jueves, 29 de diciembre de 2011

Ultras judíos

La lucha por el respeto a la igualdad y los derechos civiles de los individuos frecuentemente empieza cuando alguien tiene los suficientes pantalones para fajárselos ante quienes lo están humillando y desafiar un estado de cosas que otros aceptaban estoicamente como parte de un modo de vida.

Un ejemplo de ello es el caso de la norteamericana de color Rosa Parks. En sus tiempos en los que el racismo era práctica rutinaria en los estados sureños en los cuales la demente sociedad supremacista blanca Ku Klux Klan (inspirada en las mismas teorías raciales del ultraderechista y antisemita dictador alemán Adolfo Hitler) hacía lo que se le diera en gana, había una política en el uso de los autobuses públicos que dictaba que los asientos frontales de los autobuses estaban reservados única y exclusivamente para los blancos, mientras que los negros y las negras (hasta los ancianos y ancianas) estaban obligados a cederle su asiento a los blancos y moverse a los asientos traseros cuando no había suficientes asientos frontales en los autobuses para los blancos. Al tocarle su turno a Rosa Parks de someterse a esta aberrante humillación, ella tuvo el valor de negarse a agachar su cabeza y ponerse de rodillas ante quienes insistían en humillarla, aunque su atrevimiento le costara ir a la cárcel. Y de hecho, fue enviada a la cárcel en castigo a su osadía. Sin embargo, este acto de socarrona rebelión detonó algo trascendental que ni siquiera la misma Rosa Parks se imaginó que detonaría, la lucha frontal y directa de la comunidad negra en los Estados Unidos por el respeto absoluto e incondicional hacia los derechos humanos de los negros. De no haber sido por la "rebelde" Rosa Parks, posiblemente Barack Obama no sería hoy el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Lo que Rosa Parks puso en marcha fue nada menos que un verdadero terremoto social sin disparar una sola bala, algo que cimbraría a la racista comunidad anglosajona sureña y que cimbraría al país entero modificando eventualmente la actitud y el modo de pensar de toda una nación.

Recientemente, en Israel, se dió un caso en donde una mujer valerosa de nombre Tanya Rosenblit:



puesta en una situación casi idéntica a la que enfrentó Rosa Parks en los Estados Unidos, se negó terminantemente a moverse a la parte trasera del autobús, desafiando la costumbre ultraortodoxa de ortodoxos como los haredim que imponen una segregación estricta de sexos hasta en los autobuses públicos con las mujeres tratadas como si fueran ciudadanas de segunda clase:





Los judíos ultraortodoxos representan un verdadero dolor de cabeza para la población israelí que no comulga con el extremismo dogmático de estos fundamentalistas, los cuales frecuentemente tienen enfrentamientos con la policía en sus cruzadas para imponer su voluntad sobre los demás.

Tanya Rosenblit tuvo la valentía de decir ¡NO!, lo cual detonó un verdadero escándalo cuando los ultras judíos se presentaron en masa para tratar de obligarla a ceder ante los dictados de los fundamentalistas ortodoxos. A Tanya Rosenblit no le importaron las consecuencias en contra de ella que su desafío pudiera acarrearle, ella simplemente al igual que Rosa Parks tuvo el suficiente coraje para hacer valer su dignidad humana ante un segmento de la población israelí que ya está empezando a hartar a muchos hasta la coronilla.

Tras la negativa de Tanya Rosenblit de ceder a las presiones de los fundamentalistas ortodoxos, aparecieron notas como la siguiente:

Van mujeres israelíes contra ultraortodoxos
Agencia EFE
27 de diciembre del 2011

Miles de israelíes se manifestaron ayer en la ciudad de Bet Shemesh, al suroeste de Jerusalén, contra la exclusión hacia las mujeres tras los recientes sucesos en los que varias de ellas han sido discriminadas y agredidas en actos públicos y autobuses por la comunidad ultraortodoxa.

Convocada bajo el lema de “Venimos a dispersar la oscuridad”, según una máxima de la fiesta judía de Janucá que concluye mañana, miles de mujeres y hombres se concentraron en una céntrica explanada de esa ciudad para demandar justicia y que las autoridades hagan cumplir la ley.

“Hay un profundo cambio que no hemos visto, y que comienza por colegios en los que no se enseña a los niños sionismo, (por gente) que piensa que las mujeres no valen y que creen que pueden quemar mezquitas”, dijo en el acto la jefa de la oposición y dirigente del partido Kadima, Tzipi Livni, al denunciar recientes actos de discriminación sexual, étnica y religiosa.

En el acto de protesta participaron políticas de distintas formaciones, entre ellas la ministra de Cultura, Limor Livnat, del partido gobernante Likud, y la jefa del Partido Laborista, Sheli Yejimovich.

Poco antes de la convocatoria, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se sumó a las críticas y aseguró en un discurso que “la exclusión de la mujer de los espacios públicos contradice el espíritu del judaísmo y los principios democráticos sobre los que fue fundado el Estado de Israel” .

“He pedido a todos los organismos que pongan fin a este fenómeno, y que lleven ante la justicia a todos los que difamen y ataquen a las mujeres” , afirmó durante una comparecencia en un concurso de Biblia.

Bet Shemesh, de unos 80 mil habitantes, se ha convertido en el símbolo de la lucha contra la discriminación porque su creciente población ultraortodoxa ha impuesto en los últimos años unas normas de conducta que incluyen la separación entre sexos en colegios, calles y centros públicos. “No puede ser que día tras día tenga que planificar el recorrido que voy a seguir por la calle para no encontrarme a los ‘negros’ (ultraortodoxos, por el color de sus ropas)”, denunció Rajel Sanker, de 52 años, una de las vecinas de la ciudad que ha sufrido este tipo de agresiones.

El caso más reciente de discriminación y acoso contra las mujeres en Beit Shemesh lo sufrió una niña de ocho años de edad a la que un ultraortodoxo escupió por considerar que no iba vestida con el suficiente recato.

Horas antes de la manifestación el presidente del Estado de Israel, Simón Peres, llamó a la ciudadanía - “religiosos, seculares y tradicionalistas” - a defender la naturaleza del Estado de Israel frente a un pequeño grupo que compromete la solidaridad de la nación”.

Pero el problema de la segregación se ha expandido estos últimos años a otras comunidades e instancias públicas. En el Ejército, símbolo de la igualdad en la sociedad israelí, han sido denunciados varios casos en los que oficiales y soldados religiosos exigieron que soldadas mujeres no cantaran en ceremonias públicas por estar prohibido según las normas más estrictas judías.

Denuncias similares se han registrado contra varias alcaldías, instituciones y hasta empresas privadas que prohibieron la participación de mujeres en actos públicos o en campañas de publicidad para no irritar a la comunidad ultraortodoxa.

Dicha comunidad salió ayer a las calles de Bet Shemesh a protestar violentamente y ayer consiguió que la manifestación fuera trasladada del patio de un colegio para niñas a otro lugar más alejado de sus barrios.

Aún es prematuro saber los alcances que tendrá la negativa de Tanya Rosenblit en acceder a las imposiciones de los ultras ortodoxos, aunque su desafío ha desatado ya un debate nacional en el que quienes no comulgan con las creencias fundamentalistas de los ultras ortodoxos ya no están tan dispuestos a seguirles aguantando sus imposiciones y sus costumbres (las trenzas que se dejan caer hasta los hombros así como la indumentaria con la que se identifican ni siquiera era una indumentaria propia de los tiempos de Moisés, ya que en los tiempos bíblicos nadie, absolutamente nadie, se vestía de esa manera).

Los judíos ultraortodoxos tienen, desde luego, pleno derecho a vivir su vida como ellos quieran vivirla, al igual que les asiste como padres de familia todo el derecho del mundo de educar a sus hijos como les dé la gana metiéndole a sus propios hijos en sus cabecitas todo el material doctrinario y religioso que les quieran meter. Y si en un momento dado se quieren encerrar en una cueva para darse latigazos en sus espaldas como lo hacen los musulmanes, obligando a sus esposas y a sus hijos a hacer lo mismo, también están en su derecho (bueno, sobre esto último, tal vez no, habría que ver lo que las autoridades israelíes dirían al respecto). Pero la carta de derechos de los judíos ultraortodoxos ciertamente no es extensible hacia otros que no formen parte de su club, israelitas como Tanya Rosenblit que están empezando a decir valerosamente ¡ya basta!

Benito Juárez, el Benemérito de las Américas, tenía una sabia observación al respecto: “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Tal vez ya es hora que los ultras de Israel vayan aprendiendo el valor de esta máxima pronunciada por un célebre indígena de Oaxaca y que la vayan aplicando en sus vidas cotidianas. O dicho de otra manera: “Tú déjame vivir mi propia vida como se me dé la gana, y yo te prometo que jamás me meteré contigo y te dejaré vivir la tuya propia también como se te pegue en gana”.





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POST SCRIPTUM:


No sólo en las extremas derechas y en las extremas izquierdas hay individuos con complejos mesiánicos que apoyándose en lo que creen que son “revelaciones místicas espirituales venidas del más allá”, ponen manos a la obra tomando decisiones que los pueden arrastrar no solo a ellos mismos sino a millones de sus compatriotas a un precipicio sin fondo. Un ejemplo de ello es la reacción de algunos funcionarios altos del gobierno de Israel ante el programa nuclear de Irán. Ya se ha hablado previamente cómo, independientemente de que los sucesos en el Medio Oriente tal vez hayan sido previstos y anticipados cientos de años atrás por seres privilegiados con ciertos dones que desafortunadamente el resto no compartimos, lo que está sucediendo actualmente en esa región del mundo como consecuencia del fundamentalismo del gobierno de Irán y la actitud abiertamente anti-israelí de su líder, Mahmoud Ahmadinejad, se está acercando al equivalente de un demente que se está poniendo a jugar con cerillos encendidos cerca de un barril de pólvora. En esta situación, una sobrerreacción ante la amenaza lejos de apaciguar un poco la cosa puede terminar resultando no en un loco sino en dos o más que se están poniendo a jugar con cerillos encendidos cerca del barril de pólvora sin ponerse a reflexionar por un instante en que, si explota el barril de pólvora, los dos volarán en mil pedazos, ya que los fenómenos naturales no tienen por norma respetar o hacer distingos basados en cuestiones de raza, religión o creencias, son la cosa más democrática y más universal que pueda haber. Con el agravante de que, a diferencia de la pólvora, la región puede quedar radioactiva e inhabitable por cientos de años tanto para los iraníes como para los israelís, lo cual equivaldría, en efecto, a cerrar el último capítulo de la Biblia. El resto del mundo puede, desde luego, meterse en el asunto haciendo escalar el conflicto a proporciones planetarias, o puede quedarse cruzado de brazos viendo cómo los fundamentalistas de Irán y aquellos funcionarios israelís intransigentes con complejos mesiánicos se acaban mutuamente y acaban de paso con sus respectivos países convirtiendo a “la tierra que mana leche y miel” en un paraje estéril que quedará desolado e inhabitable por muchos años, limitándose a darles desde lejos un compadecido “adiós” y quizá levantándoles algunos monumentos a la estupidez humana. ¡Vaya manera de suicidarse!





Aunque una cantidad considerable de analistas dan por hecho de que Israel cuenta con bombas termonucleares en su arsenal (lo cual nunca ha sido ni negado ni aceptado oficialmente por el gobierno israelí), suponiendo ciertas las afirmaciones Israel ha actuado responsablemente al no haber utilizado dichas armas manteniéndolas a buen recaudo bajo siete llaves. Sin embargo, sólo se requiere de los servicios de algún político de alto rango con complejos mesiánicos y con capacidad para esta toma de decisiones para sacar esas armas del armario y usarlas sin meditar a fondo las consecuencias a largo plazo. (En cierta forma, esto debe recordar lo sucedido en México cuando, después de apoderarse de la Presidencia de México en una forma muy cuestionada, con escasa credibilidad acerca de la legalidad de su investidura y con acusaciones de fraude electoral pesando sobre su conciencia, el hombre de las derechas y las ultraderechas Felipe Calderón ávido de legitimarse y de demostrar con decisiones espectaculares que él merecía ser Presidente se trasladó a Michoacán para tratar de legitimarse con una acción espectacular, sacando al Ejército mexicano de los cuarteles e iniciando su guerra de legitimación en contra del narco. Más de cinco años después, la guerrita iniciada por Calderón tenía contabilizados más de 60 mil cadáveres además de las viudas y huérfanos detrás de esas decenas de miles de muertos, sin que ello haya producido escasez alguna en el mercado de drogas ilegales ni haya disminuído el consumo de las mismas y sin que la estructura financiera de los capos de la droga se haya visto afectada de modo significativo, descalabros que pese a todo no son reconocidos ni aceptados por Felipe Calderón que terminó creyéndose escogido por la Divina Providencia sobre el resto de los mexicanos y puesto en la silla presidencial de México -con fruade electoral y campañas negras y toda la cosa- para así poder dar inicio a tan desastrosa guerrita. Resulta difícil determinar si al dejar su descalabrada administración Felipe Calderón requerirá un confinamiento a un sanatorio psiquiátrico por su propio bien, aunque esto no será ya consuelo alguno para las miles de víctimas colaterales que la instalación en Los Pinos de este ungido trajo consigo.)

La siguiente nota asienta las preocupaciones de algunos funcionarios prominentes de los servicios de inteligencia de Israel de que, encima de los fundamentalistas chiitas de Irán, también en Israel hay unos que presuntamente enceguecidos por complejos mesiánicos similares le están haciendo el juego a los iraníes, aumentando el peligro de una confrontación nuclear que puede terminar acabando con el Medio Oriente bajo un holocausto nuclear que, irónicamente, pondría a todos en paz en esa parte del mundo por vez primera. La paz de los sepulcros, esto es.

Ex-espía israelí advierte en contra una guerra “mesiánica” con Irán
Agencia REUTERS
28 de abril del 2012

Un ex jefe de espías israelí ha calificado a los líderes de su país de incompetentes para hacer frente al programa nuclear iraní por lo que describió como "sentimientos mesiánicos" detrás de sus amenazas de lanzar un ataque militar preventivo contra Irán.

Otros veteranos también han realizado recientemente críticas contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y su ministro de Defensa, Ehud Barak, pero las declaraciones del ex jefe de inteligencia nacional Yuval Diskin fueron especialmente duras.





“No tengo fe en el primer ministro, ni en el ministro de Defensa”, dijo Diskin, que renunció como jefe del Shin Bet hace un año, en un discurso transmitido parcialmente el sábado por Radio Israel.

“Realmente no tengo fe en unos líderes que toman decisiones a partir de sentimientos mesiánicos”, afirmó.

Los términos catastróficos con los que Netanyahu y Barak describen la perspectiva de un Irán dotado con armas nucleares han generado preocupación en Israel y el exterior, ante la posibilidad de un ataque militar contra un programa de enriquecimiento de uranio que Teherán describe como pacífico.

Las potencias mundiales están intentando controlar las ambiciones nucleares de Irán a través de sanciones y en mayo se reanudarán unas negociaciones multilaterales con la república islámica.

Aunque Israel ha amenazado con lanzar un ataque preventivo si la diplomacia no arroja buenos resultados, algunos expertos creen que se podría tratar de una estrategia para presionar a Irán, lo que hace más difícil interpretar la serie de comentarios realizados por responsables de seguridad.

Las declaraciones de Diskin se producen días después de que el jefe militar de Israel, el teniente general Benny Gantz, dijera que Irán era “muy racional” y que era poco probable que elaborase un arma nuclear desafiando a la comunidad internacional, aparentemente desestimando los argumentos a favor de un eventual ataque.

Al aludir la retórica del fervor religioso que los israelíes normalmente asocian a los enemigos islamistas, Diskin se mostró aun más crítico con Netanyahu y Barak.

“Los he visto de cerca (...) No son personas en las que yo, personalmente, confiaría como capaces de liderar a Israel en un evento de tal escala (como un ataque preventivo contra Irán)”, sostuvo.

La oficina del primer ministro y el Ministerio de Defensa no respondieron inmediatamente a las declaraciones de Diskin.

En los tiempos de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, hubo quienes propusieron otra manera más cuerda de arreglar los diferendos entre ambas potencias sin recurrir a la amenaza de una guerra nuclear y sus desastrosas consecuencias, consistente en arreglar en un ring de box un match pugilístico entre los líderes de ambas naciones dándoles la oportunidad de defender el honor nacional pegándose duro entre ambos con todo, y al concluír la pelea no habría más lesionados que los dos arriba del ring, proclamándose un ganador y un perdedor posiblemente tendido sobre la lona sin necesidad de tener que andar quemando átomos o el presupuesto nacional. A como están las cosas en el Medio Oriente, tal vez los iraníes y los israelíes deberían de darle una consideración muy seria a esta posibilidad que seguramente hasta el mismo Moisés aprobaría.



martes, 20 de diciembre de 2011

Orígenes ocultos del genocidio del 68 - 6a parte



Se ha dado hasta este punto la reproducción íntegra de un documento original de la época, el cual retrató en forma fidedigna los inicios del conflicto estudiantil en 1968.

Es un hecho perfectamente documentado y corroborado por numerosos testigos y reporteros de medios informativos que los hechos que culminarían en la gran y terrible masacre de Tlatelolco comenzaron casi inocentemente el 22 de julio de 1968 con un partido de football callejero celebrado entre alumnos de una preparatoria particular incorporada a la UNAM (la Isaac Ochoterena) y de la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que jugaban en la Plaza de la Ciudadela (irónicamente, el mismo sitio que 55 años antes se cubrió de cadáveres durante los eventos de la llamada “Decena Trágica” por culpa directa del traidor General golpista Victoriano Huerta tan admirado en los círculos secretos de la extrema derecha contemporánea de México) a causa de una falta cometida sobre uno de los jugadores desencadena un pleito entre los jovencitos. Los jóvenes que terminaron peleándose entre sí no eran ni comunistas, ni masones, ni agentes de la KGB soviética, ni agitadores profesionales, y mucho menos judíos conspirando para derrocar al gobierno de México e instalar “un gobierno marxista”. Eran jóvenes peleando entre ellos como puede ocurrir y ocurre en cualquier juego callejero en cualquier ciudad del mundo. El pleito principal fue entre dos pandillas: “Los Arañas” y “Los Ciudadelos”, encabezadas respectivamente por Alfonso “El Johnny” Torres Saavedra. Y aunque esperaban un supuesto ataque de los porros de la preparatoria 5, comandados por “El King Kong” y “El Superman”, estos nunca llegaron ése día. La siguiente toma fotográfica documenta el pleito callejero entre los jóvenes:





En contraposición con las alarmistas versiones oficiales usadas para justificar una represión militar brutal como las que se darían tiempo después en Chile y Argentina, una represión alimentada con la histeria de una supuesta subversión e insurrección comunista para derrocar al gobierno de México e instalar en su lugar una dictadura totalitaria de corte estalinista, en ninguna parte del documento reproducido en las entradas anteriores se ven ni masones, ni judíos, ni marxistas cuya presencia en el conflicto pudiera dar pie para suponer como ciertas las burdas patrañas ultraderechistas de una “gran conspiración judía masónica comunista” propaladas en la literatura de corte extremista que ya circulaba a raudales en aquellos días. Y sin embargo, tales patrañas fueron las que movieron a fin de cuentas al régimen autoritario de Gustavo Díaz Ordaz, que junto con el hijo predilecto y distinguido de Jalisco Marcelino García Barragán asumieron el papel de gorilas en la errada creencia de que realmente estaban salvando a México (y salvándose a sí mismos y a sus familiares cercanos) de la susodicha conspiración judía a la cual el tirano alemán Adolfo Hitler incapaz de admitir error alguno en sus últimos momentos de locura le echó toda la culpa de su derrota, una conspiración que nunca existió por haber nacido como resultado de uno de los fraudes literarios más grandes de todos los tiempos. Al final de cuentas, para lo único que sirvió el aplastamiento ejercido con toda la brutalidad concebible por chacales adiestrados para tal efecto fue para darle tiempo a las fuerzas ocultas que ya estaban infiltrando las instituciones gubernamentales para irse posicionando mejor llevando a cabo algo que nadie ajeno a la conjura creería posible de que fuera llevado a cabo, continuándose con la incrustación de peligrosos caballos de Troya en posiciones clave del gobierno y de la sociedad. Ellos fueron al final de cuentas los únicos beneficiarios. El aplastamiento ni siquiera sirvió para abrir a México a una verdadera y auténtica democracia, ya que después del genocidio las cosas siguieron igual que antes, para beneficio de los verdaderos conspiradores que continuaron usurpando las debilidades inherentes del régimen de partido único en beneficio propio. Consumada la terrible masacre aquél 2 de octubre de 1968, sobre la cual ya se ha escrito mucho material en otras fuentes y bitácoras como para tener que repetirlo todo aquí, es menester voltear los ojos a la ciudad de Guadalajara en donde nació y creció la terrible conspiración que hoy asola a toda una nación. Con los ríos de mucha sangre inocente aún fresca sobre el suelo de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, aparecieron en los periódicos de la ciudad de Guadalajara unos desplegados en donde la Universidad Autónoma de Guadalajara sin empacho alguno felicitaba abiertamente al Ejército mexicano por haber puesto las cosas “en orden”, al gusto del neofascismo mexicano (en realidad, estas felicitaciones no estaban dirigidas a los soldados de base, a las tropas de infantería, ni siquiera a los sargentos o los tenientes que no tenían en sus manos la autoridad para llevar a cabo sin una orden superior una carnicería como ésta, las felicitaciones estaban encausadas al General Marcelino García Barragán al cual se le daba mérito y gloria por haber “salvado” a México). Y estas felicitaciones calurosas dadas por la Universidad Autónoma de Guadalajara al Ejército mexicano por haber llevado a cabo la feroz masacre en contra de estudiantes de la UNAM se dieron en los mismos meses en los que la Universidad Autónoma de Guadalajara se estaba promocionando a sí misma buscando atraer nuevos estudiantes con el señuelo mercadotécnico de que los estudiantes que graduaran de la UAG recibirían títulos profesionales expedidos por la misma UNAM. Igual o hasta peor que el perro que muerde la mano al que le da de comer, mostrando la típica ingratitud que distingue a la gente que ha decidido adoptar la mentalidad de la extrema derecha.

Todas las evidencias graficas que pudieran ser encontradas por los agentes y las fuerzas gubernamentales fueron destruídas en su totalidad porque los planificadores de la matanza sabían perfectamente que estaban incurriendo en crímenes de lesa humanidad, y al igual que los Nazis alemanes que procedieron a desmantelar a toda prisa los hornos crematorios en los campos de concentración para borrar las huellas físicas de su gigantesca maquinaria de muerte, los Nazis mexicanos hicieron la misma cosa para no dejar mucho con lo que pudieran ser juzgados en un futuro cercano como lo que realmente eran, unos psicópatas desbocados dando rienda suelta a su insania criminal. De cualquier modo, no se puede considerar completo este trabajo sin incluír algunas de las poquísimas evidencias gráficas que milagrosamente se salvaron de la amplia destrucción llevada a cabo por los agentes del gobierno diazordacista, las cuales dan fé muda de que los simios entrenados de la soldadesca mexicana para tal matanza se comportaron como verdaderos cerdos carniceros mostrando una falsa valentía en contra de jóvenes que no podían responderles con ningún tipo de armamento. Quien aún crea ilusamente que es posible entablar algún tipo de diálogo con gente que ha sido indoctrinada con propaganda de la extrema derecha, trátese de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, trátese de militantes de la poderosa Organización Nacional del Yunque, trátese de cualquiera de sus organizaciones satélites, o trátese de gente al servicio incondicional de ellos dentro o fuera de las instituciones gubernamentales, debe estudiar estas fotografías detenidamente para tomar plena conciencia de que cualquier tipo de diálogo con esta gente de mentalidad cerrada es imposible:

























Contrariamente a lo que puedan sugerir o pregonar en su propaganda enajenante y en sus libros doctrinarios los alucinados revisionistas de la extrema derecha, los que fueron masacrados brutalmente con plena alevosía y ventaja en Tlatelolco en 1968 no eran “agentes subversivos del marxismo al servicio de la Unión Soviética“”, tampoco eran judíos Haredim convocando a una rebelión para derrocar al gobierno unipartidista de México con la finalidad de tratar de fundar una enclave sionista en el corazón del país, y mucho menos eran masones. Eran jóvenes y niños. Eran el futuro de México. Ninguna “gran conspiración judía masónica comunista”. aquí. Simple y sencillamente fue una masacre atroz ordenada por gente paranoica que estaba convencida en las mismas ficciones que dieron sustento al Nazismo alemán, usando tales cuentos como su justificación para la planeación y la comisión de atrocidades sin nombre con las cuales se mancharon de sangre hasta los tobillos.

Además de la búsqueda extensa de todos los archivos gráficos que se pudieran encontrar en los que hubiera quedado constancia alguna de la enorme carnicería que se había llevado a cabo, esto con la finalidad de destruír todas esas fotografías recurriendo para ello a todo el personal disponible dentro de la nómina oficial de la Secretaría de Gobernación y la Dirección Federal de Seguridad, borrando con ello las evidencias del crimen, entre otras acciones inmediatas que se llevaron a cabo estuvo la movilización de una amplia cantidad de recursos y de agentes de la ultraderecha infiltrados dentro del gobierno federal y en los medios de comunicación para deslindar de culpabilidad al principal carnicero de todos, al General Marcelino García Barragán, cumpliéndole de este modo las promesas que seguramente le habían hecho los ultraderechistas de Jalisco de que su nombre no solo no quedaría manchado pese a la magnitud del delito cometido sino que inclusive sería honrado y glorificado en el futuro como uno de los más grandes e ilustres hijos del Estado de Jalisco, lo cual lograron con el paso del tiempo, logrando que sus restos fueran depositados en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres en lugar de que fueran echados a un lugar meritorio de recibir los despojos de un carnicero de tal naturaleza que terminó traicionando a México y a su propia investidura militar al forjar hermandad con una causa maldita que hoy está enquistándose en el poder y convirtiéndose en la más terrible amenaza que se pueda dar en el continente americano. El haberle podido hacer a un lado sus ingentes crímenes al General carnicero para que se le pudiera honrar como hijo ilustre del Estado de Jalisco es una muestra del enorme poderío que la extrema derecha encubierta de México ha logrado amasar así como la enorme capacidad que ha acumulado para desinformar y reescribir la Historia a su antojo.

Como ya se vió previamente, la revista Por qué? documentó el inicio de la militarización del conflicto estudiantil con el bazookazo directo enviado por tropas del Ejército nacional. Las siguientes fotografías documentan el bazookazo con el que fue destruida la puerta colonial barroca de la Preparatoria de San Idelfonso labrada en el siglo XVIII, tras lo cual entraron los soldados a bayoneta calada interviniendo en el Instituto Politéctnico Nacional y en la Universidad Nacional Autónoma de México como si fueran cuarteles enemigos en tiempos de guerra:











La siguiente fotografía dá constancia de un documento desclasificado que muestra el parte militar oficial sobre el bazookazo con el cual los simios disciplinados del “glorioso” Ejército mexicano entraron a sangre y fuego a bayoneta calada para empezar con el aplastamiento de lo que en los estratos superiores del gobierno diazordacista se tomaba como una extensión hacia México de la mítica “gran conspiración judía masónica comunista”:





Tras el bazookazo, y absteniéndose con sumo cuidado de mencionar la palabra “judío” o “judía” aunque ciertamente pensando en ello en sus interiores, el regente de la Ciudad de México convertido clandestinamente en la mayor de las secrecías a la causa de la extrema derecha mexicana, General Alfonso Corona del Rosal, declaró a los medios: “Existe un plan de subversión y agitación perfectamente planeado (…) en mi opinión, se trata de elementos del Partido Comunista”. Y así, de este modo, a una semana de celebrarse un partido de football entre jóvenes estudiantes que había terminado en un pleito callejero, el conflicto estudiantil empezó a ser combatido “heroicamente” por el “glorioso” Ejército mexicano comandado por el ultraderechista encubierto de Jalisco y Secretario de la Defensa Nacional General Marcelino García Barragán.

La histeria anticomunista fomentada entre los más altos niveles de la administración diazordacista con la ayuda de propaganda y literatura neofascista antijudía como Derrota Mundial de Salvador Borrego Escalante, Israel Manda de un tal “Duque de la Victoria” (muy posiblemente uno de los principales fundadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Antonio Leaño Alvarez del Castillo) y La Gran Conspiración Judía de Traian Romanescu así como la diseminación activa y subrepticia de tales prejuicios dentro del gabinete presidencial a través de intermediarios de peso como el mismo Secretario de la Defensa Nacional Marcelino García Barragán llegó a tales extremos en los estratos superiores del gobierno unipartidista mexicano, que inclusive el célebre caricaturista Eduardo del Río “Rius” (galardonado el 30 de octubre del 2011 con el Premio Nacional de Periodismo 2010 por su trayectoria periodística), autor de cómics famosos como Los Supermachos y Los agachados:





fue secuestrado al año siguente de la matanza de Tlatelolco por agentes de seguridad del gobierno federal porque lo veían “desde arriba” (léase, desde la cúpula de la sociedad secreta Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara de la cual estaban emanando las directivas que el Secretario de la Defensa Nacional y ex-Gobernador de Jalisco Marcelino García Barragán le estaba haciendo llegar como “consejos” y “recomendaciones” en la más absoluta confidencialidad a Gustavo Díaz Ordaz que guardando silencio público sobre la paranoia que le estaban metiendo en la cabeza se convencía más y más sobre “las verdades” que le estaban siendo “reveladas”) como un agente al servicio de la mítica “gran conspiración judía masónica comunista”, y estuvo casi a punto de ser ejecutado (frente al sepulcro que le tenían deparado) en primer lugar por ser pariente del ex-Presidente Lázaro Cárdenas del Río (uno de los personajes en la política mexicana que más detestan o posiblemente el que más detestan en la Universidad Autónoma de Guadalajara por eso de la educación socialista que casualmente es precisamente la razón por la cual fue fundada como universidad privada la Universidad Autónoma de Guadalajara en respuesta desafiante a la implantación obligatoria de la educación socialista en las universidades públicas) y por criticar al autócrata sexenal y represor absolutista Gustavo Díaz Ordaz, así como por simpatizar con el gobierno socialista de Cuba amén de denunciar las atrocidades cometidas por las derechas y ultraderechas de México. El duro incidente tuvo un efecto tan impactante y sobrecogedor sobre Rius que poco se supo de esto por muchos años, hasta que en cuatro décadas después Rius se pudo sobreponer a sus temores y hablar abiertamente de ello. Sobre este secuestro se sabe hoy lo siguiente:

El Secuestro de Rius
Alfonso Diez
La Quinta Columna
10 de agosto del 2008

Carmen Aristegui le preguntó a Rius si era cierto que había sido secuestrado y el respondió que sí, así me enteré del caso que seguramente muchos ya conocían. Luego procedió a contarnos.

El tema lo tocó Carmen a raíz de todo lo que se ha comentado sobre el secuestro y asesinato del niño Fernando Martí. Estábamos en el Museo de la Ciudad de México conociendo el nuevo libro de Eduardo del Río, “¿Sería católico Jesucristo?”, el 5 de agosto pasado.

¿Y cómo fue lo del secuestro?: Era el 29 de enero de 1969, la Editorial Posadas, de Guillermo Mendizábal publicaba un comic político elaborado por Rius que era realmente famoso y se llamaba Los Agachados. De repente llegaron unos pelafustanes que se llevaron al dibujante y lo vendaron de los ojos.

Tras algunas horas de carretera, lo bajaron del vehículo en que lo llevaban, le quitaron la venda y a punta de pistolas y con mentadas y otros insultos por delante le dijeron que lo iban a matar porque ya estaba bueno de atacar al presidente Gustavo Díaz Ordaz y a su gobierno.

Estaban en un campo militar del Nevado de Toluca, dice Rius, y de repente lo colocaron en posición de ser fusilado y le apuntaron con armas largas, pero en lugar de dispararle lo empezaron a amenazar: “Es la última vez que te pasamos lo que estás haciendo, la próxima sí te quebramos, así que ya lo sabes, estás advertido”. Todo esto aderezado, claro, con todos los insultos imaginables y no imaginables.

Lo que lo salvó, dice Eduardo, fue que Lázaro Cárdenas del Río, que era su pariente, fue a abogar por él ante el presidente Díaz Ordaz, de tal manera que cuando lo traían de regreso a la Ciudad de México, ya sin ataduras ni vendas en los ojos, lo que sucedió puede ser calificado como kafkiano: los agentes de la Dirección Federal de Seguridad que lo habían secuestrado se hicieron sus amigos, le decían que a ver cuándo los sacaba en uno de sus libros… Uno de ellos le dijo que había escrito un libro sobre la policía, que si lo podía ayudar a publicarlo.

El relato nos tenía atacados de la risa. Rius supo por los mismos agentes que el director del operativo que lo secuestró era Zorrilla, el mismo que ahora está preso por el asesinato de Manuel Buendía acusado de ser el autor intelectual; como ejecutor fue encarcelado Juan Rafael Ávila Moro.

Pero el secuestro no le bajó la guardia al autor de “Cuba para principiantes”. A la fecha lleva publicados más de cien libros y sigue dibujando y escribiendo los textos respectivos.

El último libro sobre la Iglesia no es el único con ese tema que hace Rius. Podemos recordar La Biblia, esa linda tontería, Cristo de carne y hueso, Manual del perfecto ateo, La Iglesia y otros cuentos; Herejes, ateos y mal pensados; Jesús, Alias el Cristo; Con perdón de Dore (y de la Biblia) y muchos más. Su producción abarca temas vegetarianos, medicinales, políticos, económicos, religiosos y filosóficos.

Curiosamente, Eduardo del Río fue seminarista. Estuvo siete años interno con los salesianos estudiando para sacerdote. En 1954, a los veinte años de edad, comenzó a hacer caricaturas para la revista Ja-já y de ahí se siguió. Antes que Los Agachados, publicó otra historieta que también vendió mucho: Los Supermachos.

Ahora dice que Cristo le ha encomendado la misión de cambiar a los católicos y a los demás creyentes para que se vuelvan ateos.

El libro que nos reunió cuenta con una entrevista a Jesús y un texto en la portada que dice que “incluye la vida y milagros de los bienaventurados Marcial Maciel, Girolamo Prigione, Norberto Rivera, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda y demás transas, abusadores sexuales, pederastas y similares de la santa madre de iglesia…”

Tras la intervención del ex-Presidente Lázaro Cárdenas para abogar por la vida de su pariente, Gustavo Díaz Ordaz y quienes lo estaban azuzando para que se llevara a cabo la ejecución de Rius prácticamente se vieron obligados a dar marcha atrás, sopesando que en caso de llevarse a cabo la ejecución del famoso caricaturista el ex-Presidente no se quedaría cruzado de brazos y respondería con todo en contra de lo que ya para entonce se estaba convirtiendo en un Estado dentro del Estado, en un poder dentro del poder, los principios de un gobierno paralelo secreto fruto de la infiltración y la perfidia sumando a su causa a los personajes más altos que se dejaban seducir con la propaganda fascista creada para tales efectos. Hubo, sin embargo, muchos otros que no tenían parentesco alguno con un político mexicano de la estatura del General Lázaro Cárdenas del Río que pudiera intervenir por ellos ante las altas esferas del poder y que los pudiera salvar de un predicamento como el que vivión Rius. Esos fueron los cientos que desaparecieron en ésa época sin dejar rastro alguno y de los cuales nunca se volvió a saber nada de ellos, ni siquiera la ubicación de las fosas clandestinas en las que fueron enterrados. Así fue como desaparecieron muchos cuyos nombres estaban en las “listas negras” que obraban en manos de las sociedades secretas de la ultraderecha mexicana, y los agentes gubernamentales que actuaron como matones a sueldo jamás se dieron cuenta de lo que realmente estaba sucediendo ni quién o quiénes habían elaborado las listas de ejecuciones a llevar a cabo tras las desapariciones forzadas. En su obcecación por “salvar” a México de la supuesta “gran conspiración judía masónica comunista”, los “salvadores” incurrieron en excesos tan atroces o inclusive mil veces peores que los que le achacaban a los comunistas, una burda incongruencia típica de las miles de incongruencias en que ha incurrido y sigue incurriendo la extrema derecha fascista mexicana.

Cabe destacar que Eduardo del Río “Rius” en su juventud había tenido todas las intenciones del mundo de convertirse en sacerdote católico. Sentía que esa era su vocación, y estuvo inscrito en un Seminario. Pero algo vió o algo supo que lo hizo cambiar de parecer. Nadie sabe hasta la fecha qué fue lo que hizo a “Rius” perder su fé, y en este caso estamos hablando de una pérdida total de fé en la creencia de un Ser Supremo hacedor del Universo, ya que se volvió cien por ciento ateo e inclusive adoptó una actitud irreverente en contra de la misma Iglesia Católica. Posiblemente fue algún incidente cuya memoria le acosará hasta el final de sus días. (En el caso de las víctimas del degenerado sacerdote pederasta Marcial Maciel Degollado que fueron violadas por este demonio encarnado cuando eran niños y no podían defenderse del asalto de esta basura infrahumana, algunos terminaron abandonando por completo la religión católica, mientras que otros, admirablemente y habiendo llegado a la conclusión de que no se puede culpar a Jesús de Nazareth por todas las barbaridades cometidas por aquellos que afirman tener la exclusividad de ser sus representantes en la Tierra, se han sostenido en su fé pese a la dura prueba a la que fueron sometidos).

Naturalmente, Gustavo Díaz Ordaz, el Presidente carnicero mal informado y peor aconsejado por un General de mentalidad neo-Nazi llegado de la ciudad de Guadalajara que es hoy sede de la ultraderecha nacional y al cual había nombrado su Secretario de Defensa bajo circunstancias y compromisos que hasta la fecha siguen siendo un misterio:





no fue tan imbécil como para confesar ante ningún reportero ni ante nadie (ni siquiera a sus familiares cercanos) su creciente paranoia en 1968 de lo que él estaba convencido que consideraba como una “gran conspiración comunista encabezada por judíos marxistas”, quedando convencido igualmente de que había “salvado” a México de la fantasiosa conspiración (lo cual le ayudó a despojarse de cualquier remordimiento que hubiera podido tener por haber ordenado la matanza). Haber abierto la boca al respecto mencionando sus temores de que se colpasara su gobierno a causa de una conspiración judía promovida desde la Embajada de la Unión Soviética en México hubiera llevado a los norteamericanos a poner el grito en el cielo ante la amenaza de un país al sur de su frontera con un gobierno de partido único cuya cúpula estaba siendo infiltrada por neo-Nazis capaces y dispuestos de llevar a cabo genocidios como el de Tlatelolco y mucho más, exponiendo con ello una invasión armada desde los Estados Unidos para desarticular la creciente amenaza que se estaba gestando en México, lo cual hubiera traído como consecuencia inevitable la desaparición de la Universidad Autónoma de Guadalajara al conocerse los detalles sobre la conspiración oculta que estaba siendo fraguada desde esa pseudo-universidad epítome de la locura neofascista disfrazada. Simple y sencillamente, no le quedaba a Gustavo Díaz Ordaz otra alternativa más que llevarse sus secretos a la tumba, aunque en un momento de lucidez se hubiera percatado de que le habían tomado el pelo con la propaganda de extrema derecha y que lo habían utilizado como a un perfecto imbécil al igual que como han estado usando y manipulando al mismo Felipe Calderón como Presidente de México.

Quedan pocas dudas de que Gustavo Díaz Ordaz, sufriendo delirios de persecusión y acosado por su obsesión paranoica con la “gran conspiración judía masónica comunista” y la creencia de que “ellos” llegarían a él tarde o temprano para cobrarle las facturas, así como el asalto a su delirante raciocinio de una cadena interminable de imágenes de los jóvenes masacrados por órdenes suyas así como los numerosos hogares enlutados y las vidas promisorias de futuros profesionistas segadas, terminó ciclando al final de sus días en los bordes de la locura, lo cual está documentado en el libro-novela de Fabrizio Mejía Madrid titulado Díaz Ordaz: Disparos en la Oscuridad:





De no haber sido por su muerte prematura, Díaz Ordaz posiblemente estaría recluído hoy en un sanatorio para enfermos mentales o confinado a un lugar cerrado bajo vigilancia médica permanente las 24 horas del día, completamente loco, pagando con lo más preciado que pueda poseer hombre alguno, su propia razón, el haber creído en cosas en las que nunca debería de haber creído, y en haber asumido papeles mesiánicos que no le correspondían. Igualmente loco terminó sus últimas horas en sus últimos días el que fuera en vida uno de los hombres más intrigantes y poderosos de la República Mexicana y del cual emanaron las principales directivas enviadas desde Guadalajara al General Marcelino García Barragán hijo ilustre y distinguido del Estado de Jalisco para el aplastamiento brutal de corte Nazi que se llevaría a cabo en la Ciudad de México, el hombre que controlaba con despiadada mano de hierro a la sociedad secreta Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara de la cual con el tiempo brotaría la misma neofascista y antisemita Organización Nacional del Yunque: Antonio Leaño Alvarez del Castillo. (No es inusual que esta clase de gente con estas creencias extremistas termine de esta manera, llevándose consigo hasta su tumba y seguramente al más allá todos sus traumas, sus fobias, sus delirios de persecusión, su mesianismo y su delirante fundamentalismo.)

El encubrimiento de la terrible matanza de Tlatelolco fue de una magnitud tal que ni siquiera en la época más dura de la censura en Rusia durante los tiempos del dictador Josef Stalin se dió algo de tal naturaleza. La siempre oficialista y desinformadora TELEVISA, como siempre ha sido su costumbre hasta el día de hoy, ocultó, minimizó, o de plano ignoró, el alud de noticias relacionado con dicha matanza. Si se rumoraba por testigos presenciales de los hechos que los muertos ascendían a centenares y que los cadáveres estaban siendo recogidos por montones en camiones de gran capacidad, eso nunca fue confirmado por los reporteros gráficos de TELEVISA, quienes simplemente se limitaban a tomar videos de los hechos a sabiendas de que nada de lo que estaban registrando saldría al aire, o si algo salía sería previamente editorializado hasta la médula por TELEVISA. Precisamente por este tipo de cosas, es notable el hecho de que la mejor información que se tiene de los hechos no proviene ni de TELEVISA ni de la prensa vendida y mucho menos de las versiones oficiales, sino de una extranjera, la reportera italiana Oriana Fallaci:

Oriana Fallaci, la italiana que destapó la Masacre de Tlatelolco
Miguel Ángel Castillo
Noticias Yahoo!
2 de octubre del 2011

Son más de cuatro décadas y la herida aún sigue abierta. En la memoria colectiva de los mexicanos los eventos ocurridos el 2 de octubre de 1968 siguen presentes, tanto para quienes los vivieron y los sufrieron, como para todas las generaciones posteriores que año con año conmemoran la fecha precisamente para que ‘No se olvide’.

Una de las personas que desde el primer momento del acontecimiento dio cuenta de ello al mundo fue la periodista italiana Oriana Fallaci, quien no sólo estuvo en México en uno de los días más negros de la historia nacional, sino que vivió en carne propia lo que sucedió en la Plaza de las Tres Culturas.



Oriana Fallaci en la plaza de Tlatelolco
15 de octubre de 1968


Nacida en Florencia, Italia, en 1929, esta reportera fue enviada al país expresamente para cubrir las manifestaciones de estudiantes que ya habían puesto al gobierno en turno en jaque, ante una próxima celebración de los Juegos Olímpicos. Como corresponsal de ‘L’Europeo’, ella siguió las historias de los jóvenes que pugnaban por un cambio en el país y por ende, se hizo presente en la concentración que se había organizado en Tlatelolco.

Famosa por sus entrevistas a muchos de los líderes y celebridades de la historia, como Henry Kissinger, el ayatola Jomeini, Muammar Gaddafi, Federico Fellini, Mao Tse Tung, Indira Gandhi, Robert Kennedy, entre muchos otros, cubrió también la guerra de Vietnam desde ambos frentes y curiosamente, no fue en dicho conflicto bélico donde sentiría el dolor candente de una herida de bala, sino en México.

Según relató ella misma, fue invitada por los líderes del Consejo Nacional de Huelga para presenciar el mitin que posteriormente tendría una marcha hacia el Casco de Santo Tomás, donde se encontraban las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional aún tomadas por el Ejército.

Por eso mismo, se ubicó en el tercer piso del edificio Chihuahua, junto a varios de los líderes del movimiento. Por su experiencia al cubrir una guerra en forma, se percató de que las bengalas lanzadas desde un helicóptero significaban una señal para dar marcha a un operativo, aunque fue demasiado tarde, pues de inmediato empezaron los disparos y se desató el caos.

En los siguientes minutos, Oriana Fallacci, condecorada en su país por haber pertenecido a la Resistencia contra la ocupación nazi en Italia con tan sólo 14 años, fue sometida por un grupo que ella identificó como el Batallón Olimpia y al quedar en medio de un fuego cruzado, quedó herida por tres impactos. A diferencia de otros reporteros extranjeros que se encontraban en el lugar, ella fue puesta junto a los estudiantes tras confundirla con uno de ellos.



Oriana Fallaci con Elena Poniatowska
3 de octubre de 1968


De hecho, hay quien considera que fue esta mujer la que dio a conocer el nombre del ‘Batallón Olimpia’, tanto dentro como fuera de México, pues además de escuchar de viva voz a su integrantes identificarse con ese nombre, a otros detenidos que llegaron a mencionarlos se les decía que esa agrupación no existía y a quienes tomaban las declaraciones se les ordenaba, una y otra vez, “eso no se escribe”.



Oriana Fallaci con el Embajador de Italia en el Hospital Francés
7 de octubre de 1968


Oriana Fallaci logró salir de Tlatelolco y tras ser identificada como extranjera hubo quien la acusó de ‘comunista’, por lo que en cuanto pudo, tomó el primer avión fuera del país por su propia seguridad.

Sin embargo, sus testimonios arrojaron algo de la poca luz que se tiene, aún en nuestros días, del 2 de octubre, como es la indignación por parte de alguien foráneo como era ella al percatarse de que ninguna delegación se retiró de los Juegos Olímpicos.

Elena Poniatowska en su libro ‘La noche de Tlatelolco’ recogió algunas declaraciones de la corresponsal mientras convalecía en el Hospital Francés. Ahí menciona que permaneció tirada en un charco de su propia sangre durante 45 minutos sin que nadie le prestara auxilio y haciendo caso omiso de sus peticiones para que se avisara a su embajada.

Así mismo, muestra su asombró ante la cobertura informativa de los diarios mexicanos, a los que califica de “timoratos”.

Un texto de su puño y letra sobre la Masacre de Tlatelolco puede encontrarse en su libro ‘Nada y así sea’. Allí comenta no haber visto, ni siquiera en la guerra, una matanza de esas magnitudes, pues en la guerra por lo menos se trata de gente armada contra gente armada.

Para el documental ‘El grito’ del director Leobardo López Aretche, colaboró en la elaboración del guión de lo que fue uno de los primeros documentos gráficos que narraron la tragedia. La voz en off que se escucha cuenta la historia en primera persona (la de Oriana), aunque quien lo lee es Magda Vizcaíno.

Oriana Fallaci murió el 15 de septiembre de 2006 víctima del cáncer, pero permanece en la memoria como la periodista que le dijo al mundo lo que casi ningún medio se atrevió a decir: que en México hubo una matanza de grandes magnitudes el 2 de octubre de 1968.

Con el paso del tiempo, a los trabajos pioneros de Oriana Fallaci se han ido sumando otros testimonios y documentos con nuevas revelaciones sobre lo sucedido, todos los cuales confirman la existencia de un operativo estatal y enriquecen de diversas maneras la información existente sobre los hechos. Entre ellos, están los datos aportados por Enrique Metinides, el cual tuvo que caminar varios kilómetros para poder llegar a Tlatelolco el día de la terrible masacre. Una vez ahí, con su peculiar estilo que marcó toda una época en La Prensa, logró captar imágenes contundentes de los terribles efectos de la acción de los disparos de los francotiradores apostados en las azoteas de los edificios. Jesús Fonseca, de El Universal, ha descrito las dificultades que tuvo que enfrentar en su vía crucis particular que lo llevó del edificio Chihuahua al de Relaciones Exteriores, pasando por el amontonamiento de cadáveres que logró fotografiar a un lado de la iglesia de Santiago, dato confirmado por un joven reportero que tiempo después vendería su alma a los poderes fácticos que hoy están manipulando la información a su antojo, Joaquín López-Dóriga, quien narró aquellos hechos y sólo los vió publicados en su periódico El Heraldo 35 años después de la masacre. Mientras Aarón Sánchez, de Excélsior, pudo registrar las golpizas y humillaciones a que fueron sometidos los estudiantes por parte de la soldadesca en las horas terribles de las detenciones, después de la balacera. Por su parte, Daniel Soto, jefe del departamento de fotografía de El Universal, ha narrado la manera en que recibió órdenes de la dirección del periódico de entregar todos los materiales del 2 de octubre a los agentes de Gobernación. Apenas pudo comunicarse con algunos de sus colegas y juntos lograron rescatar apenas una mínima parte de la cobertura que el mismo diario ha publicado recientemente. Todos ellos continuaron trabajando en sus medios de comunicación y fueron testigos del silencio absoluto y total impuesto desde el gobierno en aquellas horas de angustia e impotencia, así como de la campaña macartista de hostigamiento contra la disidencia que se incrementó en los siguientes meses. En otra edición de la revista Por qué? en un número especial dedicado a lo sucedido en Tlatelolco, quedó asentado que el Ejército había masacrado a cientos de personas en un operativo perfectamente coordinado con los servicios de inteligencia gubernamentales. El expediente fotográfico de dicha revista superó con creces todo lo publicado hasta aquellos momentos, utilizando imágenes de Héctor García, los Hermanos Mayo, Armando Salgado, Carlos González y Oscar Menéndez, entre muchos otros.

Resulta paradójico que los beneficiarios a largo plazo de la tragedia de Tlatelolco hayan sido los mismos que planearon y propiciaron la matanza desde un principio. La salida del PRI de Los Pinos en el año 2000 y la entrada de agentes de primer nivel de la Organización Nacional del Yunque a las altas esferas del gobierno federal no hubiera sido posible sin el descontento social que dejó esa experiencia. Las pruebas de que los principales órganos del gobierno tales como el Poder Judicial de la Federación están siendo infiltrados exitosamente por los conspiradores, los cuales están ejerciendo su poder secreto, están empezando a saltar a la vista de todos. Y esto es tan solo el principio.

De que hay responsabilidades del Estado mexicano como tal hacia quienes cayeron desarmados bajo las balas asesinas de una soldadesca envalentonada pero sometida bajo las órdenes de un General genocida a su vez reclutado en Jalisco dentro del más absoluto secreto a la causa de una ideología extremista importada de Europa y adaptada a las necesidades propagandísticas e intereses económicos de gente amoral carente de todo tipo de escrúpulos, de eso no hay duda alguna en la mente de muchos analistas de renombre:

El Estado debe pedir perdón por la matanza de Tlatelolco
Raúl Jiménez Vázquez
Revista Siempre!
3 de diciembre del 2011

En la entrega pasada destacamos la importancia de la reciente reforma a la Ley sobre la Bandera, el Escudo y el Himno Nacionales, por la que se declaró el 2 de octubre fecha solemne para la nación y se dispuso que en señal de duelo deberá izarse el lábaro patrio a media asta en todos los edificios públicos, incluyendo instalaciones militares, escuelas, templos, representaciones diplomáticas y consulares de nuestro país.

Señalamos que se trata de una medida inacabada, pues la deuda de conciencia que ello conlleva debe ser complementada con el aterrizaje inmediato y efectivo del haz de consecuencias jurídicas que actos de esta índole acarrean en el ámbito del derecho internacional de los derechos humanos, a las que aludiremos a continuación.

En primer término, con la reforma legislativa que nos ocupa se está reconociendo que la masacre del 2 de octubre significó una trasgresión a la obligación fundamental de respetar y promover los derechos humanos consagrados en tratados internacionales, por lo que es claro que el Estado mexicano incurrió en una responsabilidad internacional que puede ser objeto de reproche por los órganos competentes de los sistemas universal e interamericano de protección de los derechos humanos.

Una segunda implicación es la imposibilidad de soslayar el enjuiciamiento penal de los autores intelectuales y materiales de lo que ahora aparece más nítidamente como una acción definitivamente genocida, cuyo marco regulatorio primigenio es el derecho penal internacional ya que se trata de uno de los crímenes que más gravemente ofenden, afectan y trascienden a la comunidad humana en su conjunto; razón por la cual le es aplicable —entre otros— el principio jurídico que expresa que delitos de esta índole no son susceptibles de prescripción, indulto, caducidad, amnistía o perdón alguno y deben ser perseguidos y castigados dondequiera y cualquiera que haya sido el tiempo y el lugar de su ejecución material.

Lo anterior no basta para colmar las exigencias normativas de los estándares internacionales aplicables a los derechos humanos; adicionalmente es preciso llevar a cabo las reparaciones materiales, morales y honoríficas a las que tienen legítimo derecho las víctimas y sus familias. En concordancia con los criterios jurisprudenciales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado tiene que pedir públicamente perdón por la infame matanza, la prisión a la que injustamente fueron sometidos los líderes y otros activistas del 68, el hostigamiento y el bloqueo sistemático de oportunidades de desarrollo profesional que sufrieron muchos de los militantes del movimiento estudiantil, y la sensible alteración del proyecto de vida que padecieron quienes fueron agredidos ferozmente por el solo hecho de alzar su voz en defensa de la libertad y la dignidad humana.

Tan relevante cuestión ética y jurídica podría ser solventada a través de la expedición de un ordenamiento legislativo ad hoc con un contenido similar al de la Ley de la Memoria Histórica, promulgada por el parlamento español a fin de reivindicar y hacer justicia a las víctimas —y sus descendientes— de la represión desatada por el régimen franquista.

Igualmente es imprescindible erigir un monumento en honor de los caídos durante la aciaga noche de Tlatelolco. Para preservar la memoria histórica resulta menester edificar un museo que haga patente ante las actuales y futuras generaciones la voluntad política de nunca más permitir que ocurran tales atrocidades. Los memoriales construidos en Argentina —dentro de las instalaciones del otrora centro de torturas de la Escuela Superior de la Mecánica Armada— y en la ciudad de Santiago de Chile —-en cuyas entradas a las distintas salas de exposición está inscrita la conmovedora leyenda “esto jamás debió suceder”— son un portentoso ejemplo de lo que podría hacerse en este sentido.

Por último, en el contexto del derecho internacional, el Estado está compelido a garantizar la no repetición de los ataques a los derechos humanos mediante la instrumentación de un programa de cambios estructurales que posibiliten el destierro de la violencia gubernamental como forma de solución de problemas de carácter político. Muchas cosas podrían decirse al respecto, la mayoría forman parte de la agenda de la reforma del Estado o bien están contempladas en la formidable propuesta en materia de seguridad pública formulada por la Universidad Nacional Autónoma de México. Me referiré solamente a dos asuntos medulares.

La actuación de los integrantes de las fuerzas armadas y policiales debe sujetarse a rigurosos protocolos elaborados con base en la premisa fundamental del absoluto respeto a la dignidad y el otorgamiento de la máxima protección a los derechos humanos. Un imperativo de carácter ineludible es dar cuenta y razón pormenorizada de todas y cada una de las órdenes, consignas y acciones desplegadas en el desempeño de sus funciones; para ello, con la participación y el escrutinio ciudadano es preciso implementar reglas claras y precisas que aseguren la debida generación, guarda, custodia, mantenimiento, sistematización, consulta y auditoría periódica de los correspondientes archivos gubernamentales; éstos constituyen un poderoso instrumento de lucha en pro de la verdad y la justicia, pugnan contra el olvido y previenen contra los peligros de la intolerancia y los totalitarismos políticos.

Por otra parte, es imprescindible rediseñar el papel institucional de las fuerzas armadas: el ejército debe ceñirse a los estrictos límites establecidos en la normatividad constitucional; ningún militar debe ejercer funciones que no sean las inherentes a los cuarteles y guarniciones; ningún militar debe ocupar cargos ajenos al ámbito castrense; la titularidad de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina debe recaer en civiles.

Al gobierno calderonista no le queda sino ser consecuente con el paso histórico dado por el Congreso de la Unión. De no hacerlo, además de empinar a México por el muy espinoso sendero de las responsabilidades internacionales, pasaría a la historia como encubridor manifiesto de un aberrante crimen que llenó de luto, vergüenza y profunda indignación a la nación, horrendo genocidio que ya figura formalmente en el obituario del imaginario colectivo.

En virtud de sus mismos orígenes, desde hace ya varias décadas ha habido gente incrustada en posiciones claves del gobierno federal que ha actuado para impedir que se abra un juicio histórico pleno así sea post-mortem sobre militares genocidas ultranacionalistas como Marcelino García Barragán y demás cómplices y comparsas en la matanza. Pero conforme el poderío oculto de esta gente se desvanece al irse conociendo los detalles interiores sobre lo que realmente sucedió, las posibilidades de que se siga glorificando a los carniceros construyéndoles monumentos y homenajes se van desvaneciendo. Una cosa es clara: el PAN-Gobierno no moverá un solo dedo para que esto ocurra. Ya tuvieron más de una década para hacerlo, y no es necesario esperar diez décadas más para convencerse de que nunca lo harán, porque están infiltrados hasta la médula por la misma clase de gente que desde las tinieblas de la clandestinidad alentó la tragedia:





Quizá lo más importante es que el enemigo oculto que escondiéndose entre las sombras detonó la tragedia del 2 de octubre de 1968 sigue activo, no ha parado un solo momento. Es un enemigo que carece por completo de escrúpulos y de todo respeto por la dignidad humana. Y está dispuesto a promover e incitar cuantos Tlatelolcos sean necesarios para sus propios fines perversos. Por lo pronto, ya están preparando dar su siguiente golpe: las elecciones presidenciales a ser llevadas a cabo en julio del 2012, con la prioridad absoluta de rescatar al PAN de una debacle electoral, para lo cual han empujado al mismo Felipe Calderón a que usando su investidura como Presidente de México convenza al Papa Benedicto XVI de hacer una visita papal a México faltando unos cuantos meses para las elecciones presidenciales con la finalidad de promover el voto religioso y que de este modo suficiente gente olvide la impunidad en torno a los hechos del 2 de octubre de 1968 así como los más de 50 mil cadáveres que el gobierno ultraconservador de derecha le ha dejado a México para de este modo repetir un tercer (y presumiblemente nefasto) sexenio en el poder. Y van a recurrir a todo lo que tengan que recurrir para continuar con la paciente instalación de su gobierno paralelo secreto, lo cual incluye desde luego todos los crímenes y genocidios que se tengan que llevar a cabo para lograr sus propósitos. En este contexto, el genocidio de 1968 debe servir como una llamada de atención a todos los mexicanos, una llamada de atención que bien pudiera ser la última.

Orígenes ocultos del genocidio del 68 - 5a parte



Hemos visto en las entradas anteriores el contenido íntegro del trabajo periodístico y gráfico de los trabajadores de la revista Por qué? que documentó los antecedentes de un conflicto estudiantil que antecedió a la terrible masacre consumada por el muy bien armado y “glorioso” Ejército mexicano en contra de jóvenes estudiantes desarmados. Hay quienes le atribuyen a un oficial militar cínico el haber pronunciado al día siguiente de la masacre las palabras “las armas nacionales se han cubierto de gloria” (seguramente usurpadas de los libros de Historia en relación a la Batalla del 5 de Mayo). ¡Vaya gloria! En la misma revista considerada hoy de valor histórico incalculable, aparece a partir de la página 46 una entrevista exclusiva concedida por el Ingeniero Heberto Castillo, la cual se reproducirá también en forma íntegra sin edición alguna:

Causas de la violencia y la Reacción de Maestros y Estudiantes
Entrevista exclusiva habla el ingeniero Heberto Castillo Por Mario Menendez Rodríguez

El notable, valiente y honrado catedrático de la UNAM y el Politécnico propone la creación de un Tribunal de la Cultura para juzgar a quienes atenten contra el progreso de México.

Por tus 16 años en la UNAM y en el IPN debes conocer a fondo los problemas que se debaten en los centros de cultura superior. Por eso, la revista POR QUE?, de la que eres colaborador, desea entrevistarte para conocer tu opinión respecto a los últimos acontecimientos.

- Bien; desgraciadamente, en los centros de educación superior hay muchos, muchísimos problemas. El más serio de ellos, en mi opinión, es la imposibilidad de que los jóvenes de escasos recursos económicos -la inmensa mayoría- puedan recibir educación superior. Sin embargo, hay muchos problemas más paro los estudiantes que han tenido esa oportunidad. Pésimos programas de estudio, maestros mal preparados, ausentismo agudo de profesores, posiciones paternalistas de las autoridades que no toman en cuenta la opinión de los alumnos. Te sorprenderías, Mario, al saber que hay maestros con 20 años de ejercicio que jamás han sostenido un diálogo con sus alumnos sobre otros problemas que no sean los específicos de su materia.

Sí, pero sobre el problema actual, el que ha conmovido a México a partir de la última semana de julio, ¿qué?

-Muchas cosas, porque desde que las autoridades del país sembraron el caos con su brutal represión he participado con los estudiantes y los maestros del Politécnico y de la Universidad en la integración de comités por la defensa de la cultura en México. En primer lugar, quisiera mencionar algunos de los artículos de la Constitución de la República violados por las más altas autoridades. ¿Puedo hacerlo? ¿No consumo demasiado espacio en POR QUÉ?

Desde luego que puedes hacerlo, máxime que nuestra Constitución es tan poco conocida pro los mexicanos “cultos”.

-Gracias. Tienes toda la razón. Yo he leído en asambleas de profesores algunos de estos artículos sin mencionar su origen y casi me han acusado de subversivo. Bien, estos artículos nos pueden orientar para una exposición de hechos en los últimos días:

Artículo 1º. “En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse, ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece”.



Artículo 9º: “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito…

“No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición, o presentar una protesta por algún acto a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hicieren uso de violencias y amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee”.

Desde luego, puede verse que el artículo primero fue violado al no ser respetadas las garantías individuales que la Constitución consagra. Así ocurrió cuando la manifestación pacífica del 26 de julio, que se organizaba como protesta por a agresión de los granaderos a los estudiantes de la vocacional del Politécnico. Esta manifestación, autorizada por las autoridades el mismo día que otra manifestación lo había sido para celebrar el Asalto al Cuartel Moncada por Fidel Castro en Cuba, fue agredida salvajemente por la policía y ha puesto a pensar a no pocos



en si no habría habido más que simple casualidad en la coincidencia de las manifestaciones y en las autorizaciones. De ello nada sé. Todo lo que pudiera decir serían especulaciones. Lo que puedo afirmar es que no recuerdo ninguna manifestación de protesta de las muchas en que he participado en que el orden sea roto por los manifestantes. Siempre que han ocurrido disturbios han sido los policías quienes los han causado. Fue muy certero un cartel de los muchachos que decía más o menos: “Manifestación sin policías, manifestación ordenada”.

Una vez roto el orden se inició la batalla. Como puede verse por las fotos que me muestras, el salvajismo de la policía y, más tarde, del ejército, fue evidente. Esta actitud provocó la natural reacción de los jóvenes -y no por jóvenes, sino por hombres- de contestar a la violencia con la violencia. No imagino que haya muchos seres humanos capaces de responder con sonrisas o con argumentos a los culatazos







de los violadores del orden encargados de vigilarlo.

Las fotos que ilustran tu revista muestran cómo entre los estudiantes estaban infiltrados policías vestidos de paisanos cometiendo actos vandálicos. Eso debe quedar claro para el pueblo -bueno, si te permiten la publicación de estas fotografías y de mis opiniones-…

No creo que la objetividad en la información haga daño a México, todo lo contrario. ¿No lo crees tú así?

-Naturalmente. Sólo en México se actúa en muchas ocasiones en forma extraña. Si tú denuncias un problema, no se te reclama el que denuncies el problema si a las autoridades les ha dolido tal denuncia. No. Se te achaca el problema. Quien denuncia situaciones graves en el país es acusado con frecuencia de ser el autor, el responsable de tales situaciones graves.







Pues bien, cuando los estudiantes de las vocacionales y de las preparatorias comenzaron a detener camiones de pasajeros para formar barricadas y proteger sus escuelas de la agresión policíaca, se suscitaron hechos más violentos aún. Yo no podría precisar si los preparatorianos entraron al conflicto con motivo de la agresión a la manifestación pro Cuba o porque, como e dice por ahí, un autobús atropelló a un estudiante. No lo sé. Lo que resulta evidente es que los ánimos de los jóvenes se caldearon y respondieron a la agresión violentamente. Por ahí se dice -algunos de los viejos oportunistas del marxismo de catálogo lo dicen- que esto fue planeado por agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos) y del FBI (Federal Bureau of Investigation). También corren rumores de que se deseaba “quemar” políticamente a Corona del Rosal y a Echeverría. Eso no lo sabemos y difícilmente podríamos esclarecerlo quienes no tenemos los medios para hacer una investigación exhaustiva del problema. Sí; pensamos que el gobierno de México tiene la obligación de esclarecer ante la opinión del pueblo tan vergonzosos hechos.

Por otra parte, sí puedo da algunos informes a la opinión pública de algunos hechos que pueden ayudar a deslindar responsabilidades. Por ejemplo, durante la agresión del cuerpo policíaco a la vocacional 5 en la ciudadela, un fotógrafo con todas las apariencias de extranjero y portando una cámara fotográfica, era protegido por granaderos para desarrollar su labor informativa. Los estudiantes, al ver semejante desacato, lo agredieron y le causaron lesiones logrando rescatar algún material que conservan como trofeo. El material rescatado me fue mostrado por estudiantes de Ingeniería. Consiste de una pequeña caja de aluminio con un videotape con el escudo de los EE.UU, y un letrero que dice: Servicio de Información del Presidente Lyndon B. Johnoson.

En la noche del 29 de julio ocurrieron los más graves acontecimientos: el ejército intervino a requerimiento expreso del licenciado y general Corona del Rosal y bombardeó la Escuela Nacional Preparatoria derribando una de sus puertas de acceso y lastimando gravemente -se habla de muertos- a varios estudiantes parapetados en esa puerta. Aquí, Mario, permíteme que te transcriba otros artículos de nuestra Constitución:

Artículo 29. “En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública o cualquier otro que ponga a la sociedad en grande peligro o conflicto, solamente el Presidente de la República Mexicana, de acuerdo con el Consejo de Ministros y con aprobación del Congreso de la Unión y en los recesos de este, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente, a la situación; pero deberá hacerlo por tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo…”

Artículo 129. “En tiempos de paz ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar…”

Resulta evidente así que hubo violación flagrante de la Constitución. Nadie puede argumentar que hubo suspensión de las garantías constitucionales de acuerdo con el Artículo 29. Por otro lado, las actividades del ejército claramente explícitas en las fotografías que se publican revelan que no “tenían exacta conexión con la disciplina militar”. El bombardeo de la Preparatoria No. 1 creó en la conciencia de todos los universitarios un repudio natural, espontáneo, desvinculado de cualquier partidarismo a la represión gubernamental. Puso en evidencia, además, que las autoridades no respetaban la constitución. Para colmo de violaciones, en entrevistas de prensa celebradas en la noche del 29 al 30 de julio, Luis Echeverría, secretario de Gobernación; Alfonso Corona del rosal, regente de la Ciudad de México; Julio Sánchez Vargas, procurador general de la República; Gilberto Suárez Torres, procurador de Justicia del Distrito y Territorios Federales, aceptaron públicamente su participación en los hechos, declarando el Sr. Corona del Rosal que había solicitado la intervención del ejército.

Quiero ahora que los lectores de POR QUE? recuerden otro artículo de la Carta Magna:




Artículo 108. “Los senadores y diputados al Congreso de la Unión, los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Secretarios del Despacho y el Procurador General de la República, son responsables por los delitos comunes que cometan durante el tiempo de su encargo y por los delitos, faltas u omisiones en que incurran en el ejercicio de ese mismo cargo”.

En estas circunstancias, ante los flagrante de las faltas cometidas pensé que podía hacer uso del derecho que concede el Artículo 111 que a la letra dice:

“Se concede acción popular parar denunciar ante la Cámara de diputados los delitos comunes u oficiales de los altos funcionarios de la Federación…”

Fue así que acudí a la Asamblea de Profesores y Autoridades en el instituto Politécnico Nacional en donde se debatía un documento para su publicación en la prensa nacional. Presidía dicho acto el Sr. Guillermo Massieu, director general del Politécnico, y se encontraba el auditorio de Zacatenco prácticamente lleno. Pedí el uso de la palabra cuando ya se había cerrado casi el debate y propuse que se denunciara la violación a la Constitución cometida por los funcionarios citados para hacer la consignación correspondiente ante el Congreso de la Unión. La Asamblea aprobó por aclamación que duró varios minutos dicha proposición. El locutor declaró que la adición había sido aprobada. Cuando vi el documento en los periódicos, unos días más tarde, no se mencionaba el asunto…

Más tarde, en la Asamblea de la Unión de Profesores de la Facultad de Ingeniería celebrada el 2 de agosto, se acordó hacer una protesta pública por la agresión a los estudiantes. En dicha asamblea se planteó otra vez la necesidad de hacer la denuncia de quienes habían violado la Constitución. Se aprobó también en forma casi unánime y se designó una Comisión redactora -a la cual fui designado- que junto con el Comité Directivo de la Unión de Profesores, elaborara el documento y lo hiciera público. Cuando se discutió su redacción, el Comité Directivo de la Unión se opuso a respetar el acuerdo de la asamblea, argumentando que se podría incurrir en el delito de difamación. No fue posible convencerles de lo contrario y cinco días después, se reunió de nuevo la Asamblea. En ella participaron un gran número de ingenieros empleados de confianza de grandes empresas constructoras (el presidente de la Unión es un ingeniero al servicio de la ICA) y de funcionarios públicos. El acuerdo de la Asamblea fue revocado porque planteaba duda mi proposición; al leerles los artículos de la Constitución que he transcrito en la entrevista, se dijo que “posiblemente hubiera otros artículos que aprobaran la represión”. Cuando hice ver lo lamentable que resultaba el hecho de que un grupo colegiado de universitarios manifestara su ignorancia con respecto a la constitución de la República, un profesor admitió que a él no le daba en lo absoluto vergüenza el no conocerla. Semejante afirmación fue rubricada por una ovación de la claque enviada par invalidar el acuerdo de la asamblea. Ahí se propuso que la Unión no protestara sino que sólo se emitiera un comunicado “apoyando al rector Barros Sierra”.

Cuando intenté explicar lo absurdo de un acuerdo tan abyecto, tan divorciado dl sentir de los verdaderos profesores de la UNAM, de los jóvenes estudiantes, al tomar el micrófono la porra de lambiscones con "estudios superiores" me quitó el uso de la palabra pidiendo la votación. Lo aprobaron por aplastante mayoría.

Refiero estos hechos a la revista porque, aun cuando anecdóticas, pueden dar una idea de lo grave que es la situación en la UNAM y en otros centros de educación superior. Los maestros, en su inmensa mayoría, son representantes de las grandes empresas o bien son funcionarios públicos que tienen como principal preocupación sostener y engrandecer sus posiciones de ventaja, no mejorar la educación superior en beneficio del pueblo. Sólo les preocupa preparar técnicos, científicos, literatos, etc., que sostengan en el poder económico y político a ese pequeño grupo que lo detenta en México, en perjuicio, naturalmente del pueblo.

Vemos entonces que, si para preservarlo, se debe reunir a la bajiza más violenta, no lo dudan un solo momento.

Yo afirmo públicamente que ese grupo de ingenieros profesores de la Facultad de Ingeniería no tienen las calidades humanas necesarias, indispensables para orientar a los estudiantes. Por ello renuncié a la Unión de Profesores y lo comuniqué a los estudiantes de la Facultad reunidos en Asamblea. Es importante destacar que los jóvenes de Ingeniería recibieron mi renuncia al grupo “charro” de la Facultad con una manifiesta y entusiasta simpatía.

Ahí mismo, en esa asamblea de la directiva de la Unión de Profesores les dije que en mi opinión ese grupo había actuado antiuniversitariamente, con bajeza, ya que quien tiene confianza en las razones que proclama no teme la discusión y esos profesores habían tolerado que a un profesor se le negara el derecho de expresión. Entonces me retiré.

El director de la Facultad, ante la simpatía de los alumnos hacia mi posición advirtió que yo faltaba a la verdad y los estudiantes me



hicieron volver al auditorio. El director preguntó entonces ante la expectación de los concurrentes que abarrotaban la sala: ¿Es cierto, como lo es, que sólo una vez se le negó a Ud. El uso de la palabra y que intervino en otras repetidas ocasiones? Yo le contesté: Es cierto, señor, pero las leyes y los reglamentos y las normas elevadas de conducta se aprueban para ser respetadas siempre y no de cuando en cuando.

¿Y que hacían las autoridades de la Escuela y de la Unión en esa Asamblea Estudiantil?

-Trataban de informar a los estudiantes, que participaron con entusiasmo en el movimiento, sobre las resoluciones tomadas en la Asamblea de la Unión. Dieron a conocer su acuerdo de apoyar al rector adicionado con una proposición del Ing. Oribe Alva que le quitó un tanto lo lambiscón a la resolución que primero se había aprobado. De todas maneras los jóvenes recibieron con rechiflas el documento y lo consideraron indigno de la Facultad. Un joven estudiante del comité de Lucha le recordó al director de la Escuela que, al iniciarse el movimiento, había dicho a los alumnos que si algún día no actuaba con dignidad en su puesto que se le pidiera su renuncia. El estudiante dijo "Sr. ingeniero Paulín, ese momento ha llegado". Semejante afirmación fue rubricada por una larga ovación.

Desde ese día la Facultad de Ingeniería mantiene un paro general por la agresión que sufrió la Asamblea permanente un día antes de los hechos que antes relato a manos de un grupo de choque del llamado MURO. Los estudiantes de Ingeniería han declarado que no levantarán el paso hasta que se expulse a todos los miembros de esa tristemente célebre organización.

¿No han participado los maestros de Ingeniería en el movimiento?

-Sí, su participación se concretó a marchar en la manifestación muda de la UNAM y a una publicación del apoyo al rector Barros Sierra.

Pero, ¿ha participado en la llamada coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior pro Libertades Democráticas?

-Sí, pero ahí sólo en la forma de un pequeño grupo de maestros, que nosotros representamos. La Unión se proclamó en contra de dicho organismo y se negó a discutir el documento que publicamos en apoyo de los estudiantes. Su repudio se manifestó el mismo día en que la Asamblea aprobó el documento de apoyo al rector. La Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior pro Libertades Democráticas, nació el mismo día, el 7 de agosto de 1968.

¿Qué es la coalición?

-Es un frente de maestros que en virtud de los graves acontecimientos que afloraron en los disturbios de la última semana de julio, surgió para tratar de unificar los esfuerzos de todos los maestros de la República para preservar en México un clima de libertad indispensable en el desarrollo de la cultura. Los centros de educación media y superior son sistemáticamente reprimidos en su libertad de expresión siempre que desean -como en indispensable- trascender con sus ideas fuera de los salones de clase. Me explicaré mejor: No es posible pretender someter a la Universidad, al Politécnico, a Chapingo, a la Normal, etc., a que promuevan el desarrollo de la cultura sólo paredes adentro de sus edificios. Cuando alguna de estas Casas de Estudio lleva sus preocupaciones a la calle, respetuosas de las leyes constitucionales vigentes, son las autoridades quienes deben decidir si esto se autoriza o no. En general se trata de funcionarios menores. Aduciendo falacias se impide el contacto de los estudiantes con el pueblo. Se habla, por ejemplo, de interrupciones de tránsito, bloqueo de calles, cierre de comercios. Se presenta, en fin, a una manifestación -una de tantas formas que tienen las instituciones de educación superior para salir a la calle- como un estorbo para el desarrollo pacífico de las actividades de los hombres que viven en la ciudad.

A más de que la Constitución consagra el derecho de reunión y de manifestación quienes hacen aquí algunas otras consideraciones.

¿Cuántas veces al año se desarrollan manifestaciones masivas que interrumpan -vamos a decir- 3 horas el tránsito en algunas calles de la ciudad? Podría afirmarse que desde que yo tengo memoria de ello, no más de dos veces al año.

¿Qué males mayores causan?: Ninguno de importancia, a no ser en las ocasiones en que



las autoridades han intervenido para reprimirlas. Entonces como en las del 26 de julio próximo pasado, se originan lamentables pérdidas de vidas y de bienes. Pero debe quedar claro. Esto se debe a la intervención de la policía y del ejército, no a los manifestantes.

¿Por qué la policía no interviene cuando las bandas de pandilleros hacen de las calles citadinas campos de batallas? Tal vez porque en esas batallas no hay ideas generosas que se defiendan. Tal vez porque lo que reprime el gobierno no es la interrupción de tránsito sino la manifestación libre de las ideas.

En la concentración de universitarios o en la de politécnicos se han expresado ideas y se le han llevado al pueblo. Se le ha enseñado cuando menos que la radio, la televisión y la prensa viven de ocultar la verdad al pueblo.

Es por eso que las protestas no están encaminadas sólo a reclamar la autonomía de la Universidad y a manifestar repudio por los cuerpos represivos.

Ni menos aún se pretende que la UNAM disfrute de extraterritoriedad. Se plantea la necesidad de garantizar que en el futuro no volverán a cometerse violaciones a la Constitución de la República por autoridades que temen la discusión de las ideas y que tienen horror por los adelantos de la ciencia que ofrece al pueblo nuevos horizontes de organización social.

No sólo la Universidad, sino el Politécnico, la Normal Superior, la Escuela de Agricultura y todos los centros de educación superior deben gozar del derecho que tenemos todos los ciudadanos mexicanos de disfrutar de la INVIOLABILIDAD de domicilio. Para catear una casa u oficina, para aprehender a una persona refugiada en determinado sitio se requiere de una orden judicial. Esto preserva la seguridad del hogar o del individuo. ¿Cómo es posible plantear -como lo hace lamentablemente portes Gil- que el ejército, que los granaderos, pueden violar el recinto universitario aduciendo que no tiene derecho de extraterritoriedad la UNAM?

Ningún centro de educación media y superior puede garantizar para su actividad docente un clima de libertad y de seguridad si no conseguimos -es mi opinión- la autonomía expresa de las autoridades para todos los centros de educación superior.

no preservaremos el ambiente adecuado en el país para que la cultura superior pueda desarrollarse en beneficio de México si no garantizamos el respeto a las garantías constitucionales ahora violadas.

¡Basta ya de intervenciones del ejército en contra de los estudiantes! ¡Basta ya de caminar hacia una dictadura de carácter fascista!

Cuando se formó la Coalición de Maestros de Educación Media y Superior ante el llamado de los maestros del Instituto Politécnico Nacional y el Consejo de Profesores de la Facultad de Ciencias de la UNAM, hicimos la proposición tantas veces mencionada: que se denunciara la violación a la constitución cometida por altos funcionarios del Gobierno y en especial que se deslindara la responsabilidad de Alfonso Corona del rosal, Luis Echeverría, Marcelino García Barragán, Julio Sánchez Vargas y Gilberto Suárez. La respuesta de la asamblea fue en el sentir de que se deslindaran las responsabilidades de quienes resultaran culpables de las violaciones, pero no en el de mencionar los nombres de los funcionarios que evidentemente habían participado en los acontecimientos para bien o para mal. En esa reunión fui designado con otros dos compañeros profesores de la UNAM en el Comité Directivo Provisional de la Coalición junto con tres profesores del IPN, tres de la Escuela de Agricultura de Chapingo y tres de la Escuela Normal Superior. Más tarde se incorporó un representante de los trabajadores de la Universidad.

Se acordó apoyar a los Comités de lucha Estudiantiles que habían emplazado a las autoridades a resolver los siguientes seis puntos:

1.- Libertad de los presos políticos.

2.- Destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea Cerecero, así como también del teniente coronel Armando Frías

3.- Desaparición del cuerpo de granaderos, instrumento de la represión y no creación de cuerpos semejantes.

4.- Derogación del Artículo 145 y 145 Bis del Código Penal Federal (delito de disolución social).

5.- Indemnización a las familias de los muertos y a los heridos que fueron víctimas de la agresión desde el viernes 26 de julio en adelante.

6.- Deslindamiento de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades a través de policía, granaderos y ejército.

Además convinimos por unanimidad solidarizarnos con las medidas que tomaran los estudiantes si una vez cumplidas las 72 horas del plazo no se resolvían favorablemente sus peticiones. Esta determinación precisaba el carácter de la Coalición que era extrictamente de solidaridad con los estudiantes tanto del Politécnico como de la Universidad.

Echaba de lado las pretensiones de algunos interesados en hacer recaer la responsabilidad de los acontecimientos en el “comunismo internacional”, o en las organizaciones de extrema derecha. Así, los maestros quedamos situados en el único sitio que podíamos ocupar: el de compañeros solidarios de los estudiantes mexicanos en la defensa de nuestras casas de cultura. Al lado de alumnos y de autoridades, pero nunca de manera laguna en la dirección del movimiento.

Fue interesante para mí el escuchar las reflexiones de algunos maestros que deseaban orientar y dirigir el movimiento. Las más de las veces fueron profesores que no habían participado en otros conflictos y que no olvidaban




su actitud paternalista que en nuestro tiempo definitivamente los estudiantes han echado por la borda. En mi opinión, además debemos impulsar esa tendencia de los estudiantes para romper con las normas educativas obsoletas que pretenden la supeditación mental del estudiante hacia el maestro. Debemos buscar -y lo estamos haciendo ya- una mayor integración maestro-alumno-maestro. La Coalición surgió a la luz pública en un desplegado que contenía además un aspecto muy importante. Hacíamos ver la necesidad de la existencia de la Coalición en función de la violación de los artículos 1, 9, 11, 16,29 y 129 de la Constitución. Firmaron el manifiesto todas las escuelas del Instituto Politécnico Nacional y algunas de la UNAM.

En la reunión constitutiva de la Coalición lanzamos la iniciativa de crear además un Tribunal de la Cultura que se avocara a juzgar a los mexicanos egresados de Centros de Ecuación Superior que hubieran participado en los lamentables acontecimientos para que se les señalara con índice de fuego ante la opinión pública. Proponía que se invitara a participar en éste a todos los jóvenes y adultos que en México tuvieran las manos limpias y que quisieran defender la cultura, el progreso y la independencia de México. Se propuso considerar el punto, pero no se tomó resolución.

En la siguiente asamblea y ante unos 600 profesores de la UNAM, del IPN, de la Normal y de la Escuela de Agricultura de Chapingo se presentó un informe de las adhesiones recibidas y se esperó el plazo de las 72 horas que se cumplía a las 20 horas. Se aprobó ir al paro con los estudiantes al no conocerse una resolución aprobatoria y se tomaron además acuerdos importantes. Entre otros:

1.- Ir a paro nacional.

2.- Hacer los exámenes a los estudiantes en el momento apropiado para evitar que éstos perdieran el año o el semestre.

3.- Seguir acudiendo a las aulas para dialogar con los estudiantes.

4.- Llevar adelante el Tribunal de la Cultura.

5.-Llevar ante el Congreso de la Unión la acusación de la violación a la Constitución por parte de altos funcionarios del Gobierno.

6.- Pedir a las autoridades universitarias Radio Universidad para informar al pueblo

7.-
Pedir también la imprenta de la Universidad para nuestros volantes y documentos.

8.- Editar junto con los estudiantes un periódico.

9.- Formar brigadas con los estudiantes para informar a la opinión pública.

10.- Luchar por la autonomía del Politécnico y de otros centros de cultura superior.

11.- Elaborar un documento en donde se informe a la opinión pública de los acontecimientos hasta el vencimiento del plazo.

12.- Protestar por la calumnia hecha al profesor Juan Manuel Gutiérrez Vázquez, director de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, de limpia e indiscutible trayectoria, y pedir la desaparición de los organismos FNET, MURO y FUM.

-Y, ¿qué decidieron los comités de lucha ante la carta de corona del Rosal dirigida a Massieu?

El Comité Directivo se dirigió al día siguiente a Zacatenco para entrevistarse con los estudiantes para conocer de su resolución. Nos informaron que Massieu había enviado sendas copias de la carta de Corona del Rosal a la FNET y al Comité de Huelga pidiéndoles firmaran de recibido. Que lo habían hecho y que en principio habían acordado contestar; que lo estaban considerando y que esa noche tendrían alguna respuesta. Debo decirte que recibí una muy grata impresión de los dirigentes porque mostraban un juicio muy equilibrado y una gran decisión de lucha. Estábamos charlando cuando llegó un estudiante con un periódico vespertino en donde se anunciaba que Massieu y la FNET aceptaban formar la comisión y en el cual se transcribía una entrevista con Massieu en la cual el Director del Politécnico denunciaba la “infiltración” entre los estudiantes del Comité de Huelga de personas extrañas a la organización. Las cosas cambiaron rápidamente. Se nos informó que probablemente decidieran hacer público su rechazo a la maniobra de las autoridades.

Fue hasta el día siguiente que los estudiantes del Comité de Huelga publicaron un documento muy claro, muy preciso, haciendo ver que no se resuelve el problema, que la Comisión que propone el Regente del D.F. no sería





posible debido a las presiones que ejercerían sobre los miembros y reiteraron la necesidad de satisfacer su demanda de los seis puntos y precisaron que la destitución de los funcionarios pedida estaba en manos de Corona del Rosal, dada la evidencia de los hechos. Concluían anunciando una gran manifestación para el martes 13 de agosto. La coalición se solidarizó -como lo había anunciado- con el Comité de Huelga y acordó en su asamblea por unanimidad sumarse a la manifestación y solicitar a los estudiantes que permitieran a los maestros marchar al frente de la manifestación. Las profesoras presentes pidieron marchar ellas a la vanguardia. Se acordó hacer llegar esa solicitud a los estudiantes.

Heberto, ¿son esos los últimos acontecimientos?

Sí, son los últimos. Leímos en la asamblea una publicación muy significativa de la Asociación de Estudiantes de Ingeniería y la Unión de Profesores de la Facultad de Ingeniería. En esa publicación se recogían las proposiciones que inicialmente había hecho a la primera asamblea y que después habían sido rechazadas violentamente. Los estudiantes de Ingeniería me informaron que después de la presión ejercida por ellos habían acordado hacer tal publicación. Interesante resulta saber el peso que tiene una



actitud honrada aun cuando tenga tal oposición como la que se encontró.

Creo, desde luego, que los estudiantes de Ingeniería han actuado con una honradez extraordinaria y que han dado ejemplo de bonhomía, pero encuentro en la decisión de los profesores de Ingeniería el mismo oportunismo que los hizo rechazar mis puntos de vista para aceptarlos después ante la presión estudiantil. Sin embargo, parece que asoma aquí la mano sutil del político mayor de la UNAM que se la juega en la campaña y que pretende quitarnos las banderas mas limpias. Bien sea si es para defenderlas y no para mostrarlas solamente. Ahí tiene otra más, el Tribunal de la Cultura que ha prendido ya entre los estudiantes de México y entre los hombres limpios que aman la cultura, que desean el progreso del pueblo de México y que luchan por su cabal independencia económica.

¿No temes represalias por parte de las altas autoridades a las que has denunciado?

Las espero, pero no las temo. Si por defender la constitución de la República, si por denunciar a funcionarios deshonestos enriquecidos gracias al disfrute de sus puestos públicos, si por buscar la independencia de México al amparo de nuestras leyes debo desaparecer o ir a la cárcel, será un ejemplo para los estudiantes de México. Recuerda, Mario, que cuando se defienden ideas como éstas no importa lo poderoso que sea el enemigo. Lo que importa es lo justo de tus planteamientos. No luchamos por tener asegurada la victoria sino porque tenemos la razón.





El material visto hasta este punto cubre en forma íntegra los materiales periodísticos y gráficos recabados y reproducidos en la revista Por qué? Narra los hechos tal y como se fueron desarrollando en el verano de 1968, y demuestra en forma contundente y concluyente que las versiones oficialistas de que detrás de los disturbios estudiantiles había “una conjura comunista internacional” provocando con “agitadores profesionales” a los estudiantes a una sublevación para el derrocamiento del gobierno unipartidista de México y su reemplazo con un régimen totalitario de corte marxista, fueron de principio a fin patrañas, fantasías sin fundamento lógico propiciadas y divulgadas por gente que incrustada en las más altas esferas del gobierno querían que se le diera tal sesgo a los hechos que estaban sucediendo.

Pero lo peor estaba aún por venir. Los estudiantes capitalinos no sabían que tenían una cita con el destino en la Plaza de las Tres Culturas frente al complejo residencial de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. Y la ultraderecha nacional, palpitando cada vez con mayor fuerza desde la ciudad de Guadalajara, había hecho también una cita con ellos a través de carniceros genocidas neo-Nazis como el aspirante a golpista y General originario del Estado de Jalisco Marcelino García Barragán quien a su vez se encargaría de darle cumplimiento a las directivas que estaban emanando desde fuera de la Ciudad de México.