron contentos, triunfantes y listos para seguir dialogando con la juventud”.

Arturo Cuevas dijo que los candidatos se llevaron las preguntas dirigidas a cada uno para ser respondidas por las casas de campaña a la ciudadanía.

Y aclaró: “Uno de los candidatos que más le llegaron preguntas no estuvo presente. Le vamos a hacer llegar este fólder a Enrique Peña Nieto, a nombre de todos los jóvenes y la ciudadanía de México. A él se le hicieron mil 15 preguntas y se votaron 45 mil 200 veces esas preguntas. Mañana acudiremos a entregar estas preguntas al CEN del PRI”.

Andrés Torres habló del 19 de junio, que aún corría, como una fecha que no se va a olvidar:

“Nos tacharon de porros, nos tacharon de acarreados, nos tacharon de poco críticos, nos tacharon de intolerantes, pero no lo somos, y hoy lo demostramos con el primer debate ciudadano en la historia de este país. Demostramos que somos estudiantes críticos trabajando por la construcción de un mejor país”.

Como cifras preliminares, dieron cuenta de 112 mil personas que entraron directamente en Youtube para atestiguar el debate, sin contar las páginas que lo retomaron, las cadenas de radio y eventos masivos donde se proyectó el encuentro.

A partir de esta noche el debate se puede observar íntegro en la red. “Creemos que va a tener un alcance brutal”, dijeron los organizadores.

De los problemas técnicos en la transmisión, que entorpecieron la difusión del debate y provocaron la desesperación en las redes sociales, ofrecieron una disculpa, no sin hacer un deslinde:

“La transmisión estuvo bien, lo que no es el ideal es la calidad del Internet y la necesidad de mejores comunicaciones en México. Es esa una de las demandas del movimiento”, explicó a la prensa Ana Rolón.

Sobre las limitaciones a algunas televisoras para tomar directamente la señal de la transmisión, los integrantes de #YoSoy132 dijeron no ser incongruentes con sus principios de democratizar los medios:

“Por eso escogimos la transmisión por Internet, para que todos los medios pudieran tener el alcance. No se les permitió por cuestiones técnicas, de operatividad y seguridad de un escenario ya montado. Debido a la petición abrupta, no se pudo planear. La plataforma no es antidemocrática. Todo el mundo pudo acceder a esto y va a poder verse a posteriori. Ya no es nuestro, es de quien quiera verlo, analizarlo y discutirlo”, explicó Rodrigo Serrano.

Con el debate a contracorriente, con pocos recursos, aclararon que su costo de operación fue de “cero pesos. Jamás fue financiado por ninguna empresa. La sede no cobró y la plataforma tampoco”.

Tampoco quisieron revelar qué productora llevó el encuentro, si bien rechazaron que fuera Epigmenio Ibarra quien se encuentra detrás del evento.

Sobre los videos que aparecieron un día previo al debate, relacionando al movimiento estudiantil con López Obardor, Sandra Patargo destacó:

“Estamos más fuertes que nunca. El resultado es el día de hoy. Qué mejor logro que este. Que nos sigan pegando lo que quieran, porque vamos a seguir alzando la voz por la democratización del país, sin importar a quién le pueda doler”, advirtió.

Por su parte, otro conocido editorialista nos externa las siguientes observaciones favorables al debate organizado por la juventud estudiosa de México en cuyas manos quedará depositado el futuro de la Nación:

#YoSoy132: lecciones del debate
Adolfo Sánchez Rebolledo
LA JORNADA
21 de junio del 2012

El debate organizado por el movimiento #YoSoy132 deja una lección inmediata: la democracia exige naturalidad en las formas. Hablar, discutir, responder a las inquietudes públicas debería ser la actividad principal de los candidatos en tiempos de campaña. Pero no es así: hay una clara desconexión entre los temas de la agenda promovida por los partidos o los equipos de campaña y las cuestiones que de un modo u otro conmueven a la ciudadanía. Los candidatos sólo hablan de los asuntos que tienen masticados, pero vuelan por encima de los detalles, dejando esa sensación de superficialidad que parece insuperable. Peroran, no dialogan. Han perdido la capacidad de emocionar al auditorio: no comunican ideas y apenas tocan sentimientos poderosos. Salvo el miedo, recurso final del soliloquio antidemocrático que deambula como un fantasma ubicuo e inasible, predomina el valemadrismo sustentado en la desconfianza. La política sigue al dinero filtrado a través de redes clientelares o campañas mediáticas bien orquestadas para crear la imagen del elegido o deformar la del adversario. Así, el discurso electoral se ha burocratizado en homenaje último a la mercadotecnia, al espot, esto es, a la repetición machacona de ciertas frases que no invitan a reflexionar. La encuesta deviene propaganda, argumento sustituto del verdadero debate. Todos los protagonistas, comenzando por los partidos y las instituciones, han renunciado a la pedagogía democrática siguiendo la avidez mediática. La competencia, con mayúsculas, se ubica como razón y verdad de la democracia… y de la vida. En su nombre todo se vale, todo se justifica, aunque se erosionen los fundamentos de la convivencia y nadie trabaje para el día después, cuando extenuada, la sociedad deba volver a la “normalidad”.

Por eso, lo nuevo no está en las palabras de los candidatos, las cuales casi podríamos repetir de memoria, sino en la actitud de los convocantes al debate realizado en la sede de la Comisión de Derechos Humanos del DF, los estudiantes del #YoSoy132. Fuera del desastre técnico que fue la transmisión, el hecho es que lograron crear un ambiente muy diferente al que prevaleció en los dos encuentros oficiales. Lejos de la rigidez acostumbrada, a los candidatos se les presentó una batería de preguntas elaboradas por ciudadanos comunes y corrientes, tamizadas, claro, por un grupo académico ad hoc. Y ellos mismos las presentaron en tono respetuoso, sin falsos formalismos. Tutearon a los candidatos en gesto de llaneza igualitaria, pero no se abstuvieron de sujetarlos a las condiciones pactadas cuando se requirió. Hubo más libertad, aunque los aspirantes no se salieron del guión un milímetro. Fue notoria la intención de eludir el debate-espectáculo por el que apostaron afamados comentaristas mediáticos, no sin intencionalidad de favorecer por esa vía a alguno de los contendientes. Y eso hay que agradecérselo a los organizadores. Resultó muy saludable que uno de los moderadores dijera que ellos aspiraban a un debate de ideas en lugar de los ataques ad hominem de los que gustan ciertos estrategas. Incluso les advirtió que estaba autorizado a interrumpir a quien incurriera en esas prácticas vergonzosas.

Esa manera de entender lo que está en juego es la que le da al #YoSoy132 un lugar especial en esta campaña. A pesar de la ofensiva para desnaturalizar su actuación, hechos como el debate prueban que bajo la frescura reconocible de los jóvenes hay una postura firme, sustentada en contenidos democráticos, articulados por un discurso coherente cuya importancia nadie debería desechar. Ni siquiera Peña Nieto, que anteayer dejó la silla vacía.

En cuanto al debate como tal, se puso de manifiesto la diferencia que marca estas elecciones y, en general, la vida pública mexicana. López Obrador sostuvo que el uno por ciento que quiere imponer al próximo presidente “es el mismo que aplica las prácticas monopólicas, no sólo en medios, sino en bancos e incluso hasta en los alimentos, siempre protegidos por el gobierno federal”. No plantea una revolución; ni siquiera una reforma integral de la distribución del ingreso. Quiere limpiar a las instituciones de la corrupción, evitar el despilfarro de los recursos, poner a la gente a producir bienes para el consumo nacional, en fin, utilizar los instrumentos que la Constitución contiene para que el Estado sea promotor del desarrollo y la equidad. Los otros candidatos, en cambio, defienden la privatización de la economía siguiendo la línea adoptada hasta hoy. No hay grandes contradicciones entre ellos, por más que Peña Nieto sueñe con una presidencia intocable. El PRI y el PAN están obsesionados por romper los monopolios del Estado, o sea, Pemex, para dar juego a la iniciativa privada en el gran negocio de los energéticos. López Obrador se opone con toda su fuerza y declara: “El petróleo no es del gobierno, es de la nación”. Esa es la verdadera manzana de la discordia, el punto de partida de las alternativas que se presentan a la elección ciudadana. La presencia de una nueva generación en la vida pública aportará, sin duda, nuevos elementos de juicio, pero sobre todo traerá algo muy importante: seriedad, que no se confunde con la solemnidad. Los estudiantes reivindicaron la generosidad y el desprendimiento para entender que lo que está en juego es más importante que el éxito personal de los políticos. La movilización iniciada en la Ibero puede ser el mejor legado de estas lecciones. Es una apuesta por el futuro.