sábado, 20 de diciembre de 2008

Yunquista inquieto

Aunque la ayuda que Felipe Calderón recibió de la extrema derecha de México fue invaluable para poder instaurarse como Presidente de México, no siendo él mismo un juramentado de algunas de las sociedades secretas de la ultraderecha mexicana afines a la Organización Nacional del Yunque hizo lo posible ya como Presidente para distanciarse de esta fauna peligrosa, sólo para terminar dándose cuenta de que no se los podrá quitar de encima por lo que resta de su sexenio. Sin embargo, sus intenciones de independizar a su infiltrado Partido Acción Nacional aunque fuese un poco de los neo-Nazis mexicanos encubiertos de hoy, terminaron costándole un distanciamiento en el que la cabeza más visible de los ultras de México, Manuel Espino Barrientos, el “líder moral” del Yunque la ha tomado en contra de la poca gente que le sigue siendo leal a Felipe Calderón, como podemos verlo en la siguiente nota:

Abre fuego Espino vs. calderonistas
Agencia Reforma
19 de diciembre del 2008

El ex líder nacional del PAN, Manuel Espino, acusó a la actual dirigencia blanquiazul, encabezada por Germán Martínez, y a los “autodenominados calderonistas”, de formar un grupo faccioso que subordina el partido al Gobierno, otorga cargos a incondicionales y genera divisiones en los estados.

“Son los autonombrados calderonistas. Se han convertido en un grupo faccioso dentro del partido. (¿?) Es el grupo que ha inventado los temas del Yunque. (¿?) Ha inventado los temas del grupismo dentro del partido, pero sin ninguna justificación, y ellos se han erigido en un grupo cerrado, faccioso, con una visión patrimonialista. (¿?)

“Se sienten dueños del partido, dueños del gobierno y eso es peligroso para el país, para el gobierno y para el partido”, arremetió en entrevista con Reforma.

Consideró que el discurso de unidad de la dirigencia de Martínez es sólo retórica.

“Bastó un año para alejarnos de nuestra vocación humanista, solidaria, democrática, que él mismo proponía retomar como si se hubiese perdido en los años previos”, arremetió.

A partir de enero, Espino regresa al CEN panista y desde ahora advierte a Germán Martínez cuál va a ser su tarea para la elección de los candidatos que competirán en 2009.

“Me reincorporo al PAN para exigir congruencia, exigir que sean los mejores candidatos, no los amigos de los que están en el CEN, no los que están en el Gobierno.

“También voy a exigir que no bloqueen a las personas identificadas con Manuel Espino por el solo hecho de que una vez colaboraron con él, como presidente del partido, o porque son amigos.

“(La actual dirigencia) ha optado por una estrategia que privilegia el amiguismo, los compadrazgos. A los que se muestran incondicionales se les promueve a las candidaturas, se les conceden para fortalecerlos en sus estados, eso ha sucedido en Durango, en Chiapas, en Nuevo León.

“A los amigos del calderonismo se les concede el privilegio de proponer delegados federales, que no en pocos casos usan la nómina federal para someter voluntades de panistas”, acusó.

La vocalidad desmedida de Manuel Espino Barrientos no le sirvió de mucho para que desde la dirigencia nacional del PAN se le postulase como candidato plurinominal (sin tener que someter su candidatura a la aprobación popular) al cargo de Diputado federal, con el resultado de que en el próximo Congreso de la Unión no estará presente ocupando una curul el ultraderechista más reconocible de México. De cualquier manera, en su búsqueda por una “chamba”, un “hueso” para estar royendo el presupuesto por tres años dentro del gobierno federal, Espino Barrientos no parece haber recibido mucho apoyo de los otros ultraderechistas que comulgan con su ideología y que están incrustados dentro del PAN, por el simple hecho de que Espino Barrientos está ya demasiado identificado con el Yunque por más que insista en seguirlo negando. El tenerlo como cabeza visible en un puesto público no conviene en estos momento a los intereses actuales de la organización en general dado lo “chamuscado” que está. Posiblemente algún día llegue la oportunidad de que pueda ser recompensado por su lealtad incondicional a la extrema derecha que él representa, incluso con un cargo como el de Secretario de Gobernación, pero hoy no es ese día. Y es que, aunque cada día controlan más y más, aún no lo controlan todo, y la falta de apoyo para asegurarle un alto puesto en el gobierno federal es la mejor prueba de ello. Naturalmente, queda la posibilidad de que el pueblo de México despierte a grado tal que pueda descarrilarles a los ultraderechistas sus proyectos de establecer en México un gobierno paralelo secreto, en cuyo caso se tendrán que ir a su casa, Espino Barrientos entre ellos, a planear y maquinar algún otro plan de acción, que es lo único para lo que son realmente buenos.